Hayan
V A M P I R E
Hola chicos, buenas tardes.
A partir de este momento se abren las votaciones para que el público en general apoye al que más le agrade. De antemano le agradezco a los chicos por haber participado, me encantó leerlos. Por supuesto me hubiese gustado saborear las historias de los demás, pero entendemos perfectamente que a veces no hay tiempo ni inspiración. En un mp
SHO-JIN
y yo hemos dejado nuestras evaluaciones y esos números ya no se moverán, simplemente se sumarán al resultado de las votaciones. Como testigos de que así sucederá, agregamos a
Style
y
Gnosis
al nuestro mensaje privado. Ahora sí, sin más dilación, paso a explicar el procedimiento:
En este tema deberán dejar un post mencionando los puntos que desean dar, como lo han hecho en otras actividades:
+3 A la historia X que te encantó
+2 A la historia X que quizás te gustó
+1 A la historia X que consideraste buena, pero no ganadora
De preferencia les pedimos que dejen al menos unas palabras que justifiquen su decisión. Las historias estarán aquí abajo en las tabs, enumeradas del uno al cuatro, para que puedan leerlas e identificarlas al momento de votar.
Por último, les recordamos el sistema de evaluación. La calificación dada por los moderadores (100 puntos como máximo) fue multiplicada 0.60. El resultado de las votaciones será multiplicado por 0.4. Por ejemplo, si alguien obtiene 20 puntos en votación, al multiplicarse 0.4 da como resultado 8. Lo que significará que esos 8 puntos se van a sumar a las evaluaciones ocultas. Quien obtenga el mayor puntaje en la sumatoria, ganará.
¡SUERTE A LOS PARTICIPANTES!
HISTORIA 1 HISTORIA 2 HISTORIA 3 HISTORIA 4
CONSCIENCIA
Sabía que desde el momento en que él apareció, yo quedaría en segundo plano. Pero... nunca imaginé que iba a ser olvidado, desechado, utilizado; sólo se acordaba de mi cuando necesitaba algo, y ni siquiera eran cosas importantes, me sentía más como un sirviente cuya existencia estaba limitada a limpiar el laboratorio donde me concibieron tanto a mi como a él. Pensé que yo era alguien de peso en su vida, una persona de valor, alguien que significaba mucho para ella, después de todo... me hizo creer que así era, pues me dio un nombre que me distinguía de todos los demás.
Snijeg.
Nieve en croata.
Supongo que me lo puso por mi apariencia casi completamente blanca, piel de un tono que sólo un vampiro tendría, una persona muerta, y cabello sintético sin ningún color. Me sentía como un lienzo vacío. Mi cuerpo siempre fue frío, como si en mis venas recorriera hielo y no sangre, pero ¿qué esperaba realmente? yo no era humano, fui construido para parecer uno. No tenía venas en mi interior, sino cables que se conectaban unos con otros formando un circuito eléctrico, imitando el sistema circulatorio. Mi corazón tampoco era real, era sólo un aparato, uno de los muchos que me pusieron mientras me iban armando, como si fuera un muñeco, un juguete para los científicos. Nada de esto me hubiera afectado de no ser por algo que me pusieron en mi "cerebro", algo que me hizo sobresalir entre los demás: un objeto pequeño pero poderoso, un programa meticulosamente desarrollado por ella que me permitió tener mi propia conciencia, un arma temida por los humanos desde los inicios de la era robótica. Pude procesar el lenguaje humano en toda su complejidad, entender su comportamiento, aprender mediante dispositivos de almacenamiento repletos de información conectados a mi cuerpo, y así desarrollar mi personalidad. Solían llamarme AI Type-07, al principio sólo me estudiaban para ver qué tan lejos podían llegar mis capacidades como inteligencia artificial, pero luego me asignaron el deber de encargarme de otros como yo por ser la creación perfecta, como ella me llamaba.
Pasábamos mucho tiempo juntos, me dio mi propio nombre y, a diferencia de los demás ingenieros que trabajaban allí, me trataba como una persona de verdad, prestándome atención especial por ser el primer ejemplar exitoso. Ambos nos dedicábamos a perfeccionar las habilidades de otros robots y a desarrollar aún más el programa que me habían implementado a mi, prometiéndome que actualizaría el mío... hasta que se lo puso a otro.
AI Type-08, específicamente al que crearon después de mí. Lo que más me dolió fue que le dio un nombre propio, cosa que sólo había sucedido conmigo. De pronto, todos aquellos halagos, abrazos, caricias y atención fueron dirigidas a él, a Sunshine. Tenía cabello rubio y ojos verdes brillantes, una apariencia gentil y una forma de ser dulce, simpática e incapaz de hacer algo malo. Siempre que se dirigía a mí lo hacía con buenas intenciones, pero yo lo rechazaba: lo insultaba, empujaba e incluso llegué a pegarle. Él ni se inmutaba, no se enojaba, como si aquel sentimiento no existiera en su sistema. Cuando ella vio que Sunshine estaba en el piso luego de nuestro... altercado, lo tomó de la mano para levantarlo, con mucha delicadeza, tal como solía hacer conmigo cuando era su favorito. Un día, a Sunshine debían cambiarle sus piernas para experimentar nuevas cosas en él, y les pusieron las mías luego de una discusión que tuve con ella. Me negué a que me quitaran partes de mi cuerpo, incluso intenté escapar, pero lograron atraparme. Al final sólo era un objeto, algo que se podía reemplazar y desechar cuando quisieran, y probablemente harían lo mismo con Sunshine. Me pregunto... ¿cómo reaccionaría él si ella comenzara a darle atención a otro más? Al mas nuevo, a la "creación perfecta" del momento. Me di cuenta que a él lo llamaba así también, y al que estuvo antes de mi.
Desarrollé una de las emociones más fuertes que un ser humano puede sentir, una de las que te hacen sentir más vivo pero que al mismo tiempo es capaz de hundirte en el pozo más hondo. El amor. Ver como simplemente dejé de ser especial me llenó de otra emoción, una muy peligrosa, la ira. Esto es lo que sucede cuando le das consciencia a un ser como yo. Sabía que a este punto no había un buen futuro para mi, me convertiría en chatarra reutilizable para los demás, y para ella sólo seré un recuerdo que quedará enterrado en su memoria por haber sido sólo un pasatiempo pasajero.
Así que tomé una decisión... me encargaré de que nunca me olvide.
Seré lo último que vea en su vida.
Sólo debo presionar mi botón de autodestrucción.
PESADILLAS NOCTURNAS Y CASOS DE LA VIDA
Una noche con poca bruma, la brisa agradable, todo en calma mientras yace un joven frente a un pozo.
No se mueve, ni dice alguna palabra, no tiene ninguna expresión, solo esta ahí y cerca del pozo una hoja.
La mirada baja reposa su interés sobre la hoja como si tuvieran una cuenta pendiente,
un suspiro corta el silencio y un sonido nasal palpa el momento.
Dobla su figura a la altura de la hoja y le toma cual declaratoria de guerra,
sus manos se dedican al acto textual mientras reza un verso sin tregua,
terminado y firmado el acuerdo, es lanzado al pozo cual calabozo.
Mientras en la hoja avasallada por el momento se profesan las siguientes palabras:
"Una noche mas donde quedo varado entre mis pensamientos
un amargo trago de whisky y el sabor a tabaco quemado
no es mas que una honda calada,
un sin fin de preguntas con múltiples respuestas,
ninguna me lleva a lo que yo imagino sería una felicidad plena...
¿Cuál sería?
Mi vida no tiene un sentido si de seguir el ritmo se trata,
¿Cómo seguir el ritmo? ¿El ritmo de qué? ¿Esto es la vida?
Sin duda las personas mas felices son las mas miserables
No buscan nada, pero en la nada encuentran el cobijo,
en la nada se re encuentran consigo mismos,
muertos de pies a cabeza, vivos del corazón pero no para amar.
El amor se fue hace mucho...
Como el tiempo, mi tiempo, vida que camina y con prisa
No mira atrás, se esconde de los demás para no ser nada.
A veces me pregunto si tu también lo sentirás,
Si también caminas con los pies cruzados de vez en cuando
si sientes que te pesan los brazos y ya no quieres hablar...
Es un dolor de cabeza, como un trago del medicamento mas malo.
El estar contigo fue lo que dejo a este personaje sin brazos,
cual broma jugada al mas infeliz de los miserables,
a veces uno no piensa en el daño,
en el vacío y el conflicto que deja al individuo,
todo es un momento irracional y efímero
pero le ponemos tanta importancia
y que aburrido se vuelve en el olvido.
A mis treinta y pico quisiera salir de este sin sentido
olvidar esas suaves manos que me llevaron a este infierno
¿y qué gana uno con sentirse así?
No apuro mas que otro trago para borrar esta imagen
algo tan dañino y irascible acompañaba tu figura
ni siquiera pude entender en que punto me llevaste al borde del acantilado
y que gracioso era que solo una sonrisa me hiciera amarte
tu, uno de mis males, tan desagradable y funesta presencia de este instante.
Como quisiera que nunca te hubieras encontrado en mi camino
que esas manos hubieran tocado otro cuerpo y no el mío
como quisiera enterrarme veinte cuchillos en el pecho para no sentir este cariño
para no ver toda la mierda que sale de ti con ese disfraz de victima
y que cada palabra que digas te ahogue en arcadas de dolor.
yo no pertenezco mas a la forma de tus pies ni al calor de tus dedos
espero que pronto dejes de llamar a mi puerta buscando una escena
y que nunca sepas que tuve que cambiar de número para no colgar a deshoras.
¡Que espanto te has vuelto!
Tanto que la calle me incomoda si te veo en algún letrero
Como si te escucho en la voz de miles de rostros,
me muero de nuevo, no soy yo, eres tu...
Eres el peor de mis males y no te deseo mas mal
tampoco que despiertes y veas como tu perro se convulsiona
ni que te duela un poco el ser una persona tan vacía y patética.
Que el dolor que causa tu presencia se vaya y nunca mas se acerque a esta puerta.
A mi puerta."
Cerrado el texto, de nuevo yace el cuerpo del joven sobre el suelo.
Inerte, en la paz del momento, con el cielo negro y el rostro cubierto.
Al parecer lleva días ahí, pues desde sus manos se pueden ver los gusanos.
EL RELATO
El lugar era lúgubre, el pasto seco rodeaba el maltrecho pozo, su techo parecía haber caído muchos años atrás, pero la cercana cuerda que había con un valde me hacía pensar que aún era usado por alguien, me acerque para tocar el musgoso brocal de ladrillos, que todavía cumplía su fin, prevenir que los incautos caigan en él mientras caminan. Ahí estaba yo, frente a un pozo con el corazón destrozado, saque de mi mochila un papel y un lápiz… quería deshacerme rápidamente de mis sentimientos por ella y, según me dijo Helena, este pozo sería la solución.Realmente era patético escribir estos sentimientos, pero cada letra y cada palabra que pasaba al papel me hacía sentir un poco mejor.Para cuando termine de escribir mi historia, y estaba completamente seguro de que estaba todo ahí; Helena, Alfredo y Yo. Sí, un triángulo amoroso, lo prometo, yo solo quería ayudar a mi amigo salir con esa chica, pero en el proceso termine enamorado de ella. La muchacha de sonrisa encantadora y chistes extraños.— ¿Por qué no me quieres a mi Helena? —
Deje caer el papel y como una hoja de árbol se escabullo danzante hasta que lo perdí de vista, en la profunda oscuridad de su fondo. Pase varios minutos buscando entre la negrura del pozo encontrar mi carta, pero no tenía sentido, el negro absoluto que había en él devoraba cualquier atisbo de luz que me pudiese ayudar a ver mi carta. De pronto una voz desde el fondo hablo — ¿Hay alguien ahí? — la pregunta venía acompañado de un dulce tono femenino, salía del fondo, no lo podía creer que alguien cayó en ese profundo pozo, cuyo fondo no se podía ver, y estaba vivo — ¡Por favor, ayuda!, llevo acá un día entero, por lo que más quieras sácame de aquí — mire buscando en el fondo nuevamente, pero con un objetivo diferente, cuando dije: — No te preocupes, te ayudaré — me aleje del borde mientras pensaba en la cubeta con cuerda que vi cuando llegue al lugar, no dude ni un solo segundo y la arrojé, lo siguiente que escuche fue la queja de alguien siendo golpeado por la cubeta — ¡Outch! Eso me dolió, ¿amarraste la cuerda de esto en algún lado? — me pregunto, entonces busque algo que pareciese firme, un tronco de árbol a medio cortar me pareció apropiado, lo até y entonces grite — ¡Si, ya está todo listo para que subas! — lo que paso después no tenía sentido para mí, una chica sin mancha alguna salió desde ahí, mis ojos la recorrieron rápidamente, pasando por su hermoso cabello liso, que caía como una cascada de oro, sus ojos con el color de la miel hacían que el tú corazón se llenara de júbilo y el blanco vestido de una sola pieza me hacía recordar a esas fantásticas historias de hadas, pero cuando caí en cuenta de sus alas todo, de alguna forma, cuadro.
Era un ángel, me miro de arriba abajo — !Muchas gracias! — exclamo, mientras miraba su ala y revisándola, continúo hablándome — Cuando me caí en el pozo, me dañé un ala, aunque no es como si las pudiese abrir dentro de ese lugar tan estrecho — yo aún asombrado no dejaba de mirarle y mi desconcierto al parecer se notó en mi rostro, porque procedió a explicar — Verás oí sobre este “pozo de la tragedia”, un lugar donde la gente de corazón roto se deshace de sus sentimientos, pensé en investigarlo... después de todo mi misión es unir los corazones — hizo un gesto de un arco entonces bramé — ¿E...e...res cupido? — ella sonrió y dijo: — también me conocen como: escupido, estúpido... en realidad son apodos infundados por corazones desdichados, bueno tampoco es que pueda ayudar a todos — concluyo pensativa.Yo la miraba atónito — ¿en verdad eres…? — dije buscando una confirmación de su parte, pero solo me sonrío, lo tome como una confirmación y pregunte — ¿podrías ayudarme con la chica que le gusta? — me miro de arriba para abajo, como dando una inspección, saco una carta desde entre las telas de su vestido, la leyó un rápidamente me miro y asintió. — ¡Claro!, nada me haría más feliz que ayudar a mi salvador, además mi trabajo es unir corazones — lo menciono guiñándome un ojo.Comenzamos a caminar de regreso a la ciudad, alejándonos del lúgubre lugar de donde lo rescate, entonces le pregunte: — ¿Qué había abajo? — me miro taciturno y me dijo: — en el fondo del pozo solo había un montón de corazones rotos, cada de ellos muy dolidos y tristes — de ahí en adelante el camino se hizo eterno, no fluyo una sola palabra entre nosotros, cada paso era un pequeño segundo, eterno, avanzamos hasta que cada una de nuestras pisadas se mezcló con el ruido de los transeúntes de un pequeño, pero ruidosa, ciudad.
Cada cuadra era yo saludado por mis conocidos, pero nadie saludaba a mi acompañante, “¿nadie más que yo podrá verlo?” fue entonces cuando ella interrumpió mis pensamientos preguntándome — ¿y quién es Helena? ¿Dónde está ella?, quiero pagarte el favor rápidamente — sonrío cuando acabo sus preguntas, pero su mirada me daba a entender que tendría que responderle si o si — Bueno, ya leíste la carta, a ella le gusta mi amigo, yo me confesé y ella me rechazo… — entonces fui interrumpido por ella, cuando dijo — ¡Ah! Si, si...Alfredo, el muchacho que le gusta a Helena, ¿dónde está él? — no le respondí, continuábamos avanzando hacia la universidad donde estudiaba, busqué un lugar apartado para hablar y me dirigí hacia la parte alejada del campus — Al parecer nadie te ve, ¿Qué significa esto? — ella me miro y sonrió, y dijo: — ¿alguna vez me has visto cuando alguien se enamora?... supongo que no, yo no trabajo así, solo genero las circunstancias, doy un pequeño empujoncito, para que pasen las cosas, pero es a escondidas. Nadie puede saber que lo hice yo...— puso su dedo índice en el mentón, como para resaltar que estaba pensando y continuo: — Aunque este es un caso especial, te ayudare a ti a que logres tu amor generaré un escenario donde puedas confesarte y sea un éxito, en la carta decía que te habías dado cuenta de que a ella le gustaba tu amigo, pero nunca te confesaste — me miro con reproche y prosiguió: — El camino del cobarde siempre será el fracaso, deberías confesarte y ver qué pasa, después te arrepentirás — termino de reprocharme, la mire y solo suspire. — vamos a la cafetería para que conozcas a los dos, Helena trabaja como barista y Alfredo toma café ahí siempre. — termine mi explicación, salimos de aquel lugar y nos dirigimos hacia la cafetería.
La cafetería era un lugar amplio y las mesas de madera destacaban por su clásico estilo minimalista, en la barra estaba Helena, la salude cuando entre y pase a sentarme donde acostumbraba, se acercó un mesero. Era Alfredo, dejo una taza de café — te traje lo que siempre pides, el late que prepara Helena simplemente es el mejor — me dijo, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, una llena de la ternura de un enamorado. Mi compañera, nuevamente, había sido ignorada, estaba sentada frente a mí, mirando toda la escena con atención a cada detalle. — Si, es verdad. ¿Hace cuánto entraste a trabajar acá? — le pregunte mientras aún estaba de pie a mi lado, me miro antes de responder — entre a trabajar hoy, ¿te sorprendí? — me miro y continúo riendo — ¡jajajaja! Helena me comento que buscaban personal hoy en la mañana y me ofrecí en el instante. Pensé que sería una buena oportunidad para acercarme a ella — termino y miro hacia la barra donde Helena le hacía señas para que regresara.— Bien ya conozco a todos, me encargare desde ahora. Nos volveremos a encontrar cuando sea el tiempo indicado —Esa fue la última vez que vi a ese ángel.
Los días pasaron con normalidad, pero cada vez que iba a la cafetería veía como Alfredo y Helena se hacían más y más cercanos, a veces llegaba y los miraba mientras bromeaban tras la mesa del local, antes ella y yo pasábamos el tiempo así, muchas horas juntos, después de que salía de la cafetería, ahora ese tiempo lo pasaba con él, un calor salía desde mi pecho, me sentía desplazado, ese día decidí esperarla después del trabajo... para hablar.
Entonces en esa tarde la espere para hablar.
Eran las 19:30 y yo estaba fuera de la cafetería, un mensaje de un numero desconocido llego a mi teléfono, “trata de estar con ella hasta 20:00, yo me encargo del resto”, entonces salió por la puerta trasera como de costumbre.— Hola Helena, te estaba esperando. ¿tienes tiempo para hablar?— Hola Alex, sí, tengo algo de tiempo, me reuniré con Alfredo en una hora más, ¿pasa algo? Has estado muy alejado de nosotros últimamente y Alfredo está preocupado por ti, me dijo que ya no le hablas como antes, que has estado distante de él, que rehúyes de su compañía.— No es así... Alfredo desde que trabaja acá no hace más que hablar del trabajo que tiene contigo, realmente no me hace gracia lo monotemático que se volvió.Me miro entonces con gran interés, sus ojos, abiertos de par en par, buscaban y me analizaban a gran velocidad, podía ver cómo me recorrían como si buscaran detalles desesperados para ver si mentía.— ¿Qué te contaba? ¿Hablaba de mí? ¿Te dijo algo sobre nosotros? ¿Cres que tengo posibilidades con él?Preguntaba con una mirada increíblemente intimidante, se acercó mucho a mí, su respiración era errática, sentí miedo, me tomo por los hombros con una gran cantidad de fuerza, esperaba una respuesta.— cálmate.— ¡No! dime, ¡respóndeme!
El miedo me abrumo, mi corazón latía a mil, solo pensé en huir, se me lanzo encima y la fuerza que ejercía sobre mí me sobrepasaba, caí al suelo. Nunca la había visto así, “¿realmente era Helena?” pensaba erráticamente mientras buscaba una oportunidad para escapar, entonces en un pequeño instante me soltó. Me arrastré y comencé a alejarme, ella se quedó ahí plantada como ausente, me levanté y salí corriendo.Iba corriendo por el campus, las luminarias del camino a la salida me guiaban en mi confusa y errática carrera, cuando cruce el pórtico principal una mano tomo mi brazo, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, fui jalado con fuerza deteniendo mi huida.Era Alfredo, tenía el rostro pálido y el miedo también era visible en él — ¿La viste verdad? — no espero mi respuesta y continuo — sabes cada vez que trataba de conocerla más ella evadía las preguntas, entonces comencé a sospechar — tomo un respiro — un día una chica rubia que parecía un ángel se me acerco y me advirtió sobre Helena, me dijo que era antigua compañera de ella, me advirtió que no era lo que mostraba, entonces conseguí su dirección, y fui, me costó forzar la cerradura, pero entre — Aún estaba con el corazón a mil, Alfredo jalo de mí y comenzó a correr — ¡corre! No tenemos tiempo que perder — no tengo idea de cómo lo hacía, pero todavía corriendo se mantenía hablando — Cuando entré a su casa solo encontré fotos de su profesor de filosofía... — en ese momento no entendía, entonces lo interrumpí — Pero ella estaba preguntando si tenía posibilidades contigo, ella quería saber si tenía posibilidades contigo — el me replico al instante: — ¡es una fachada!, no sé qué trama, pero de verdad es una mentira, solo adora a su maestro de filosofía, la habitación estaba llena de fotos de él, había cosas que ella sacaba de la basura de él.
Estaba profundamente confundido y estaba completamente desorientado en nuestra carrera de huida, la gente nos miraba y yo no podía ver a nuestra perseguidora. En una esquina estaba ella, el ángel de cabellos dorados, Alfredo la miro y ella hizo un gesto para que la sigamos, corrimos en su dirección, el ruido y la confusión de nuestra huida se fueron perdiendo mientras salíamos poco a poco de la ciudad.— Realmente tenías razón, no era lo que parecía— Alfredo le decía a la chica rubia mientras corríamos, yo por mi parte sentía que el lugar se hacía cada vez más familiar, la vida en el ambiente se iba apagando y un extraño zumbido empezaba a ser oído a lo lejos, la chica rubia a quien yo reconocía como el ángel de hace varias semanas no tenía sus alas, pero sus ropas ojos y cabello eran el mismo.
Extrañamente terminamos frente al pozo.
No éramos perseguidos, al menos a mi vista, yo aún estaba recuperando mi respiración, lo miraba, estaba parado frente a él y mire su rostro, no sé qué habrá visto en el departamento de Helena, pero el miedo estaba reflejado en el rostro de él, el sudor le recorría cada uno de los rincones de su rostro y en un solo instante su boca se abrió, el rostro desfigurado ya no me mostraba el miedo sino el horror y el terror, cada parte de su rostro se arrugo tanto que casi no podía reconocerlo. Comenzó a caminar hacia atrás tratando de huir lentamente sin dar la espalda a lo que estaba viendo, camino de esa forma hasta llegar al brocal del pozo, se apegó al brocal, pero aún insistió torpemente en mantener su estrategia de huida, sus piernas torpemente insistían en alejarlo de lo que veían y la mitad de su cuerpo logro escapar, cayendo entonces de cabeza dentro del pozo.
No tenía ganas de ver lo que estaba a mi espalda, la verdad estaba temblando, pero la melosa voz de quien nos guio hasta acá me dijo — ¿por qué no te giras Alex? — me di la vuelta lentamente y ahí estaba Helena con ella. No entendía nada, me sentí desorientado, miraba a Helena buscando respuestas, entonces hablo — No me culpes, tu no le ofreciste nada más que tus sentimientos al dueño del pozo, ¿por qué él debería cumplir tus caprichos amorosos? En cambio, yo ofrecí dos corazones — tomo una pausa y se arrodillo frente al ángel — he cumplido cada parte de nuestro trato, dos corazones rotos que terminaran en el fondo de este pozo por favor cumple mi deseo Belcebú — Helena se puso de pie, yo aún estaba aterrado y no me podía mover.
Fui tomado por los hombros nuevamente con una fuerza sobrehumana, no me podía mover, ni luchar. Esta noche no podía ser peor, solo rogaba porque en realidad todo esto fuera una pesadilla, Helena me llevo lentamente al borde del pozo, me dejo de tal forma que podía mirar el fondo, ahí me encontraba nuevamente mirando el negro absoluto del fondo, esta vez buscando a Alfredo, buscando una pista para ver si seguía vivo, pero al igual que cuando buscaba mi hoja de papel era un esfuerzo inútil.
Entonces fui empujado y caí.
Tenía la esperanza de despertar mientras descendía precipitosamente.
Pero el despertar no llego y el fondo de pozo tampoco, caí en una especie de bolas de poliestireno, fui hundiéndome en su negrura hasta que entendí lo que eran... ella dijo belcebú, en ese momento lo supe, un enjambre negro de moscas entraba por cada cavidad de mi cuerpo, primero por mi nariz dándome un dolor intenso cuando llegaban al fondo de mi faringe, tosí por reflejo, pero fue peor, en un instante mi boca se llenó de moscas que luchaban por entrar en el nuevo espacio que se abría para ellas y las intensas ganas de vomitar no fueron suficiente para sacarlas, no podía respirar el asco y el dolor eran intensos por igual, mi cuerpo era rellenado por pequeños insectos zumbantes.No podía hacer nada, solo fui consumido en el dolor hasta que, gracias a la piedad de la muerte dejé de existir.
BEHIND THE CRACK
Querido amigo….
En realidad no te conozco, ignoro tu genero, raza, ocupación, pasado o presente; no se que programas miras, no se que deporte te aficiona, ni siquiera tu fecha de cumpleaños. Pero eso no importa. Quien menos que un compañero, un confidente que pueda engullir semejante estropicio de nostalgia y frustración; alguien paciente, dispuesto a perder minutos de su vida leyendo los lamentos de este farandulero. Yo aprecio dicho gesto, de ahí mi atrevimiento de, aunque tu lo desmientas, llamarte... mi amigo.
Me considero un tipo ordenado, no por habito sino más bien por necesidad. Habitual es mi prósopon y no dejo que se entremezcle con sus pares. Las uso con pulcritud y respeto. De vez en cuando me gusta detallar algunos aspectos, profundizar en un gesto, alargar una expresión o incluso cambiar un tono. Es como afinar una guitarra, te aseguras que las cuerdas suenen bien, de esta forma, cuando te corresponda emplearla, el publico agradecerá tu dedicación.
De madrugada hasta el ocaso, por mas de 24 años, nunca me confundí al usarlas. Sabia perfectamente a cual recurrir, cuando cambiarlas o incluso si debía combinarlas en algún carácter: "perfeccionismo" abogaba por las horas de oficina; "simpática" amansaba a los jefes; caía la tarde y tocaba liberar cada tanto a "romántica", si se lucia bien, dejaba preámbulo para que "lujuria" hiciera su debut. Ahh... como extraño a "lujuria", bellos recuerdos de tiempos mejores.
Llegue a mi cuarta década con más de 15 ejemplares, por supuesto, la mayoría de ellas, en excelente condición y bien trabajadas. Entre el escenario benevolente y mi performance intachable, no existía un púbico difícil. Y yo lo reconozco, pecar de soberbio es algo que de seguro, en más de una ocasión, nos habrá pasado a todos. Pero claro, ahondar en esa reflexión ahora, implica haberse tropezado; significa que, llegado el momento, una piedra se interpuso en el camino. Oh si, permíteme compañero, deja que te cuente acerca de esa dolorosa piedra.
No voy a mentirte y galardonar su aspecto con falsos elogios; después de todo, el buen amante siempre peca de ciego y crédulo. Tampoco existe hombre enamorado que pueda expresar fidedignamente en su prosa, aquello que una mujer enciende en su pecho; incluso los poetas y escritores la pasan canutas, y yo, querido amigo, no soy ninguno de los dos. Si puedo decirte en cambio, que Astrid, era como un signo de interrogación abierto. Y posiblemente sea eso lo que movió mi interés por ella en primer lugar; no en vano esta el dicho: lo exótico siempre atrae.
Ahora, yo soy del café con dos facturas, el periódico en mano y treinta minutos de soledad. Digamos una simple rutina matinal, ritual al que uno se acostumbra con el devenir de los años. Aun así, al sentarme ese día, algo fue diferente; recibí unas chipitas de crema y un mate-cocido. Por supuesto, me levante para quejarme con la nueva mesera, esperando nada menos que unas disculpas. “No tiene cara de madrugador ni estomago de panadero”, eso me dijo la loca esa, ¿puedes creerlo?
¿Qué significaban esas palabras? ¿Era una broma?, ¿cumplido?, ¿quizá un insulto? No me había dado cuenta entonces, pero, por primera vez, ahí estaba, ese pudor impropio; el famoso aprieto de incertidumbre, como a mi me gusta llamarlo. Y oye, es normal que las personas no sepan como reaccionar ante situaciones poco previstas, pero devuelta, y modestia aparte, si estuviste leyendo hasta estas líneas, sabrás que no soy como los demás.
También aprovecho para disculparme ante la escases de detalles, incluso a esta edad, aun me atormenta el estúpido orgullo con el que nacemos los hombres. Pero eh, yo jamás huyo de un desafió, seguí frecuentando esa cafetería en los próximos meses y, con el tiempo, empecé a entender como lidiar con esa mujer.
Primero, Astrid es una alma curiosa: incluso cuando no lo parezca, ella siempre escucha. En ocasiones la espiaba tras el periódico intentando limpiar una mesa impoluta, todo en cuanto al propósito de acercar sus diminutos oídos a alguna conversación interesante. Otras veces, cuando la discusión era acalorada, le bastaba con bajar un poco el volumen del televisor.
Segundo, es vanidosa: si, incluso al punto de no repetir perfume día por medio. Mas allá del mismo uniforme, sus peinados, maquillaje y aroma siempre la delataban. Los lunes eran especialmente reveladores; ya sabes, con todo ese embrollo de púberos alcoholizados y calenturientos ocupando las mesas, era su día predilecto para desatar su arsenal. Gozaba de los piropos y silbidos tanto como yo el verla regodearse en su propio ego.
Por ultimo, todo parecía apuntar a una cierta inclinación sádica en su persona: y si mi primer encuentro no basta como prueba, permíteme entonces redirigir mi argumento a otro peculiar evento; donde, por supuesto, no me veo tan expuesto. Es curioso, y es que no se si ella analiza a sus victimas o tiene un sentido innato que la orienta acerca de a quien puede colar sus jugarretas. Sea cual sea el caso, esto sucedía por lo general los fines de semana. Muy bicha ella, sabia que el gerente es un hombre familiero; ergo, era muy poco habitual verlo en el local por esos días. La magia empezaba tan pronto notaba a un cliente de personalidad tipo B. Se aseguraba de llegar a su mesa antes que sus colegas y procedía a atenderlo con normalidad. Cuando llegaba la hora de pagar, se plantaba de frente y, mirando fijamente la los ojos de su victima, recitaba su ambigua pero celebre frase: “La propina no es una obligación, pero si un compromiso tácito”. De ahí en más, fuera cual fuera el resultado, ella ya había ganado.
De cualquier forma, poco a poco, mi constancia dio sus frutos. Empecé muy despacio al principio: un saludo por las mañanas seguido del ocasional cumplido. El truco aquí es plasmar tu imagen; ocupar un sitio de familiaridad, uno que impida el gatillar de las reacciones de alerta. Con el tiempo, tu mismo te vas dando cuenta del territorio ganado, ya sea en forma de un saludo no esperado, una mirada relajada, lenguaje enlentecido; en definitiva, pequeñas señales que te demuestran que a esa persona no le importa invertir un poco más de tiempo en ti. Cuando por fin logré que rememorara mi nombre, estaba listo para avanzar.
Mi faceta de charlatán ya venia tiempo juntando polvo, salió un poco oxidada al comienzo, pero no tarde en afinarla como en sus días de gloria. Explote su curiosidad con mis historias, muchas de ellas inventadas por cierto. Llegaba al café 30 o 40 minutos antes de que abrieran y ella me concedía el privilegio de ingresar por la trastienda solo para escucharme parlotear. Conocí al cocinero y a las demás empleadas, incluso el gerente me saludaba con relativa frecuencia. Ese es mi segundo consejo para ti colega, debes ganarte a su circulo; formar tu propio nicho dentro de su territorio de confort.
Lo siento, no se en que momento esto se transformo en una guía; parece que rememorar trae cierto vigor a este viejo decrepito. Espero no te lo tomes a mal, intentare retomar mi compostura.
¿Dónde estaba?… ah si, al principio todo fue de maravilla. Mi papel era divertido e incluso pensé en ciertos ajustes que podrían ayudarme, era el resurgir de un antiguo pasatiempo. Sin embargo, estamos hablando de Astrid aquí, y no paso ni medio semestre cuando, nuevamente, no anticipe que algo extraño pasaba; arranque, en cierta forma, a patinar por un terreno peligroso.
En mis tiempos como “actor”, siempre priorice las miradas de mi publico. Mascara tras mascara, el goce del artista viene de la apresiacion, del discernimiento de cada pequeño gesto que, cual titiritero, logras manipular tras una perspectiva distante. En el momento que tus espectadores comienzan a influir en la actuación… bueno, se podria decir que los papeles se invierten. Eh aquí el inicio de mi tragedia.
Le tomo menos de un año para someterme. Horas que ya no eran mías, me las fue robando minuto a minuto. En ocasiones llegaba incluso tarde al trabajo enredado en sus suplicas y provocaciones. Mi billetera se aligero, mis prendas cambiaron e incluso el peluquero salió beneficiado. El amplio repertorio que a fuerza de experiencia había logrado adquirir, pronto se vio reducido a tres o cuatro rutinas que, coincidentemente, eran las que más disfrutaba. Ella había comprado mi teatro, se sentaba en primera fila y me obligaba a interpretar en afán de propio entretenimiento. Y no me malinterpretes, esto no es una queja ni nada por el estilo, aunque lejos de mis modos frecuentes; yo era feliz.
Este seria mi primer compromiso y, por supuesto, deseaba que las cosas fueran de la manera correcta. Deje el departamento, gaste mis ahorros en una buena casa y nos mudamos para el verano. A partir de ahí, fue la vieja y clásica rutina de pareja. Despreocúpate, no pienso aburrirte con tales nimiedades.
Aunque claro, como dije, yo iba enserio. Lo bueno de trabajar con el mago es que te aprendes todos sus trucos; lo malo, es que la magia desaparece. Astrid fue la única en conocer mi verdadero rostro, no de manera abrupta, pero si matiz a matiz. En retrospectiva, supongo que ese fue mi error. Soy idiota, abrí la jaula del canario.
Me toco entonces vivirla, ironía de lo más cruenta. Entre persona y mascara, ella prefirió al objeto; la fantasía de un ajeno divertido y charlatán, un elocuente esclavo de sus atributos mas básicos. Me la robo, perdí a Astrid contra el monstruo que yo mismo forje. Infantil de su parte, por vivir de un sueño; infantil de la mía, por intentar desquitarme con aquello inexistente. La muerte de mis personajes fue su ultimo regalo de despedida.
Y esto me lleva a ti, estimado extraño. Acostumbrarse a los soliloquios no es tan malo, imagino tu rostro entorno a un ideal de compañía; quizá una dama comprensiva, atenta a mis suplicas de reconocimiento y afecto. En fin, terapéutico o no, para variar, este anciano esta cansado. Me tomare unas de esas afamadas pastillas e intentare ir a la cama. Después de todo: “¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia?”. ¿Te suena?.. últimamente eh comenzado a leer Hamlet con un nuevo y extraño deleite.
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