Golpe bajo, muy bajo, estoy mas que seguro que Kaius va a reaccionar de forma violenta, muy violenta.
Habrá que esperar a la siguiente vez que se encuentren, pero sí, se enfrentarán.
aaah, no, estoy mas que convencido de que haran justamente lo contrario.
Probablemente XD
En el próximo episodio: Diussa parte unos cuantos culos con su deck op.
Y con un duelo que quizá muchos esperaban después de los últimos acontecimientos.
Capítulo 52
Serpientes
Aquella noche también caía la lluvia con fuerza. La violencia con la que las gotas chocaban contra el suelo, más el ruido de los truenos y las sirenas de policía impedían a una pequeña niña huérfana conciliar el sueño. Algo asustada, estaba totalmente cubierta por las sabanas de su cama.
-
Además, según cuenta la gente, hoy venían ladrones a la ciudad-pensaba agarrándose con fuerza al peluche que llevaba.
En ese momento se oyó otro ruido. Y esta vez mucho más sonoro, ya que se trataba de la ventana de su habitación. Alguien había entrado en el orfanato rompiendo los cristales. La niña se quedó acurrucada en su cama, atemorizada, esperando que quien fuera había entrado no se diera cuenta de su presencia. Al estar las luces apagadas, la visibilidad era escasa. Confiaba en que no notara el bulto de la cama. Cada segundo le parecía eterno, y su respiración se aceleraba. Entonces escuchó otro ruido, como si la persona que había entrado se hubiese dejado caer de golpe contra el suelo.
Aunque la pequeña esperaba, nadie más entraba en la habitación. ¿Era posible que con el ruido de la lluvia, los truenos, y las sirenas de policía nadie se hubiera percatado del ruido de los cristales? ¿O quizá los demás ya estaban todos durmiendo? En cualquier caso no aparecía nadie más. Sabía que era peligroso hacerlo, pero aun así, la curiosidad le pudo y fue asomando la cabeza poco a poco para ver si veía al invasor. Y allí estaba, tumbado en el suelo con la espalda apoyada contra la pared. Parecía un hombre, que además estaba herido.
-Argh… Ese maldito Primero… Me ha derrotado…-gimoteaba el hombre. En su voz se denotaba el odio que sentía hacia el hombre que le había vencido.-. He fracasado…
El hombre presentaba varias heridas, algunas de quemaduras, y algunas otras de balas. Llevaba una máscara blanca que le cubría el rostro. Su traje era originalmente también blanco, aunque en estos momentos se encontraba muy sucio.
-
¿Está herido? ¿Pero qué es exactamente?-pensaba la niña, que no podía apartar la mirada de la extravagante máscara del hombre. Una máscara con unos ojos desconcertantes y una gran sonrisa, que causaba cierto terror-.
Tengo miedo…
Inconscientemente la niña se movió y el hombre se dio cuenta.
-¿Quién anda ahí?-sonó su perturbadora voz.
Sabiendo que la había descubierto, la niña se levantó de la cama, con su peluche en mano e intentó huir.
-Espera, espera…-dijo el hombre quitándose la máscara. A la vez que lo hacía, su voz sonaba más normal. La máscara usaba un Sprictor que distorsionaba la voz, haciendo que sonase entre una mezcla de terrorífica y traviesa-. Esto es solo una máscara, ¿ves?
-Ah, ¿no eres un monstruo?
-Bueno, eso depende de a quién le preguntes. Pero puedes estar tranquila, no voy a hacerte daño. Je, al contrario, en estado en que me encuentro, creo que sería difícil que lo hiciera.
-Estás herido… Entonces debería avisar a alguien para que te ayude…
-No, no lo hagas. Estaré en problema si lo haces… Soy un ladrón.
-¿Qué?-se volvió a asustar la niña.
-Pero no tienes por qué tener miedo, no he venido aquí a robar nada. Ahora solo estoy huyendo. Me enfrenté a otro ladrón, el Primero, y me derrotó. Luego además me ha perseguido la policía. He salido herido de ambos enfrentamientos. Para colmo, al atravesar la ventana, me he clavado cristales en las piernas-le contó, llevándose la mano en su pierna derecha-. Uf, esto no pinta muy bien. Creo que podré recuperar toda la movilidad en una de mis piernas.
-¿Y un ladrón puede robar si no puede correr para huir?
-Ciertamente es difícil…-respondió, mientras en sus pensamientos maldecía al Primero.
-¿Y qué vas a hacer?-le preguntó acercándose poco a poco.
-No lo sé. Eh, niña, si estás aquí significa que eres huérfana. ¿Qué les pasó a tus padres?
-Un ladrón los mató.
-Vaya, supongo que entonces no debo causarte mucha confianza. ¿Pero sabes?, puede que ya no pueda ser ladrón después de esto-dijo resignado-. Puede que tenga que buscarme otro tipo de vida después de esta derrota. ¿Te digo una cosa? Mis padres también murieron. Yo también estuve en este orfanato hace años. Por eso había venido a ocultarme aquí. Era como regresar a casa.
-¿Nadie te adoptó?
-No, se ve que era un niño malo. Ya ves, he acabado de ladrón.
-A mí tampoco me quiere nadie…-agachó la mirada la niña.
Sabiendo que este podría ser su final como ladrón, sin pensarlo, el hombre dijo lo siguiente:
-Yo podría adoptarte, sacarte de aquí… Tengo mucho dinero al fin y al cabo.
-¿Eh? ¿Quieres adoptarme?-se sorprendió la niña. Sabía que el hombre con el que hablaba era un ladrón, pero era la primera persona que parecía haberse interesado en ella desde la muerte de sus padres.
-Solo si quieres. Ven, acércate. ¿Cómo te llamas?
-Diussa… ¿Y tú…?
-Se me conoce como el Jester. Ese ha sido mi nombre durante los últimos años. Pero parece que a partir de ahora tendré que volver a ser Soncen Gado…-reveló su identidad-. ¿Y bien? ¿Te apetece ser Diussa Gado?
La niña no sabía que responder. Soncen entonces vio el peluche que llevaba la niña. Era un peluche de serpiente.
-Vaya, ¿te gustan las serpientes? Es un peluche bonito.
-¿Eh? S-sí.
Sin saber muy bien porque había recordado cómo conoció a su padrastro y como salió del orfanato en el pasado, Diussa entró en el despacho de éste.
-El Tercero ha cumplido con su parte. Ha robado la Joya de la Tierra, padre. En estos instantes se dirigen hacía aquí-dijo Diussa. Ahora portaba un duel-disk en su brazo izquierdo, con un deck incrustado en él.
-Perfecto. Y todo gracias a ti, Diussa, que entablaste contacto con esa mujer, Fuyiko-se levantó Soncen de su asiento-. Con esta, tendremos tres Joyas Elementales. Finalmente, yo, estoy superando a la familia Arsene qué tanto sufrimiento me causó. Hasta usamos al Tercero a nuestro favor. Y lo estamos haciendo juntos, hija.
Soncen entonces abrió un cajón de su escritorio y sacó su máscara blanca. La máscara del Jester. Se la puso, y también cogió el bastón que usaba en sus tiempos de ladrón.
-Bien, vamos, hija, preparémonos. Por cierto, ¿te ha gustado tu deck?
-Sí, padre. De serpientes.
Mientras, en el castillo de Rasugaria, todos estaban reunidos en la sala del trono, hablando sobre lo que había ocurrido.
-Así que es cierto…-dijo Yigen.
-Han robado la Joya de la Tierra-dijo Kaius, con gesto serio.
-Y Yuzird les ha ayudado a hacerlo-mencionó Goyomon.
-No lo entiendo…-dijo Yuzét, que estaba abatida-. ¿Cómo ha podido Yuzird robar la Joya de la Tierra? No, no me importaría si la hubiera robado para tenerla en su poder… Pero la ha robado aliándose con Sprictor Corp, para ellos, que abusan de la energía de los espíritus. Él sabe lo que significa eso para mí, y aun así…
-A parte de perder la Joya de la Tierra, el legado de Estela, hemos sufrido bajas-mencionó Kaius-. Drigo ha muerto, Kotaro le ha matado. Y Yao ha terminado bastante herido por su batalla contra Breiv. Estará indispuesto un tiempo.
-Y también se han llevado a Idia-indicó Goyomon.
-Y además todo eso, no he sido capaz de liberar a Cursa...-dijo Yuzét, haciendo mención a la espíritu que Sprictor Corp controlaba a través del dolor.
-Alguien tendrá que avisar a Ere de lo que ha pasado.
-Sí, porque además, a partir de ahora, Yuzird es un enemigo-expresó Kaius-. Mandaré de vuelta a aquí a Rogull, Frila y Blaria hasta que pensemos un plan.
-Un enemigo…-repitió Yuzét, dudando.
-Creo que antes de tomar alguna decisión, deberíamos averiguar qué es exactamente lo que ha ocurrido y porque Yuzird nos ha traicionado-sugirió Yigen.
-Decías que Yuzird había empezado a salir con la jefa de Sprictor Corp. ¿Acaso nos habrá traicionado por ella?-planteó Kaius la posibilidad.
-Es cierto que a Yuzird le pierden las faldas, pero no sé si llegaría al extremo de traicionarnos a todos solo por eso. Por quien más estupideces le he visto hacer ha sido por…-entonces Yigen cayó en la cuenta-. Un momento, ¿alguien ha visto a Fuyiko estos últimos días?
El Tercero y los demás ya habían llegado a Ralai, y en pocos minutos estarían en la ciudad de Fenneir. Iban a reunirse en el puerto que pertenecía a Sprictor Corp, donde se había encontrado con Diussa cuando descubrió que era parte de las dirigentes delictivas de Sprictor Corp. Allí intercambiaría la libertad de Fuyiko por la Joya de la Tierra, tal y como habían acordado.
Ambos llegaron al puerto en dos furgonetas. En la que iban Diussa y el Jester era más grande. Todos fueron bajando de sus vehículos. Por una parte, Llass, Inobi, Rieki, Diussa y el mismísimo Jester, con Fuyiko, a la cual tenía agarrada del brazo. Ésta llevaba ese collar explosivo. Por otro lado, el Tercero y los que le acompañaron en su misión, Viason, y los tres de Eteria, Kotaro, Zamusa y Breiv. Cursa también estaba, aunque en su estado invisible. Idia, que aún estaba inconsciente, estaba dentro de la furgoneta.
-Bienvenido a uno de mis dominios, Tercero-hizo un saludo Jester, inclinándose y colocando la mano con la que llevaba su báculo por detrás de la cintura. Ahora que volvía a llevar su máscara blanca, su voz volvía a sonar perturbadora y traviesa otra vez, lo cual daba bastante grima.
-Así que tú eres Jester, antiguo rival de mi padre. Había oído hablar bastante de ti.
-Igualmente, últimamente se habla mucho sobre ti en esta ciudad. Deberías tener cuidado, no vaya a ser que ocurra una desgracia, como le pasó al Segundo.
Yuzird frunció el ceño ante la provocación de Jester.
-¿Quién fue?-preguntó entonces.
-¿Qué quien acabó con la vida del Segundo?-dijo la sonriente mujer de cabello verde dando un paso al frente-. Fui yo.
-Entonces tú eres Rieki…
-No lo veía necesario, pero…
-Yo di la orden-dijo Jester, tras lo cual explotó en carcajadas-. ¡Ja, ja, ja! ¡¿No es irónico?! ¡Debes guardarnos bastante odio, pero acabas de hacernos un gran favor a robar la Joya de la Tierra para nosotros!
-
Yuzird…-pensó Diussa, sabiendo que esto debería ser duro para él.
-Y todo por esta mujer-dijo entre risas empujándola hacia el frente.
-¡Yuuuzird!-gritó Fuyiko-. ¡Tienes que salvarme!
-¡F-Fuyiko-chan!-exclamó Yuzird-. Tranquila, ahora te rescato.
Fuyiko llevaba en su cuello ese collar con un Esprictor, el cual podían hacer explotar. Si Yuzird no les entregaba la joya, lo detonarían el explosivo. Era Rieki quien tenía el interruptor.
-No perdamos más tiempo, saca ya la Joya de la Tierra-le dijo Breiv al Tercero.
-Sí, ya voy-obedeció sacándola del bolsillo de su chaqueta-. Dime una cosa, Breiv-dijo en un tono más bajo-, ¿por qué estás con Jester? No pareces el tipo de persona que se aliaría con alguien como él.
-Eso no es de tu incumbencia.
-¡Es la Joya de la Tierra!-exclamó Llass.
Tanto a Rieki como a Jester se les iluminó la cara. Para Jester era más como un trofeo, la prueba de que él podía reunir las Joyas Elementales cuando nadie de la familia Arsene lo había conseguido, pero para Rieki era mucho más.
-
Sí-pensó sonriendo-.
El proyecto Alphard estará un paso más cerca de completarse con tres de las Joyas Elementales. Solo nos faltará la Joya del Viento.
-Vamos, entregala-le presionó Viason, apuntándole con un blaster.
-Sí, si no esa mujer morirá. Podría ser yo quien la mate-sugirió Kotaro.
-Yuzird…-decía Fuyiko con lastimoso tono de voz.
-Je, je, ¿ahora tienes dudas, Tercero?-le preguntó Jester.
-Dámela a mí, Tercero-dijo Diussa acercándose a él.
-La jefa tiene el artefacto para medir la energía de la joya-comentó Inobi-. Si es falsa lo sabremos.
-¿Y cómo sabré que cumpliréis con vuestra palabra?-preguntó Yuzird cuando tuvo a Diussa delante.
-Tienes mi palabra. Una vez compruebe que la Joya es verdadera, le quitaremos el collar explosivo y ella será libre de hacer lo que quiera. ¿Confías en mí?
-Sí-respondió Yuzird entregándole la joya.
-
Aunque puede que no te guste que es lo que ella quiere-se calló Diussa esa parte para ti.
Mientras Diussa medía la energía de la Joya de la Tierra, Rieki se dio cuenta de un pequeño detalle.
-
Esos dos han hablado como si se conocieran ya de algo más-pensó-.
Y el Tercero aparentemente ya conocía mi nombre. Podría ser que… Oh, ho, ho, ho, entonces sí que te habías echado un noviete, ¿no es así, Diussa?
-Es la verdadera-dijo entregándole la Joya a su padre.
-Sí, perfecto, la Joya de la Tierra-la miraba con detenimiento a través de su máscara.
-Ahora liberad a Fuyiko.
-Espera, respecto a la Joya del Viento…
-Ya no la tengo. Vamos, liberad a Fuyiko.
-Habría sido perfecto reunir ya las cuatro, pero que remedio-se encogió de brazos Rieki.
-Liberar a Fuyiko, ¿eh?-dijo Jester. Gracias a su máscara, siempre estaba sonriendo, pero también esbozó una maliciosa sonrisa a través de esta. Ahora llegaba uno de los mejores momentos-. Sí, era el trato, ¿no?
Rieki pulsó un botón que abrió el collar que llevaba Fuyiko en el suelo. Cuando este cayó al suelo, Yuzird le dijo:
-Ya estás a salvo, Fuyiko. Puedes marcharte.
-Uf, que incordio de collar-dijo llevándose la mano al cuello.
-Vamos, Fuyiko, vete antes de que esto se vuelva peligroso. No tienes por qué preocuparte por mí. Yo estaré bien.
-Tranquilo, Yuzird, estoy donde debo estar-sonrió Fuyiko, sin moverse del lado de los miembros de Sprictor Corp.
-¿Qué?
-Je, je, je, aun no lo has entendido, ¿Tercero?-le preguntó Jester-. ¡Pues yo te lo explicaré!-exclamó señalándole con el báculo- ¡Chan chan chan! ¡Tu preciosa Fuyiko, la mujer a la que intentabas salvar, se ha aliado con nosotros! ¡Vaya giro de los acontecimientos, ¿verdad?! ¡Y la hemos usado a para obligarte a traernos la Joya de la Tierra!
-No puede ser...-dijo Yuzird sorprendido, aunque aún más decepcionado. En realidad debería haberlo visto venir, ya que no era la primera vez que Fuyiko le engañaba-. ¿Es en serio, Fuyiko?
-Soy tu punto débil, Yuzird. Es culpa tuya por no prestarme la suficiente atención-le dijo Fuyiko-. Sprictor Corp en cambio me ha ofrecido un cargo de poder. Y además han instalado en mi casa un campo de energía espiritual, igualito al que proteger Sprictor Corp. Aunque aún no lo tengo activo. Primero tendría que estudiarlo para ver cómo funciona exactamente, pero ha sido un buen trato, ¿no crees?
-Fuyiko…
-¡Y lo mejor de todo es que has traicionado a tus compañeros para nada!-siguió burlándose Jester-. Oh, y tú que creías que tenías que salvar a una indefensa dama en apuros, que caballeroso... Je, je, je, no había nadie a quien salvar.
-Ju, ju, ju, vaya, parece que te lo estás pasando muy bien, cariño-comentó Rieki.
-Vaya, así que todo estaba acordado-mencionó Kotaro sonriendo. Los de Eteria no sabían que en realidad Fuyiko se había aliado con Sprictor Corp.
-
Lo siento mucho, Yuzird-pensó Diussa-.
Tú solo querías salvar a una persona, y ahora todos se están riendo de ti. Ella sabía que esto pasaría, y aun así no le importó usarte para beneficiarse a tu costa-fijó su mirada en Fuyiko.
-Ja, ja, te lo mereces, Tercero, por haber acabado con mis hombres-le dijo Llass.
-Técnicamente se mataron entre sí-indicó Yuzird.
-Bueno, ¿cómo podríamos llamar a esto? Ya sé: El mayor ridículo de la historia de la familia Arsene. Je, je, ¿Y te haces llamar el mejor ladrón del mundo?-preguntó Jester, para luego decir que no con el gesto de su mano derecha-. Ese soy yo, el Jester. Ahora poseo tres Joyas Elementales en mi poder, cosa que la familia Arsene nunca consiguió. Además de que he eliminado del mapa no solo a un miembro de la familia Arsene, sino a dos-dijo haciendo referencia a que ahora mismo iba a acabar con él.
-Yo puedo hacer los honores-se ofreció Viason, que era el que le apuntaba con un arma-. Je, me temo que Yigen ya no podrá elegirte más como compañero, Tercero.
-Veo que esta vez no tendré el placer de hacerlo yo-comentó Rieki, aunque realmente no le importaba. Lo más importante para ella era la Joya de la Tierra, y ya la tenían en su poder.
Pero Yuzird no se dejó amedrentar por la situación.
-Vaya, hablas con muchos aire de superioridad, Jester, pero parece que no tuviste el valor suficiente como para enfrentar al Segundo cara a cara, ni lo tienes para acabar conmigo con tus propias manos.
-¿Y manchar mi traje blanco de sangre? Je, no vales tanto, Tercero. Pero estaré dispuesto a mancharlo con la del Primero.
-Creo que nunca serias capaz de vencerle.
-No lograrás nada provocándome, Tercero, no, no, no. Es el Jester el que confunde a los demás, y no al revés. Dejemos que el azar decida tu destino-dijo sacando una carta de su deck al azar- Si es monstruo, mueres, si no, vives.
Jester sacó una de sus nuevas cartas, un monstruo Dominante.
-¿
Un monstruo Dominante?-se sorprendió Yuzird al ver que tenía uno.
-¡Y el destino ha decidido! ¡Debes morir!
-Tramposo, en el extra deck solo hay cartas de monstruos-mencionó Yuzird, decepcionado con el “truco”- Ya podría habértelo currado un poco más.
-Nada de excusas, Tercero. Debes aceptar tu destino.
-A mí me ha salido una carta trampa-dijo entonces Fuyiko, enseñando la Traición de las Damas del Engaño.
-¿Uh?-se sorprendió el Jester.
-
Fuyiko-pensó Yuzird.
La mirada de todos se centraron en la mujer.
-Ah, lo siento, pero no habías dicho que serías tú exclusivamente quien sacara la carta-fingió disculparse la mujer-. De todas formas, ¿no crees que sería mejor dejarle vivir?
-
Se me ha adelantado por un segundo-pensó Diussa.
-Explicate, por favor.
-Si vive, esta humillación le atormentará toda la vida.
-Es cierto-intervino entonces Diussa-. Creo que es mejor disfrutar el momento, y que el sienta la humillación, al igual que tú hace años. Si el Tercero muere, aunque sea un fuerte golpe para el Primero, puede que no sepa exactamente lo que ha pasado. Pero si vive, puede que llegue hasta oídos del Primero que su hijo trabajó para su rival, el cual acabó con el Segundo, ofreciéndole una Joya Elemental, y al final todo para nada porque le habíamos utilizado.
-Sí, ¿no sería más cruel así?
-Que el Primero sepa del renacer del Jester.
El Jester lo meditó durante unos instantes.
-Puede que tengáis razón. Sería más humillante si el Tercero vuelve a casa con el rabo entre las piernas suplicándole a su papaíto. “Papá, he ido de sobradete y la he cagado. He trabajado para tu gran rival, Jester, dándole una Joya Elemental, el gran trabajo que te quedó pendiente. Y todo para salvar a una mujer que en realidad trabajaba para ellos. Ah, y él mató al Segundo”-se burló Jester.
-Ey, yo no hablo así-se hizo el ofendido el Tercero.
-No es mala idea, al fin y al cabo mi venganza no acabará hasta que me ocupe del Primero.
-De todas formas, Jester, no te sería tan fácil acabar conmigo-mencionó Yuzird-. Un buen ladrón siempre es capaz de escapar cuando la situación parece perdida, ¿sabes?
En ese momento se oyó un ruido. Una bomba de luz acababa de caer al suelo desde los pantalones de Yuzird. Todos fueron cegados.
-Ten por seguro, Jester, que seré yo quien te haga pagar por lo que le ocurrió al Segundo-se oyó su voz.
Segundos más tarde, cuando recuperaron la vista, el Tercero ya no estaba allí.
-¡Ha escapado!-exclamó Llass.
-Tch, iba a dispararle, pero…
-Has hecho bien, Viason-le dijo Inobi-. Sin visión podrías habernos dado a nosotros. Y aquí están el señor Jester y la señorita.
-Podría haberse dirigido hacia esta furgoneta-mencionó Zamusa-. Pero sabe que estoy ciego, y que eso no me ha afectado a mí. De haberlo intentado, Yoshiru le habría interceptado.
-O Cursa-añadió Rieki-. Si es que quiere ser libre alguna vez, claro.
-Lo siento… No tenía instrucciones de intervenir-se disculpó entonces la espíritu con miedo.
-Bueno, no importa-se encogió de brazos Fuyiko-. Al final ibas a dejarle marchar.
-Sí, es cierto. Que vaya corriendo a los brazos de su padre. Que el Primero se entere de lo que ha pasado.
-Lo importante es que tenemos la Joya de la Tierra.
-
Yuzird…-se quedó Diussa pensativa.
-Jester-dio un paso al frente Breiv-. Llevo a mi hija en esta furgoneta. Me gustaría llevarla a casa lo antes posible.
-Está bien, puedes usar el portal de Sprictor Corp.
Mientras subían a sus respectivas furgonetas, Diussa centró su mirada en Fuyiko.
Yuzird, que se había alejado lo suficiente, meditaba sobre lo que acaba de ocurrir.
-Bueno, he sacado alguna información útil sobre todo esto. Idia es la hija de Breiv, así que no creo que le hagan daño, y Fuyiko me ha traicionado, así que tampoco. Ahora es hora de retirarme y contárselo a los demás.
Más tarde, todos habían regresado a Sprictor Corp. Diussa esperaba de pie en un campo de duelo que había en la empresa. Inobi estaba sentado en las gradas.
-¿La has llamado?-le preguntó la mujer.
-Sí, dice que ahora viene.
-Bien.
Unos minutos más tarde, Fuyiko entró en la gran sala de duelo para atender al llamamiento de Diussa.
-¿Querías a hablar conmigo, Diussa?-le preguntó la mujer.
-No exactamente. En realidad quería probar mi deck.
-Oh, no sabía que eras duelista.
-Y no lo era, de ahí que te pida esto. Creo que eres… la persona indicada contra la que ponerlo a prueba.
-Yo creía que querrías hablar sobre Yuzird-dijo Fuyiko colocándose a la otra parte del campo de duelo. Al llamarlo por eso nombre y no como Tercero, Diussa supo que Fuyiko sabía lo de su relación con él.
-Sí, bueno, podemos hablar sobre ello a medida que tenemos el duelo, ¿no crees?
-Como quieras.
La mirada de Diussa no era para nada amistosa. No es que ella fuera muy alegre en su comportamiento habitual, más bien al contrario, pero ahora había algo más. Fuyiko percibía cierta ira en su mirada. Aun así, aceptó el duelo.
-¡Duelo!
Fuyiko 4000 lp |
Diussa 4000 lp |
-¿Conoces las reglas? ¿O te lo tengo que ir explicando todo poquito a poco?
-Tranquila, conozco la teoría. Solo me falta ponerla en práctica.
-Bien, aun así, yo empiezo. Así podrás ver como se hace.
A la jefa de Sprictor Corp le crispaba la actitud de Fuyiko. La trataba como si fuera estúpida. Pero pronto las cosas cambiarían.
-Invoco de modo normal a la Dama del Engaño-Ilusionista del Sello (1500/1400). A continuación activo mi carta de campo, Paraíso del Engaño. Y como hay un monstruo Dama del Engaño en el campo, puedo invocar en tu campo a la Dama del Engaño-Gata Escarlata (1300/1300).
-Ahí va tu estrategia. Llenar mi campo de monstruos traicioneros-dijo haciendo énfasis en esa última palabra.
-Por el efecto del Paraíso del Engaño, como ha aparecido una Dama del Engaño en tu campo, robo una carta. Pongo una carta bocabajo y termino mi turno. Veamos que tienes, Diussa.
-¿Qué tengo? Tengo serpientes-respondió mientras robaba-. ¡Campo de energía, activate!
En ese momento todo el campo de juego fue recubierto por un potente campo de energía, que impedía salir o entrar a nadie.
-¿Qué?-se sorprendió Fuyiko.
-No tienes de que sorprenderte, Fuyiko. Es un campo de energía espiritual que he materializado a través de un Esprictor. Es como el que rodea la empresa. Solo que esta vez solo se desactivará cuando haya un vencedor.
-Como imaginaba, tu intención no era que nos hiciéramos amigas-mencionó Fuyiko, esbozando una tensa sonrisa.
-Ni la tuya. ¿Sabes, Fuyiko? Tú y yo nunca hemos empezado con buen pie. Empezaste engañándome e hiriendo a Inobi. Eso llevó a Fajus a perseguirte. Como resultado, acabaste con él. Mataste a mi amigo…
Fuyiko se fijó entonces en que Inobi estaba sentado en las gradas, con los brazos apoyados sobre sus rodillas, mirando con odio a Fuyiko.
-Vamos, acaba con ella, Diussa-dijo en voz baja.
-Luego viniste a ofrecerme un trato. Y tengo la sensación de que solo fue para interponerte entre Yuzird y yo. De alguna forma te has enterado de lo nuestro. Puede que fuese él quien te lo contase. No lo sé y no me importa, la verdad. Evidentemente, después de lo que hiciste, no confiábamos en ti-continuó hablando la mujer-. Venciste a Inobi también. Estaba más que enfadada contigo. Pero podía aceptarlo, lo hacías por tu propia supervivencia. Pero lo que me ofreciste… Eso sí que no puedo perdonarlo. Traicionaste y engañaste a Yuzird, haciendo que además él traicionase y engañase a sus compañeros. Y todo para no llevarse nada a cambio, puesto que eres una perra traidora.
-Sí que pareces enfadada, sí-dijo frunciendo el ceño.
-Has hecho daño a Yuzird, y eso no pienso consentirlo. Te haré pagar por ello, Fuyiko Mine. Serás la primera en probar el poder de mi deck. Sin embargo, si ganas. Te dejaré hacer lo que quieras y cumpliré tus órdenes.
-Te veo muy segura de ti misma. Te estás enfrentando a mí, al fin y al cabo.
-Estoy decidida a vencerte. Gracias al campo de energía espiritual, nadie podrá ayudarte en este duelo-tras haberle explicado sus razones, Diussa prosiguió con el duelo-. Tengo un monstruo de tributo en la mano, pero…
-Desgraciadamente para ti, mi monstruo no puede sacrificarse ni usarse como monstruo material de fusión, sincronía o Xyz para monstruos que no sean Damas del Engaño.
-Pero Diussa vio mi duelo contra ti, Fuyiko-levantó la voz Inobi- Ya es consciente de eso y de tus estrategias.
-En cambio tú no conoces las mías, Fuyiko. Si las conocieras, sabrías que eso no es ningún inconveniente para mí. Activo la carta mágica Tesoro de las Nagas. Con esta carta, devuelvo dos monstruos tipo reptil de mi mano al deck para robar dos cartas. Robo.
-Eso activa el efecto de la Gata Escarlata que he infiltrado en tu campo. Si añades una carta de tu deck a tu mano fuera de la Draw Phase, descartas una carta.
-No importa-dijo Diussa descartando la carta-. ¡Lo importante es que se activan los efectos de los monstruos que he devuelto al deck!
-¡¿Qué?!-se sorprendió Fuyiko.
-La Naga de las Garras Ígneas destruye una carta mágica en tu campo-dijo fijando su mirada en la carta de campo de Fuyiko, la cual fue destruida. De la explosión surgió un monstruo con la parte superior de mujer, pero la inferior de serpiente-Y la Naga Draconiana se invoca si es devuelta al deck (2200/1600).
-Ha conseguido invocar ese monstruo de tributo sin sacrificar monstruos…
-¡Adelante, Naga Draconiana, ataca a la Ilusionista del Sello! ¡Sin tu carta de campo, no puedes reducir el daño a la mitad!
-¡Ugh!-el daño que sintió Fuyiko fue más grande de lo que esperaba.
-¡Por el efecto de la Ilusionista del Sello, puedo invocarla en tu campo tras ser destruida!-explicó Fuyiko, invocándole a su monstro en posición de defensa (1400).
-¡Gata Escarlata, ataca a Fuyiko directamente!
-Agh-esta vez el daño físico que recibió fue menor, aunque hubiese perdido más puntos de vida.
-Ya has perdido la mitad de tus puntos de vida.
-Esas cartas… Deben de estar hechas con la energía de un espíritu poderoso…
-Exacto, con el poder de las Joyas Elementales.
-Por eso causan tanto daño.
-¿Asustada, Fuyiko? Espero más de ti. Pongo una carta bocabajo y termino mi turno.
-¿Ah, sí? Pues entonces creo que tendré que corresponder. ¡Robo carta! Activo mi carta tapada, la Llamada del Engaño. Como controlas dos monstruos Damas del Engaño, añado de mi deck a mi mano una Dama del Engaño cuyo nivel sea igual o menor a los que controlas-explicó-.Así que añado a la Dama del Engaño-Magnolia, la Emperatriz de las Sombras. Y como controlas dos monstruos Damas del Engaño, puedo invocarla de modo especial (2400/2400).
-Uno de tus mejores monstruos, supongo…
-¡Ataca a la Naga Draconiana! ¡Dark Shoot! Al atacar, mi monstruo gana 200 puntos de ataque por cada monstruo Dama del Engaño que controles (2800).
El monstruo de Diussa fue destruido, aunque ella no le dio mucha importancia.
-Esos monstruos que pones en mi campo incordian bastante…
-Sí, cada vez que ataque, Magnolia se hará más fuerte. Y como tienes a la Ilusionista del Sello, negará tu primera carta mágica de cada turno. Pongo una carta bocabajo y termino mi turno.
-Entonces tendré que quitármelos de en medio. Mi turno, robo. Invoco a la Naga Infante (500/400)-una Naga con aspecto de niña se invocó.
-¿Y cómo piensas quitártelas de en medio?
-Las usaré para invocar otro monstruo.
-Ya te he dicho que no las puedes usar como materiales. Quizá esto sea demasiado para tu primer duelo. Si te rindes ahora te perdonaré.
-La Naga Infante es un monstruo Constructor-reveló Diussa, provocando que los ojos de Fuyiko se abrieran como platos.
-No es posible… Las Damas del Engaño no previenen ese tipo de invocación… ¿Pero cómo? ¿Te has vinculado con un espíritu? No, mis lentillas especiales no captan nada alrededor-este día Fuyiko se las había puesto por precaución.
-Solamente hemos descubierto que la clave para la invocación Dominante son los espíritus. Y aquí somos expertos usando la energía espiritual para crear todo tipo de Esprictores o materiales. ¿De verdad crees que no encontraríamos la forma de desentrañar el secreto de la energía espiritual que nos permitiese fabricar monstruos Dominantes?
-Kaius también lo logró-recordó entonces Fuyiko.
-¡No subestimes a Sprictor Corp, Fuyiko! ¡Uso a la Naga Infante para construir el territorio junto a la Dama del Engaño-Ilusionista del Sello! El monstruo que voy a invocar requiere que el Constructor sea un monstruo Naga, pero no especifica nada de los no Constructores. ¡Invocación Dominante de Tamaño 2! ¡Emperatriz Naga Nü-Wa (2000/2000)!
Una mujer de cabello blanco y la parte inferior de serpiente morada se deslizó sobre el terreno de juego.
-Es más débil que Magnolia, pero…-Fuyiko sabía que esto no sería fácil-. Bien, parece que esto se pone interesante.
El capítulo 53 será: El terror de las Nagas.