Bienvenidos a Café Shibe

Cafe Shibe

Chris Wolf

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Bueno este es un trabajo en el que ya tenia algo de tiempo, pero ya es hora de continuarlo, y por que no, tratar de mejorarlo, y gracias de antemano por leer ^^
En ese momento me sentí el chico más afortunado del mundo. Recién terminaba mi licenciatura, tenía 22 años, había un buen trabajo, y tenía un departamento propio, además estaba a punto de casarme con quien sería el amor de mi vida. ¿Quien diría que un lobo que tuvo calificaciones bajas toda su vida, podría llegar a sentirse tan feliz por cosas eran simples como esas, pero en fin, eso era lo que me hacía sentir bien, y lo que siempre había querido.

- Vamos Ethan... Levantate, ya es muy tarde...- Mencionaba en ese momento quien sería mi prometido, un tigre dos años más mayor que yo, pero que en el tiempo que estudié la universidad, esos 3 años, me demostró que era el mejor furry del mundo, con detalles pequeños... Y grandes sorpresas en días importantes.

- Solo 5 minutos más Matt...- Giraba sobre la cama, arropándome con las sabanas, a la vez que sentía un calor reconfortante llenar mi espalda... Despertar de ese modo era mejor experiencia del mundo, amanecer junto al chico de tus sueños, en un sitio donde pueden demostrarse mutuamente su amor incondicional el uno al otro.

- Vamos lobito... Prepararé el desayuno si te levantas.- Rodeo mi cintura con su brazo, comenzando a dar ligeras caricias a mi abdomen, en lo particular tenía demasiadas cosquillas y el se aprovechaba de eso. Mi cola comenzó a sacudirse de un lado a otro, y una sonrisa se dibujada en mi rostro y el suyo, esos dulces momentos eran los mejores que podía pedir, y estaba muy agradecido de poder tenerlos junto a el. Me giré quedando mi cara junto a la suya, el seguía rodeando mi cuerpo con su brazo, mientras que el otro lo usaba para apoyar su cabeza mientras me veía y sonreía al hacerlo.

- ¿De verdad harás el desayuno?.- Lo miré curioso arqueando una de mis cejas, rodeando sus hombros con mís brazos, acercando mi hocico cada vez más al suyo.

- Bueno... Si quieres que no sea comestible puedo hacerlo yo jeje.- El también comenzó a acercarse más, hasta que estuvimos lo bastante cerca para poder besarnos.

A pesar de que los primeros rayos de luz de la mañana comenzaban a filtrarse entre las cortinas de la ventana no pudimos detenernos, la situación se volvió excitante a los pocos segundos. Tomé su rostro entre mis manos... Los besos se volvían más apasionados y profundos. Solé sus hombros y comencé a acariciar su pecho.. Matt era un instructor de un gimnasio en la ciudad, por lo que no podía quejarme para nada, estaba en el punto de su hombría, y no podía quejarme para nada de su contextura... Yo por mi parte solo era un oficinista que trabajaba en la supervisión escolar local.

Ambos comenzamos a adentrarnos cada vez más en el acto, Matt me había puesto boca arriba sobre la cama,, podía notar la ruborización en su rostro y el en el mío, estábamos ya muy acelerados. Colocó su pecho sobre el mío, su calor... Su suave pelaje... Era la mejor situación que hubiese podido experimentar, a pesar de que lo hacíamos al menos 2 veces por semana, siempre tratábamos de hacer que concordara con el día de descanso del otro.

Sentí como su mano recorría mi pecho y mi abdomen, deteniéndose a jugar un poco en mi ombligo, nos separamos por un momento de ese beso. Un pequeño hilo de saliva nos conectaba. De mi parte estaba muy acelerado, mi pulso incrementaba y mi deseo de tener algo ese día también. Ese tigre era el único con quien me había acostado hasta ahora, y quería volver a hacerlo con el, quería olvidarme del mundo solo por unos minutos y entregarme a el completamente.
La temperatura aumentó y llegamos más allá... Matt separo mis piernas y se dispuso a tratar de quitar mi ropa interior. Eso anhelaba, pero.

¡¡¡Bip, bip, bip!!!

La alarma de mi teléfono celular comenzó a hacer mucho ruido, lo cual nos hizo detenernos para poder apagarla. El se dejó caer sobre mi, y me abrazó sin más.

- No quiero que vayas a trabajar...- Decía a la vez que ocultaba su rostro en mi pecho y hacía un berrinche como un cachorro.

- Tampoco me gusta la idea de tener que ir... Pero tenemos que traer comida a la casa jeje.- Besé su cabeza, justo entre sus orejas, y nos quité las sabanas de encima. Él se quitó de encima y se sentó al borde de la cama, volteando a verme.

- La próxima vez lobito... La próxima vez... -
Decía entrecerrando sus ojos, levantándose de la cama y buscar su ropa de trabajo. Un pantalón deportivo color negro, una camiseta de tirantes y una sudadera ligera. Yo por mi parte, busqué un pantalón de vestir, una camisa de color blanco y una corbata de color azul.

- Matt... ¿Podrías?...- Dije apuntando a la corbata, ya que hacer ese tipo de nudos me complicaba la existencia totalmente. Matt se rió entra dientes y se acerco a mi tomando la corbata de los dos extremos, el era unos centímetros más alto que yo, por lo que siempre tenía que voltear hacia arriba para poder verlo o hablarle, el estaba viendo hacia abajo, parecía que fuese un experto en corbatas, ya que solo veía como la movía un par de veces y esta se anudaba mágicamente.

- Tienes que aprender a hacerlo Ethan... además... no es como que me moleste hacer esto cada mañana...- ¿Quien lo diría?, el tigre de apariencia bastante masculina ayudando al pequeño lobo a atar su corbata para el trabajo.
Esa era mi parte favorita de las mañanas, ya que podíamos ser como cualquier pareja "normal" donde la chica (el) ayuda a su novio con su corbata (osea a mi). - Bueno, estás listo, ahora vamos, el desayuno espera.

Ambos nos dirigimos a la cocina. Mientras uno preparaba algunos hot cakes, el otro se disponía a hacer algo de jugo de naranja y café. En la mesa no hablábamos de nuestros planes a futuro, solo nos contábamos algunas anécdotas del trabajo, algunos chistes, e incluso a hacernos algunas bromas el uno al otro. No era de esperarse que no hiciéramos algunos gestos románticos de vez en cuando en esos momentos, como darnos el desayuno en la boca, o limpiar los restos de comida de el rostro des otro con un beso en la mejilla, en la comisura de los labios, o de lleno en éstos.

Una vez terminábamos, dejábamos los trastes sucios en el fregadero y nos las arreglábamos para decidir a quien le tocaría lavarlos, según saliera del trabajo, el que llegase más temprano lo haría.
Todos los días antes de salir a trabajar los dos, nos asegurábamos de que el otro estuviera lo más presentable posible.

- ¿También debo enseñarte a acomodar el cuello de la camisa? - Decía mientras acomodaba la camisa, ya que por lo regular me acostumbré a que el lo hiciera por mi, y tener esos pequeños jestod de cariño de su parte.

- Bueno, parece que alguien aún no sabe que estos se ven mejor si están a la misma altura...- Lo mencioné mientras nivelaba los cordones de su sudadera. - Bueno... Ya es hora de ir a trabajar...- Aparté sonrojado la mirada, era un poco extraño, ya que tenemos tiempo viviendo bajo el mismo techo, y aún así aún me cuesta hablarle cariñozamente, me siento como un adolescente que trata de decirle que a alguien que le gusta.

- Vamos Ethan...- Pude sentir sus labios contra los míos, y como un calor recorría todo mi cuerpo en tan solo unos segundos. Detuvo mis palabras con sus besos... No me dejó hablar, y yo no lo dejé a el por un par de segundos, ambos sonreímos y nos reímos un poco al darnos cuenta que esa situación aún nos causaba algo de vergüenza. Matt tomó mi mano y me deseó suerte en mi trabajo, y yo en suyo.

***


Era tiempo de regresar a la oficina, el sonido de las impresoras funcionando y los timbres de teléfonos sin parar comenzaban siempre desde las 8:00 am , la hora en que la institución abría sus puertas. Todo era normal, al llegar a la oficina, los típicos compañeros.
Habiendo desde el que siempre saluda a todos cuando llegan, hasta el que solo se da cuenta de tu existencia por que tu lo saludas a el, o bien, el hostigoso que no puede vivir sin molestar a los demás por cualquier cosa. Yo por mi parte, decidí solo ir a mi sector dentro de las oficinas... Registrar mi hora de entrada, ¿Y por qué no? tomar un poco más de café para despertar completamente.

- Parece que alguien está de buen humor hoy.- Mencionó un compañero que se encontraba en uno de los cubículos de los costados al mío, un rinoceronte de gran estatura y de una apariencia física bastante atractiva. Pero no podía verlo de esa manera, pero no era como que tuviese demasiado problema con eso.

- No es para tanto, solo tuve una muy buena mañana jeje. Además no es nada del otro mundo.- Dije al rinoceronte mientras daba un sorbo a mi taza de café.

- Es bueno saber que tu y Matt se han llevado bien hasta ahora jeje.- Michael además de otros cuantos compañeros de trabajo sabían de mi relación con Matt, y sobre los planes que teníamos, pero por desgracia no solo llegaron las noticias a personas de mi total agrado.

- Bueno... Tenemos planeado casarnos dentro de 1 mes. Tanto Matt como yo queríamos hacer invitaciones, pero es mejor decírtelo personalmente jeje, esperamos que puedas ir.


- Entonces por eso es tu anillo verdad. Dime ¿Cuando te lo propuso, o cuando se lo dijiste tu a él?.- Por lo que parecía se mostraba incluso más ansioso de lo que yo debería de estarlo.

- Bueno... Bueno... Al fin los maricones van a casarse. Miren que feliz estoy...- El sujeto que se encontraba en otro cubículo, un mapache de mi edad y mas o menos mi estatura se asomaba por encima de las paredes que nos separaban.

- Vamos Felix, déjalo en paz. Puede hacer lo que quiera. ¿No?.- Se mostró un poco molesto Michael por la actitud tan molesta de ese mapache.

- Déjalo... Debe estar celoso porque no ha tenido novia desde que entro aquí...- Felix mostró un semblante de desagrado.

- No es por eso, pero piensa lo que quieras, al fin y al cabo no tengo quien me ponga los cuernos como te lo hacen a ti tooodos los días.

- Ajá si tú... ¿Crees que me creeré eso?, es lo único que sabes para molestar.

- ¡¿Molestar?¡.. ¿¡Yo?!...-
Dijo señalándose a si mismo con una de sus manos. haciendo una completa expresión de ignorante.

- Siéntate y cállate. ¿A caso quieres que te reportemos por eso?.- Se levantó el rinoceronte de su asiento, poniéndose frente a la cara del mapache fastidioso, haciendo que éste se sentara al momento.

- Bueno. Solo digo que deberías de cuidar más a ese tigre, se escuchan rumores de que sale con uno de sus clientes más frecuentes.

- No lo creo... ¿Sabes por que?. Por que pronto estaremos casados y por desgracia no podrás asistir a la boda.


- Bien, de igual manera es desagradable ver como dos hombres se besan.


- Relájense los dos... De esta manera no llegan a nada...

Los tres volvimos a nuestro trabajo habitual... Ordenar documentos, atender llamadas, y asistir a una que otra reunión.
El día era agotador y lo que quería era regresar a casa y terminar los preparativos para el festejo con Matt. Luego de 8 horas intensas de jornada laboral estaba listo para regresar a casa, no sabía si Matt ya había llegado o no, pero esta vez quería hacerle una sorpresa en la comida. Su pasta preferida, y algo de vino, ya que hacia unos meses que no tomamos ni una sola gota de alcohol, además que mañana sería el día de descanso de ambos y no tendríamos que luchar contra la resaca para ir a trabajar al día siguiente.

~



De regreso a casa veía con atención el anillo de compromiso de color dorado... A pesar de ser sencillo era demasiado lindo.
Ya en el autobús observaba por la ventana todo el trayecto para llegar al departamento, los furs se movían a sus casas luego de una jornada de trabajo, alegres de que llegase el fin de semana, y el fin de la tortura que supone trabajar una semana más. Una vez en casa, me di cuenta de que había llegado antes que Matt, por o que puse manos a la obra y comencé hacer una pasta con algunas albóndigas, salsa de chipotle, al tiempo que buscaba una de las botellas de vino que guardábamos para ocasiones especiales. Acababa de poner la mesa y la comida sobre ésta, un par de velas para volverlo un poco más romántico, la botella al centro de la mesa, y una copa a cada lado.

Me quité un delantal que solía usar cuando cocinaba, lo dejé en uno de los respaldos de las sillas y acomodé mi camisa, era posible que no tuviera tiempo para arreglarme lo suficiente para que llegara Matt, pero me dio la oportunidad de arreglar un poco mi cabello. Pasaron 10 minutos y no parecía llegar... Esto era un poco raro, ya que por lo regular siempre llegaba unos minutos después de que yo lo hacía, ya había comenzado a tardarse.

- ¡Lo siento Ethan!... Esas tipas de cardio no me dejaban llegar a casa...-Dijo algo acelerado mientras se quitaba la sudadera y cerraba la puerta del departamento, colgando sus llaves en uno de los ganchos de la puerta. Pero su sorpresa fue al llegar y ver la comida que estaba ya lista en en comedor.

- Pensé que llegarías un poco más temprano jeje. No pensé que esta vez tus acosadoras te seguirían hasta acá- Era imposible tratar de inculparlo. Era bastante guapo, además de tener toda esa musculatura tan definida que lo volvía un sueño hecho realidad para cualquier chica y uno que otro chico.

- Bueno... Parece que has hecho algo rico esta vez jeje.- Dijo acercándose a la mesa. Yo por mi parte apagué la luz y quedamos solo con lo emitido por las velas.- Tonto lobito romántico...- Se acercó a mi y beso de forma cariñosa mi mejilla.

- Bueno, tu no te quedas demasiado lejos ¿O si?.

- Me descubriste jeje.- Saco detrás de el un pequeño ramillete de rosas blancas, esas eran mis favoritas sobre cualquier otra.- No es nada comparado con lo que tu hiciste jeje.- De su sudadera sacó una pequeña caja de chocolates. Cabe mencionar que dicho dulces no eran de los normales que puedes ver en cualquier tienda, por lo que veía eran de una marca un tanto prestigiada con lo que respecta a chocolates. Mis ojos se llenaron de un resplandor, casi comparable al que tuve cuando nos comprometimos.

- No tenías por que hacerlo...-
Tomé ambas cosas estando bastante sonrojado por dicho detalle.

- Por supuesto que si..
.- Me tomó de ambas manos y me vio a los ojos con su característica sonrisa cálida y afable.- Vamos, no sería bueno si la comida que hiciste se enfriara jeje.

- Tienes razón... Pero antes déjame ponerlas en agua.- Tomé un pequeño florero de la vitrina que teníamos, le puse algo de agua, y dentro coloqué el pequeño ramo de flores.
Ambos nos dispusimos a comer, o mejor dicho a cenar, Matt siempre se manchaba un poco cuando se trataba de comer pasta con alguna salsa, por lo que siempre terminábamos burlándonos los dos de nosotros.

Entre risas y algunas bromas, no faltaban los gestos de cariño entre nosotros, como darle de comer en la boca al otro, y servirnos vino entre nosotros.

~



Los días pasaban cada vez más a prisa con la aproximación de nuestra boda, estaba bastante emocionado, por lo que pedí mi vacaciones un par de días antes en el trabajo, para tener unos días con Matt para nuestra luna de miel. Recuerdo que compré un taje de color blanco para la ocasión, ni sabía de que color sería el de Matt, pero casi me lo imaginaba con un traje negro, una camisa de vestir blanca y una corbata de algún otro color. Uno tras otro se aproximaban los días, faltando cada vez menos a la gran fecha... Hasta ese día.


***



-¡¡¡Que vivan los novios!!!.- Comenzaron a aclamar los invitados afuera del registro civil. Varios conocidos de los dos, y otros que no imaginamos que irían como algunos familiares y compañeros de trabajo. Nos recibieron de forma cálida y bastante animada.

- Wow...- Matt me tomó entre sus brazos y me cargo como si yo fuese la novia en ese momento. Me sonroje demasiado, ya que no solíamos demostrarnos tanto afecto en público, pero esta vez era distinto, estábamos en todo nuestro derecho, y eramos libre de poder mostrarlo al mundo al fin sin ser criticados ni juzgados.

- Solo sujetate bien jeje.- Solo asentí con mi cabeza mientras rodeaba su cuello con mis brazos. Me aferré un poco ya que había comenzado a bajar las escaleras que se encontraban en el lugar. Ambos nos vimos muy sonrojados el uno al otro, y acercamos nuestros rostros para darnos un profundo beso que duraría apenas unos pocos segundos.
Todos lo aplaudieron como si se tratase de un gran logro para nosotros, y como no lo sería, al fin dejarían de molestar a Matt las chicas desesperadas, eso era lo que me volvía más feliz, además de que ahora si pasaríamos la vida juntos como esposos ante la ley.
Luego de retirarnos de ahí, resultó que todos nos tenían un evento preparado en un gran salón a las orillas de la ciudad, más gente aún estaba ahí, pasó de ser un pequeño evento a algo muy conocido, ya que sería la primera boda "gay" de la cuidad luego de que se aprobara la ley para permitirlo, a pesar de que la parte religiosa estuviese en contra dichas uniones. Parecía totalmente una boda normal, dentro de lo que cabía, pero en lugar de ser chico y chica eramos dos chicos. Todo iba bien, algo de baile, bebidas, e incluso las típicas peleas por los centros de mesa que adornaban cada una.


Luego de la celebración, Michael se ofreció a llevarnos al departamento, aseguraba que ninguno de los dos estaba en condiciones aptas para conducir, y vaya que tenía razón, ya que al parecer el "brindis" se alargó demasiado y la mayoría terminamos ebrios, y por supuesto que Matt y yo no seríamos la excepción.
Una vez en casa, Michael nos guió hasta nuestra habitación en el departamento, ya que a esas alturas chocábamos con cualquier cosa o nos caíamos solamente por que si. Ya una vez nos dejó seguros, se fue de ahí, logro recordar que una vez en la cama abracé fuertemente a Matt, aún tengo presente lo que le susurré esa madrugada.

- Este es el mejor día de mi vida, por que te tengo a mi lado...- De ahí en adelante no recordé nada, y quedé dormido abrazando suavemente a mi esposo- ... Matt.-

~



Por la mañana, la resaca no se hizo esperar y llegó como si fuese el amanecer, de forma implacable e inevitable. Desperté y vi a Matt que seguía dormido profundamente. Le di un beso en los labios y me levanté de la cama, aún llevábamos los trajes puestos, y con respecto a Matt lo sabía, estaba vestido con un traje como el que me había imaginado. Me dirigí a la cocina después de eso, no sin antes ponerme algo más cómodo. Pensé que desde ese momento todo sería perfecto.

~

De a poco comenzaron los problemas entre nosotros, comenzaron siendo muy poco notables con el pasar de los meses.

- ¿Hoy también llegarás tarde?.-
Decía a Matt mientras desayunábamos, ya que durante algunos días había comenzado a llegar bastante tarde a casa... Incluso había veces que llegaba a media noche, y como tonto, me quedaba esperando todo el tiempo.

- Daré una sesión personal... Lo siento Ethan, por favor, no me esperes despierto.- Besó mi frente al terminar de decirlo, mis orejas estaban hacia atrás, y estaba comenzando a hacerme ideas que de verdad quería que fueran erróneas.

- Sólo... Ten cuidado, ¿Sí?...- Me levanté y lo abracé con todas mis fuerzas, y el correspondió de la misma manera.

- Lo tendré cielo. Volveré pronto, te amo...- Me dio un pequeño beso en los labios y se fue a su trabajo.

Ese día era uno de mis días de descanso, por lo que me quedé en casa mientras Mtt salía a trabajar. Hice las labores del hogar, lavé la ropa, limpié la cocina, y puse en orden la habitación, sin Matt cerca e aburría bastante rápido.

- Bueno... Creo que es hora de salir para comprar víveres.
- Mala elección.

***

Una vez fuera de casa, fui al mercado de la ciudad, compré algunas verduras frescas, algunos granos u un poco de carne, quería hacer algo especial para Matt luego de que tuviéramos ya 6 meses de casados. Pasé una licorería en la que trabajé un tiempo, y me quedé platicando con el fur que atendía el lugar, ya hacia un tiempo que no nos veíamos, por lo que el tiempo se pasó volando, compre solamente una botella de vino blanco, y salí de ahí, en la puerta del local me detuve a acomodar las bolsas, ya en una posición más cómoda caminé de regreso al departamento. Pero al girar en una esquina... Vi algo que me destrozó al momento, y me hizo paralizarme totalmente, dejando caer las bolsas al suelo, mientras comenzaba a retroceder lentamente...

Estaba Matt con otro chico... Un joven husky estaba con el, estaban tomados de la mano y bastante cerca el uno del otro, pero lo que más me dolió fue cuando lo vi con más detalle, y note que a los poco segundos, ambos se abrazaron y se dieron un beso en publico... A mi... Matt nunca me daba esas muestras de afecto en publico. No sé si sería por el ruido de la botella quebrándose, o se daría cuenta de mi presencia al distancia, pero se volteo hacia mi, soltó al chico y salió corriendo en mi dirección, yo hice lo mismo, corrí, y corrí hasta llegar a casa, me encerré en la habitación saque una maleta y la comencé a llenar de algo de ropa que tenía ahí. La maleta estaba lista y me dispuse a salir del departamento, peo me topé con Matt en la puerta.

- ¿Ethan a donde vas?.- Me decía muy agitado tras correr todo el camino de regreso, además de que traía consigo las bolsas que había dejado atrás, eran esas en efecto, aún seguían goteando el vino de la botella rota.

- Es obvio que lo más lejos que pueda.- Le dí un golpe con el hombro y salí del departamento, ya había llamado a un taxi que llegó justo en ese momento.

- ¡Ethan escúchame!.- No hice caso y subí al taxi alejándome gradualmente de Matt, Pero el corría detrás de mi, era imposible que me alcanzara, solo pedí al conductor que acelerara...

Legué a la central de autobuses y pedí un boleto para uno que llegaba a mi pueblo natal. En el camino de regreso mi mente estaba en blanco y trataba de procesar todo lo que pasaba. Vi mi teléfono y tenía 10 llamadas perdidas de Matt. Lo que menos quería era saber de el en ese momento.

- Ethan... Por favor, no es lo que parece.- Decía uno de los muchos mensajes que mandaba entre cada vez que trataba de llamarme. Preferí apagar mi celular lo que quedaba del camino.

Una vez llegué a casa de mis padres, mamá me abrió la puerta, solo me limité a abrazarla, mientras lagrimas cubrían por completo mi rostro.

- Fui un tonto mamá...- La abracé muy fuerte y entré dentro de la casa, mis padres me dijeron que me quedase el tiempo que lo necesitara, y así lo hice, decidí quedarme ahí... quedarme a olvidar.
 

DietMountainDew

Can we get it now low, down and gritty
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oh ester fic lo lei en foros dz, y me gusta mucho aunque Ethan sigue siendo igual de impulsivo me cae muy bien uwu espero que la historia continue -u-
 

AlexCoon

I'm so proud of you
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es genial, recuerdo este fic de DZ
me quedé con ganas de saber que había pasado, muchas gracias.
 

Chris Wolf

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Aquí les dejo la segunda parte, espero que les agrade ^^

Parte 2
Me encontraba en la plaza de la ciudad con algunos amigos del gimnasio, está de camino a casa, pero me detuve para buscar algo que darle a Ethan por nuestro sexto mes como esposos, los chicos con los que me reunía al salir del trabajo conocían mi relación con Ethan, por lo que de vez en cuando hacían algunas bromas al respecto, pero nada que pudiese ofendernos.

- Matt, ¿ No crees qué te estás matando demasiado últimamente?, bueno, es decir. Has comenzado a trabajar horas extra muy a menudo. Eso terminará por arruinarte. ¿Sabes?.

- Si puedo conseguir un dinero extra para sorprender a Ethan con unas vacaciones o algo grande, no creo que me afecte demasiado.

- Si te esfuerzas de más no podrás disfrutar "las vacaciones" que planeas con él .

- Vamos chicos, será mejor encontrar algo para él. Siempre me sorprende con una cena, o un buen vino, me gustaría poder superar eso.

- ¿No has pensado en darle otra cosa?.- Dijo un husky, un compañero que recién había comenzado a trabajar ahí apenas hace unas 3 semanas, pero que se mostraba bastante agradable al tratar temas como "relaciones homosexuales" de manera abierta.

- Vamos Matt, sabes de que hablamos.- Dijo un cocodrilo que estaba ahí con nosotros. Ambos se rieron un poco y se vieron mutuamente, para luego voltear a mi trasero.

- Bueno... Ethan y yo no hemos tenido problemas de ese tipo...-
Reí de manera nerviosa, para luego rascar mi nuca un poco apenado, sabía a lo que referían, pero me resultaba algo vergonzoso comentar lo que trataban de decir en voz alta.

- Venga Mattew, no dirás que estás dudoso de preguntárselo ¿O si?.


- Quizá... tal vez un poco...- El perro tomó mi mano con la suya y me miró fijamente.

- Ahora imagina que soy tu novio... Trata de visualizar como le dirías que quieres que el sea activo esta vez.- El hecho de que lo dijese en voz alta me daba algo de pena. - Para ser así de grande, te apenas muy fácilmente.- Se hecho para atrás pero sin soltarme.

- Supongo, gracias por ayudarme...
- No me dejó seguir hablando, pero... medió un beso en los labios, era algo nuevo, ya que por lo regular los otros chicos solo con tomar mi mano o un beso en la mejilla, ya hacían todo un drama, por lo que sabía que diría algo como "me besó un gay, alguien libreme de la homosexualidad", y vaya que no tardó en hacerlo.

- ¡Me besó un gay, alguien libreme de la homosexualidad!.- Pero no imaginaba que eso sería el peor error de mi vida. A la distancia pude ver como Ethan se quedaba quieto, mirándonos por unos segundos, para luego salir corriendo, solté al husky y comencé a seguir a Ethan a lo largo de las calles abarrotadas del centro de la ciudad.

- Eres un idiota Alex...- Fue lo último que escuché de Walther mientras se dirigía Alex, y yo me alejaba de ellos lo más rápido que podía, para poder alcanzar a Ethan.

Había sido un tonto. Me detuve a recoger las bolsas que dejo Ethan atrás, juntandolas, apretando las tiras de éstas en mis puños, necesitaba alcanzar a Ethan, necesitaba poder explicarle lo que de verdad pasó. No quería que algo así me hiciera distanciarme de él, y menos de esa manera.

***



Llegué muy agitado a casa, había corrido por el centro de la ciudad hasta llegar al departamento... Pero Ethan ya estaba por salir con una gran maleta en la mano.



- ¿Ethan a donde vas?.- Etan volteó a verme con odio y con tristeza en sus ojos, podía notar como lo había decepcionado, pero era mi culpa, debí explicarle antes como es que me llevaba con los chicos del trabajo... Debí de evitar trabajar horas extra... Debí ser sincero con el desde el principio...



- Es obvio que lo más lejos que pueda.- Etan salió de la casa, pude ver la humedad en sus mejillas, había estado llorando a lo largo del camino. Era mi culpa... Lo había lastimado... Me excedí...

Me dio un pequeño golpe en el hombro mientras salía por la puerta. Un taxi comenzó a aproximarse, dejé las bolsas en el suelo y caminé a donde estaba el mientras abría la puerta del taxi.



- ¡Ethan escúchame!.- Alcé un poco la voz para hacer que volteara hacia mi, pero no funcionó, se subió al coche y cerró la puerta de un fuerte golpe.



El vehículo aceleró gradualmente. En un arranque de impotencia corrí detrás tratando de alcanzarlo, pero fue en vano, cada vez iba más rápido... A pesar de que lo seguí por 15 cuadras, el cansancio debilitó mis piernas, y una mala coordinación hizo que cayera al suelo, golpeando fuerte mi rostro contra el hormigón de la calle.



Traté de levantarme, pero el taxi ya estaba demasiado lejos, apreté mis puños con toda mi fuerza y di un gran golpe al suelo, mientras comenzaba a maldecirme por lo que pasaba.



-¡Solo soy un tonto!, ¡Un tonto!, ¡Un maldito estúpido!... Soy un idiota... ¡¡¡Ethan!!!.- No importaba cuanto tratase de llamar a Ethan a gritos... No respondía y no volvería, lo llamé hasta comenzar a quedarme afónico por los gritos. Los furs que estaban en la calle me observaban de manera extraña, como si pidieran que me callase con la mirada. Al cabo de unos minutos, caminé de regreso a casa, desganado, triste... Solo...



Sin darme cuenta ya había oscurecido a la hora que llegué... Recogí las bolsas de la entrada y las dejé en la cocina. Me senté en una de las sillas de la mesa, tomando con fuerza mi cabeza en mis manos... Estaba llorando... Me sentía el peor ser sobre la faz de la tierra, me odiaba a mi mismo por lo que acababa de pasar. Sacudí mi cabeza tratando de aclarar mis ideas. Sabía que al menos debía intentar comunicarme con Ethan de alguna manera, por lo que comencé a llamarlo muchas veces y a mandarle varios mensajes, necesitaba que entendiera que lo que vio no era lo que el pensaba, sino otra cosa totalmente diferente.



- Vamos Ethan... Contesta por favor...- Marcaba desde mi teléfono, pero automáticamente me mandaba al buzón de voz. No quería dejar notas de voz, quería poder aclarar las cosas aunque sea por teléfono. Y así seguí intentando hasta que quedé dormido intentando contactarme con el, no sólo con llamadas que no fueron atendidas, sino por un sin fin de mensajes de texto, con la esperanza de que por lo menos respondiera uno de ellos. El sueño y el cansancio fueron más fuertes de lo que imaginaba... El ultimo mensaje que mande... Esperaba que por lo menos lo viera.



- Te amo Ethan... Por favor, no te vayas de esta manera...- Recuerdo que deseaba que aquello que pasó ese día no fuese más que un mal sueño una pesadilla, algo que no era cierto... La noche fue larga y fría, me despertaba a altas horas de la madrugada agitado, asustado. Cada vez que despertaba podía ver el lado de la cama donde Ethan dormía, estaba vacío. Volteaba por unos segundos a ese lado y lo imaginaba dormido volteando hacia mi, mostrando su sonrisa característica al dormir, pero ya no podía verla, tenía miedo de no verla nunca más...



***



Al llegar la mañana revisé mi teléfono con la esperanza de que hubiera por lo menos visto lo mensajes, o por lo menos se diera cuenta de que quería contactarme con él. Llamé de nuevo, no quería darme por vencido tan rápidamente, me cambié y salí a su trabajo, por lo menos debería estar ahí...



Tomé las llaves del departamento y salí corriendo en dirección a las oficinas de supervisión escolar, estaban un poco lejos, demasiado para llegar a pie, tenía que tomar el bus a dos cuadras de el departamento. Salí a toda prisa. No sin antes ponerme ropa limpia. El bus tardaba un poco en llegar, por lo que comenzaba a desesperarme y ponerme un poco ansioso.

- Vamos...- Sacaba por momentos el celular del bolsillo de mi pantalón, faltaban aún 2 minutos para que pasara el bus, además de que seguía sin tener alguna respuesta de Ethan, seguía sin mostrar notificación alguna con referencia a él.



Luego de la tortura que suponía esperar el bus, no pude ver de reojo como algunas de las clientas del gimnasio se acercaban a la parada del autobús. Me puse la capucha de la sudadera con la esperanza de que fueran de paso y no coquetearan conmigo como lo hacían siempre, después de terminar sus cesiones. Por unos segundos, pude sentir como se quedaron platicando detrás mío... Tenía suerte, de llevar puesta la sudadera que Ethan me había regalado cuando cumplimos un año de novios, por lo regular procuraba no usarla en público, ya que en la parte de la espalda tenía las letras "E y M", y nadie sabía a lo que se refería más que nosotros dos.



***



Mi tortura por fin terminó al llegar el bus, subí, descubrí mi cabeza y respiré profundo, creía haberme librado de ese par de tipas, pero comenzaron gritarme para que les hiciera caso, yo por mi parte traté de ignorarlas, tomé asiento, el bus arrancó y salí de esa situación tan incomoda. Recuerdo que todo el camino no dejaba de pensar en Ethan, mientras mantenía la esperanza en encontrarlo en su cubículo trabajando. Solo observaba por la ventana, necesitaba llegar cuanto antes al trabajo de Ethan, no me importaba si mi vestimenta deportiva no era la adecuada para la institución, tenía la obligación de buscar a mi esposo y aclarar las cosas, hacerle conocer que lo amo, que eso no fue más que una broma entre compañeros de trabajo. El tiempo pasaba lentamente, me había aferrado demasiado a Ethan que ahora todo parecía vacío y distante, a pesar de estar rodeado de toda esa gente me sentía solo... Etan era especial para mi, él era mi todo...

-Quisiera poder ser tan especial como lo es él...-
Me dije a mi mismo a la vez que llegaba el bus a una cuadra de su trabajo. Pedía por que Ethan estuviese ahí, de verdad deseaba encontrarlo.



~ Ethan~



No pude dormir en toda la noche tras lo que había pasado, mamá y papá hablaban sobre la situación también, mamá le decía a papá que era posible que yo lo hubiese malentendido, y papá solo se limitaba a tachar a Matt como un oportunista cualquiera que solo buscaba diversión. No podía evitar que los comentarios que hacía mi padre dolieran, yo sabía que Matt no era así... Sabía que era un buen chico, amable, algo torpe, pero era el chico del que me había enamorado perdidamente. Pero papá dijo algo que me destrozaría nuevamente.



- ¡¿A caso crees que Ethan está para soportar cosas como esa?!. Juro que si veo a ese maldito, no le perdonaré que le haya echo esto a mi hijo.- Quería que papá se detuviera, mamá trataba de tranquilizarlo, pero el solo se ponía cada vez más molesto al mencionar el nombre de Matt, o cualquier cosa relacionada con el.- ¿Que más se podía esperar de alguien como él?...- Mencionó finalmente papá destrozando mi alma, volviéndola pedazos.

Sólo me aferré a las sabanas de mi cama, era mucho más pequeña que la que compartía con Matt y mucho más fría. Di vueltas de un lado a otro con los ojos cerrados, deseaba de verdad que eso nunca hubiese pasado y que al abrir mis ojos lo viera dormir justo a mí lado... Pero no dejaba de recordar la escena en donde lo veía con ese otro chico.

Mamá entró a mi habitación, yo sólo estaba cubierto con las sabanas, mientras las apretaba. Se sentó al borde de la cama y descubrió mí rostro, estaba mojado por las lágrimas, mi mirada estaba vacía y no tenía ánimos para hacer nada.



- Ethan... ¿Puedes contarme de nuevo que pasó entre tu y Matt?.- Con esfuerzo me senté en la cama y le conté de nuevo a mamá lo que había visto. Ella respiró profundo y me dio un consejo que guardaría más que cualquier cosa conmigo.



- Ya veo... Hubo un tiempo que yo pensé lo mismo de tu padre, ¿Sabes?. Pero me di cuenta de que solo había malinterpretado las cosas. Su amiga vino a hablar conmigo y me explico que Joseph siempre se despedía de todas sus amigas con un beso en la mejilla, y yo de dramática... No descarto por completo la idea de Joseph, pero creo que sería mejor, que primero averiguaras que es lo que de verdad pasó. Ustedes dos se han demostrado demasiado cariño como para echarlo a la basura de esa manera.- Mamá tenía razón, debía saber si de verdad pasaba lo que yo pensaba, o solo lo había entendido mal.




- Tienes razón mamá... Gracias...- La abracé con lágrimas en mis ojos, aún me dolía lo que había visto, pero era hora de averiguarlo por mi cuenta, de desmentirme a mi mismo.


- Por cierto hijo, ¿No tienes que ir al trabajo?.- Dijo mi madre algo curiosa.

- Haré una llamada... Le diré a la secretaria que esta semana la tomaré como vacaciones. Necesito aclarar mi cabeza un poco.- Mi madre sonrió y me dio una palmada en la espalda

- Bueno, creo que es buena idea que te des un tiempo para pensar las cosas.- Mamá tomo mi mano izquierda, tocando el anillo en mi dedo anular , viéndome con una mirada llena de cariño.- Solo no dejes pasar mucho tiempo, ¿está bien?.- Solo asentí con mi cabeza, luego de conversar con mi madre encendí mi teléfono celular para llamar a la oficina y avisar sobre mis faltas durante la semana, tomándolo como lo correspondiente a mis vacaciones.
Pero al encenderlo quedé congelado, la gran cantidad de mensajes, de llamadas de Matt, causaron un vuelco en mi estómago, quise llamarle en ese momento, quería volver a sentir la calidez de su voz... Pero decidí no hacerlo...

Matt



Por fin había llegado a donde trabajaba Ethan... Era un edificio bastante grande, tardaría demasiado para encontrarlo, pero tenía al menos que preguntar en que sección se encontraba. En la entrada estaba una señorita que atendía un mostrador frente a las oficinas, parecía ser la recepcionista del lugar.



- Disculpe señorita... Busco a Ethan Miller, ¿Podría indicarme en que área se encuentra?.
- La leona me vio con algo de duda, para luego ajustarse sus gafas y dirigirse a mi.



- ¿Es usted pariente o algún conocido de Ethan?.- Hice mis orejas hacia atrás y mi semblante cambió totalmente, extendí mi mano en la que tenía el anillo de compromiso, para luego declarar a la joven.



- Ethan es mi esposo... No lo he visto desde la tarde de ayer... Pensé que podría estar aquí...- Dije a la joven mientras buscaba con la mirada en los pasillos cercanos a la entrada.

Me pareció un poco raro, pero pude ver al rinoceronte compañero de Ethan. Michael creo era su nombre. La señorita me dejó pasar y lo primero que hice fue acercarme a el para preguntarle por Ethan.



- Hoy no ha venido a trabajar... Llamó a la supervisora para decir que se tomaría esta semana como vacaciones...




- ¿Cómo lo sabes?.



-Está en el cubículo de a lado, se pueden escuchar las llamadas perfectamente... Dijo que últimamente ha tenido algunos problemas... Espero todo vaya bien entre ustedes.- Hice mis orejas hacia abajo al enterarme de que era imposible encontrarlo en su trabajo, y que era posible que no lo viera por una semana.



- Me gustaría que así fuera...- El rinoceronte volteó hacia atrás dirigiendo la vista a lo que desde ahí se veía como un mapache, para luego ponerme una mano en el hombro.



- Es mi hora de almorzar, si gustas puedes contarme, te invito a comer algo.-
Acepté un poco desanimado.



Michael me invitó a subir a su auto, ya una vez ahí me comenzó a preguntar de el porque Ethan faltó a trabajar y por que lo estaba buscando . Una vez llegamos al restaurante, Michael comenzó a contarme de como es que se entero de lo mio y lo de Ethan, a incluso pudo reconocer la sudadera que llevaba puesta.



- Eso es de Ethan ¿Verad?.-
Me sorprendió el hecho de que supiera lo que era y lo que significaba, ya que no eramos muy abiertos con nuestra relación.



- Si... Me la dio cuando cumplimos nuestro primer año como novios....



- Ya veo, no te dejes desanimar tan fácilmente. Por cierto, escuché que le dijo a la supervisora que estaría en casa de sus padres podrías ir a buscarlo ahí, quizá tengas algo de suerte y puedas aclarar todo con él.




- Tienes razón... ¿Pero y si sus padres piensan que es verdad lo que vio Ethan?.- Michael dio un sorbo a su café, el hombre se volvió hacia mi nuevamente y suspiró de manera lenta y calmada.



- Sabes... No quiero ser portador de malas noticias, pero un compañero del trabajo ya le metía ideas a Ethan sobre esas cosas...- No lo dejé terminar de hablar y me puse de pie golpeando algo fuerte la mesa con mis manos.



- ¿¡Quien es?! ¡¿Como se llama?!...- Me puse eufórico, pero el rinoceronte solo se limitó a verme con reprobación ante mi actitud, indicándome que me sentara nuevamente, y así lo hice. La gente había comenzado a vernos de manera extraña, pero el me calmó en ese momento.



- Procura no hacer un escándalo, será mejor decirtelo saliendo de aquí... Pero bueno, al principio solo pensaba que eran bromas... Nunca pensé que Ethan creyera lo que vio...




-Lo sé... Lo siento.



Terminamos de conversar y salimos del restaurante, y fue ahí cuando me dijo de quien se trataba, estaba furioso, pero el me dijo que no valia la pena buscar pelea solo por eso. Tenía razón, pero me resultaba difícil de aceptar. ambos nos despedimos. Él se ofreció para llevarme a casa, pero me negué, primero quería buscar más información, necesitaba saber donde era donde vivían los padres de Ethan, para poder dar con él.



El camino de regreso era abrumador, el movimiento en las calles... Y el ver a todas esas parejas felices... No podía soportarlo... Pero debido a mí, ahora Ethan me detestaba.



Antes de llegar a casa, pude ver que nos aproximábamos a un establecimiento donde trabajo Ethan durante la preparatoria, o al menos me había dicho que trabajó ahí un tiempo, la licorería estaba justo enfrente, me levanté de prisa e hice la parada al bus, éste se detuvo en seco y por poco me iba de paso hasta los lugares del frente, me reincorporé y bajé rápidamente, entrando un poco agitado. Eningresé por la puerta me quedé parado unos momentos y vi a un joven toro, era más o menos de mi estatura, pero un poco más delgado. Me observó con cuidado unos segundos y luego se dirigió a mi.



- Eres Mattew ¿Cierto?. El esposo de Ethan.- Solo asentí con mi cabeza mientras trataba de recuperar el aliento .



- Necesito un favor... ¿Puedes decirme donde es que viven los padres de Ethan, se que el no es en la ciudad, por favor ayúdame a encontrarlo...- Vi al bovino con preocupación y suplica, con la esperanza de que me dijera por lo menos el nombre del lugar. En un principio no parecía muy de acuerdo, pero accedió para mi buena suerte.



- Es un poco lejos... Pero, de verdad espero que puedan solucionar sus problemas. Ethan me habló tantas cosas buenas de ti que me parece extraño que hayan peleado por algo como eso...



-Espera... ¿Has hablado con él?- Mi voz vaciló un poco, pero el asintió, diciéndome que desde hoy por la mañana se había puesto en contacto con él y le había contado lo que pasaba, pero... uno de sus comentarios me llenó de confianza, y con aún más ganas de encontrar a Ethan.



- Dice que su madre le dijo que primero se asegurara si era real o no lo que había visto, ya sabes, preguntar a algunos furries por ahí que asistan al gimnasio o a los clientes.



- Ya veo... Entonces ¿El vendrá?.- Movió la cabeza a modo de negación.



- No me ha confirmado que día ni que hora, pero es posible que lo haga en estos días...



-¡Gracias!- Dije al toro al momento que me entregó la dirección en un pequeño papel. No reconocía el nombre del sitio, pero sabía que en la central de autobuses alguien tenía que por lo menos ser de ahí o conocer el lugar, además de que autobús tomar para llegar.



***



- En la parte norte de la ciudad, más específicamente específicamente las afueras, deberá a tomar el bus a la ciudad vecina- Parecía que era algo lejos considerando la magnitud del sitio donde me encontraba. Agradecí al toro, y me dirigí a la central de autobuses. Una vez llegué a la central, me acerqué a la ventanilla, un zorro atendía y vendía los boletos para los buses. Aproveché cuando pretendía comprar el mío.



Ya estando en la central, me dirigí a la ventanilla de los boleto

- El próximo sale dentro de 20 minutos, el camino es directo y lo deja en la iglesia, en el área colindante con la cuidad vecina.- Escuchaba con atención al zorro, pendiente de cualquier dato importante.- No se preocupe, si busca a alguien, será fácil de encontrar, todos se conocen ahí, puede preguntarle a cualquier fur en la calle.

-Deme uno, por favor.- El chico me pasó el boleto por la ventanilla, mostró una sincera sonrisa, o al menos quizá de tanto sonreír al trata con gente se le volvió un reflejo natural al ver a alguien.

No se demoró mucho el bus en llegar, pero me hizo pensar que si lo había hecho, tuve que esperar un poco para que quienes venían de regreso bajasen de el para poder comenzar a abordarlo. Bajaban muchos furries, de distintas especies, e incluso... Pude ver un lobo... Por un segundo pensé que se trataría de Ethan... Pero el color de su pelaje era ligeramente más oscuro... Había estado a punto de gritar su nombre, pero me detuve justo al momento.

Subí al autobús, y me senté en uno de los asientos cerca de la puerta de la salida y una de las ventanas, tardamos un par de minutos en toar camino a la localidad ya que algunos furries subían con grandes bolsas y algunas cajas...

Durante el camino, no dejaba de ver la ventana, preguntándome cual sería la reacción de Ethan al verme ahí... Y... Sus padres, esperaba que ellos me entendieran. El camino fue bastante largo, ahora entendía por que Ethan había preferido mudarse a la ciudad, estaba a dos horas de camino en bus. Era bastante lejos, pero no importaba, tenía que hablar con el a como diera lugar, estaba asustado de poder perderle para siempre y de que nada se arreglara entre nosotros.


Al llegar a la iglesia, me di cuenta de que no era demasiado grande el lugar, había varios furs al rededor de la plaza colindante a la iglesia con pequeños locales diversos que iban desde comida típica hasta pequeñas artesanías, y algún tiendas de ropa. Me acerqué algo curioso a los puestos... Y vi uno de regalos, había chocolates, peluches, algunos eran demasiado lindos, saqué mi billetera y pagué por una caja en forma de corazón que tenía chocolates con distintos rellenos, caminé un poco más, hasta llegar a una pequeña florería, no había demasiada variedad, pero estaban las flores preferidas de Ethan... Magnolias blancas. Compré un pequeño ramillete de flores y pregunté por él al vendedor.

- Disculpe... ¿Podría decirme donde puedo encontrar a este lobo...? Su nombre es Ethan...- El joven que era un puma de masomenos mi edad no me dejó continuar, debido a que respondió de manera inmediata.

- Sigue por esta calle, hasta llegar a la primaria, de ahí gira a la derecha y encontrará una casa de dos plantas de color azul.- Me disponía a avanzar.

- Muchas gracias.- El Puma asintió y seguí caminando por unos minutos... No lograba ver la primara, quizá era un poco más lejos.- Ya casi llego Ethan... Espérame...- Seguí un poco más, hasta que pude verla, y no muy lejos la casa de color azul, supuse que era la casa de Ethan. Tomé un gran respiro y toqué a la puerta, y... Me abrió su madre, ella me invitó a pasar.

- Lamento lo que pasó entre ustedes... Ethan no ha estado muy bien... Desde ayer no hizo más que llorar toda la noche, apenas hoy en la mañana pude hacer que se calmara...- Su madre se notaba bastante preocupada por el comportamiento de Ethan.

- Todo fue mi culpa señora... Debí explicarle a Ethan que estaba juntando algo de dinero... el siempre me sorprende con una buena cena o un buen vino... Yo quería hacer algo especial esta vez, pero solo lo arruiné...- No evité ponerme sentimental en ese momento, cubriendo mis ojos con mi antebrazo, limpiando mi rostro por mis lágrimas que escapaban de ellos, sentí como la madre de Ethan se colocaba a lado mío y me rodeaba con sus brazos. Era un abrazo firme y sincero.

- No es tu culpa muchacho... Ustedes no tienen la culpa...- Correspondí el abrazo, pero...

- Mamá... ¿Qué hace él aquí?...
 

DietMountainDew

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oh raioz no se que es peor que su mama se haya tomado la molestia de hablar con Ethan y el parecia entenderlo o que el estado mental del tigre va a colapsar si no hablan D: pero me gusto esta super genial y odio a ese husky >:v
 

EMERY

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Espero subas más caps de este fic, y si lo haces mencioname pls
 

Chris Wolf

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Lamento haber tardado demasiado, pero lo importante es que esto ya está aquí x3 disfruten de este capítulo ^^

- Ethan...- Me quedé congelado en ese momento... Él estaba ahí... Justo en frente mío, pero con la diferencia de que verme parecía resultarle un castigo, más que provocarle alguna alegría. Lo comprendía, pero necesitaba que él entendiera que no era lo que pensaba que había pasado.

- ¿Qué quieres tú aquí?... ¡¿Cómo demonios llegaste?!

- Hijo... Solo escuchalo...- Dijo su madre con preocupación, pero Ethan solo respondió con una mirada llena de desprecio y de rechazo.

- ¡¿Estás de su lado mamá!?.- Parecía furioso. Quería salir de ahí, no quería causarle problemas ni peleas con su madre, pero, tampoco quería huir. Debía estar en ese lugar y en ese momento.

- ¡Ethan, solo escuchame!...

- ¿Escucharte?... ¿A ti?

- Ethan, por favor, no es lo que parece...- Traté de acercarme a el, pero solo me evadió y se alejó.

- Claro que no es lo que parece... Es lo que vi... Como besabas a ese chico... A mi jamás me has besado en publico...- Todo estaba peor... Pude notar la voz de Ethan desganada. Tenía razón al estar molesto, yo no había sido más que un tonto, un simple idiota que no lo entendía por completo, y había destruido lo que tanto trabajo nos tomó construir.

- ¡Ethan. Maldita sea! ¡Solo quería tener algo de dinero extra para regalarte algo grande, por eso trabajé horas extra el último mes!.

- Si, lo que tu digas... Siempre eh creído lo que dices... Incluso en ese momento...- Su madre se quedó quieta en silencio al medio de la sala de estar. Ethan veía detenidamente su anillo detenidamente.

- Ethan... Amor por favor escúchame... Sé que lo arruiné y fui un completo idiota...- Mis lágrimas rodaban una tras otra en mis mejillas. Pude ver como se detuvo en seco, pensé que se daría la vuelta, podríamos hablarlo mejor. Pero...

- Matt... Regresa a casa en la ciudad... Regresaré la siguiente semana.- Caminé un par de pasos hacia él. Pero antes de darme cuenta sentí una presión sobre mi hombro izquierdo... Y en ese momento.

- ¡Alejate de mi hijo!.- Recibí un fuerte golpe en mi rostro

-...- No dije nada, pero retrocedí un par de pasos hacia atrás al recibir el golpe del padre de Ethan. Estaba en su derecho de golpearme, había sido un bastardo con su hijo.

- !Papá, detente¡ - En el tiempo que conocía a Ethan no lo había visto levantar la voz en su casa y menos a su padre. Realmente imponía respeto. Un lobo gris de 50 años, pero bastante conservado para su edad, además de siempre lucir bastante serio y elegante.

- Joseph detente... - Vi como su madre trataba de convencer a su padre para que no me diera otro golpe.

-Math... ¿Estás bien?...- No pensé que Ethan se acercaría a mi en ese momento. Dirigió una mirada furtiva a su padre.- Espero que no olvides que aún es mi esposo... !Aún lo amo papá a pesar de que es un idiota¡.- Tenía razón era un idiota y siempre lo seré, no lo niego. Arruiné todo lo que tuvimos... Todo lo que teníamos en ese momento, pero sentía que aún podríamos estar juntos otra vez, Ethan me había dado esperanza con su comentario.

- Ethan... - Traté de tomar su mano, pero la quitó en un instante.

- Solo vete... Ya te he dicho que regresaré...- Vi una mirada de dolor en sus ojos, con lágrimas que el claramente no quería dejar salir, pero lo entendía.- Si regreso... No será para estar como antes.... Yo... Yo quiero que lo hablemos.. Y pongamos limites... Aún te amo... Pero luego de esto... Es difícil pensar que todo será como antes... Vete... No quiero saber de ti por ahora...

- Amor... No... Regresemos a casa...

- !Largate Math!.- No supe que decir. Me quedé pasmado. Retrocedí despacio viendo como Ethan lloraba sin consuelo tras decir esas palabras.

Salí del lugaer... No podí permanecer mas tiempo en su casa.

- Lo siento Ethan...- Fue lo único que dije hasta llegar a la parada del bus... Estaba llorando... Llorando de verdad por Ethan, el amor de mi vida.

Me quedé llorando durante la llegada del bus, fue una larga espera... Dolía cada vez que trataba de esclarecer mi mente, los mismos errores una y otra vez, todo estaba mal y destruido, todo por mi culpa. Si tan solo desde el principio hubiera sido completamente honesto nada de esto estaría pasando... nuestra relación no estaría en peligro... Ethan y yo estaríamos en casa... seguramente almorzando en este momento... Ya nada valía la pena, sin preocuparnos de lo que pasara... No como ahora que se fue todo a la basura... Quería creer que todo se resolvería, que todo estaría bien. Pero la verdad era otra. Nada era como debería ser, todo estaba destruido y yo era el único culpable de lo que estaba sucediendo.

~

Llegué a la que era nuestra casa en la ciudad. Ahora estaba vacía y silenciosa... Era bastante fría... Pasé mis manos por mi rostro y el pelaje de mi cara esta mojado completamente, era de esperarse, todo el camino no hice más que lamentarme por lo que había hecho...

- Ethan... Lo siento... arruiné todo... ¡Soy un idiota!.- Comencé a llorar de verdad esta vez, gritando su nombre al aire como si fuera a escucharme y regresar en cuanto escuchara el escándalo. Pero estaba consciente de que eso no pasaría. No pasaría por más que rogara que sucediera.


Me aferraba a la fotografía que tenía de nuestra boda... Y quizá la última que tendremos juntos...

Ethan



Luego de que Matt se fuera de casa de mis padres, no sabía exactamente como reaccionar.

Veía en mi madre que cubría su boca. Quizá, era por oque sabía que en ese momento era mejor quedarse en silencio que decir algo que la comprometiera o hiciese enojar a mi padre, evitando decir cualquier cosa fuera de lugar.

- No quiero volver a ver por aquí a ese tigre, ¡¿Me has entendido Ethan?!.- La voz de mi padre resonó por toda la casa. Mi madre seguía en su espasmo de silencio cubriéndose para evitar soltar palabra alguna.

- ¡¿Y?!. ¡¿Crees que me importa lo que pienses?!. Estando sin ti. Matt y yo hemos podido salir adelante, hemos podido construir una vida, sin necesidad tuya.- Dije.

Pero lo viste besando a otro tipo, ¿No?.- Las palabras de mi padre se sintieron como un fuerte choque contra mi pecho que llegaba hasta mis músculos, adentrándose hasta lo más profundo de mi, para recibir en seguida un puñetazo de su parte en mi rostro. Di un par de pasos hacia atrás, para luego caer de espaldas sobre la alfombra de centro en la sala. Sentía el sabor a sangre dentro de mi hocico. La cara de horror de mi madre no se hizo esperar. Traté de levantarme con algo de dificultad .

Notaba la mirada llena de ira y odio de mi padre por Matt. Pero comprendía una cosa. Mi padre no solo actuaba de ese modo por que si. Entendía que mi padre trataba de protegerme de que pasase lo mismo una vez más.

No dije nada a mi padre, ni a mi madre. Sólo subí a mi habitación. Cerré la puerta de mi habitación, poniendo el seguro desde dentro, para evitar que alguien abriese la puerta por fuera. escuchaba las voces de mis padres discutir por lo que pasaba, no comprendía del todo, pero la razón era Matt.
Papá tenía razón, estaba con otro chico y eso lo había visto muy claramente.

Me senté a uno de los bordes de mi cama, cubriendo con la palma de una de mis manos, la mejilla golpeada por mi padre. Comencé a pensar, si realmente había sido una buena decisión salir de casa... dejar de estar con Matt, para regresar con mis padres.

No lo odio por lo que pasó... Lo amo... Pero al ver como besaba a ese chico, era algo demasiado doloroso para recordar, a pesar de que no podía sacarlo de mi cabeza.

Me tiré sobre el colchón de mi cama, observando por unos minutos el color blanco pálido del techo de la habitación, durante ese tiempo muchas imágenes llegaron a mi cabeza como una película interminable de recuerdos con Matt... Recuerdos felices... El tiempo que fuimos felices juntos

Me senté a uno de los bordes de mi cama, cubriendo con la palma de una de mis manos, la mejilla golpeada por mi padre. Comencé a pensar, si realmente había sido una buena decisión salir de casa... dejar de estar con Matt, para regresar con mis padres.

No lo odio por lo que pasó... Lo amo... Pero al ver como besaba a esa chico, era algo demasiado doloroso para recordar, a pesar de que no podía sacarlo de mi cabeza.

Me tiré sobre el colchón de mi cama, observando por unos minutos el color blanco pálido del techo de la habitación, durante ese tiempo muchas imágenes llegaron a mi cabeza como una película interminable de recuerdos con Matt... Recuerdos felices... El tiempo que fuimos felices juntos, reviviendo en mi mente cada momento... cada momento del día más feliz qué hemos tenido... Nuestra boda.

Los días anteriores a nuestra boda estábamos demasiado nerviosos. Recuerdo que repasamos todo una y mil veces antes de dar todo por sentado para la ceremonia, a pesar de que solo sería en el registro civil. Queríamos que pareciera una boda normal. O algo por el estilo, aunque... realmente se saldría del contexto de normal, ya que lo celebraríamos más como su fuese algo religioso.

Matt no lograba decidir unos anillos, o mejor dicho, un diseño que le gustara. Él quería algo que fuese lindo y representativo para ambos. Quería el nombre del otro en los anillos.

Fue un poco difícil el escoger los trajes, ya que Matt quería que luciesen exactamente iguales. El mismo tono de color blanco pálido. Incluso les dimos algunos retoques pocos días antes de la ceremonia en el registro civil. Parecía todo estar listo. Todo realmente a Excepción de Matt. Parecía nervioso por algo. No sabía que podía ser pero lo mejor era calmarnos entonces.

- Vamos.- Tomé su mano con la mía y lo besé.- Todo estará bien Matt.

- Gracias Eth.-. Me devolvió el beso y acarició mi cabeza.- Gracias por esta oportunidad mi lobito.- No pude evitar sonrojarme por sus palabras. Era un poco torpe e indeciso, pero así lo amaba, así amaba a ese tigre que me había abierto los ojos, además de hacer que me aceptara a mi mismo tal como era, sin importarme lo que dijesen en la universidad, o en mi trabajo.

Uno tras otro los días transcurrían demasiado rápido, como si de una película de tratase. Un día antes, Matt había mencionado que dormiría en un hotel, para no arruinar la sorpresa de verlo con un traje puesto. No deje de imaginarlo. Matt un tigre con muy buen físico en un traje de vestir de color blanco. No dejaba de pensar en ese momento, en como nos verían todos en el registro civil, y como reaccionarían las fursonas que esperarían afuera.

Finalmente llegó el gran día. Siendo lo que más ansiaba durante varios meses al fin ocurría. Me levanté a las 5:30 de la mañana, a pesar de que todo se realizaría a las 10:00 am, No podía contener la emoción, era sencillamente algo demasiado bueno, pero a diferencia de los sueños, esto era real, y estaba a poco tiempo de ocurrir. No sé si se tratase de la emoción del momento o de otra cosa, pero comenzamos a mandarnos mensajes de texto.

-¿Estás listo Eth?
-Más que listo Matt, pero algo nervioso también jeje.
- Bueno, mentiría si te dijera que tampoco lo estoy.
- Bueno, formalizaremos lo nuestro jeje.
- Eso si, seremos una pareja normal amor.
-Te amo tonto.
- Yo a ti lobito bobo.

- Oye, algunos amigos del gimnasio irán a la boda, espero no te moleste.

-Claro que no jeje, igual, algunos compañeros de la oficina también irán, además de mis padres.

-Mi madre vendrá, ya sabes como lo tomó mi padre cuando le dije que nos casaríamos.

- Lo sé, pero lo importante es que vamos a hacerlo. Estoy muy nervioso jeje.

- Oye Michael, ya llegó por mi, te espero en el registro civil Matt, te amo.


-Yo esperaré a Wallter ya está por llegar. También te amo lobito.

~

Michael me recogió, y su impresión al verme en el traje blanco no fue de esperarse. Se veía bastante sorprendido, y extrañado por verme vestido así.

- Vaya, te ves bien amigo, Matt es afortunado de tener a un chico guapo como tu.- No pude evitar sonrojarme un poco por el comentario, al mismo tiempo que mi cola se agitaba un poco. Pero a pesar de eso le mostré una sonrisa sincera.- Es bueno verte así de feliz Ethan, y pensar que ya te casarás, no me lo creo jeje.

- Pues a mi tampoco me parece jeje, pero al fin es el gran día.- Durante todo el camino, no pude disimular mi nerviosismo, veía a través de la ventana del auto desde el asiento del copiloto, todos parecían llevar una vida normal. Como si de caminar y repetir las rutinas de todos los días, suponiendo que serían, familia, trabajo y algún pasatiempo pequeño que no les tomase demasiado de su tiempo.

- Vamos. No te pongas nervioso. Matt se ve que es un buen sujeto, así que cuidará de ti muy bien, y si no, le daré una paliza.- El rinoceronte rió un poco y yo también tras su comentario. A pesar de ser un poco mayor que yo, el era por decirlo de algún modo como mi hermano mayor. Ya que siempre se preocupaba por mi desde que comencé a trabajar en la oficina de supervisor.- Hemos llegado Ethan. ¿Estás listo?.- Volteó a verme al momento que estacionó el auto. Yo no dejaba de estar nervios. Pero el momento ya había llegado, y ya era tiempo.

Matt ya estaba dentro del registro civil, no podía creer que llevaba ese vestuario. Un traje de color blanco perlado que resaltaba los colores de su pelaje.

Al instante en el que entré al registro pude ver a familiares y a algunos amigos tanto de Matt, cómo míos. Matt me vio... Yo lo vi a el, su rostro estaba sonrojado, seguramente al igual que el mio. Estábamos ya con el juez, moría de nervios en cada segundo... Pero Matt tomo mi mano con la suya con mucha delicadeza

Ambos firmamos el acta de matrimonio, los dos sonreíamos todo el tiempo desde que llegamos una ligera ruborización en nuestros rostros.

Esto era lo que más queríamos, poder ser una pareja legalmente reconocida legalmente, y al fin de una vez por todas poder ser libres y demostrarnos el amor que nos tenemos como una pareja normal.



Mi corazón latía con fuerza cuando Matt me colocó el anillo, yo se lo puse él. Mi emoción, cariño y nerviosismo no se hacían esperar en ese momento, quería que nunca acabara ese episodio de nuestra vida, siendo lo mejor que nos había pasado a ambos. Ahora ante la ley y ante todos... El era mio... Y yo era suyo...


Salimos de la oficina del juez. Me estremecí en ese instante... Matt y yo nos besamos luego de eso, Ese beso estaba lleno de amor... honestidad y la confianza que habíamos construido en el tiempo de nuestra relación de noviazgo. Todos los que habían asistido comenzaron a gritar nuestros nombre y a celebrar por la ocasión.



A nuestro al rededor comenzaron a caer pequeños papelitos de color blanco y rosado, incluyendo algunos pétalos de flores que tiraban sobre nosotros. Comenzamos a reirnos sin dejar de tomar nuestras manos. El mejor momento de nuestras vidas era ese, una página que no quería que pasara nunca.

Desperté en mi cama, mi rostro estaba mojado... El recuerdo que se me presentó como un sueño del que no quería despertar me recordó lo mucho que amaba a Matt. Había llorado dormido... Había llorado por echar a perder al único que ser que de verdad llegué a amar en mi vida.

- Soy un idiota... Matt... Solo soy un maldito tonto patético...- Tapé mi rostro con mi almohada, gritando y llorando como un cachorro... Pero no lloraba por un berrinche. Sino como alguien que acaba de perder a aquel que ama.

~

Matt


No fui a trabajar ese día... Me quedé encerrado en casa justo luego de que llegué del pueblo de Ethan. No quería saber nada de nadie, quería que me tragase la tierra por ser tan estúpido, como para hacer las cosas que hice...

- Ethan...- Tomé una foto del día de nuestra boda, el día más feliz de nuestras vidas lo había arruinado en tan solo un par de segundos, mis mejillas estaban empapadas.... Mi teléfono no dejaba de vibrar y de sonar al recibir una notificación tras otra de el gimnasio, preguntando que había pasado, si estaba bien... No estaba bien, para nada.

Acaricié lentamente el rostro de Ethan en la fotografía, como si estuviera tocando su cara con mis manos... Lo extrañaba... Las paredes de la habitación se habían tornado de un color gris pálido... Sin vida, un lugar triste lleno de soledad... El sonido taciturno del celular se perdió entre el eco silencioso del cuarto. Solo quería dormir y no volver a despertar nunca más... Quería dormir y tratar de hacer que todo lo que pasó fue solo un sueño, y despertar con Ethan a mi lado. Deseaba ver su rostro descansar a mi lado... Su sonrisa tonta por las mañanas, y su suave respiración al dormir.

No me di cuenta de cuanto tiempo pasó, pero al despertar seguía solo, aferrándome a esa imagen de Ethan... Ahora lo había perdido... Su mirada, su sonrisa... Su cariño, lo había perdido de mi vida... todo por ser solo un inepto.

- Solo... Solo soy un inútil...- Vi por la ventana que daba a la calle. Parecía que una ligera lluvia había comenzado sin darme cuenta. Había comenzado a hacer frío pero lo que sentía en mi pecho era incluso peor que estar bajo las gotas de lluvia. Pero al menos si estuviera bajo la lluvia no se notaría realmente si estoy llorando.

- Vamos...- Me reí un poco de mi mismo en ese momento. Lo que pensaba no era más que un montón de frases de adolescentes dolidos. tras terminar alguna de sus relaciones.

***

Comenzó a arreciar el aguacero, el agua entraba por la ventana que estaba un poco entreabierta, cubierta por una delgada cortina que permitía ver a través de ella, como el agua escurría por el cristal ante la luz rojiza-anaranjada de el sol que se ponía.

- ¿Estás en casa?.-
Se escuchó una voz provenir del otro lado de la puerta que daba a la calle. No dije nada y simplemente me levante de la cama, caminando hasta llegar a la sala, y responder desde ahí.- ¿Quieres hablar amigo... Eh traído algo de comida, todos en el gimnasio nos preocupamos por ti, ¿te encuentras bien?.

Abrí la puerta, la voz sonaba familiar, y vaya que lo era, al parecer Walther el cocodrilo estaba empapado parado en el porche de la casa. Parecía traer con él, lo que parecía ser una pizza y algunas cervezas.

- ¿Qué quieres?... ¿Necesitas algo?...- Respondí cabizbajo y con desanimo abriendo un poco la puerta.

- Vamos, ¿Vas a dejar que esto se enfríe?.- Suspiré e hice una mueca que parecía más una sonrisa forzada que otra cosa.

- Supongo que tienes razón después de todo...-
Abrí la puerta por completo dejándolo pasar, para luego buscar una toalla para que se secase de la lluvia de afuera.

- Vaya clima, ¿No crees?.
- Se terminó de secar pero su ropa estaba aún mojada.

- Supongo... Está lloviendo.

- Lo sé, lo sé.


- Aún estás mojado
.

- No es que la ropa se sequé por arte de magia jeje.


- Eso si...- Limpié mi mejilla con el dorso de mi mano derecha, no quería que se diera cuenta de lo que pasaba, pero... parecía que ya me había delatado solo.- Te traeré algo de ropa...- Busqué en el armario buscando ropa mía que Walther pudiera usar, al menos hasta que pasase la lluvia.- Ponte esto por ahora... Si te resfrías tu tampoco irás mañana al trabajo.- No dijo nada y solo tomó la ropa yendo al baño de la casa para ponerse la ropa. Yo por mi parte, me dirigí a la cocina. Regrese con un par de platos. Era más que evidente que no necesitaríamos vasos para las cervezas.

- Gracias amigo.- Ahora pasó de unos jeans de mezclilla y una camisa negra a un pantalón deportivo blanco y una camiseta de color azul. La lluvia seguía y no parecía que fuera a detenerse. Encendí el televisor, y apareció un reportaje donde decía que llovería toda la noche. No quería quedarme solo en casa... Pero tampoco quería estar con alguien que no fuera Ethan.

-No es nada... Espero esta lluvia pase pronto...


- Igual yo... No quiero incomodarte... Ya sabes... por lo que pasó ayer.


- No fue tu culpa Walther... Fue mía por dejar que Alex hiciera eso...- Walther tomó un plato y un trozo de pizza moviendolo despacio frente a mi.

- Se que duele... Pero vamos... No puedes quedarte sin comer... Estoy seguro de que llevas desde ayer sin hacerlo.- Tenía razón, llevaba desde ayer sin comer un solo bocado. El olor de la pizza era irresistible, fue cuando noté el hambre que tenía. Devoré esa rebanada y otras 7 más..., Walther comió solo 4 afirmando que esas eran más que suficientes para él.

- Venga Matt. Un trago ¿Qué dices?.- Abrió una lata de cerveza poniéndola frente a mi.- Vamos. Te hará sentir un poco mejor si comes y bebes algo.- No estaba demasiado acostumbrado a beber ya que por lo regular solo tomaba una copa o dos con Ethan cuando preparaba alguna comida especial.

A penas tomé 3 cervezas y ya estaba mareado, todo me daba vueltas. Pero por algún motivo comencé a contarle todo a Walther. Pero...

- Está bien amigo...-
Sentí sus brazos rodearme abrazándome un poco fuerte. Me llevó a la cama, no me encontraba por completo en mis 5 sentidos. Balbuceaba algunas cosas sin sentido, nombrando en pequeños momentos a Ethan.
Walther puso una de sus manos sobre mi cabeza, revolviendo un poco mi cabello, sentándose en una silla al costado de la cama.


- Descansa amigo. No has tenido un buen día.- No me dí cuenta en que momento me quedé dormido. No soñé nada esa noche... No sé por que... pero desperté, como si Ethan estuviese de nuevo en casa... Pero no era así... Walter estaba sentado en la misma silla de anoche... Dormido con los brazos cruzados. Aún no amanecía... por lo que busqué una manta y la puse sobre él, y me volví a tirar en la cama... No pude dormir mucho... La voz de Ethan seguía resonando en mi cabeza, no dejada de ver su cara cuando vio como Alex me besaba... como todo nuestro amor y confianza de desplomaban.

-Ethan... Perdóname...- Miré el techo por al menos 40 minutos... No dejaba de pensar en Ethan... Quizá... debía hacerme la idea de que lo nuestro se había terminado...
 
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Chris Wolf

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Gracias por leer esto ^^
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Chris Wolf

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Lamento haberlos hecho esperar pero aquí tengo la cuarta parte de este fic, espero sea de su agrado, y de verdad, muchas gracias a ustedes por leer esto ^^
pd: lamento que sea un poco corto :´3

Desperté y Walther seguía sentado a un costado de la cama. Parecía aún estar dormido, no parecía que se hubiese movido mucho, ya que aún tenía la cobija encima. Me senté por unos segundos en mi cama... El espacio que ocupaba Ethan estaba intacto... El ver ese hueco en la cama, me recordó a su mirada por las mañanas. En como era que el siempre me despertaba con un beso o una caricia al iniciar cada día. Eso volvía de cada día uno mucho mejor al anterior. Donde las presiones venideras de la rutina se esfumaban como por arte de magia.

Aún no comenzaba a sonar el despertador. Faltaba un minuto para las siete de la mañana... La hora en que ambos nos levantábamos para comenzar nuestro día. Cerré mis ojos por un par de segundos, tomando un poco de aire... No quería que Walther me viera más vulnerable de lo que ya lo había hecho. El sabía de lo mío con Ethan. Era por decirlo de algún modo, "Mi mejor amigo". Abrí mis ojos y el cocodrilo seguía resoplando suavemente con los ojos cerrados y una serenidad que me resultó un tanto más pacifica de lo normal.

Me levanté de la cama. Al parecer aún tenía la misma ropa puesta de ayer. Tal parece que me había embriagado demasiado rápido. Comencé a caminar un poco. Pero a penas di un par de pasos y sentí que estaba por explotar. Unas nauseas terribles me invadieron al igual que un dolor muy fuerte de cabeza. Salí corriendo al baño. Sin siquiera haberme puesto los zapatos. Ni siquiera cerré la puerta, ya que apenas entré y comencé a vomitar en el inodoro, tal era el asco que sentía dentro de mi, que no pude evitar hacer ruido. Tal pareciera que el ruido de las arcadas había despertado a Walther, contando igual con el sonido intermitente de la alarma, que empezó su incesante y desesperante sonido. Sin darme cuenta, apareció detrás de mí, colocándose en cuclillas, dando palmadas en mi espalda.

- Vamos amigo. Déjalo salir...- Dijo, al mismo tiempo que apartaba un poco la vista. Quizá para no ver lo que salía de mi. En momentos me aferraba al inodoro, casi clavando mis garras. Los espasmos en mi estomago eran espantosos. Yo no estaba acostumbrado a beber alcohol. A lo mucho tomaba dos cervezas, y eso era suficiente para derribarme. Pero me resultaba extraño haber tomado tanto y aún recordar la noche anterior.

-Tengo sed...- Dije tratando de incorporarme con ayuda de Walther, limpiando el vomito de mi hocico con algo de papel higiénico.

- Primero a darte un baño amigo, eso te ayudará con la resaca.- Al parecer traía una toalla con él.- Avísame cuando termines. Te traeré algo de ropa.- Dijo saliendo del baño y cerrando la puerta. Quizá tenía que darle su espacio a Ethan...Pero... Ethan quiere que hablemos... Lo arruiné por completo... Es imposible que crea lo que pasó... Incluso si llego con Alex a aclararle las cosas.
Resultaba irónico tratar de usar esa excusa de que "Alex me besó"...

- Sería completamente estúpido...- Me dije a mi mismo al momento que comenzaba a desvestirme. Veía mi pelaje...Pasé una de mis manos sobre una de mis mejillas. Pensando que quizá de ese modo volvería a sentir por lo menos uno de sus besos otra vez. Como mis ojos recorrían mi cuerpo, recordaba los besos de Ethan... De como algunas noches que nuestro deseo era demasiado por el otro... Su sudor sobre mi cuerpo... Su calor... Y su respiración, sus cálidas caricias luego de que hacíamos el amor, era la mejor sensación del mundo. Y algo que no cambiaría por nada en este mundo.

Me puse bajo la regadera. El agua tibia salía y se impregnaba en mi pelaje. Mojándome por completo. La temperatura del agua era algo demasiado reconfortante. Me recordó por completo al calor de Ethan... No pude controlarme para nada... Rompí en llanto al instante, pero, no podía sentir mis lágrimas . El agua sobre mi rostro se las llevaba como si fueran un par de gotas más de agua.

- Amigo. Prepararé algo de café. Con eso te repondrás en seguida jeje.- No había necesidad de decirle a Walther donde estaban las cosas en la casa. Ya que nos visitaba de vez en cuando a Ethan y a mi. Ayudándonos a preparar algunas cosas o a remodelar la casa, ya que era el amigo que teníamos con mayor disposición para apoyarnos en algo.

- Está bien.- Dije desde adentro del baño. Tratando de sonar firme en lo que decía, a pesar de que Walther comprendía la situación.

- No tienes por que esforzarte amigo, es duro... Pero verás que podremos arreglarlo, no te desanimes.- Sonaba animado, era más que notorio que quería animarme, no lo lograba del todo, pero me alegraba que al menos lo intentaba hacer.

Guardé silencio tras la puerta del baño, quedándome quieto un par de segundos bajo las gotas del agua. Estaba completamente mojado, sin dejar de darle vueltas a lo mismo na y otra vez. La ducha se sentía bien... Por instantes lograba despejar mi mente, teniendo pequeños periodos de tranquilidad al sentir el golpeteo de cada gota de agua sobre mi cuerpo. Una temperatura templada que inundaba mi ser como los rayos de rol de la mañana que se comenzaban a filtrar entre las cortinas de la casa.

Una vez terminada la ducha, tomé una toalla limpia, comenzando a secar mi pelaje lentamente. Enrollé la toalla a mi cintura y salí de la ducha, Walther ya no se encontraba en la habitación, podía escuchar los sonidos en la del cuarto donde lavábamos la ropa, y sabía perfectamente que se trataba de él. Parecía haber tardado un poco al buscar la ropa, pero llegó con un atuendo deportivo, unos pantalones negros y una camiseta de tirantes deportiva del mismo color, tomé algo de aire tratando de esbozar una sonrisa. Ya que no era muy común encontrar a un amigo que se preocupara por mi de la misma manera que lo hacía Ethan.


Eran ya 5 meses desde nuestra boda, todo era perfecto, eramos la pareja perfecta. Dos chicos recién casados, conocidos en el vecindario como la pareja gay que salía en los anuncios de periódico local, como si de alguna rareza se tratase. Nos sentíamos seguros uno al lado del otro... Yo me sentía seguro a lado de Ethan...

Despertamos luego de la boda, ambos estábamos en la cama aún con los trajes blancos puestos. Desperté y vi a Ethan dormir tan plácidamente como lo hacia.

- Mi lobito...- Lo abracé acercando mi cuerpo al suyo para calentarlo, ya que la mañana estaba alfo fría, e Ethan sonreía de una linda manera al abrazarle.
Ethan se revolcó un poco sobre la cama, dándose la vuelta para poner su rostro frente al mío, sorprendiéndome con una lamida cariñosa en mi nariz. La moví un poco, sonriendole con cariño, tomando su mano con el anillo, dándole un pequeño beso.

- Vamos amigo, come algo, que tus acosadoras esperan en el gimnasio.- Dijo algo burlón.

- No tengo suficientes ánimos para ir ¿Sabes?.- Terminé de ponerme la ropa, para luego salir de la habitación, y caminar un rato por el pasillo, con Walther detrás mío.

- Venga Matt, no te pongas así. Quizá algo de aire te caiga bien luego de lo que ha pasado estos días. Ya sabes, por lo menos luchar con tus fanáticas del lugar. No fuiste a trabajar ayer y vaya que muchas se quedaron hasta que cerramos solo por que querían ver a su instructor de siempre.- Sonrío dándome un golpecito en el hombro.

Caminamos unos segundos más por el pasillo hasta llegar a la cocina. Abrí la nevera, y comencé a mover algunas cosas, buscando una botella que teníamos con jugo de naranja. Walther encendió la estufa, preparando huevos revueltos y algo de tocino, me senté a la mesa, tomando un buen vaso de jugo de naranja para tratar de curar le resaca que tenía, sonreí durante ese rato que estábamos en la cocina, fue un poco divertido saber que me esperaría un montón de mujeres solteras desesperadas por atención, quizá tenía razón en lo que decía, quizá necesitaba despejar un poco mi mente. Se sentó comer con migo luego de eso, y recordamos lo bueno que pasó durante las semanas anteriores antes del incidente con Alex, quien era a quien menos quería recordar en ese momento.

Terminamos de comer, Wallther no tenía la necesidad de preparar sus cosas ya que tenía la costumbre de dejar todo siempre en un casillero del gimnasio y solo cargarse su teléfono movil, la billetera y las llaves de su departamento, y vaya que para segior soltero, tenía una residencia bastante amplia.
~

Llegamos finalmente al gimnasio, y parecía que el tiempo no había transcurrido en lo más mínimo, el mismo montón de hembras amontonadas en la puerta solo para entrar y pasar el rato con los entrenadores, y vaya que era mala mi suerte, ya que tenía que lidiar con al menos 10 de ellas al día, por lo que procuraba incluir rutinas que las entretuvieran un rato, o por lo menos el suficiente tiempo para darme un respiro entre tratar con una y otra. Ya que a pesar de no pareserlo solía ser demasiado desgastante.

Al fin había llegado nuestro descanso de medio tiempo, las mujeres y quienes iban a entrenar por las mañanas ya se habían ido y podíamos relajarnos por un momento.

- Vaya Matt. Parece que realmente te hacía falta despejarte un poco luego de lo que pasó, ¿Eh?.- Dijo sonriendo, a lo que correspondí con una sonrisa igual.

- Vaya que si jeje.- Estábamos animados en ese momento, pero no nos duró mucho el animo, ya que la alegría se terminó a lo pocos minutos de haber comenzado.

- Hola Matt, ¿Cómo te encuentras?.- No esperaba recibir una palabra de quién se dirigía a mi, pero al momento de girarme, me topé con quien menos quería hacerlo. El husky de nombre Alex se acercó a nosotros, con una sonrisa desvergonzada.- No pensé que volvería a verte por aquí tigre. Bueno al menos no tan pronto.

Un espazmo repentino recorrió mi cuerpo al verlo, pero en mi mente no pude evitar recordar ese momento, mi semblante cambió a uno lleno de rabia, decepción y descontento, no pude evitar mostrar mis colmillos, mis pensamientos se nublaron por esos sentimientos negativos. Pude ver como Alex lo notó casi al momento en que se llevó a cabo mi reacción, era evidente que ni el ni yo estábamos demasiado contentos con ver al otro de frente, al a penas haber pasado el incidente con Ethan.

- ¡Wow Matt!, ¡Cálmate amigo! .- Sin darme cuanta, había arremetido contra el canino, siendo solamente retenido por el resto de compañeros del gimnasio, pero mis pensamientos aún permanecían a flor de piel, no podía relajarme ni siquiera por un misero instante, dentro de mi cabeza, sólo rondaba la idea de que lo que había ocurrido solo era su culpa, el hecho de que Ethan se hubiera alejado de esa forma era únicamente causado por el todo lo que estaba ocurriendo dentro de nuestro matrimonio solo se debía a él. Nuestros problemas... Todos y cada uno de ellos eran ahora enteramente culpa suya.

- Matt... Amigo, por favor cálmate, no era mi intensión...- Podía notar la tristeza en pequeña medida que parecía hacerlo ver un poco vulnerable, lleno de impotencia, y una notable decepción hacia si mismo.

- ¿¡Calmarme?!... ¿¡Cómo quieres que me calme?! .- Walther me seguía sosteniendo con fuerza, para evitar que lo alcanzara.

- Amigo, no fue mi intención hacerlo, de verdad, lo juro... No fue mi intensión.- Me llené de más rabia de la que ya tenía, no podía perdonarlo.

- ¡Oh seguro maldito idiota! ¡Por tu maldita culpa Ethan se ha ido!...- Pude ver como mis palabras crearon un tipo de vacío en su interior, pero era lo que se merecía, no podía dejar de repasarlo una y otra vez.

- ¡Matt! ¡Maldita sea cálmate! - Walther me dió un golpe en la cara para tratar de calmarme, quedándome callado por un par de segundos.- Lo siento Alex... Matt no se ha encontrado bien desde ese día.- Me tomó del brazo, y me llevó a los casilleros, a un lugar donde pudiéramos estar solos y calmarme un poco.

Mil gracias por seguir leyendo esto ^^

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wow que toxico uwu jajaj igual me gusta :v
psdt: Alex me cae mal
psdt: ya revivi uwu y me encanto toparme con tu obra uwu
 

Chris Wolf

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Vaya que he tardado muchísimo, pero lo importante es seguir aquí, y no dejar esto tirado con un fic que jamás se va a terminar. Pero de igual manera, espero que a todos ustedes, tanto como los que aún siguen esta historia, como los que solo pasan a leer y desaburrirse un momento, gracias por hacerlo, gracias por ser la rezón por la que esta historia aún continua, espero que este capitulo redima mi ausencia en escribir, espero sea de su agrado y pues "Disfrútenlo" ^^

Parte 5

- ¡Maldita sea Walther ! ¡Sólo déjame romperle la cara a ese bastardo!
Antes de que pudiera darme cuenta, sentí el puño del cocodrilo sobre mi mejilla, y mi cabeza rebotar contra las puertas de los casilleros.

- ¡Es suficiente Math! – Dijo molesto, podía notarlo en el semblante de su rostro que figuraba una mueca de desaprobación, mientras movía despacio su cabeza de un lado a otro.

- No puedes seguir de este modo, basta de echarle la culpa a los demás, y afronta todo por lo que es.

Sus manos apretaban mis hombros contra el metal, podía ver como sus nudillos comenzaban a colorearse un poco de blanco. Me evité el contestarle, o el simple hecho de hablarle, en ese momento, no comprendía del todo aquello que ocurría, aún seguía pensando en lo que había pensado con Ethan, y el por que me había dejado de esa forma.
Estaba consciente de que era mi culpa, pero sencillamente era demasiado terco para aceptarlo, mi culpa, por lo que sucedió.

- No me veas ¿Qué? ¿A caso crees que no le dolió a Ethan también? - Tenía razón, yo no era el único que sufría por lo que estaba pasando, me había preocupado mucho por mi mismo, por mis sentimientos, qué había olvidado como era que Ethan se sentía al respecto.

A pesar de eso, tenía muy poco tiempo de haber sucedido, hace apenas unos días, mi corazón se encargaba de hacerme sentir que, con el paso de cada día, las posibilidades de volver a lado de Ethan se volvían cada vez más nulas e imposibles.
Comencé a tener miedo, de poder volver a ver a Ethan. Di un puñetazo a las puertas de los casilleros, provocando un sonido sordo, que se expandido por los casilleros, a la vez que había provocado una pequeña abolladura en el metal.

- Esto es mi maldita culpa… por favor, ayúdame a recuperarlo…- Mi voz sonaba desprolija y temblorosa, entrecortadas por titubeos, con palabras que con dificultad lograba apenas mascullar. Volví a sentir el dolor en mi pecho, dentro de mi cabeza se recreaba la escena de la partida de Ethan una y otra vez.

- ¡Math! – Pude sentir como era que aún me mantenía sujetado con fuerza de los hombros, y de a poco, éste comenzaba a tranquilizarse. – Sé que esto te duele, también a mi me afecta verte de esta manera. Este no eres tú, no seas un tonto y sal y arregla lo tuyo. Es mejor que al menos trates de aclararle las cosas a Ethan, para que se dé cuenta que solo fue una broma de mal gusto de Alex.

No le di respuesta, quedándome un par de segundos en silencio, sabía que tenía razón, y mi miedo era el como Ethan había reaccionado, no sabía de como lo tomaría cuando se lo contara, para Ethan era una traición, para Math era una broma, y para mi… para mi sólo era un error, un estúpido y terrible error.
No pude evitarlo, y me derrumbé, sollozando en ese instante, como su fuese un cachorro que ha perdido aquello que más quiere, estaba perdido, me sentía perdido sin él. Pude sentir mi alma destrozarse, no pude soportar demasiado, y de sollozar, pasé a llorar de manera un poco descontrolada.
Walther se alejó un poco. Lentamente dejé de estar erguido, y mi espalda se recargó contra las puertas metálicas de los casilleros, dejándome caer lentamente, como si lo hiciese en cámara lenta, hasta terminar sentado en el frio suelo del gimnasio, aun recargado sobre el gélido metal.

- Todo es mi culpa…Los dos sabemos que es culpa mía, si no hubiese dejado que Alex me besase… Ethan no habría malentendido nada, las cosas seguirían igual, y aún seríamos felices…

- Amigo… - Walther se puso a mi altura, pasando una de sus manos sobre uno de mis hombros izquierdo a modo de consuelo.Será mejor que hables con él, eso sería el único consejo que puedo darte. No conozco a Ethan tanto como tú, pero sé que a ti te escuchará, y si eligió tenerte como su pareja es porque de verdad te ama. – Pude sentir como era que me ayudaba a reincorporarme, hasta que logré ponerme de pie nuevamente.

- Vamos amigo, será mejor que te laves la cara, eso te ayudará a calmarte un poco, quizá luego puedas pensar un poco mejor las cosas. – Agaché la cabeza y empecé a frotar mis brazos con lentitud, no le dirigí ni una sola palabra. Comprendía que se había vuelto mi obligación arreglar todo, pero no pude decirle a Walther en ese momento.

- Te dejaré solo un momento para que puedas pensar todo un poco mejor…

Escuché como los pasos de Walther se alejaban cada vez más, hasta que percibí la perta de los vestidores cerrarse. Me quedé en esa posición al menos por un minuto viendo el suelo blanco del pasillo, hasta que al fin decidí levantar la vista, no me había dado cuenta de que estuve llorando el tiempo que el cocodrilo estaba conmigo, mis mejillas estaban empapadas, quise limpiar mi rostro, pero estaba bastante mojado.

Miré al frente mío, pero solo podía ver el color gris metálico de los casilleros, mi mente comenzó a pensar en los pasillos de los vestidores, dándome cuenta de que cualquier sonido por más mínimo podía escucharse bastante fuerte, casi retumbando en el lugar, como si de una explosión de ruido se tratase.

Las gotas de agua que se escapaban de las regaderas rebotaban de forma intermitente dentro de mi cabeza, o al menos llegué a suponer que de eso podía tratarse.
Mi cara se volvía más húmeda a medida que los segundos pasaban, y el tiempo seguía transcurriendo. Y los pensamientos asolaban mi cabeza, al igual que suele hacerlo una ventisca en el invierno.
Sin darme cuenta, varias imágenes comenzaron a mostrarse en mi cabeza, las escenas del comienzo de mi relación con Ethan.

~

Aún puedo recordarlo perfectamente. El primer día que vi a Ethan, fue hace poco más de tres años. El había comenzado la universidad y yo a trabajar en el gimnasio. Me asignaron como su instructor en esa ocasión, al principio, yo solamente le daba la serie de rutinas y el entrenamiento básico. Ethan era un poco torpe para hacer ejercicios, pero siempre lo compensaba con su entusiasmo. De a poco, Ethan comenzó a frecuentar el gimnasio más a menudo, hasta que llegó el día que cambiaría el destino de ambos.

- Te has esforzado mucho últimamente Ethan, creo que es hora de celebrarlo, ¿no lo crees?

- ¿Celebrar? ¿Por qué? – Pude ver como su mirada reflejaba un poco de extrañeza y confusión


- Por tu buen trabajo, lo has hecho increíble y has mejorado aún más – Era cierto, en comparación a como había ingresado al gimnasio, ahora tenía un cuerpo bastante tonificado, haciéndolo ver demasiado atractivo. Vi como sonrió un poco nervioso, pero eso no hacía más que aumentar mis sentimientos por él, tenía la sensación de ya no verlo como un chico que instruía en el gimnasio.

- Oh, vaya… Esto es nuevo – Al decir eso, me pude dar cuenta de cómo es que aumentaba su inseguridad y su nerviosismo. No lo comprendía del todo, quizá solamente le daba algo de pena salir con otro chico. Era entendible. También yo me encontraba muy ansioso y nervioso.


- Vamos, no te preocupes, yo invitaré la cena de hoy, así que por eso no te preocupes, o ¿preferirías pasar el rato en otro lado? – Fue sutil, pero su pelaje se erizó un poco, pero lo hizo.
Su cola comenzaba a sacudirse un poco, por lo que pude comprender, comencé a hacerme a la idea de que se encontraba feliz, o por lo menos bastante animado, para lo que se convertiría en nuestra “primera cita”.

- Oh, bueno… Pero deberé darme una ducha primero, no me gustaría ir a comer oliendo a sudor – Sonrió de forma nerviosa, realizando un pequeño de afirmación con la cabeza.

- Entonces está hecho ¿Te parece si nos vemos en la plaza del centro a las seis de la tarde? … Además también necesito un baño, he estado aquí toda la mañana y no creo que huela demasiado bien – Reí un poco apenado por mi comentario, tras darme cuenta de lo que había dicho.

- Bien, nos vemos por la tarde, trataré de llegar a tiempo – Su voz nerviosa y el leve sonrojo en su rostro lo hacían verse demasiado lindo, además de su pequeña y torpe sonrisa que lo hacían ver como un pequeño lobo adorable. No pude responderle con palabras, por lo que me limité a solamente asentir despacio.

El respondió casi de la misma manera, pero su expresión era bastante cálida, sincera y agradable. Por mi parte continué mi rutina diaria en el gimnasio, todo iba normal, los furs entraban y salían, algunos con sonrisas, otros sin ganas de volver al gimnasio, y las chicas acosadoras de los instructores también, las horas corrieron, hasta que al fin llego a terminar mi turno. Las cuatro de la tarde, mi hora favorita, la hora de salida de mi turno. Las cuatro de la tarde. No vivía muy lejos del gimnasio, por lo que, dos horas me bastaban, eran suficientes para estar listo para mi cita con Ethan.

Llegué a casa algo presuroso al departamento, estaba lleno de sudor por la carrera del trabajo a casa, por lo que estaba bastante agitado. Me pasé directo a mi habitación, pasé a comenzar a buscar algo más decente, con lo que pudiese verme más presentable para él. Pero casi todo en mi guarda ropa se reducía a ropa deportiva para utilizar en el gimnasio, pantalones deportivos, tenis camisetas sin mangas, sudaderas, trataba de encontrar algo formal, o por lo menos un poco casual, que no pareciera que he salido del gimnasio. Rebusqué en el armario, echando casi toda la ropa del armario sobre la cama para buscar algo que me hiciera lucir un poco mejor.
Casi llegando al final del armario, logré dar con algo, que parecía haber llegado por arte de magia. Unos jeans de mezclilla, no estaba seguro de haberlos comprado recientemente, al igual que una camisa de manga corta a botones, era de un color blanco opaco muy parecido al de la arena, no estaba seguro de poder usar ese tipo de vestuario, ya que no era exactamente lo que preferiría usar, pero esta vez, la ocasión ameritaba el realizar ese tipo de sacrificio.
No presté tanta atención a como era que se me estaba yendo el tiempo de rápido buscando algo para ponerme. Pero lo más complicado fue buscar algunos tenis que pudiese usar, y quedasen con lo que quería llevar, la mayoría se limitaban a los conjuntos deportivos que usaba para el gimnasio, pero logré notar unos distintos, que llamaron mi atención y destacaron por el contraste tan notorio con los demás. Éstos eran de color negro, un poco altos de la parte del tobillo, no daban la impresión de ser para hacer deportes, por lo que se notaban un poco más formales para esa ocasión.
Además, tenían la parte del talón de un color parecido a la cera que producen las abejas, un color amarillo apagado y a la vez un poco opaco, que no resaltaba tanto, pero daba una buena impresión, o al menos pensaba que lo haría a la vista de Ethan.

No me di cuenta de cómo el tiempo pasaba tan rápido, hasta que dieron las cinco veinte de la tarde. Me había preocupado tanto por la hora, hasta que la pude ver en el reloj despertador del buró a un costado de mi cama. Puse el atuendo que había ya podido encontrar entre mi ropa sobre la cama, para poder comenzar a ir al baño y darme una ducha rápida, era un poco complicado por el pelaje el darme un baño rápido, ya que tardaba un poco en secarse. Por lo que me tomó aproximadamente unos quince minutos terminar mi ducha, tratando de enfocar todo mi tiempo en secar mi leja, o que por lo menos ya no se sintiera húmedo al tacto.

Cinco treinta y cinco, me quedaban solo veinticinco minutos para poder llegar a donde Ethan. No tuve tiempo de cepillar mi pelaje, por lo que solo le di una pasada rápida con la secadora. Me coloqué la ropa que tenía lista, los zapatos, y procuré no olvidar mi cartera en casa. Estaba muy nervioso, al grado de que sentía que podía olvidar algo en casa, pero realmente no me gustaría olvidar algo, quería que todo saliera perfecto para la cita con Ethan.
Ya que a pesar de ya llevar un buen tiempo en el gimnasio y de ser yo su instructor, comenzaba a sentir que de verdad lo quería, no solo como un chico que va a instruirse al que le tomas cariño como instructor, tampoco como un amigo. Sino como algo más, comenzaba a enamorarme de él. Habrá sido su sonrisa, el esfuerzo que el le ponía siempre a los ejercicios que hacía en el gimnasio, ya casi no me pedía indicaciones de cómo hacer las cosas. Pero de todas maneras me gustaba pasar el tiempo con el cuándo entrenaba.

Creo que quizá me apresuré demasiado, llegué aún faltando 10 minutos para que él llegara, me senté un poco nervioso en una de las bancas de la plaza, no dejaba de sacar mi teléfono celular para revisar la hora, revisar como los minutos pasaban lentamente, era mi ansiedad tal vez, pero de alguna manera con el paso de cada minuto podía calmarme. Era extraño, pero me calmaba con saber que a cada minuto faltaba menos para poder verlo. Sabía que era un poco arriesgado aprovechar esa cita para pedirle a Ethan si quería ser mi pareja, ya que no estaba seguro si el era gay al igual que yo. Pero aún así, un chico como él rara vez se encuentra, y por lo menos quería declararle mi amor, mientras aún tenía al valor para poder hacerlo.

Los pocos minutos que aún me quedaban para esperar a Ethan se pasaron demasiado rápido, voltee a ver el cielo y el movimiento de las nubes a su paso por el alto color azul.
Comencé a imaginar que solamente el tiempo era tan grande e interminable como el tamaño del cielo, y el paso de las nubes y el sol que las matizaba como un lienzo al amanecer y al atardecer, como los colores de las acuarelas sobre el blanco del papel, pero en este caso, los tonos rosas, rojos, naranjas y amarrillos que se reflejaban en lo más elevado el amanecer y el atardecer, para continuar con los azules desde el celeste hasta un azul tan intenso que se suele confundir con la densidad de la noche, pero sigue siendo de ese color, azul.
Me llené de calma, por el par de minutos restantes a la llegada de Ethan, tenía mis ojos cerrados mientras alzaba mi cara a las estrellas que comenzaban a verse, a pesar de ser la seis de la tarde, y las nubes simular una llamarada de brillantes e intensos colores que se transformaban lentamente con los minutos.

- ¿Math? ¿Eh Math? ¿Me escuchas? – Me parecía escuchar un pequeño barullo, que después de convirtió lentamente en una voz, era la voz de Ethan.

Abrí mis ojos y volteé al frente, Ethan estaba parado frente a mí, podía ver su rostro sonrojado a pesar del pelaje delgado que lo cubría, era un poco tierno a pesar de ser ya un adulto.

- ¿Estás bien Math? -Me quedé un par de segundos callado viendo el rostro de Ethan, hasta que reaccioné, dándome cuenta de que lo observaba anonadado por como iba vestido, en si, como lucía por completo. Se veía bastante atractivo.

- Si… si, lo siento me distraje por un momento. – Traté de apartar la vista, ya que estaba consciente de que a pesar de mi pelaje, el sonrojo de mi cara se volvía notorio si el se daba cuenta de eso.

- Está bien Math ¿Te gustaría que fuésemos a pasear o te gustaría más ir a comer a algún lado? – Me sentí un poco extrañado, ya que yo era el que le había propuesto la cita en un comienzo, y ahora él había tomado la iniciativa en proponer que fuésemos a algún lugar.

- Creo que pasear por ahí será un poco mejor, por las tardes hay algunos puestos de comida aquí, o bueno, del otro lado de la plaza, podríamos pasar a ver que es lo que hay por ahí. - Yo no acostumbraba mucho el salir a caminar por la ciudad, ya que algunas de las mujeres del gimnasio comenzaban a gritarme por la calle, e incluso algunas llegaban a sobrepasarse, dándome pequeñas nalgadas, e incluso haciendo algunos comentarios subidos de tono. Está vez no quería que eso pasara, no quería que Ethan tuviese una mala impresión de mí, tenía miedo de que… quizá si el era gay, pensara que yo era hetero por las bromas de esas tipas.

- ¿Estás seguro Math? ¿No te gustaría pasar a comer algo primero? – Estaba nervioso y entusiasmado al igual que yo, los movimientos de su cola y sus orejas alzadas lo delataban, además de una pequeña sonrisa, que se trataba de disimular como una mueca de nerviosismo. Me levante de el banco donde estaba sentado, tratando de controlar los movimientos de mi cola para que no se sacudiese tanto y no llamara la atención.

- Estoy bien, de verdad que no tengo... - ¡GRRR! Gruñó fuerte mi estómago, no había comido por llegar rápido con él. – Hambre… - La vergüenza pudo mas que yo en ese momento, justo mientras le decía que no tenía hambre tenía que haber gruñido mi estómago.

- Venga Math, vayamos por algo. – Nada me tenía preparado para lo estaba pasando, en un instante fugaz, la mano de Ethan se alargó en el espacio entre nosotros, hasta que sentí por primera vez la calidez de su pelaje, y la suavidad de sus manos. Nuestros dedos se entrelazaron por primera vez. Mi corazón se aceleró demasiado, y solo pude asentir con la cabeza, ya que me sentía incapaz de poderle responder con palabras, ya que un nudo de emociones que quería sacar se había formado ya en mi garganta.

El también estaba inquieto, lo sabía, ya que tan rápido e inesperado como tomó mi mano, la soltó, como si hubiese hecho algo que no debía, Yo le dije que no se preocupara, pero el insistió en disculparse por lo que había hecho. Pasaron varios minutos tratando de disculparse una y otra vez por lo mismo. Yo trataba de convencerle de que no se preocupara, que eso no era para que se pusiera de esa manera, que ambos ya éramos adultos.
Él sonreía a modo de respuesta, una respuesta sincera, que de verdad convertía cada minuto con él, era lo mejor que podía desear, y lo único que había comenzado a querer de verdad, a Ethan.

Pasamos un rato dando una vuelta en la plaza, y decidimos comer algo, quizá haya sido porque Ethan aún tenía entre 18 y 20 años, a pesar de ya llevar medio año en el gimnasio aun no conocía su edad a ciencia cierta. Pero me llevó hasta un pequeño puesto de comida, no esperaba ver lo que se hacía ahí. Tacos, o al menos eso parecían. Yo me asusté un poco ya que hace algunos años se ha prohibido el consumo de carne, ya que realmente no hay de donde más sacarla, que de otros furs.

- No te preocupes, es un sustituto de carne, así que no te asustes, parece pequeño, pero al menos son honestos aquí. – Rio entre dientes al darse cuenta de cómo me ponía.

- Lo siento, es solo que no estoy acostumbrado a comer fuera de casa. - Dije un poco apenado por mi comentario.

- Vamos, son buenos. – Le hice caso y comimos entre risas y una que otra broma de las rutinas del gimnasio y las chicas que me acosaban.
La tarde avanzó, hasta que los azules tan oscuros como el fondo del océano se impusieron en el cielo, y las estrellas brillaban como pequeñas luciérnagas, todo era perfecto, el mejor momento de mi vida.
Avanzamos por la calle hasta que llegamos a lo que era una pequeña glorieta con una fuente al centro, daba una sensación de calma y tranquilidad, la noche era fresca, y la brisa la hacía más reconfortante.

Lo veía a él. Tranquilo, disfrutando de la calma, me daba cuanta en la expresión de su rostro, sus ojos cerrados y el rostro al cielo, el como las pequeñas corrientes de viento arremolinaban su pelaje cada vez que soplaban, no le quitaba la vista de encima. Algo cálido recorrió mi cuerpo, quería saber su ese era el momento adecuado para tratar de demostrar mis sentimientos por Ethan, para poder decirle que no lo veía solamente como un chico que solo tomaba clases en el gimnasio, que lo comenzaba a ver de diferente manera, más como a alguien que había comenzado a querer, que había comenzado a crecer un gran cariño por él, que era algo que me gustase que el supiera.

- Ethan. – El abrió sus ojos y dirigió la vista a mí, estábamos igualmente nerviosos, pero a pesar de estarlo, decidí que era el momento de decirlo de una vez por todas. Habían pasado ya diez meses desde que Ethan había comenzado a entrenar conmigo. Por lo que sentía que ese era el momento más adecuado para poder declarar mi amor por él.
- Ethan… Desde hace ya tiempo que has ido a entrenar, siento que, realmente eres un chico muy interesante, muy alegre…. Perdón si te lo digo así de verdad. Eres bastante atractivo. – Me di cuenta muy tarde de lo último que dije. El se dio cuenta. Yo me di cuenta, pero ya nada eso importaba, era ahora o nunca.

- Math… De verdad… También puedo decir que eres un hombre bastante atractivo. Estoy seguro que varias chicas y algunos chicos han de querer algo contigo.

- Ethan… La verdad. No es que me interese algo con alguna chica, ¿sabes? Y pues es que llega a haber un chico, me gustaría que fuera alguien como tú.

Un silencio prolongado no se hizo esperar entre nosotros. Quería disculparme por mi comentario. Llegué a pensar que fui un poco ignorante al no asegurarme primero si Ethan era gay o no, pero. Lo que más logró sorprenderme fue su respuesta.

Math… - No me dejó responder, y tampoco me dijo nada después de eso, sólo sentí como su pecho se posaba sobre el mío, se sentía bien, una sensación que se deshacía de todas mis preocupaciones. Sabía que a partir de entonces todo comenzaría a ir bien. Su cara estaba muy cerca. Podía ver el hermoso color avellana de sus ojos, y la suavidad de ese beso, de la respuesta que tanto esperaba.

~

- Math, eh Math, despierta, ya es hora de cerrar, y sería bastante malo el que te quedaras aquí encerrado. - ¿Despertar? No lo noté, me había quedado dormido luego de la discusión con Walther. Podía ver que ya era de noche. La oscuridad de la calle se adentraba por los tragaluces del vestidor. Pero Walther estaba ahí, de píe a un lado del apagador a un costado de la puerta.
- Es hora de irnos, éste no es precisamente un lugar donde puedas pasar la noche, déjame llevarte a casa al menos.

- Gracias, no es necesario que lo hagas.

- Vamos amigo, no me negarás que necesitas ayuda, no estás bien, no en este momento. -Me sujetó del brazo ayudando a levantarme, hasta que me reincorporé por completo. No lo dejé que me dijera nada, solo lo abracé, y me desplomé de nuevo, el correspondía el abrazo mientras daba palmadas a mi espalda, susurrándome al oído que estaba bien, que me desahogara si no necesitaba, si lo necesitaba, de verdad, necesitaba con quien dejar todo lo que cargaba. Me sacó de los vestuarios, le ayudé a cerrar el gimnasio, y me llevó a casa, él tenía auto y me llevó sin más.

- Gracias Walther.

- No en nada Math, no soporto ver a un amigo como tú hundido de esa manera, se que te duele lo de Ethan, y no solo a ti, él también es mi amigo, y créeme que de verdad. También estoy seguro de qué Ethan tampoco está de acuerdo con que te estés portando así, duele, pero quizá debes comenzar a pensar en lo mismo que piensa él. Así como estoy seguro que él está pensando en como abordar ese tema de una manera que no les cause más problemas. Vamos Math será mejor que descanses un poco, así podrás pensar un poco mejor todo y lo van a solucionar.

- Gracias amigo, te veo mañana en el trabajo. – Sonreí cerrando la puerta de la casa, quedándome parado unos segundos detrás de ésta, pensando en solo una cosa. No podía estar tranquilo como si nada hubiera pasado. Ethan estaba lastimado, sentía que lo había traicionado cuando en realidad no era así. Tenía que arreglarlo, debía solucionar las cosas.

-

- Hijo ¿Vas a salir? – Preguntó extrañada mi madre.

- Tengo que ir a hablar con Math, no puedo dejar las cosas así. – Mencioné a mi madre con determinación.

- Tu padre preguntará donde estás. No puedo decirle que irás con Math otra vez.

- Entonces dile que tengo que ir al trabajo a revisar unas cosas. Gracias por apoyarme mamá. – La abracé y salí de casa, decidido a arreglar las cosas con Math, y saber que era lo que realmente había sucedido.

Muchas gracias a los que aún leen, y a los nuevos que leen esto por primera vez ^^


AlexCoon EMERY EMERY DietMountainDew DietMountainDew Haydenwolf Haydenwolf Nightmare Grizz Nightmare Grizz
 
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