Migu
Obseso del Post
Capítulo 1: Passio, un nuevo destino.
Tras ganar la liga pokémon y hacerse alumno y líder del gimnasio Mestura. Drex se enfrentó a un chico de pelo negro corto, gafas, gordo con un jersey marrón y pantalón azul que sacó a un venomoth. Ante eso, el ex paletense sacó a klawf.
-¡Guillotina!- Ordenó Drex y la polilla empezó a volar esquivando los ataques del cangrejo.
-¡Paralizador!- Dijo el entrenador y klawf quedó inmovilizado.
-¡Ahora sí! ¡Guillotina!- Decidió elegir Drex otra vez y esta vez atrapó a la polilla.
-¡Venomoth y Justin no pueden seguir! ¡Drex gana!-
-Ya lo conseguirás la próxima... ¿Eh?- Drex vio un portal rojo y fue absorbido por él junto al tal Justin. Pronto se vio en una gigantesca metrópolis donde vio a un montón de gente mirando una gigantesca pantalla puesta en un edificio. En ella salía un hombre delgado de piel clara con cabello corto y grisáceo y unas peculiares gafas de color rojo. Llevaba un elegante traje largo de color gris y guantes del mismo color, por debajo vestía una camisa elegante de color negro y una corbata roja, en sus brazos lleva dos grandes anillos de color rojo y calzaba unos zapatos muy finos de color negro y blanco
-¡Saludos entrenadores del mundo! ¡Soy Alik, creador de esta región llamada Passio y de su torneo pokemon world masters! Habéis sido absorbido por los portales de un pokémon legendario para llegar hasta aquí y participar. Una vez que consigais 10 medallas, podréis enfrentaros a mis esbirros y luego a mí. ¡Os espero, ardo en deseos de enfrentarme a vosotros!-Excitado, terminó su discurso entre enloquecidas risas y se dieron cuenta de que habían perdidos sus carteras mientras miraban la pantalla, Drex incluido, solo que además a él le quitaron la mochila. Pronto empezó a buscarla, pero acabó perdiéndose.
-Bienvenidos a Centrópolis, el inicio de vuestro viaje- Leyó el chico y al darse la vuelta, vio como un chico rubio, pálido con una cicatriz que le cruzaba la cara diagonalmente y con andrajos marrones huía con su mochila. Drex le persiguió, saliendo de la ciudad y acabó cortando el paso.
-¡Devuélveme mi mochila!- Le exigió Drex.
-¡Oblígame!- Dijo el ladrón y sacó a un machop. Drex se dio cuenta de que no tenía pokémon ninguno porque todos se encontraban en su mochila, pero encontró una pokéball en el suelo y buscó un pokémon al que lanzársela para capturarlo. En eso vio un mankey columpiándose en una liana y Drex lo capturó y lo usó en su batalla.
-¡Golpe kárate!- Ordenó Drex y mankey le golpeó en la frente y le hizo retroceder.
-¡Usa patada baja!- Exclamó el ladrón, pero mankey dio un leve salto y pateó al otro luchador. Entonces se agarraron, forcejearon y machop lanzó al suelo a mankey. Este se enfadó y le golpeó con varios golpes furia, derrotando al machop.
-¡Quítale la mochila y derrótalo, mankey!- Ordenó Drex y tras recuperar la mochila, le dio un gancho alto que mandó al cielo al ladrón. Entonces llegó un tipo con armadura montando un rapidash.
-¿Que has hecho? Era Viator el ladrón. ¡Estaba a punto de capturarle!- Dijo y llegó otro.
-Al menos se le han caído las carteras que robó- Dijo este-Ven, tenemos que interrogarte-
-Nosotros somos los templarios, los que en una vieja región servíamos a la ley ¿Ese tipo que dicen que venciste era rubio y con una cicatriz como este?- Preguntó a Drex, enseñándole una foto y Drex asintió.
-Entonces es cierto: Viator ha sido invocado también y está haciendo de las suyas. Puedes irte- Drex se largó y salió de la ciudad. Allí, se encontró a un chico de pelo rosa, siendo atacado por varios maschiff, liderados por un mabostiff que atacabana un chico de pelo rosa con gafas con una camiseta verde y pantalón marrón que le resultaba familiar.
-¿Miguel?- Preguntó Drex.
-¡Calla y ayúdame!- Le pidió y Drex sacó a raichu.
-¡Ok! ¡Rayo!- Decidió Drex y los perros esquivaron los ataques y mordieron a Drex.
-¡Cola férrea, adelante!- Exclamó Drex y los tiró al suelo. Entonces empezaron a intimidar a raichu con rugidos y él les hizo huir tirándoles un trueno.
-Muchas gracias por salvarme, amigo- Dijo Miguel-Fui atrapado en un portal y acabé aquí ¡Nunca creí que volveríamos a encontrarnos!- Dijo entusiasmado-Me encantaría seguir escribiendo sobre tus historias y este es el mejor momento para hacerlo ¿Te apuntas?- Le preguntó, él asintió y se dieron la mano. Tras eso caminaron un poco y llegaron a un centro pokémon.
-Cuanto los echaba de menos...- Suspiró Drex.
-¿Bromeas? Si los hay en todas partes- Dijo extrañado Miguel.
-Digamos que en Paldea son un pelín... Especiales, por no decir cutres. Solo es una estación de servicio muy pequeña y no hay sitios donde dormir, sí o sí necesitas comprar y dormir en una tienda de campaña- Dijo Drex.
-¿Has estado en Paldea?- Preguntó Miguel asombrado.
-Ahora vivo ahí como aprendiz de Laureano y, en cierta manera líder de Pueblo Mestura, aunque ya no sé si podré volver...-
-Yo he leído que el que gane la liga de esta región, se convertirá en rey- Dijo Miguel maravillado y entraron en el centro. Este está todo patas arriba y sin luz.
-¡Eres una negligente!- Exclamó un doctor calvo y con mostacho a una enfermera-¿Y ahora que hacemos?- Preguntó.
-Disculpen ¿Que ha pasado?- Preguntó Drex.
-Cierta enfermera negligente ha dejado escapar de sus pokéball a un dúo de Pikachu. Los pequeños traviesos han provocado un corto circuito en las instalaciones del lugar y el electricista no puede hacer su trabajo porque, cada vez que vuelve la luz, esos pokémon vuelven a crear otro corto circuito ¡Necesitamos encontrar a los dos pokémon antes de que terminen de dañar por completo el sistema de electricidad del Centro Pokémon y capturarlos en sus respectivas pokéball!-
-¡Os ayudaré!- Decidió Drex y recibió las pokéball. Entonces sacó a raichu y le ordenó usar destello y empezaron a buscar por todo el centro. Al final los encontraron en el baño y Drex tuvo que enfrentarse a ellos usando a toxicroak.
-¡Cargatóxica!- Ordenó Drex, golpeó a los raichus, los envenenó y los devolvió a la pokéball. Entonces los electricistas devolvieron la luz al hospital y las enfermeras curaron a los pokémon de Drex y a los pikachus y descansaron allí antes de seguir su viaje.
Tras ganar la liga pokémon y hacerse alumno y líder del gimnasio Mestura. Drex se enfrentó a un chico de pelo negro corto, gafas, gordo con un jersey marrón y pantalón azul que sacó a un venomoth. Ante eso, el ex paletense sacó a klawf.
-¡Guillotina!- Ordenó Drex y la polilla empezó a volar esquivando los ataques del cangrejo.
-¡Paralizador!- Dijo el entrenador y klawf quedó inmovilizado.
-¡Ahora sí! ¡Guillotina!- Decidió elegir Drex otra vez y esta vez atrapó a la polilla.
-¡Venomoth y Justin no pueden seguir! ¡Drex gana!-
-Ya lo conseguirás la próxima... ¿Eh?- Drex vio un portal rojo y fue absorbido por él junto al tal Justin. Pronto se vio en una gigantesca metrópolis donde vio a un montón de gente mirando una gigantesca pantalla puesta en un edificio. En ella salía un hombre delgado de piel clara con cabello corto y grisáceo y unas peculiares gafas de color rojo. Llevaba un elegante traje largo de color gris y guantes del mismo color, por debajo vestía una camisa elegante de color negro y una corbata roja, en sus brazos lleva dos grandes anillos de color rojo y calzaba unos zapatos muy finos de color negro y blanco
-¡Saludos entrenadores del mundo! ¡Soy Alik, creador de esta región llamada Passio y de su torneo pokemon world masters! Habéis sido absorbido por los portales de un pokémon legendario para llegar hasta aquí y participar. Una vez que consigais 10 medallas, podréis enfrentaros a mis esbirros y luego a mí. ¡Os espero, ardo en deseos de enfrentarme a vosotros!-Excitado, terminó su discurso entre enloquecidas risas y se dieron cuenta de que habían perdidos sus carteras mientras miraban la pantalla, Drex incluido, solo que además a él le quitaron la mochila. Pronto empezó a buscarla, pero acabó perdiéndose.
-Bienvenidos a Centrópolis, el inicio de vuestro viaje- Leyó el chico y al darse la vuelta, vio como un chico rubio, pálido con una cicatriz que le cruzaba la cara diagonalmente y con andrajos marrones huía con su mochila. Drex le persiguió, saliendo de la ciudad y acabó cortando el paso.
-¡Devuélveme mi mochila!- Le exigió Drex.
-¡Oblígame!- Dijo el ladrón y sacó a un machop. Drex se dio cuenta de que no tenía pokémon ninguno porque todos se encontraban en su mochila, pero encontró una pokéball en el suelo y buscó un pokémon al que lanzársela para capturarlo. En eso vio un mankey columpiándose en una liana y Drex lo capturó y lo usó en su batalla.
-¡Golpe kárate!- Ordenó Drex y mankey le golpeó en la frente y le hizo retroceder.
-¡Usa patada baja!- Exclamó el ladrón, pero mankey dio un leve salto y pateó al otro luchador. Entonces se agarraron, forcejearon y machop lanzó al suelo a mankey. Este se enfadó y le golpeó con varios golpes furia, derrotando al machop.
-¡Quítale la mochila y derrótalo, mankey!- Ordenó Drex y tras recuperar la mochila, le dio un gancho alto que mandó al cielo al ladrón. Entonces llegó un tipo con armadura montando un rapidash.
-¿Que has hecho? Era Viator el ladrón. ¡Estaba a punto de capturarle!- Dijo y llegó otro.
-Al menos se le han caído las carteras que robó- Dijo este-Ven, tenemos que interrogarte-
-Nosotros somos los templarios, los que en una vieja región servíamos a la ley ¿Ese tipo que dicen que venciste era rubio y con una cicatriz como este?- Preguntó a Drex, enseñándole una foto y Drex asintió.
-Entonces es cierto: Viator ha sido invocado también y está haciendo de las suyas. Puedes irte- Drex se largó y salió de la ciudad. Allí, se encontró a un chico de pelo rosa, siendo atacado por varios maschiff, liderados por un mabostiff que atacabana un chico de pelo rosa con gafas con una camiseta verde y pantalón marrón que le resultaba familiar.
-¿Miguel?- Preguntó Drex.
-¡Calla y ayúdame!- Le pidió y Drex sacó a raichu.
-¡Ok! ¡Rayo!- Decidió Drex y los perros esquivaron los ataques y mordieron a Drex.
-¡Cola férrea, adelante!- Exclamó Drex y los tiró al suelo. Entonces empezaron a intimidar a raichu con rugidos y él les hizo huir tirándoles un trueno.
-Muchas gracias por salvarme, amigo- Dijo Miguel-Fui atrapado en un portal y acabé aquí ¡Nunca creí que volveríamos a encontrarnos!- Dijo entusiasmado-Me encantaría seguir escribiendo sobre tus historias y este es el mejor momento para hacerlo ¿Te apuntas?- Le preguntó, él asintió y se dieron la mano. Tras eso caminaron un poco y llegaron a un centro pokémon.
-Cuanto los echaba de menos...- Suspiró Drex.
-¿Bromeas? Si los hay en todas partes- Dijo extrañado Miguel.
-Digamos que en Paldea son un pelín... Especiales, por no decir cutres. Solo es una estación de servicio muy pequeña y no hay sitios donde dormir, sí o sí necesitas comprar y dormir en una tienda de campaña- Dijo Drex.
-¿Has estado en Paldea?- Preguntó Miguel asombrado.
-Ahora vivo ahí como aprendiz de Laureano y, en cierta manera líder de Pueblo Mestura, aunque ya no sé si podré volver...-
-Yo he leído que el que gane la liga de esta región, se convertirá en rey- Dijo Miguel maravillado y entraron en el centro. Este está todo patas arriba y sin luz.
-¡Eres una negligente!- Exclamó un doctor calvo y con mostacho a una enfermera-¿Y ahora que hacemos?- Preguntó.
-Disculpen ¿Que ha pasado?- Preguntó Drex.
-Cierta enfermera negligente ha dejado escapar de sus pokéball a un dúo de Pikachu. Los pequeños traviesos han provocado un corto circuito en las instalaciones del lugar y el electricista no puede hacer su trabajo porque, cada vez que vuelve la luz, esos pokémon vuelven a crear otro corto circuito ¡Necesitamos encontrar a los dos pokémon antes de que terminen de dañar por completo el sistema de electricidad del Centro Pokémon y capturarlos en sus respectivas pokéball!-
-¡Os ayudaré!- Decidió Drex y recibió las pokéball. Entonces sacó a raichu y le ordenó usar destello y empezaron a buscar por todo el centro. Al final los encontraron en el baño y Drex tuvo que enfrentarse a ellos usando a toxicroak.
-¡Cargatóxica!- Ordenó Drex, golpeó a los raichus, los envenenó y los devolvió a la pokéball. Entonces los electricistas devolvieron la luz al hospital y las enfermeras curaron a los pokémon de Drex y a los pikachus y descansaron allí antes de seguir su viaje.
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