MegaMagner
Lealtad sobre honestidad, hasta el último momento.
Welp, solo tardé 2 meses y poco esta vez... Yeih...
Bueno, no más quejas, no más arrepentimientos. A tratar de que salgan aunque sea un "poquito" antes...
Por razones personales me he estancado en este episodio por mucho tiempo. Intenté presentarlo en la mejor forma posible, creo que esta es... Pero aún así tal vez no esté del todo pulido porque necesitaba sacármelo de una vez por todas. No es lo mejor para un capítulo de este tipo pero... Es lo que pude hacer y lo más sano para no tener a la historia pausada en este punto por más tiempo. Espero y que a pesar de todo sea de su agrado, porque desde este punto cosas mejores se avecinan, cosas que esperé mucho tiempo a poder escribir y por las que estoy muy entusiasmado ¡Un fuerte abrazo a todos!
Capítulo 58: Unidad.
Bueno, no más quejas, no más arrepentimientos. A tratar de que salgan aunque sea un "poquito" antes...
Por razones personales me he estancado en este episodio por mucho tiempo. Intenté presentarlo en la mejor forma posible, creo que esta es... Pero aún así tal vez no esté del todo pulido porque necesitaba sacármelo de una vez por todas. No es lo mejor para un capítulo de este tipo pero... Es lo que pude hacer y lo más sano para no tener a la historia pausada en este punto por más tiempo. Espero y que a pesar de todo sea de su agrado, porque desde este punto cosas mejores se avecinan, cosas que esperé mucho tiempo a poder escribir y por las que estoy muy entusiasmado ¡Un fuerte abrazo a todos!
Capítulo 58: Unidad.
Aquella brecha entre Ruth, la imponente ministra de Erkanoth, y los tres duelistas se había desvanecido hacia varios turnos.
Determinados por ayudar a su aliado, convencidos de que peleaban por algo correcto y un incontable esfuerzo los mantuvo en pie, pero también los fortaleció a lo largo del combate. En el momento que la ministra pudo percatarse del fervor con la que sus enemigos combatían; una ráfaga de ataques por los tres sentidos la abrumó, y la sometió hasta dejarla contra las cuerdas.
El combate había llegado a un punto crítico, hasta un límite que ella debía delimitar con urgencia y no solo por el riesgo de su caída, sino por la necesidad de proteger a la persona más importante en su vida... Ello hizo a su faceta más aguerrida surgir, en medio de la frustración y la furia, la fuerza debe sobreponerse. Todo rastro de meticulosidad y paciencia se había terminado en el momento que su carta más fuerte tocara el campo...
Al desvanecerse la nube de polvo que dejaron los restos de los monstruos más fuertes de Leroy se muestra en frente de ellos, una entidad sin parangón; la deidad de todas las serpientes, envuelta por su amenazante aura tóxica y observando a sus enemigos a través de sus brillantes ojos rojos que advierten peligro.
Aún sin saber del todo las capacidades de su nueva carta; el grupo de los tres duelistas solo podían estar atentos no solo para responder, sino también para soportar. Los aires hasta divinos de esa carta advertían de un monstruo muy distinto a cualquiera que hayan confrontado hasta el momento.
Mientras tanto, Raggio a pesar de que sus opciones de resguardarse se achican, no ha dejado de ignorar como los duelistas en los que menos creía han soportado un combate contra la ministra, incluso más allá de lo que esperaba ¿Era algo siquiera posible de imaginar para él?
Un duelo al límite en la última instancia del combate, del cual pende el control de los remanentes del pueblo rural de Erkanoth que sigue en disputa y la ministra atacará con lo mejor que tiene; fuerza implacable.
Ruth 850 Lp (Vennominaga – 2 cartas en mano)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (???/0)
Dylan 500 Lp
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (2500/2500)
(Ferreo Caballero – 2 cartas boca abajo - 2 cartas en mano)
Lorraine 2600 Lp
Sistema de Combate Beligerante Superior (2700/2300)
Leroy 3200 Lp
Gigante Poderoso (2200/0)
Emergida de un pozo de espeso, oscuro y turbio veneno, la majestuosa naga levanta su temible y rojiza mirada sobre sus oponentes, consiente de su abrumador poder, capaz de captar la atención enemiga.
— ¡¿Qué es esa cosa?! — Exclama Leroy, preso de la incertidumbre.
— Ya lo sabremos, esperemos que no por las malas —advierte Dylan, sin poder quitarle la mirada.
— Por ahora, si podemos evitar peligros hagámoslo — señala Lorraine.
— Esta es la carta que va a dar fin a este combate sin equivalencias y a ustedes también — amenaza Ruth.— Comenzando por su ataque, que crece en 500 unidades por cada súbdito en mi cementerio, donde hay seis reptiles.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (???> 3000)
— Es demasiado para mi último monstruo en pie, no me queda nada más por hacer — lamenta. — Termino mi fase de batalla y coloco dos cartas para terminar.
Furia e indignación manifiesta en su robo al tomar con desprecio su carta, pero también ansias de revancha y desquite al esbozar una siniestra sonrisa para iniciar su turno.
— No seré tan meticulosa como los otros turnos, ustedes merecen ser aplastados como los miserables peleadores que son ¡Voy a ponerlos en su lugar como sea! — Brama. — Activo mi carta continua, Debilidad Tóxica y envío un reptil desde mi baraja para reducir en 600 el ataque de un monstruo en campo — en un instante tomando y desechando la carta, la ministra apunta al último monstruo de Leroy. — Y al llegar otro reptil a mi cementerio mi deidad se fortalece.
Gigante Poderoso (2200> 1600)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (3000> 3500)
— Si puede fortalecer su carta cada turno, además de debilitar a nuestros monstruos, va a ser una carta muy peligrosa — advierte Lorraine.
— Veamos si ahora quieren seguir peleando ¡Batalla! Vennominaga, elimina al monstruo de roca ¡Descarga Letal! — Impera.
Vennominaga posa su mirada sobre el gigante y extiende a la serpiente de su brazo, la cual se estira para abalanzarse sobre el monstruo de piedra, mostrando sus colmillos como lanzas...
— Tal vez tuviste que tomarte más molestias con nosotros — replica firme.— Activo la carta trampa de Ruptura Terrestre y al costo de desterrar a Carbonatos Profundo el ataque de Vennominaga se reduce en el ataque original del monstruo desterrado ¡Son 2800 puntos fuera!
El suelo bajo Vennominaga empieza a estremecerse, con la agresividad para hacer colapsar murallas enteras, ante lo cual Ruth no se inmutó.
— Al contrario, los que deberían tomarse más molestias son ustedes ¡Porque Vennominaga no es afectada por ningún efecto! — Responde furiosa.
Los tres duelistas se notaron impactados ante su poderoso efecto, y de inmediato lo vieron al notar que el temblor no podía alcanzar a la naga, rodeada por un halo violeta.
— Ella es una deidad, muy por encima de ustedes e incluso de mí. Pero si algo nos vincula es nuestra fuerza implacable ¡Que no puede ser detenida por ninguno de sus esfuerzos! ¡Termina con su miserable monstruo!
La serpiente alcanza al Gigante Poderoso, destruyendo la roca que lo conforma como si fuera fina porcelana, y haciéndolo estallar.
Leroy 2600 > 700 Lp
El impacto arrastra al duelista varios metros, dejándolo cerca de la cornisa mientras sus compañeros observan preocupados... Pero antes de que pudieran hacer algo más, los tres fueron rodeados por un velo sucio y tóxico.
— ¿Qué es esto? — Llegó a preguntar Lorraine.
— El inicio del efecto más devastador de mi monstruo, cada vez que inflige daño por batalla, ella gana un contador de híper veneno, y cuando llega a tres contadores...
Vennominaga, Deidad de las Serpientes Venenosas (C. Hiper Veneno: 0 > 1)
El velo tóxico se hizo más intenso hasta desvanecer, y en ese instante, los tres fueron invadidos por una súbita sensación de mareo, acompañado por escalofríos que los hizo tambalear.
— U-ugh... ¿Pero qué? — Balbuceó Dylan.
— Cuando llegue a tres contadores voy a ganar el duelo, y ustedes van a colapsar como parte del efecto de su veneno. Este combate va a ser lo último que su memoria va a recordar.
Pasados unos momentos ellos pudieron recuperarse de la impresión del veneno, advertidos por su posible destino si el veneno llegara a completar su ciclo.
— Quedan advertidos de lo que les va a suceder, tal vez así puedan tener menos miedo ¡Termino mi turno con una carta boca abajo!
— Maldición, no mentía en el sentido que existía una diferencia entre ella y el doctor. Ni siquiera necesita reducir nuestros puntos hasta cero para hacernos caer... Solo completar su efecto — advierte Lorraine. — Y ese efecto lo lleva un monstruo demasiado poderoso.
— Entonces tenemos que hacerlo caer, y ya se como — asevera Dylan, comenzando su turno. — ¡Robo! Activo la carta mágica Interconexión Maquinaria y envío un monstruo desde mi baraja al cementerio para que otro en campo gane ataque igual a su nivel multiplicado 200. El ataque de Férreo Caballero se incrementa por el nivel de Mega Taladro (x4).
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (2500> 3300)
— Pero no será todo el uso que Mega Taladro tendrá por esta batalla, el efecto de Férreo Caballero me permite invocarlo y este último va a recibir un incremento en su ataque en 500...
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (3300> 3800)
Fuerza Maquinaria Mega Taladro (1900/800)
— Logró superar el ataque de Vennominaga... — señala Leroy con cierto entusiasmo.
— Si creías que algo tan predecible como eso iba a funcionar te equivocas ¡Se activa el segundo efecto de la Debilidad Tóxica! Una vez cuando realizas una invocación especial envío un monstruo de tipo reptil desde mi mano al cementerio para reducir el ataque de un monstruo monstruo en 400, pero al estar un reptil de nivel 8 o mayor en campo, procedo a enviarlo directo desde mi baraja ¡El ataque de Férreo Caballero decrece y el de Vennominaga sigue aumentando!
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (3800> 3400)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (3500> 4000)
— A estas alturas del combate ¿Piensas que solo haría eso? — Desafiante replica, entonces revela a un monstruo de su mano. — Mecano al regresar a mi mano tras la caída de Cyber Mecano significa que puedo usarlo de nuevo, y lo utilizaré de nuevo pero con Mega Taladro, enviando ambas cartas al cementerio para realizar una invocación de fusión. Atravesando el suelo a la velocidad de su taladro, emerge desde los pies de sus enemigos el combatiente subterráneo ¡Invocación de fusión! Aparece Nivel 7, Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (2600/1900).
Revestido por una oscura armadura de acero al carbono estilizada y dinámica, dotado de un enorme taladro que a altas revoluciones hace girar en contra de su enemigo.
— Sigues sin impresionarme — reprocha Ruth.
— Pronto lo haré — anticipa Dylan. — ¡Batalla! Mecano Taladro, elimina a Vennominaga ¡Excavación implacable! — Impera Dylan.
— Si pretendes ir al golpe por golpe contra mí, vas a salir muy mal parado y más cuando Vennominaga sigue siendo superior. Y no importa que intentes hacerle, porque no va a ser afectada.
— Por Vennominaga no me preocupo, porque solo mi monstruo será el afectado ¡Activo mi trampa continua! Caballería Mecanizada, y cuando un monstruo Fuerza Maquinaria de nivel 5 o mayor batalla; puedo hacer que gane el ataque original de otra máquina en campo hasta el final del turno ¡Con eso Mecano Taladro se hace con los 2000 puntos de Férreo Caballero!
Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (2600> 4600)
La fusión de Dylan toma carrera y llevando su taladro al frente carga contra Vennominaga, utilizando su herramienta cual jabalina. La deidad de las serpientes observa apacible mientras su duelista permanece estoica hasta el instante del impacto.
El campo de batalla se estremece y el polvo almacenado entre los bloques vuela por los alrededores, esa sorprendente imagen contempla Raggio, sin poder creer lo que está viendo. Apoyado sobre un muro para intentar mover lo menos posible su pierna lesionada, observa a esos tres duelistas, "niños" para él, sosteniendo el combate contra la misma enemiga que lo había derrotado hacia minutos.
— ¿Cómo pueden seguir en pie? Se supone que ella es más fuerte que su compañero... A todo esto ¿Estaré alucinando? Se supone que esos niños no son capaces de sostener un combate de esa magnitud... — Permanece inmóvil, sin poder salir de sus pensamientos.
En el momento que una serpiente cayó en su hombro supo que debía seguir en movimiento para no ser una presa, atajando su cabeza y tomando su cuerpo la arroja para seguir en movimiento.
El polvo se disipó, y la imagen del combate vuelve a ser clara.
— No puede ser... — en tono desalentador murmura Dylan.
Mecano Taladro había sido contenido por la sombra de un reptil, resguardando a la deidad de todas las serpientes.
— Sigues sin impresionarme — reprocha, manteniendo su mano sobre una carta revelada. — Trampa de Lealtad Venenosa, a cambio de regresar uno de mis reptiles desterrado a la cima o fondo de mi baraja; niego tu ataque y termino la fase de batalla — señala mientras regresa la carta a la cima de su baraja.
El espectro del reptil repele a Mecano Taladro lejos de su diosa, y luego procede a desvanecerse.
Dylan no tenía más que molestia en su rostro para decir, ver su ataque denegado con tal sencillez y lapidar un ataque clave se sintió como una bofetada en seco. Sus compañeros al verlo también podían percibir la sensación.
— Tsk... No hay más que lamentar, dejo dos cartas boca abajo y termino mi turno.
Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (4600> 2600)
— Entonces hasta ahí llegaron — recrimina la ministra. — ¡Que decepción! Ni con su mejor momento, ni con sus mejores y ni con su mejor combate pudieron hacerme frente. El pobre diablo que no pudo defender su orgullo tenía razones después de todo para prescindir de ustedes — hostiga Ruth. — No son peleadores dignos porque solo se enfrentaron a mí entre los tres ni tampoco están a la altura porque aún entre los tres no pueden conmigo ¡Están condenados a una caída inminente! — Brama Ruth, lejos del hilo calmo con el que inició en el duelo.
Sus palabras resintieron sobre ellos, salvo...
— Ngh... Aunque cueste decirlo, sus palabras tienen algo de sentido — señala Lorraine. — Incluso Raggio fue el que sostuvo la batalla contra el otro ministro todo el tiempo ¿Y si no hubieramos intervenido? Quizás hubiera lidiado con él por su cuenta...
— Me niego a pensar que fuimos una carga en ese duelo, pero tampoco es que sin él nos esté yendo mejor — se limita a pronunciar Leroy.
Salvo sobre Dylan, que no iba permitir que sus amigos cayeron presos de ellas.
— Tantas veces escuché palabras como esas, viniendo de varias personas y muchas veces terminé afectado como ustedes — dirige con firmeza sus palabras. — Hasta que entiendes que hay algo que te mantiene peleando, pero sobre todo que eres mucho más de lo que puedan decir de ti. Ustedes lo saben ¡Yo lo sé, y se que somos capaces de ganar! Mientras sigamos en duelo, lo demás son palabras vacías hasta que alguno se haga con la victoria de una forma u otra.
La réplica de Dylan se hizo escuchar en sus compañeros, quienes asintieron y afirmaron su postura, reponiendo su compostura.
— Aún tenemos un duelo por ganar — afirma Lorraine.
— Y a alguien por salvar — añade Leroy.
— Así se habla... Y si podemos trabajar los tres; lo vamos a conseguir. Solo necesitamos aguantar y también, necesito que mi fusión permanezca en campo todo el tiempo posible — señala Dylan a sus compañeros, que asienten de nueva cuenta.
— Su terquedad empieza a enfermarme — despectiva enuncia. — ¡Quiero ver que intenten derrotarme! — Clama dando inicio a su turno al robar una carta. — Pensaba eliminar a tu compañero sin monstruos, pero tú sigues siendo igual de problemático, aún al borde de quedarte sin puntos ¡Te concederé el honor de caer ante mi en primer lugar! Por el efecto de mi magia continua procedo a debilitar a tu taladro.
Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (2600> 2000)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4000> 4500)
— ¡Y yo quiero ver que intentes derrotar a cualquiera de los dos! — Interviene Leroy. — Carta trampa de Resguardo Pedrusco, y regreso a Granito de mi cementerio a la baraja extra para activarla, por el resto del turno solo puedes atacar a Férreo Caballero, quien además gana ataque igual a la defensa de Granito (1400).
Una luz turquesa se levantó por detrás de Ferreo Caballero, de inmediato tomando forma de la carta as de Leroy para desvanecerse en el instante.
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (3400> 4800)
— Con eso puedes ganar tiempo — avisa Leroy.
— Pero no mucho más — irrumpe Ruth. — ¡Se activa el segundo efecto de Lealtad Venenosa! Enviando un reptil en mi mano al cementerio la vuelvo a colocar en campo — el monstruo que había regresado por el efecto de su trampa caía de nueva cuenta al cementerio, y la carta regresa al campo.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4500> 5000)
— ¡No puede ser! Ahora puede proteger a su monstruo de nuevo — advierte Dylan.
— En cambio ustedes no van a poder protegerse ¡Batalla! Vennominaga, elimina a su monstruo con tu descarga divina.
— Debo conservar a Mecano Taladro, así que tendré que dejarlo caer.... — lamenta Dylan.
La naga vuelve a atacar con la serpiente en su brazo, que sin mayores obstáculos alcanza al Férreo Caballero, cuya espada no lo pudo defender. La serpiente conectó su mordida de lleno en el armazón metálico, perforándolo como si nada.
Dylan 500 > 300 Lp
— Urgh... Lo siento...
— Ahora que recibes daño, por el efecto de Vennominaga ella ganará un contador más de hiper veneno, acercándome aún más a la victoria y a ustedes... Hacia el abismo.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (C. Hiper Veneno: 1 > 2)
La nube tóxica se levanta de nuevo y envuelve a los tres duelistas, esta vez trayendo consigo una fuerte sensación de debilidad, tan agresiva que incluso deja a Dylan de rodillas.
— ¡Ugh! E-eso no será suficiente para vencernos... — balbucea Dylan, afectado por el veneno de la deidad.
— Una apuesta muy alta para alguien de rodillas... Pronto van a ser una buena compañía para su amigo, coloco una carta boca abajo y termina mi turno.
— No es una apuesta, es una afirmación — replica, intentando reponerse del efecto. De inmediato voltea la mirada hacia su amiga. — Lorraine... Haz lo que mejor sabes hacer.
Dando un vistazo rápido al panorama asintió, captando perfectamente a lo que se refiere.
— A veces los problemas difíciles tienen soluciones sencillas... — pronuncia con detenimiento, y tras respirar hondo se repuso para continuar. — ¡Robo! Activo mi carta boca abajo, Sistema de Soporte Avanzado y enviando a un Sistema de Combate de mi mano al cementerio puedo añadir una carta que liste "Sistema de Combate" en su nombre — daba inicio, preparando las piezas necesarias.
— No importa lo que estés pensando ¡Si no puedes superar a Vennominaga no tiene caso que lo intentes! — Asevera la ministra. — ¡Mi fuerza los supera ampliamente!
— ¿Sabes que es gracioso? — Cuestiona Dylan, con cierta ironía en sus palabras. — Ahora mismo estás haciendo todo lo que le reprochaste a Raggio, apostar todo a la fuerza y el poder bruto. Renunciaste a todas tus otras jugadas solo por ir directo a por nuestros puntos de vida, monstruos, y hacer que tu carta más fuerte gane los contadores...
— Hago lo que tengo que hacer ¡No importa si debo resignar todo lo demás por destruirlos no pienso dudarlo por otro segundo!
— Y... Eso te ha costado estar expuesta a todo lo demás.
— Entre lo que abarca "todo lo demás" está mi especialidad y son los ataques directos — anuncia Lorraine. — Activo en mi cementerio el efecto del monstruo descartado, el Sistema de Combate Détonateur que puedo desterrarlo para destruir una carta boca abajo en el campo y selecciono a la Lealtad Venenosa boca abajo.
Una explosión controlada redujo a cenizas la defensa de la ministra.
— Tsk... Pudo deshacerse de mi defensa — lamenta Ruth.
— Y no es todo, porque haré uso de la carta que añadí ¡Carta mágica! ¡Sistema de Práctica de Tiro! Al ser activada puedo invocar de cualquier lado del campo un monstruo Sistema de Combate con sus efectos negados en modo defensivo, y regresa de tu lado del campo el Sistema de Combate Patrulla Androide (2100/300).
Al completar su jugada, Lorraine esboza una sonrisa de plena confianza.
— Si Beligerante conecta el ataque contra su propio monstruo va a provocar que se active su efecto, y en un segundo ataque directo lo va a derrotar... — Indica Leroy.
— Y ni siquiera fue necesario combatir a tu monstruo en primer lugar — señala Lorraine a la ministra. — ¡Batalla! Sistema de Combate Beligerante Superior, ataca a... — pero antes de terminar de enunciar su orden, una carcajada de la ministra la hace detenerse en seco. — ¿Eh?
— Ja... Ja... ¡¿Piensas que era tan ingenua para no haberme dado cuenta de como peleas?! Activo mi otra carta tapada, Prisión Venenosa y al costo de regresar un reptil de mi cementerio a mi mano hago que un monstruo que controles deba atacar a Vennominaga ¡Ella te lo ordena!
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (5000> 4500)
— ¡¿Como?! — Consternada exclama. —E-eso significa que...
— ¡Significa que es ahora o nunca! — Irrumpe Dylan. — Respondo con mi carta trampa de Intervención Maquinaria, y cuando activas un efecto que selecciona a uno o más monstruos en campo; puedo cambiar los objetivos al mismo número de monstruos Fuerza Maquinaria compatibles con el efecto en mi campo ¡Ahora tu nuevo objetivo es Mecano Taladro!
— ¿Qué intentas hacer Dylan? — Cuestiona Leroy. — Si ese ataque conecta el resultado será el mismo...
— Confío en que sabes lo que haces, porque si eso llega a ser irrelevante; juro que lo vas a lamentar.
— A decir verdad... Gracias por el voto de confianza, supongo — responde Dylan. En ese instante regresa su vista al combate. — Mecano Taladro se verá forzado a atacarte por el efecto de tu carta ¡Ataca con Excavadora implacable! — Impera Dylan a su monstruo.
— Es admirable que hayan logrado sacarme de quicio hasta este punto, tienen mi reconocimiento ¡Ahora desaparezcan! ¡Termina este duelo Vennominaga! ¡Descarga letal!
El guerrero mecánico se precipita con su taladro girando en contra de la diosa serpiente, cuya súbdito abre sus fauces para contrarrestar el ataque.
— Agradecemos su halago, pero después de todo no lo necesitamos ¡Utilizo mi última carta boca abajo! Activo la carta trampa de Waboku y además de que mis monstruos no son destruidos en batalla y no recibo daño alguno.
Una barrera mística envuelve a Mecano Taladro instantes antes del choque de ataques. La serpiente logra contener el ataque del monstruo de Dylan, pero no posee la suficiente fuerza para repelerlo siquiera.
— ¡¿Qué sentido tuvo esa batalla si nada ha sucedido?! Solo acabas de extender este combate más de lo necesario — reprocha Ruth en pleno enfado.
Pero había algo más que la molestaba, la sonrisa de su oponente.
— De hecho algo acaba de suceder, pero no a la simple vista del campo de batalla — señala. — Si no en tu cementerio ¡Se activa el efecto de Mecano Taladro! Después del cálculo de daño puedo seleccionar una carta en cualquier cementerio y regresarla a la baraja, entonces selecciono a Vennominom, Rey de las Serpientes Venenosas...
El rey de las serpientes sale expulsado del cementerio de Ruth, y ella toma su carta desconcertada.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4500> 4000)
— ¡¿Eh?! ¿Qué significa esto? Esa no es la debilidad de Vennominaga, ella es mucho más que cualquier reptil pasado y venidero. Además, apenas pudiste...
— Eso apenas es el comienzo de su efecto más fuerte ¡Porque ahora Mecano Taladro puede desterrar una carta en tu cementerio por cada nivel del monstruo regresado! ¡Y el nivel de Vennominom era ocho!
La ministra comprendió en la gravedad del asunto una vez que procesó el efecto.
— ¡¿Cómo dices?! ¡No puedes estar hablando en serio! — Consternada exclamó, retrocediendo un par de pasos presa del pánico.
Mecano Taladro se desprendió del ataque de la naga y saltó por encima de ella, para caer en el medio de sus espaldas y su duelista, todavía girando su herramienta a gran velocidad.
— Cuando no quede nadie bajo sus pies, ya no será la deidad de nadie... ¡Excavación profunda!
El monstruo afirmó su herramienta en el suelo, y empezó a hacerlo girar. El suelo empezó a estremecerse y los reptiles restantes en el cementerio de la ministra salieron expulsados uno por uno.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4000> 0)
Terminada la excavación, el monstruo de Dylan regresó a su puesto y la vía libre hacia el indefenso monstruo de la ministra estaba abierta.
— N-no... No puedo perder de esta manera — temblorosa pronuncia Ruth, sin poder concebir lo que estaba viendo y viviendo.
— ¡Bien hecho! — Celebra Leroy ante la jugada de Dylan.
— Si no hubiera sido porque me cubriste esto no hubiera sucedido, necesitaba guardar esa Waboku hasta el momento adecuado — señala Dylan.
— Después de todo lo que hicieron no puedo fallar ahora ¡Es mi momento! — Toma Lorraine el mando. — Si querías que ataque a tu monstruo; eso haré ¡Batalla! Sistema de Combate Beligerante Superior (2700) ¡Termina este duelo con Asedio Superior!
El guerrero mecanizado extiende sus alas para sobrevolar el campo, y precipitarse en picada sobre la debilitada deidad, quien ni siquiera puede reaccionar.
— E-eso significa que... — balbucea Ruth, entendiendo el resultado inminente. — Te he fallado, Viona...
De forma certera, Beligerante Superior conecta el ataque a través de Vennominaga y de inmediato alcanzando a la ministra, empujándola fuera del campo de combate.
Ruth 850 > 0 Lp
— ¡Uargh! — Un grito desgarrador deja escapar la ministra, que resuena a lo largo y lo ancho de los remanentes del pueblo, y alerta a todos quienes siguen peleando.
Los agresores de Erkanoth entendieron que su superior había caído en combate, y tan pronto como pudieron; terminaron de manera abrupta todos sus combates y se retiraron lejos del alcance de la guardia, quienes se quedaron con el territorio.
El grito que determinó la victoria llegó también hasta Raggio, quien prácticamente acorralado pudo dilucidar lo que estaba sucediendo.
— ¡¿Lo lograron?! — Exclama al aire, sin poder entenderlo del todo.
La ministra siguió cayendo hasta detenerse bruscamente al impactar contra las ruinas de unas viviendas. Sus paredes estaban tan débiles que las atravesó con el impacto, y siguió rodando hasta detenerse en los pasillos de la edificación rodeada de polvo y escombros.
— U-urgh... ¿C-como puede ser po-posible? — Entre quejidos lamenta. Los múltiples golpes y magullones le causaron muchas dificultades al levantarse. — Afff... Afff... Urgh... E-esto es u-una... Desgracia para una ministra — lamenta, casi arrastrándose contra los muros para avanzar, mientras con una mano palpa continuamente la superficie de la pared en búsqueda de algo. Al llegar a un relieve en particular se detiene.— Agh... Espero que Erkanoth tenga piedad sobre mí, mi falla no tiene perdón... — Recoge su brazo y con un último esfuerzo empuja ese relieve en particular, una placa de piedra se mueve para revelar un pasadizo se abre en frente suyo. Con sus últimas fuerzas ingresa y se adentra, para que la placa se cierre detrás suyo.
Y... Se pudieron hacer con la victoria tras un sufrido combate, sin embargo, no tenían tiempo de cantar victoria. Aún debían rescatar a Raggio y esperar al resto de la guardia no era un lujo que se podían dar. Lorraine fue de inmediato a buscar a donde se había metido su superior mientras que Dylan y Leroy buscaban la cuerda en la mochila designada.
— Espero que no hayas quitado cosas solo por llevar más comida — dice Dylan, mientras buscaba el objeto.
— ¿Tan mal piensas de mí?
— A veces...
Encontraron la cuerda, y tan rápido como Lorraine dió con Raggio se acercaron para lanzarla hacia él.
— ¿Creen que podrá escalar en su estado? — Preocupada pregunta Lorraine.
— Tampoco tiene muchas opciones a decir verdad... — Responde Leroy.
— ¡Oigan! No se distraigan, acaba de sujetarla.
Aún si eran tres; tratar de soportar a un hombre de su corpulencia y complexión no fue sencillo, mucho menos si estaba lesionado y escalaba a poca velocidad. Por más que los brazos dolieran y las piernas temblaran, no soltaron la cuerda en ningún momento, permitiendo que Raggio saliera de peligro. Terminaron exhaustos, pero aliviados de que todo hubiera pasado.
El alboroto y conmoción atrajo a todos los miembros de la guardia dispersos hacia donde se había librado la batalla. Una vez pudieron acomodarse y establecerse; pudieron traer la asistencia necesaria para volver a traer estabilidad a la muy convulsionada misión.
Toda aquella odisea no pasó con indiferencia bajo el radar de Excelsior, quien tan rápido como pudo se presentó en el campamento central, con la principal intención de hablar con el coordinador de la guardia, pero también su viejo amigo; Raggio.
A la noche bajo la calidez , y seguridad, de la tienda principal en el campamento ambos pudieron entablar la conversación. En un inicio siendo Raggio quien cuenta todo lo sucedido desde su lugar.
— Entiendo... Así que fue una jornada un tanto intensa — sereno pero a la vez concernido contesta. — Primero que nada ¿Puedes seguir trabajando pese a tu lesión? ¿O realmente te dificulta demasiado?
Para Raggio no es una conversación fácil ni deseada. Había fallado a su palabra y tal vez al propio Excelsior por poner en riesgo la misión, más aún pesa sobre sus hombros la conversación previa al adentrarse en las profundidades.
— No es grave, en unos días estaré repuesto... — en un tono apagado contesta, mirando hacia otro lado de inmediato.
Pero la herida más grande no era la de su tobillo o cualquiera de los moretones, su orgullo había sido lastimado de gravedad. Los cuestionamientos de Excelsior, su caída ante Ruth y luego ser salvado por las personas que más repelía fue casi fatal para algo muy dentro suyo. De ser el soldado que salió del infierno y hasta condecorado por ser el peleador más significativo en la exploración; a ser alguien que debió tragarse cada una de sus palabras junto a su orgullo.
— Ya veo... Parece que esta vez te han devuelto el favor a ti. Primero salvas a los muchachos contra el doctor ese y luego te salvan a ti... Ja ja, y pensar que nunca creíste en ellos, no todo se trata del orgullo — comenta Excelsior, a sabiendas de como atacar a su compañero donde más le duele. — Parece que encontraron muchas cosas interesantes también, pero es un poco lo de menos en estos momentos.
— Salir con vida y sacarnos de encima a la ministra fue mucho más importante — contesta Raggio.
— Que estén todos fuera de peligro es más importante después de todo. Lo que encontremos allí abajo puede quedar sepultado por kilómetros de tierra si significa que ustedes saldrán sanos y salvo... Pero más allá de eso; tenemos algunos asuntos que tratar mi estimado amigo.
— Ya tratamos demasiados asuntos día a día, Excelsior... — esquivo pronuncia.
— Lo cual es bueno, ello implica que cada día tenemos un margen de mejora. Podemos mejorar la eficiencia de combate, rescate de evidencia y piezas, y fundamentalmente en el trabajo en equipo.
— Sigh... ¿Piensas que no me doy cuenta de los rodeos que intentas aplicar conmigo?
— ¿Cuales rodeos? No te dirigiría la palabra si no tuviera algo importante que decir, y tu lo sabes... Mira, comprendo perfectamente que no te agradó la idea que incorpore tanto a Dylan, Lorraine y Leroy al equipo, pero ellos se esfuerzan. Han demostrado muchas de las cosas afines con la filosofía de mi trabajo, incluso se preocupan por los demás, así como te preocupas por ellos.
— No confundas sentimientos con deber... — interrumpe Raggio.
— El fin sigue siendo el mismo, preservar y fortalecer. No te voy a obligar a hacer algo que no quieras, pero intenta ser algo más... Receptivo, respecto a ellos. No son malos chicos después de todo... Voy un momento afuera, si quieres acompáñame. Tampoco me gusta la idea de quedarme todo el tiempo dentro de la tienda ¿Sabes?
Ambos salieron al exterior de la tienda, y luego el profesor se aleja algunos pasos más por fuera del camino principal, Raggio lo sigue. Desde donde Excelsior se detiene, se puede observar un poco de lejos al grupo de Dylan, Leroy y Lorraine, al rededor de la luz de un faro compartiendo tiempo por ocio con otros miembros de la guardia, entre los que estaban Kallie, Neón, Zaigor y Claude.
— Ellos son partes de este grupo como los demás. No hay orgullo, solo convivencia y cooperación, donde todos se cuidan el uno al otro... Una imagen con la que sueño que algún día el mundo tome forma.
— Siempre me lo dices. Solo espero servir a la causa de la mejor forma posible...
— ¡Pero bueno! Creo que me estoy desviando — acota Excelsior, soltando una tenue carcajada. — Aunque creo que ya me entiendes. Ellos hacen lo mejor que pueden, intenta ayudarlos en la medida de lo posible y tal vez sea más llevadero. Tal vez, encuentres algo más grato de lo que esperas, y también espero que ello pueda fortalecerte, tu estás al mando y debes procurar cuidarlos. Sé de lo que eres capaz y por eso tienes mi plena confianza.
— Entiendo...
— De acuerdo... En tal caso debo retirarme por hoy, me aguardan días muy ocupados.
— E-espere ¿No se supone que hablaríamos acerca de las misiones en primer lugar?
— Ah, eso... Ya tendremos otro día para hablarlo, por ahora descansa Raggio. Se aproximan unos días atareados, pero que también nos van a servir para recular un poco. Vamos a pausar nuestros avances unos días, hay varias cuestiones que no puedo abarcar en una sola conversación... Ni con solo 5 horas de sueño, maldita sea, necesito dormir un poco más...
Para Excelsior ese era el final de la jornada por un buen tiempo, la misión fue exitosa pese a sus contratiempos y todo el equipo está íntegro. Días calmados y de descanso eran los que estaban por delante suyo... Todo lo contrario para alguien en las profundidades de Erkanoth.
Al contrario de alguien resguardada en una fortaleza abandonada, lejos de los altos mandos de Erkanoth; su jornada acababa de empezar. En su sala principal hay varias estatuas de personalidades difuminadas por los daños del paso del tiempo, y pilares que definen un camino terminado en un altar, dominado por un trono en donde una mujer se encuentra sentada. La poca luz que las velas sueltan al ambiente dejan ver que se encuentra de piernas cruzadas y sosteniendo una copa cuyo contenido parece vino. También, su rostro apunta al centro de la sala por donde alguien se acerca y se detiene en el medio.
— Tengo noticias importantes que darle. Nos hemos enterado que la ministra Ruth ha caído en combate contra aquellos que vienen de parte de un tal "Excelsior."
— Ah... Que lástima, parece que la amiga del doctor raro ese también ha caído — con desinterés se limita a comentar, dando un sorbo a su copa. — ¿Algo más que comentar?
— Si, y es que aparentemente los ministros de Erkanoth estarían interesados en negociar con usted.
Las palabras de ese sujeto hacen que la dama deje su copa de lado para mirar al sujeto.
— ¿En serio? — Su atención era toda para el mensajero. — Parece que se cansaron de seguir intentando con sus mediocres dragoneantes, quien lo diría. Para ser honesta... Creí que tardarían mucho menos en contactar con nosotros...
De entre las sombras salieron cuatro siluetas de detrás del trono donde la mujer permanecía sentada, de complexiones dispares entre sí.
— Damas y caballeros, parece que tenemos trabajo.
Determinados por ayudar a su aliado, convencidos de que peleaban por algo correcto y un incontable esfuerzo los mantuvo en pie, pero también los fortaleció a lo largo del combate. En el momento que la ministra pudo percatarse del fervor con la que sus enemigos combatían; una ráfaga de ataques por los tres sentidos la abrumó, y la sometió hasta dejarla contra las cuerdas.
El combate había llegado a un punto crítico, hasta un límite que ella debía delimitar con urgencia y no solo por el riesgo de su caída, sino por la necesidad de proteger a la persona más importante en su vida... Ello hizo a su faceta más aguerrida surgir, en medio de la frustración y la furia, la fuerza debe sobreponerse. Todo rastro de meticulosidad y paciencia se había terminado en el momento que su carta más fuerte tocara el campo...
Al desvanecerse la nube de polvo que dejaron los restos de los monstruos más fuertes de Leroy se muestra en frente de ellos, una entidad sin parangón; la deidad de todas las serpientes, envuelta por su amenazante aura tóxica y observando a sus enemigos a través de sus brillantes ojos rojos que advierten peligro.
Aún sin saber del todo las capacidades de su nueva carta; el grupo de los tres duelistas solo podían estar atentos no solo para responder, sino también para soportar. Los aires hasta divinos de esa carta advertían de un monstruo muy distinto a cualquiera que hayan confrontado hasta el momento.
Mientras tanto, Raggio a pesar de que sus opciones de resguardarse se achican, no ha dejado de ignorar como los duelistas en los que menos creía han soportado un combate contra la ministra, incluso más allá de lo que esperaba ¿Era algo siquiera posible de imaginar para él?
Un duelo al límite en la última instancia del combate, del cual pende el control de los remanentes del pueblo rural de Erkanoth que sigue en disputa y la ministra atacará con lo mejor que tiene; fuerza implacable.
Ruth 850 Lp (Vennominaga – 2 cartas en mano)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (???/0)
Dylan 500 Lp
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (2500/2500)
(Ferreo Caballero – 2 cartas boca abajo - 2 cartas en mano)
Lorraine 2600 Lp
Sistema de Combate Beligerante Superior (2700/2300)
Leroy 3200 Lp
Gigante Poderoso (2200/0)
Emergida de un pozo de espeso, oscuro y turbio veneno, la majestuosa naga levanta su temible y rojiza mirada sobre sus oponentes, consiente de su abrumador poder, capaz de captar la atención enemiga.
— ¡¿Qué es esa cosa?! — Exclama Leroy, preso de la incertidumbre.
— Ya lo sabremos, esperemos que no por las malas —advierte Dylan, sin poder quitarle la mirada.
— Por ahora, si podemos evitar peligros hagámoslo — señala Lorraine.
— Esta es la carta que va a dar fin a este combate sin equivalencias y a ustedes también — amenaza Ruth.— Comenzando por su ataque, que crece en 500 unidades por cada súbdito en mi cementerio, donde hay seis reptiles.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (???> 3000)
— Es demasiado para mi último monstruo en pie, no me queda nada más por hacer — lamenta. — Termino mi fase de batalla y coloco dos cartas para terminar.
Furia e indignación manifiesta en su robo al tomar con desprecio su carta, pero también ansias de revancha y desquite al esbozar una siniestra sonrisa para iniciar su turno.
— No seré tan meticulosa como los otros turnos, ustedes merecen ser aplastados como los miserables peleadores que son ¡Voy a ponerlos en su lugar como sea! — Brama. — Activo mi carta continua, Debilidad Tóxica y envío un reptil desde mi baraja para reducir en 600 el ataque de un monstruo en campo — en un instante tomando y desechando la carta, la ministra apunta al último monstruo de Leroy. — Y al llegar otro reptil a mi cementerio mi deidad se fortalece.
Gigante Poderoso (2200> 1600)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (3000> 3500)
— Si puede fortalecer su carta cada turno, además de debilitar a nuestros monstruos, va a ser una carta muy peligrosa — advierte Lorraine.
— Veamos si ahora quieren seguir peleando ¡Batalla! Vennominaga, elimina al monstruo de roca ¡Descarga Letal! — Impera.
Vennominaga posa su mirada sobre el gigante y extiende a la serpiente de su brazo, la cual se estira para abalanzarse sobre el monstruo de piedra, mostrando sus colmillos como lanzas...
— Tal vez tuviste que tomarte más molestias con nosotros — replica firme.— Activo la carta trampa de Ruptura Terrestre y al costo de desterrar a Carbonatos Profundo el ataque de Vennominaga se reduce en el ataque original del monstruo desterrado ¡Son 2800 puntos fuera!
El suelo bajo Vennominaga empieza a estremecerse, con la agresividad para hacer colapsar murallas enteras, ante lo cual Ruth no se inmutó.
— Al contrario, los que deberían tomarse más molestias son ustedes ¡Porque Vennominaga no es afectada por ningún efecto! — Responde furiosa.
Los tres duelistas se notaron impactados ante su poderoso efecto, y de inmediato lo vieron al notar que el temblor no podía alcanzar a la naga, rodeada por un halo violeta.
— Ella es una deidad, muy por encima de ustedes e incluso de mí. Pero si algo nos vincula es nuestra fuerza implacable ¡Que no puede ser detenida por ninguno de sus esfuerzos! ¡Termina con su miserable monstruo!
La serpiente alcanza al Gigante Poderoso, destruyendo la roca que lo conforma como si fuera fina porcelana, y haciéndolo estallar.
Leroy 2600 > 700 Lp
El impacto arrastra al duelista varios metros, dejándolo cerca de la cornisa mientras sus compañeros observan preocupados... Pero antes de que pudieran hacer algo más, los tres fueron rodeados por un velo sucio y tóxico.
— ¿Qué es esto? — Llegó a preguntar Lorraine.
— El inicio del efecto más devastador de mi monstruo, cada vez que inflige daño por batalla, ella gana un contador de híper veneno, y cuando llega a tres contadores...
Vennominaga, Deidad de las Serpientes Venenosas (C. Hiper Veneno: 0 > 1)
El velo tóxico se hizo más intenso hasta desvanecer, y en ese instante, los tres fueron invadidos por una súbita sensación de mareo, acompañado por escalofríos que los hizo tambalear.
— U-ugh... ¿Pero qué? — Balbuceó Dylan.
— Cuando llegue a tres contadores voy a ganar el duelo, y ustedes van a colapsar como parte del efecto de su veneno. Este combate va a ser lo último que su memoria va a recordar.
Pasados unos momentos ellos pudieron recuperarse de la impresión del veneno, advertidos por su posible destino si el veneno llegara a completar su ciclo.
— Quedan advertidos de lo que les va a suceder, tal vez así puedan tener menos miedo ¡Termino mi turno con una carta boca abajo!
— Maldición, no mentía en el sentido que existía una diferencia entre ella y el doctor. Ni siquiera necesita reducir nuestros puntos hasta cero para hacernos caer... Solo completar su efecto — advierte Lorraine. — Y ese efecto lo lleva un monstruo demasiado poderoso.
— Entonces tenemos que hacerlo caer, y ya se como — asevera Dylan, comenzando su turno. — ¡Robo! Activo la carta mágica Interconexión Maquinaria y envío un monstruo desde mi baraja al cementerio para que otro en campo gane ataque igual a su nivel multiplicado 200. El ataque de Férreo Caballero se incrementa por el nivel de Mega Taladro (x4).
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (2500> 3300)
— Pero no será todo el uso que Mega Taladro tendrá por esta batalla, el efecto de Férreo Caballero me permite invocarlo y este último va a recibir un incremento en su ataque en 500...
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (3300> 3800)
Fuerza Maquinaria Mega Taladro (1900/800)
— Logró superar el ataque de Vennominaga... — señala Leroy con cierto entusiasmo.
— Si creías que algo tan predecible como eso iba a funcionar te equivocas ¡Se activa el segundo efecto de la Debilidad Tóxica! Una vez cuando realizas una invocación especial envío un monstruo de tipo reptil desde mi mano al cementerio para reducir el ataque de un monstruo monstruo en 400, pero al estar un reptil de nivel 8 o mayor en campo, procedo a enviarlo directo desde mi baraja ¡El ataque de Férreo Caballero decrece y el de Vennominaga sigue aumentando!
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (3800> 3400)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (3500> 4000)
— A estas alturas del combate ¿Piensas que solo haría eso? — Desafiante replica, entonces revela a un monstruo de su mano. — Mecano al regresar a mi mano tras la caída de Cyber Mecano significa que puedo usarlo de nuevo, y lo utilizaré de nuevo pero con Mega Taladro, enviando ambas cartas al cementerio para realizar una invocación de fusión. Atravesando el suelo a la velocidad de su taladro, emerge desde los pies de sus enemigos el combatiente subterráneo ¡Invocación de fusión! Aparece Nivel 7, Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (2600/1900).
Revestido por una oscura armadura de acero al carbono estilizada y dinámica, dotado de un enorme taladro que a altas revoluciones hace girar en contra de su enemigo.
— Sigues sin impresionarme — reprocha Ruth.
— Pronto lo haré — anticipa Dylan. — ¡Batalla! Mecano Taladro, elimina a Vennominaga ¡Excavación implacable! — Impera Dylan.
— Si pretendes ir al golpe por golpe contra mí, vas a salir muy mal parado y más cuando Vennominaga sigue siendo superior. Y no importa que intentes hacerle, porque no va a ser afectada.
— Por Vennominaga no me preocupo, porque solo mi monstruo será el afectado ¡Activo mi trampa continua! Caballería Mecanizada, y cuando un monstruo Fuerza Maquinaria de nivel 5 o mayor batalla; puedo hacer que gane el ataque original de otra máquina en campo hasta el final del turno ¡Con eso Mecano Taladro se hace con los 2000 puntos de Férreo Caballero!
Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (2600> 4600)
La fusión de Dylan toma carrera y llevando su taladro al frente carga contra Vennominaga, utilizando su herramienta cual jabalina. La deidad de las serpientes observa apacible mientras su duelista permanece estoica hasta el instante del impacto.
El campo de batalla se estremece y el polvo almacenado entre los bloques vuela por los alrededores, esa sorprendente imagen contempla Raggio, sin poder creer lo que está viendo. Apoyado sobre un muro para intentar mover lo menos posible su pierna lesionada, observa a esos tres duelistas, "niños" para él, sosteniendo el combate contra la misma enemiga que lo había derrotado hacia minutos.
— ¿Cómo pueden seguir en pie? Se supone que ella es más fuerte que su compañero... A todo esto ¿Estaré alucinando? Se supone que esos niños no son capaces de sostener un combate de esa magnitud... — Permanece inmóvil, sin poder salir de sus pensamientos.
En el momento que una serpiente cayó en su hombro supo que debía seguir en movimiento para no ser una presa, atajando su cabeza y tomando su cuerpo la arroja para seguir en movimiento.
El polvo se disipó, y la imagen del combate vuelve a ser clara.
— No puede ser... — en tono desalentador murmura Dylan.
Mecano Taladro había sido contenido por la sombra de un reptil, resguardando a la deidad de todas las serpientes.
— Sigues sin impresionarme — reprocha, manteniendo su mano sobre una carta revelada. — Trampa de Lealtad Venenosa, a cambio de regresar uno de mis reptiles desterrado a la cima o fondo de mi baraja; niego tu ataque y termino la fase de batalla — señala mientras regresa la carta a la cima de su baraja.
El espectro del reptil repele a Mecano Taladro lejos de su diosa, y luego procede a desvanecerse.
Dylan no tenía más que molestia en su rostro para decir, ver su ataque denegado con tal sencillez y lapidar un ataque clave se sintió como una bofetada en seco. Sus compañeros al verlo también podían percibir la sensación.
— Tsk... No hay más que lamentar, dejo dos cartas boca abajo y termino mi turno.
Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (4600> 2600)
— Entonces hasta ahí llegaron — recrimina la ministra. — ¡Que decepción! Ni con su mejor momento, ni con sus mejores y ni con su mejor combate pudieron hacerme frente. El pobre diablo que no pudo defender su orgullo tenía razones después de todo para prescindir de ustedes — hostiga Ruth. — No son peleadores dignos porque solo se enfrentaron a mí entre los tres ni tampoco están a la altura porque aún entre los tres no pueden conmigo ¡Están condenados a una caída inminente! — Brama Ruth, lejos del hilo calmo con el que inició en el duelo.
Sus palabras resintieron sobre ellos, salvo...
— Ngh... Aunque cueste decirlo, sus palabras tienen algo de sentido — señala Lorraine. — Incluso Raggio fue el que sostuvo la batalla contra el otro ministro todo el tiempo ¿Y si no hubieramos intervenido? Quizás hubiera lidiado con él por su cuenta...
— Me niego a pensar que fuimos una carga en ese duelo, pero tampoco es que sin él nos esté yendo mejor — se limita a pronunciar Leroy.
Salvo sobre Dylan, que no iba permitir que sus amigos cayeron presos de ellas.
— Tantas veces escuché palabras como esas, viniendo de varias personas y muchas veces terminé afectado como ustedes — dirige con firmeza sus palabras. — Hasta que entiendes que hay algo que te mantiene peleando, pero sobre todo que eres mucho más de lo que puedan decir de ti. Ustedes lo saben ¡Yo lo sé, y se que somos capaces de ganar! Mientras sigamos en duelo, lo demás son palabras vacías hasta que alguno se haga con la victoria de una forma u otra.
La réplica de Dylan se hizo escuchar en sus compañeros, quienes asintieron y afirmaron su postura, reponiendo su compostura.
— Aún tenemos un duelo por ganar — afirma Lorraine.
— Y a alguien por salvar — añade Leroy.
— Así se habla... Y si podemos trabajar los tres; lo vamos a conseguir. Solo necesitamos aguantar y también, necesito que mi fusión permanezca en campo todo el tiempo posible — señala Dylan a sus compañeros, que asienten de nueva cuenta.
— Su terquedad empieza a enfermarme — despectiva enuncia. — ¡Quiero ver que intenten derrotarme! — Clama dando inicio a su turno al robar una carta. — Pensaba eliminar a tu compañero sin monstruos, pero tú sigues siendo igual de problemático, aún al borde de quedarte sin puntos ¡Te concederé el honor de caer ante mi en primer lugar! Por el efecto de mi magia continua procedo a debilitar a tu taladro.
Fuerza Maquinaria Mecano Taladro (2600> 2000)
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4000> 4500)
— ¡Y yo quiero ver que intentes derrotar a cualquiera de los dos! — Interviene Leroy. — Carta trampa de Resguardo Pedrusco, y regreso a Granito de mi cementerio a la baraja extra para activarla, por el resto del turno solo puedes atacar a Férreo Caballero, quien además gana ataque igual a la defensa de Granito (1400).
Una luz turquesa se levantó por detrás de Ferreo Caballero, de inmediato tomando forma de la carta as de Leroy para desvanecerse en el instante.
Fuerza Maquinaria Férreo Caballero (3400> 4800)
— Con eso puedes ganar tiempo — avisa Leroy.
— Pero no mucho más — irrumpe Ruth. — ¡Se activa el segundo efecto de Lealtad Venenosa! Enviando un reptil en mi mano al cementerio la vuelvo a colocar en campo — el monstruo que había regresado por el efecto de su trampa caía de nueva cuenta al cementerio, y la carta regresa al campo.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4500> 5000)
— ¡No puede ser! Ahora puede proteger a su monstruo de nuevo — advierte Dylan.
— En cambio ustedes no van a poder protegerse ¡Batalla! Vennominaga, elimina a su monstruo con tu descarga divina.
— Debo conservar a Mecano Taladro, así que tendré que dejarlo caer.... — lamenta Dylan.
La naga vuelve a atacar con la serpiente en su brazo, que sin mayores obstáculos alcanza al Férreo Caballero, cuya espada no lo pudo defender. La serpiente conectó su mordida de lleno en el armazón metálico, perforándolo como si nada.
Dylan 500 > 300 Lp
— Urgh... Lo siento...
— Ahora que recibes daño, por el efecto de Vennominaga ella ganará un contador más de hiper veneno, acercándome aún más a la victoria y a ustedes... Hacia el abismo.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (C. Hiper Veneno: 1 > 2)
La nube tóxica se levanta de nuevo y envuelve a los tres duelistas, esta vez trayendo consigo una fuerte sensación de debilidad, tan agresiva que incluso deja a Dylan de rodillas.
— ¡Ugh! E-eso no será suficiente para vencernos... — balbucea Dylan, afectado por el veneno de la deidad.
— Una apuesta muy alta para alguien de rodillas... Pronto van a ser una buena compañía para su amigo, coloco una carta boca abajo y termina mi turno.
— No es una apuesta, es una afirmación — replica, intentando reponerse del efecto. De inmediato voltea la mirada hacia su amiga. — Lorraine... Haz lo que mejor sabes hacer.
Dando un vistazo rápido al panorama asintió, captando perfectamente a lo que se refiere.
— A veces los problemas difíciles tienen soluciones sencillas... — pronuncia con detenimiento, y tras respirar hondo se repuso para continuar. — ¡Robo! Activo mi carta boca abajo, Sistema de Soporte Avanzado y enviando a un Sistema de Combate de mi mano al cementerio puedo añadir una carta que liste "Sistema de Combate" en su nombre — daba inicio, preparando las piezas necesarias.
— No importa lo que estés pensando ¡Si no puedes superar a Vennominaga no tiene caso que lo intentes! — Asevera la ministra. — ¡Mi fuerza los supera ampliamente!
— ¿Sabes que es gracioso? — Cuestiona Dylan, con cierta ironía en sus palabras. — Ahora mismo estás haciendo todo lo que le reprochaste a Raggio, apostar todo a la fuerza y el poder bruto. Renunciaste a todas tus otras jugadas solo por ir directo a por nuestros puntos de vida, monstruos, y hacer que tu carta más fuerte gane los contadores...
— Hago lo que tengo que hacer ¡No importa si debo resignar todo lo demás por destruirlos no pienso dudarlo por otro segundo!
— Y... Eso te ha costado estar expuesta a todo lo demás.
— Entre lo que abarca "todo lo demás" está mi especialidad y son los ataques directos — anuncia Lorraine. — Activo en mi cementerio el efecto del monstruo descartado, el Sistema de Combate Détonateur que puedo desterrarlo para destruir una carta boca abajo en el campo y selecciono a la Lealtad Venenosa boca abajo.
Una explosión controlada redujo a cenizas la defensa de la ministra.
— Tsk... Pudo deshacerse de mi defensa — lamenta Ruth.
— Y no es todo, porque haré uso de la carta que añadí ¡Carta mágica! ¡Sistema de Práctica de Tiro! Al ser activada puedo invocar de cualquier lado del campo un monstruo Sistema de Combate con sus efectos negados en modo defensivo, y regresa de tu lado del campo el Sistema de Combate Patrulla Androide (2100/300).
Al completar su jugada, Lorraine esboza una sonrisa de plena confianza.
— Si Beligerante conecta el ataque contra su propio monstruo va a provocar que se active su efecto, y en un segundo ataque directo lo va a derrotar... — Indica Leroy.
— Y ni siquiera fue necesario combatir a tu monstruo en primer lugar — señala Lorraine a la ministra. — ¡Batalla! Sistema de Combate Beligerante Superior, ataca a... — pero antes de terminar de enunciar su orden, una carcajada de la ministra la hace detenerse en seco. — ¿Eh?
— Ja... Ja... ¡¿Piensas que era tan ingenua para no haberme dado cuenta de como peleas?! Activo mi otra carta tapada, Prisión Venenosa y al costo de regresar un reptil de mi cementerio a mi mano hago que un monstruo que controles deba atacar a Vennominaga ¡Ella te lo ordena!
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (5000> 4500)
— ¡¿Como?! — Consternada exclama. —E-eso significa que...
— ¡Significa que es ahora o nunca! — Irrumpe Dylan. — Respondo con mi carta trampa de Intervención Maquinaria, y cuando activas un efecto que selecciona a uno o más monstruos en campo; puedo cambiar los objetivos al mismo número de monstruos Fuerza Maquinaria compatibles con el efecto en mi campo ¡Ahora tu nuevo objetivo es Mecano Taladro!
— ¿Qué intentas hacer Dylan? — Cuestiona Leroy. — Si ese ataque conecta el resultado será el mismo...
— Confío en que sabes lo que haces, porque si eso llega a ser irrelevante; juro que lo vas a lamentar.
— A decir verdad... Gracias por el voto de confianza, supongo — responde Dylan. En ese instante regresa su vista al combate. — Mecano Taladro se verá forzado a atacarte por el efecto de tu carta ¡Ataca con Excavadora implacable! — Impera Dylan a su monstruo.
— Es admirable que hayan logrado sacarme de quicio hasta este punto, tienen mi reconocimiento ¡Ahora desaparezcan! ¡Termina este duelo Vennominaga! ¡Descarga letal!
El guerrero mecánico se precipita con su taladro girando en contra de la diosa serpiente, cuya súbdito abre sus fauces para contrarrestar el ataque.
— Agradecemos su halago, pero después de todo no lo necesitamos ¡Utilizo mi última carta boca abajo! Activo la carta trampa de Waboku y además de que mis monstruos no son destruidos en batalla y no recibo daño alguno.
Una barrera mística envuelve a Mecano Taladro instantes antes del choque de ataques. La serpiente logra contener el ataque del monstruo de Dylan, pero no posee la suficiente fuerza para repelerlo siquiera.
— ¡¿Qué sentido tuvo esa batalla si nada ha sucedido?! Solo acabas de extender este combate más de lo necesario — reprocha Ruth en pleno enfado.
Pero había algo más que la molestaba, la sonrisa de su oponente.
— De hecho algo acaba de suceder, pero no a la simple vista del campo de batalla — señala. — Si no en tu cementerio ¡Se activa el efecto de Mecano Taladro! Después del cálculo de daño puedo seleccionar una carta en cualquier cementerio y regresarla a la baraja, entonces selecciono a Vennominom, Rey de las Serpientes Venenosas...
El rey de las serpientes sale expulsado del cementerio de Ruth, y ella toma su carta desconcertada.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4500> 4000)
— ¡¿Eh?! ¿Qué significa esto? Esa no es la debilidad de Vennominaga, ella es mucho más que cualquier reptil pasado y venidero. Además, apenas pudiste...
— Eso apenas es el comienzo de su efecto más fuerte ¡Porque ahora Mecano Taladro puede desterrar una carta en tu cementerio por cada nivel del monstruo regresado! ¡Y el nivel de Vennominom era ocho!
La ministra comprendió en la gravedad del asunto una vez que procesó el efecto.
— ¡¿Cómo dices?! ¡No puedes estar hablando en serio! — Consternada exclamó, retrocediendo un par de pasos presa del pánico.
Mecano Taladro se desprendió del ataque de la naga y saltó por encima de ella, para caer en el medio de sus espaldas y su duelista, todavía girando su herramienta a gran velocidad.
— Cuando no quede nadie bajo sus pies, ya no será la deidad de nadie... ¡Excavación profunda!
El monstruo afirmó su herramienta en el suelo, y empezó a hacerlo girar. El suelo empezó a estremecerse y los reptiles restantes en el cementerio de la ministra salieron expulsados uno por uno.
Vennominaga Deidad de las Serpientes Venenosas (4000> 0)
Terminada la excavación, el monstruo de Dylan regresó a su puesto y la vía libre hacia el indefenso monstruo de la ministra estaba abierta.
— N-no... No puedo perder de esta manera — temblorosa pronuncia Ruth, sin poder concebir lo que estaba viendo y viviendo.
— ¡Bien hecho! — Celebra Leroy ante la jugada de Dylan.
— Si no hubiera sido porque me cubriste esto no hubiera sucedido, necesitaba guardar esa Waboku hasta el momento adecuado — señala Dylan.
— Después de todo lo que hicieron no puedo fallar ahora ¡Es mi momento! — Toma Lorraine el mando. — Si querías que ataque a tu monstruo; eso haré ¡Batalla! Sistema de Combate Beligerante Superior (2700) ¡Termina este duelo con Asedio Superior!
El guerrero mecanizado extiende sus alas para sobrevolar el campo, y precipitarse en picada sobre la debilitada deidad, quien ni siquiera puede reaccionar.
— E-eso significa que... — balbucea Ruth, entendiendo el resultado inminente. — Te he fallado, Viona...
De forma certera, Beligerante Superior conecta el ataque a través de Vennominaga y de inmediato alcanzando a la ministra, empujándola fuera del campo de combate.
Ruth 850 > 0 Lp
— ¡Uargh! — Un grito desgarrador deja escapar la ministra, que resuena a lo largo y lo ancho de los remanentes del pueblo, y alerta a todos quienes siguen peleando.
Los agresores de Erkanoth entendieron que su superior había caído en combate, y tan pronto como pudieron; terminaron de manera abrupta todos sus combates y se retiraron lejos del alcance de la guardia, quienes se quedaron con el territorio.
El grito que determinó la victoria llegó también hasta Raggio, quien prácticamente acorralado pudo dilucidar lo que estaba sucediendo.
— ¡¿Lo lograron?! — Exclama al aire, sin poder entenderlo del todo.
La ministra siguió cayendo hasta detenerse bruscamente al impactar contra las ruinas de unas viviendas. Sus paredes estaban tan débiles que las atravesó con el impacto, y siguió rodando hasta detenerse en los pasillos de la edificación rodeada de polvo y escombros.
— U-urgh... ¿C-como puede ser po-posible? — Entre quejidos lamenta. Los múltiples golpes y magullones le causaron muchas dificultades al levantarse. — Afff... Afff... Urgh... E-esto es u-una... Desgracia para una ministra — lamenta, casi arrastrándose contra los muros para avanzar, mientras con una mano palpa continuamente la superficie de la pared en búsqueda de algo. Al llegar a un relieve en particular se detiene.— Agh... Espero que Erkanoth tenga piedad sobre mí, mi falla no tiene perdón... — Recoge su brazo y con un último esfuerzo empuja ese relieve en particular, una placa de piedra se mueve para revelar un pasadizo se abre en frente suyo. Con sus últimas fuerzas ingresa y se adentra, para que la placa se cierre detrás suyo.
Y... Se pudieron hacer con la victoria tras un sufrido combate, sin embargo, no tenían tiempo de cantar victoria. Aún debían rescatar a Raggio y esperar al resto de la guardia no era un lujo que se podían dar. Lorraine fue de inmediato a buscar a donde se había metido su superior mientras que Dylan y Leroy buscaban la cuerda en la mochila designada.
— Espero que no hayas quitado cosas solo por llevar más comida — dice Dylan, mientras buscaba el objeto.
— ¿Tan mal piensas de mí?
— A veces...
Encontraron la cuerda, y tan rápido como Lorraine dió con Raggio se acercaron para lanzarla hacia él.
— ¿Creen que podrá escalar en su estado? — Preocupada pregunta Lorraine.
— Tampoco tiene muchas opciones a decir verdad... — Responde Leroy.
— ¡Oigan! No se distraigan, acaba de sujetarla.
Aún si eran tres; tratar de soportar a un hombre de su corpulencia y complexión no fue sencillo, mucho menos si estaba lesionado y escalaba a poca velocidad. Por más que los brazos dolieran y las piernas temblaran, no soltaron la cuerda en ningún momento, permitiendo que Raggio saliera de peligro. Terminaron exhaustos, pero aliviados de que todo hubiera pasado.
El alboroto y conmoción atrajo a todos los miembros de la guardia dispersos hacia donde se había librado la batalla. Una vez pudieron acomodarse y establecerse; pudieron traer la asistencia necesaria para volver a traer estabilidad a la muy convulsionada misión.
Toda aquella odisea no pasó con indiferencia bajo el radar de Excelsior, quien tan rápido como pudo se presentó en el campamento central, con la principal intención de hablar con el coordinador de la guardia, pero también su viejo amigo; Raggio.
A la noche bajo la calidez , y seguridad, de la tienda principal en el campamento ambos pudieron entablar la conversación. En un inicio siendo Raggio quien cuenta todo lo sucedido desde su lugar.
— Entiendo... Así que fue una jornada un tanto intensa — sereno pero a la vez concernido contesta. — Primero que nada ¿Puedes seguir trabajando pese a tu lesión? ¿O realmente te dificulta demasiado?
Para Raggio no es una conversación fácil ni deseada. Había fallado a su palabra y tal vez al propio Excelsior por poner en riesgo la misión, más aún pesa sobre sus hombros la conversación previa al adentrarse en las profundidades.
— No es grave, en unos días estaré repuesto... — en un tono apagado contesta, mirando hacia otro lado de inmediato.
Pero la herida más grande no era la de su tobillo o cualquiera de los moretones, su orgullo había sido lastimado de gravedad. Los cuestionamientos de Excelsior, su caída ante Ruth y luego ser salvado por las personas que más repelía fue casi fatal para algo muy dentro suyo. De ser el soldado que salió del infierno y hasta condecorado por ser el peleador más significativo en la exploración; a ser alguien que debió tragarse cada una de sus palabras junto a su orgullo.
— Ya veo... Parece que esta vez te han devuelto el favor a ti. Primero salvas a los muchachos contra el doctor ese y luego te salvan a ti... Ja ja, y pensar que nunca creíste en ellos, no todo se trata del orgullo — comenta Excelsior, a sabiendas de como atacar a su compañero donde más le duele. — Parece que encontraron muchas cosas interesantes también, pero es un poco lo de menos en estos momentos.
— Salir con vida y sacarnos de encima a la ministra fue mucho más importante — contesta Raggio.
— Que estén todos fuera de peligro es más importante después de todo. Lo que encontremos allí abajo puede quedar sepultado por kilómetros de tierra si significa que ustedes saldrán sanos y salvo... Pero más allá de eso; tenemos algunos asuntos que tratar mi estimado amigo.
— Ya tratamos demasiados asuntos día a día, Excelsior... — esquivo pronuncia.
— Lo cual es bueno, ello implica que cada día tenemos un margen de mejora. Podemos mejorar la eficiencia de combate, rescate de evidencia y piezas, y fundamentalmente en el trabajo en equipo.
— Sigh... ¿Piensas que no me doy cuenta de los rodeos que intentas aplicar conmigo?
— ¿Cuales rodeos? No te dirigiría la palabra si no tuviera algo importante que decir, y tu lo sabes... Mira, comprendo perfectamente que no te agradó la idea que incorpore tanto a Dylan, Lorraine y Leroy al equipo, pero ellos se esfuerzan. Han demostrado muchas de las cosas afines con la filosofía de mi trabajo, incluso se preocupan por los demás, así como te preocupas por ellos.
— No confundas sentimientos con deber... — interrumpe Raggio.
— El fin sigue siendo el mismo, preservar y fortalecer. No te voy a obligar a hacer algo que no quieras, pero intenta ser algo más... Receptivo, respecto a ellos. No son malos chicos después de todo... Voy un momento afuera, si quieres acompáñame. Tampoco me gusta la idea de quedarme todo el tiempo dentro de la tienda ¿Sabes?
Ambos salieron al exterior de la tienda, y luego el profesor se aleja algunos pasos más por fuera del camino principal, Raggio lo sigue. Desde donde Excelsior se detiene, se puede observar un poco de lejos al grupo de Dylan, Leroy y Lorraine, al rededor de la luz de un faro compartiendo tiempo por ocio con otros miembros de la guardia, entre los que estaban Kallie, Neón, Zaigor y Claude.
— Ellos son partes de este grupo como los demás. No hay orgullo, solo convivencia y cooperación, donde todos se cuidan el uno al otro... Una imagen con la que sueño que algún día el mundo tome forma.
— Siempre me lo dices. Solo espero servir a la causa de la mejor forma posible...
— ¡Pero bueno! Creo que me estoy desviando — acota Excelsior, soltando una tenue carcajada. — Aunque creo que ya me entiendes. Ellos hacen lo mejor que pueden, intenta ayudarlos en la medida de lo posible y tal vez sea más llevadero. Tal vez, encuentres algo más grato de lo que esperas, y también espero que ello pueda fortalecerte, tu estás al mando y debes procurar cuidarlos. Sé de lo que eres capaz y por eso tienes mi plena confianza.
— Entiendo...
— De acuerdo... En tal caso debo retirarme por hoy, me aguardan días muy ocupados.
— E-espere ¿No se supone que hablaríamos acerca de las misiones en primer lugar?
— Ah, eso... Ya tendremos otro día para hablarlo, por ahora descansa Raggio. Se aproximan unos días atareados, pero que también nos van a servir para recular un poco. Vamos a pausar nuestros avances unos días, hay varias cuestiones que no puedo abarcar en una sola conversación... Ni con solo 5 horas de sueño, maldita sea, necesito dormir un poco más...
Para Excelsior ese era el final de la jornada por un buen tiempo, la misión fue exitosa pese a sus contratiempos y todo el equipo está íntegro. Días calmados y de descanso eran los que estaban por delante suyo... Todo lo contrario para alguien en las profundidades de Erkanoth.
Al contrario de alguien resguardada en una fortaleza abandonada, lejos de los altos mandos de Erkanoth; su jornada acababa de empezar. En su sala principal hay varias estatuas de personalidades difuminadas por los daños del paso del tiempo, y pilares que definen un camino terminado en un altar, dominado por un trono en donde una mujer se encuentra sentada. La poca luz que las velas sueltan al ambiente dejan ver que se encuentra de piernas cruzadas y sosteniendo una copa cuyo contenido parece vino. También, su rostro apunta al centro de la sala por donde alguien se acerca y se detiene en el medio.
— Tengo noticias importantes que darle. Nos hemos enterado que la ministra Ruth ha caído en combate contra aquellos que vienen de parte de un tal "Excelsior."
— Ah... Que lástima, parece que la amiga del doctor raro ese también ha caído — con desinterés se limita a comentar, dando un sorbo a su copa. — ¿Algo más que comentar?
— Si, y es que aparentemente los ministros de Erkanoth estarían interesados en negociar con usted.
Las palabras de ese sujeto hacen que la dama deje su copa de lado para mirar al sujeto.
— ¿En serio? — Su atención era toda para el mensajero. — Parece que se cansaron de seguir intentando con sus mediocres dragoneantes, quien lo diría. Para ser honesta... Creí que tardarían mucho menos en contactar con nosotros...
De entre las sombras salieron cuatro siluetas de detrás del trono donde la mujer permanecía sentada, de complexiones dispares entre sí.
— Damas y caballeros, parece que tenemos trabajo.