Bienvenidos a Café Shibe

Cafe Shibe

SITIO: Green Park

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Hayan

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El enorme pulmón de SWO. Un sitio de extensas áreas verdes y jardines. Tiene senderos muy bien trazados por caminos de piedra, árboles y arbustos, flores a cada lado del camino. Es ideal para despejarse, salir a caminar, hacer ejercicio o incluso tener un picnic sobre el verde césped perfectamente podado. Tiene bancas ubicadas cada quinientos metros. El lugar te hace conectarte con la naturaleza, dejando el bullicio de la gente muy atrás.

Su extensión es de al menos unos veinte kilómetros cuadrados. En el corazón de Green Park hay un lago artificial donde puedes nadar pero está prohibida la pesca y cualquier daño a la fauna. Cerca del lago se alza una estructura rústica para descansar o resguardarte de la lluvia. Es un lugar hermoso para una plática tranquila. Si deseas algo de paz, ten por seguro que debes visitar este sitio.
 
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Xelloss

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— Bien muchachada! Acaba de terminar la clase, recuerden que mañana tenemos dibujo de figura humana con la modelo si llegan 5 minutos tarde no podrán entrar.

Un apagado “si Ruü” salió de la boca de la mayoría de mis estudiantes, sabía que les había recordado demasiadas veces que el tiempo de Rosa era sagrado y sería una falta de respeto a ella mantener un abrir y cerrar con las puertas, mientras recordaba eso salió el ultimo estudiante, al fin pude dejar de actuar como alguien espabilado, no porque siempre lo hiciera sino por mi estado actual cada parpadeo era como una el tic tac de un reloj y cada uno era más pesado que el anterior, mis rodillas se doblaron un poco como obligando a tenderme en el suelo para dormir.

Me puse a pensar donde diablos podría descansar, cuando mi estomago se quejo — tengo asuntos más importantes ahora — le replique a mi propio estómago, mire el salón vacío, parecía perfecto para dormir, pero podrían entrar mis estudiantes otra vez, no es como si me avergonzara, me han visto en cosas peores, pero creo que ya estoy en la lista de profesores que corren riesgo en el plantel.

Mientras caminaba hacia la salida de la universidad, en mi hora libre antes de la siguiente clase, mire a la tienda de doña Marta, la señora aún tenía periódicos para vender y eso me hizo tener la mejor idea, al menos para mí, sobre como resolver mis problemas de sueño.

Grand place es un lugar enorme, si bien muchos de mis alumnos vienen acá a beber alcohol y fumar para tener mayor creatividad, al menos hoy vine a buscar un lugar para dormir y para esto compre el periódico, con este cubriría mi cara, no porque no quisiera que me reconozcan, sino para bloquear la luz del sol que de seguro haría imposible conciliar el sueño que tanto anhelo.

Mi estomago rugió nuevamente — joder, puedo estar un día sin comer, pero sin dormir es otro cantar, fallo demasiado, por favor entiende que esto es más urgente, además ya comí algo en la mañana — le dije a mi estómago, pero este me replico como diciendo que igualmente tuve pequeños lapsos de sueño. Empecé a caminar en el gran parque, ciertamente es inmenso cada vez que vengo tiendo a perderme un poco entre sus verdes y tranquilizantes lugares, busque una banca que no estuviera muy a la vista y bastante alejada del bullicio, en realidad no fue difícil ahí estaba la mejor banca, me acerque a ella y me recosté para probarla. Simplemente era perfecta, solo había que hacer algunos ajustes, me saqué las chanclas y las envolví en una hoja de diario, una almohada improvisada, no era lo más cómodo, pero aun así era mejor que estar directamente sobre la madera, dejé caer mi cabeza sobre ella y puse el periódico sobre mi cara.

Podía escuchar desde lejos algunas personas hablar y niños jugar, el melódico canto de las aves, el fresco viento pasando por mis dedos de los pies, poco a poco me relajé más de lo que estimaba y caí en el sueño más profundo que he tenido en semanas.
 

Hayan

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Al final sí, mi jefe se tardó alrededor de una hora en volver y asignarme el sector. Al menos ya no tenía que estar en la oficina escuchando sus respuestas estúpidas en el teléfono. Mi sitio de vigilancia para aquel día era Green Park. Suspiré. Si tan solo me dieran una patrulla sería mucho más fácil y rápido moverme en lugar de andar tomando transportes de lado a lado. En total me llevó una media hora llegar al área verde. Bastaba con apenas entrar para sentir el cambio de atmósfera, el aire se volvía mucho más puro y de pronto era como si el verdor de la naturaleza terminara tragándose el gris de los edificios. Antes de internarme por los senderos pasé a una máquina expendedora para comprar una leche de fresa y un emparedado para después. El lugar era bastante grande y seguramente tardaría horas en recorrerlo completamente. No me molestaba en absoluto, era como dar un paseo recreativo pero con pistola en mano.​
...​
Anduve una hora caminando, me encontré con algunas personas que aprovechaban para trotar o simplemente tomar una caminata tranquila ya que hacía tan buen clima. Seguramente el fin de semana me dé el tiempo de venir a disfrutarlo y no a vigilar. Como era de esperarse, todo estaba en orden hasta que… vi a alguien durmiendo en una banca. Me acerqué silenciosamente. Su aspecto era extraño, a simple vista no sabía decir si era un vagabundo. Su ropa estaba limpia a pesar de la descoordinación. Tampoco olía mal. Incliné el cuerpo para verle mejor, respiraba y no había rastros de alcohol. Tengo buen olfato.​
―Disculpe, señor―dijo en tono bajo, no quería asustarlo―. Señor… ¿se encuentra bien? ―insistió, esta vez colocando la mano sobre él con el afán de moverlo. Finalmente reaccionó dando un enorme bostezo y agitando las manos para que se alejara.​
¿Qué? Uno ya no puede dormir cómodamente ni en el parque ―se quejó, quitándose el periódico de la cara con un solo movimiento para mirar al criajo que lo estaba molestando. Sin embargo se encontró con los ojos ambarinos de una mujer, un segundo después cayó en cuenta que se trataba de un policía.​
Tranquilo, tranquilo. Solo quiero saber si está bien. Pensé que le había ocurrido algo ―lo miró reincorporarse hasta quedar completamente sentado en la banca. Su cabello castaño estaba revoloteado― ¿Necesita ayuda? ¿Tiene una identificación? ―Rubén no contestó, se limitó a buscar en sus bolsillos para hallar su billetera y extraer la tarjeta azul. Se la extendió a la pelirroja para que la mirara―. Ah, eres pro…fesor ―dijo con algo de sorpresa. Entonces ¿Por qué parecía vagabundo?​
¿Ayuda? A menos de que tengas algo de comer, no lo creo―suspiró. Había estado soñando con un bufet en un hotel de lujo. Y ahora estaba despierto, devuelto a la horrible vida real.​
Lo tengo ―Levi le dio el emparedado y la leche de fresa. Rubén lo pensó un momento, pero su estómago casi le arranca la mano a la oficial para comerla también. Lo recibió de buena gana.​
Gracias ―la combinación de sabores era un poco rara en su boca, pero cualquier cosa era peor que nada. Daba dos mordidas y después un trago.​
¿Está desempleado? Si me permite tomar sus datos podría anotarlo en la agencia de empleos…
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Hasoinu

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No todos buscan la tranquilidad en esta vida, también existen personas adictas al ajetreo. Del tipo que añoran el movimiento, de esos que cuando le preguntas: "¿que quieres hacer hoy?", su respuesta siempre es distinta, eso si, jamás hogareña.

Mientras las ruedas del vehículo frenaban en la parada, Steve meditaba en sus adentros. Siempre le emocionaba visitar Green Park; y si, el ambiente allí era de lo más agradable, pero también estaban esos benditos 20 minutos de viaje en solitario, un verdadero regalo del cielo. Solo él y la ventana, reflexivo al socaire de tan bello panorama. Pensaba en sus cosas; en su vida, la forma de encarar el trabajo, en pequeñas trivialidades entorno a sus compañeros o conocidos. En definitiva, era un momento para él, suyo y de nadie más.

Las puertas se abrieron. De pie frente al umbral, permaneció indeciso. Solía pasar, sobre todo cuando la voluntad le flaqueaba; bien podría esperar esos segundos extra, permitir al portillo cerrarse, volver a su asiento y dejar que el colectivo siga su curso. Ya lo había hecho en un par de ocasiones, estaría en la estación un poco antes del almuerzo. Si, probablemente esa seria la mejor opción.

"No siempre me tendrás para consentirte ". Aquellas palabras brotaron sin consentimiento. Lejos de citar a la autora original, su mente trajo a colación un recuerdo del pasado. La chispa del resentimiento se encendió en su corazón y, al darse cuenta, ya tenia ambos pies sobre la acera. Suspiro.

El prime paso siempre es el más difícil se dijo en tono irónico, aun así, su rostro parecía derrotado. Sacudió la cabeza un par de veces antes de largarse a correr.



------------------ o -------------------------- o ------------------------ o -------------------



Con el devenir de los minutos, la fatiga comenzó a alcanzarlo. Había puesto buena lucha, al menos mejor de la que solía plantear habitualmente, miró su cronometro en la muñeca y solo lo detuvo cuando el aliento se lo exigió: 47 minutos, 7 más por fuera de su marca.

Uf, uf... Nada... nada mal.

Cansado, desplomo todo su peso sobre un banco cercano. El pobre tablón no se esperaba los repentinos 90 kilos por encima, por tanto, no es de extrañar que emitiera un gran rechinido en señal de protesta. Tal sobresalto termino por llamar la atención de sus sorprendidos vecinos. Steve fingió ignorancia, pero el uniforme frente a sus narices no se lo permitió. Trago saliva.

Señor, el daño a la propiedad publica es punible, ¿lo sabe no?

Lo siento oficial, fue un breve desliz, no busco problemas su esquiva mirada escapo hacia el sujeto de al lado. Emparedado en mano, una botella de leche a medio acabar, descalzo y con periódicos arrugados alrededor; la escusa prácticamente se escribía por si sola. ¿Por qué no mejor olvidamos este pequeño incidente y no vuelve usted con ese necesitado ciudadano?
 
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Hayan

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Levi le escrutó con la mirada, parecía que aquel crujido no había sido más que un sentón accidentalmente fuerte. De cualquier forma debía asegurarse de que el sujeto en cuestión no se trataba de un vándalo destructor de propiedad pública.​
Iré en un momento, pero primero ¿Podrías mostrarme tu identificación? ―la mujer extendió la mano suavemente, no dejándole más opción al joven que rebuscar entre sus cosas para mostrar la tarjeta azul que se les daba a todos los ciudadanos. Se le veía algo nervioso. La oficial la revisó rápidamente, se trataba de un pasante de bombero. ―Así que te llamas Steve― la devolvió casi enseguida. El aludido asintió ―bueno, ten cuidado la próxima vez, podrías terminar rompiendo una banca.
Lo tendré en cuenta, oficial ―desvió la mirada. Eso debía ser suficiente ¿no? ¿Entonces por qué aún sentía esa mirada intensa sobre sí? que recordara no tenía ninguna deuda con la ley. Fue entonces que Shikinami habló.​
Creo haberte visto alguna vez ―rio un poquito―, eres un chico bastante grande como para pasar desapercibido. Posiblemente sea cuando tu departamento fue a hacer una inspección en la comisaría. Ibas de conductor y te quedaste dentro.
Es cierto ―se rascó la mejilla. Recordaba vagamente ese día, de vez en cuando se hacían revisiones a las instituciones públicas y algún día de la semana le tocó ir por allá. Por supuesto él no se había integrado mucho, limitándose a permanecer en el interior del vehículo hasta que sus compañeros terminaron la inspección―. Fue la semana pasada. Y… ¿no deberías ayudarlo? ―dijo señalando con la mirada al profesor de arte quien se golpeaba repetidamente el pecho entre toses. Se estaba atragantando. La pelirroja llegó con él casi de un salto para tomarlo del brazo y obligarlo a levantarse, después rodeó su estómago con ambos brazos desde atrás, dispuesta a ejercer presión a la cuenta de tres.​
¡ESTOY BIEN! ¡NO LO HAGAS! ―exclamó el castaño habiendo pasado el bocado justo antes de los primeros auxilios. Posiblemente prefería perder la vida que el almuerzo (?​
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Xelloss

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La oficial de policía fue bastante amable, me dio un emparedado y una leche de frutilla, me pregunto si este es su sabor favorito, el frescor de la leche estaba bastante bueno y el emparedado también, aunque siempre he dicho que lo más importante para que una comida sea sabrosa es lo pertinente de su llegada y esta fue casi caída del cielo. Si me despiertan para darme de comer no tengo muchas quejas que agregar, pero reconozco que pensé, en un principio, que se trataba de un mocoso mal criado que quería molestar.

La oficial se retiro un momento para inspeccionar a una persona cercana, fue bastante brusco con la banca, tanto como parecer un terrorista de bancas, de esos que con el trasero las destruye, reí un poco.

Miré la hora, aún tenía tiempo, vi como pedía la identificación a la otra persona, era prácticamente lo mismo que me pidió a mí, “¿será que ahora se pide identificación por estar acá?", me cuestionaba mientras daba otro mordisco al sándwich y ahí fue, que mientras los miraba, mordí parte del envoltorio y este se atravesó en mi garganta.

El aire se me iba, vi a mi abuelo llamándome al otro lado de un río, estaba ahogándome por estar distraído, y aún algo dormido. Comencé a golpear mi pecho para hacer pasar la miga y el papel, joder venía la policía en una extraña escena donde ella me tomo por la espada, para realizar la maniobra Heimlich, me abrazo por el estómago, ella ya estaba lista para presionar y justo antes de que lo hiciera ya había pasado la miga junto con el papel.

―¡ESTOY BIEN! ¡NO LO HAGAS! ― exclamé desesperado — Muchas gracias oficial — le dije mientras aún estaba siendo abrazado por ella, — casi muero con esa ultima miga de pan, hehehehehe — termine de decir mientras una risa, un poco incomoda, salía de mí. — aún no se su nombre, ¿me lo podría decir? — pregunte a la oficial — Levi!, Oficial Levi Shikinami al servicio de la comunidad! — Podía sentir cierta solemnidad al decirlo, aunque no podía verla — Muy bien señorita Levi, estoy muy agradecido con usted, no solo me alimento — dije mientras di otro sorbo a la leche de frutillas — realmente le agradezco su buena voluntad — di otro sorbo — pero creo que es hora de que me vaya a la universidad, tengo una clase que impartir y creo que es necesario que este allá. Esos muchachos no son puntuales, pero si no llego dentro de los primeros 15 minutos. Harán la lista y se irán. Te debo un favor así que cualquier cosa que necesites me puedes encontrar en la universidad. — pensé un momento, antes de continuar — aunque si vas con tu uniforme de seguro pensarán que tengo problemas con la ley — reí un poco y continúe — eso sería gracioso.

No sé si fue incomodo para ella, no le podía ver la cara pues aun me abrazaba desde la espalda y podía sentir que estaba lista para presionar por si me atragantaba nuevamente, bebí el último poco de leche.

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Hayan Hayan siempre lista para una maniobra heimlich
 
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Con el temor de encontrarlo a la salida de la editorial, decidió colocarse audífonos e ignorar el corto trayecto qué significaba el cerrar las oficinas y subir hasta el departamento que estaba en la parte superior. Cuando se dió vuelta para caminar hasta la calle, realmente suspiró aliviada al no ver a nadie, de no verlo especialmente a él y que solo quedará el asunto en ese molesto ramo de flores, los mensajes de texto y las llamadas.

Subió hasta su departamento, dejando sus zapatos en la entrada por costumbre y yendo directamente a la habitación donde su princesa allí la esperaba-
Anastasia... ¿Me extrañaste verdad? - la gatita en seguida maullo al escuchar su voz yendo a restregarse contra sus manos, buscando todos los mimos y atención posible. Estuvo un rato con ella jugando, hasta que finalmente la gata se aburrió de ella y se marchó a la terraza a tomar el frescor de la tarde. Aprovecho entonces para limpiarle su caja de arena, cambiarle el agua para que estuviese más fresca y rellenarlo el pote de comida para que no estuviese ese "vacío de la muerte" que Lizzie le llamaba.

Vio el reloj y, viendo que aún era temprano decidió colocarse unas calzas deportivas negras, un top rosa de ejercicio y se ato su cabello en una coleta alta. Algo de ejercicio y trotar por el parque de seguro la iban a distraer un poco.

Relleno una botella de agua, nuevamente se colocó los audífonos y decidió ir a trotar por el parque. El frescor a es ahora era una dicha, habían más personas ejercitándose igual que ella, mientras que otras familias disfrutaban al aire libre de una pequeña botana o parejas que aprovechaban seguramente los pocos momentos íntimos que tenían. Iba a paso moderado, cambiando de vez en cuando el ritmo para correr en ciertas partes y luego volver al trote normal como parte de su rutina.

Se acercó a unos árboles para así poder elongar un momento luego de haber estado casi una hora corriendo, aprovechando una pequeña fuente de agua para poder lavarse un poco las manos y secarse con la toalla que traía colgada a su cuello-
bien....vamos con el resto de la rutina.

Murmuró para sí mientras se recostaba en el césped, para así comenzar primeramente con algunos ejercicios para estirar espalda y algunas articulaciones.
 

Akize

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William continuó caminando por el pueblo y las partes más transcurridas de Shibe World. Habían sitios de todo tipo, algunos muy pintorescos y otros un tanto sombríos. El bullicio no le molestaba precisamente pues, se encontraba con buena tolerancia. Sin embargo, prefería en su mayoría los sitios más tranquilos y poco transcurridos.

[...]

Caminando se cruzó con Green Park y se detuvo a descansar un momento en lo que continuaba su caminata por la zona.

Green Park le recordaba mucho al lugar en donde vivía, lleno de vida, pero tenía claras diferencias para él. El parque estaba perfectamente cuidado. Muy pulcro. Como si hubiesen cortado la maleza con el tino de un quirúrgico. Las flores estaban ubicadas de manera simétrica, decorando la zona, aquellas parecían haber sido elegidas cuidadosamente como si de una pieza de arte se tratase. Sin embargo, también notaba como la naturaleza, por su propia voluntad, comenzaba a tomar poder de muchas zonas. Las estructuras rústicas, la perfección y el placer visual que esta zona le producía, le fascinaba. Podía acostarse a contemplar el panorama por horas.

William se acercó a la entrada del parque con una caminata firme pero serena, respirando profundamente y dejando soltar un suspiro. Visualizó a su alrededor y posó su vista rápidamente hacia su sitio preferido para ver si se encontraba vacío, cerca del lago artificial que se extendía en una de las zonas más tranquilas del parque. Siguió su camino, en ocasiones, desviando la vista para observar a la gente que se encontraba ahí, todos parecían tener un aire de profunda paz, quizá era producto de la tranquilidad que transmitía esa zona en concreto, lejos del bullicio de la ciudad.

Finalmente se dejó caer al césped, recostándose unos instantes sobre el, acariciándolo con las palmas de sus manos, para después re-incórporarse y permanecer sentado antes de sacar su libreta de dibujos.

Parecía un enfrentamiento. El joven tenía su mirada fija en el lago para después pasarla en un rápido vaivén a su libreta, mientras a mano alzada hacía unos cuantos trazos en el papel, sintiéndose cada vez más y más inmerso en ese pacífico lago.

 
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Hayan

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Rubén terminó con la leche de fresa, se escucharon sus últimos jalones a la pajilla para constatar que el empaque estaba vacío. Para entonces ya había perdido el color rojizo en su cara por lo que ya no era necesario presionar su estómago. Levi lo soltó, a lo que el profesor aprovechó para tomar distancia. Era una chica más fuerte de lo que aparentaba. Tosió.​
Gracias por la comida, oficial Shikinami.
Llámame Levi. Y no es nada, ayudaré siempre que pueda, aunque no te recomiendo venir a dormir al parque, alguien podría asaltarte si te ve dormido ―. El chico disimuló su risita, no le podían robar porque usualmente no llevaba nada encima, a veces ni siquiera en el estómago. Agradeció de nuevo y tomando su periódico se fue a la universidad. La pelirroja lo miró un tanto extrañada, de verdad que no tenía ninguna pinta de profesor ―¡Tomaré el ofrecimiento un día de éstos! ―aseguró alzando la voz. Luego Rubén se perdió entre los enormes caminos serpenteantes de Green Park. En el caso de la oficial, había que seguir el recorrido por el parque, lo único que lamentaba era que tarde o temprano tendría sed. Por supuesto que había bebederos allí, pero nada era más sabroso que la leche de fresa.​
Se acomodó el saco y continuó su camino, por unos veinte minutos no encontró a nadie, el área verde era sumamente extensa, hasta que de pronto, cerca de las fuentes, pudo ver una melena rosácea familiar ¿Acaso no era la chica de la cafetería? La misma a la que Kai había estado coqueteando, si más recordaba. Se acercó sin más, posiblemente también le reconocería.​
Buen día ―saludó a las espaldas de la chica, haciéndola dar un respingo. Quizás la había asustado por aparecer tan repentinamente, habiendo estando tan concentrada en sus estiramientos.​
Buenos días ―contestó mirándola por un segundo― ¿Eres…
Sí, nos encontramos en la cafetería. Quería ofrecerte disculpas por mi amigo, a veces es un idiota. En realidad, casi siempre…
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La verdad es que el ejercicio ese día le había sentado de maravilla. Había olvidado por completo el tema de las flores, de las llamadas y cualquier cosa que pudiese relacionarse a su ex pareja. Con ese hombre habían terminado hace ya varios meses, pero él seguía insistiendo en que debían volver, que estaban hechos el uno para el otro y que prometía arreglar todos sus errores.

No, eso jamás iba a ocurrir. Una vez lo había perdonado, pero dos sería ser imbécil de volver a tropezarse con la misma piedra ¿No?

Estaba demasiado ensimismada en sus pensamientos que al escuchar la voz femenina tras ella la hizo sobresaltarse, volteandose para ver de quién se trataba, pues la voz no se le hacía para nada familiar. Pero al verla la reconoció en seguida, la bella chica policía que estaba en el café, se imagino en seguida por su uniforme que debió de haberle tocado patrullar el parque aquel día y, dadas las enormes casualidades, tenía la oportunidad de volver a verla.

- Oh no, no hace falta. En realidad fui yo la que me tropecé con él seguramente por andar en mis pensamientos...- le sonrió con suavidad mientras se secaba un poco el sudor de la frente. No era necesario explicarle que en realidad había sufrido de un pequeño "mareo", ocasionado por la mala energía que había percibido en el lugar. Quizás se la llevaba detenida por estar loca, aunque posiblemente ese pensamiento era terriblemente exagerado- Me llamo Elizabeth, la verdad es toda una coincidencia encontrarla aquí oficial... - la volvió a ver a los ojos mientras se agachaba un momento para beber algo de agua. Se hubiese esperado cualquier cosa de parte de ella, pero jamás que le hubiese ofrecido disculpas por su amigo, porque para la pelirrosa siempre había sido su culpa aquel pequeño incidente.


Hayan Hayan uf del celular es toda una odisea tener que escribir jajajajaj espero que no me falten palabras como el primer post que hice 🤣 ....

 

Elias Ainsworth

Por supuesto, después de todo has de ser mi esposa
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Después de a ver regresado al departamento y pasar la tarde tranquilo ahí Arthur se cambio con ropa mas cómoda y salió a caminar al parque, cabe decir que debió salir con Sasha quien lo esperaba con su cadena a un lado de la puerta. Ya en el parque ambos caminaban sin un rumbo fijo solo disfrutar del paisaje que había aunque en el caso de su mascota iba caminando a su lado por los perros que habían que si bien eran pocos quería evitar problemas.

Cuando Arthur vio a los lados notando que habían pocos perros decidió soltar la cadena de su mascota quien se sacudió un poco para ambos seguir caminando, la tranquilidad que transmitía aquel lugar hacia pensar al chico que era imposible que existiera una zona así en semejante ciudad pero ahí estaba, un lugar para desconectarse del mundo pero después de caminar un poco mas Arthur noto una banca vacía por lo que fue a sentarse mientras en la misma al tiempo que la pastora alemana se sentaba a su lado viéndolo haciendo que el chico soltara un suspiro.

-Bien, pero no te alejes demasiado- le dio unas caricias en la cabeza a Sasha quien se levanto para alejarse feliz

Como si ella lo hiciera adrede para molestar a Arthur se alejo del mismo quien soltó otro suspiro para levantarse y seguirla, era cierto que la raza de Sasha podría tener su lado peligroso pero la verdad es que son curiosos y un tanto... tontos por no decir algo peor.

-"Le quitare su hueso de la cena por esto"- pensó el castigo "cruel" para su mascota

Por otra parte la Manto Negro caminaba por el lugar con la lengua fuera yendo por el pasto aunque empezó a olfatear el lugar para empezar a buscar algo... o solo para conocer el lugar y saber que otros perros anduvieron por ahí pero su tiempo de olfatear termino cuando levanto su cabeza vio a dos mujeres quienes se las quedo viendo un rato para sentarse mientras a lo dejos se veía a Arthur quien al ver la escena y reconocer a ambas chicas como las que se habían ido a la mañana de la Cafeteria ver a la "nueva integrante de la conversación" por lo que el de ojos amarillos se acerco.

-Perdón si las asusto, Sasha suele ser algo curiosa- comento un poco apenado rascándose detrás de su cabeza mientras la perra veía a ambas chicas

Fluttershy Fluttershy Hayan Hayan lamento molestarlas chicas pero la mascota esta curiosa (?)

PD: Uno que queria rolear con Flut y se mete la poli :v (?) XD
 

Tyrant.

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Tras la decisión colectiva de la manada, Dmytro tuvo que salir de su departamento con sus auriculares y ambas correas. En momentos como esos agradecía hacer ejercicio de vez en cuándo, mantener a raya a dos monstruos como aquellos era algo que quizás no todo el mundo podría hacer. Le colocó a Bowen su correa negra en su collar, y a Yun la blanca, y con algo de rapidez se dirigió a la salida del edificio.​
—Sí se portan bien quizás les compre un premio al salir. —les dijo tratando de calmar sus ansias de correr, Dmytro no estaba en muchas condiciones de hacerlo.
Tanto Bowen como Yuni refunfuñaron mientras avanzaban con fuerza, jalando al dueño. Para Ritchel eso era una derrota asegurada, no los podría convencer por nada del mundo, tan solo pudo colocarse sus auriculares y emprender el camino.
[...]​
Al llegar al parque se arrepentía un poco por no haber traído su cámara, a pesar de ser periodista, también ejercía de fotógrafo amateur en ocasiones, pero más que por trabajo, lo hacía por hobbie. Ver el paisaje del parque era algo que disfrutaba, de vez en cuando.​
—No los pienso soltar, en lo absoluto. —les advirtió a penas pisar el parque. Bowen era muy juguetón con otros perros, y a veces terminaba lastimandolos por lo tosco y grande que es; mientras que Yun era un poco arisca y agresiva, al parecer tuvo una que otra mala experiencia en su perrera, a duras pena y convive con su compañero canino.
Los tres caminaban por el parque cuidando que nadie acercara más de lo necesario, pero la caminata se detuvo en el momento exacto cuando Yun se detuvo. Dmytro sabía que significaba, y eso no era buena señal. Con cuidado se quitó sus auriculares para voltear a ver que estaba sucediendo, y al hacerlo notó la postura firme de la hembra de su departamento, frente a otra can, que al parecer no tenía las mismas intenciones que Yun.
Bowen se colocó junto a su compañera tratando de distraerla, había tomado esa maña. Ritchel sonrió un poco incómodo, no era la mejor forma conocer gente con una casi pelea de mascotas. —¿Hola? —Sonrió con una mano en su nuca. —Lo siento... Ella es un poco dominante... —les dijo, pero alcanzó a reconocer la cabellera rosada. —Un momento... Te he visto antes en algún lugar... —trataba de hacer memoria.
~~~
Fluttershy Fluttershy
Hayan Hayan
Elias Ainsworth Elias Ainsworth
La culpa es de Yun, Holi (????
 

Hasoinu

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A veces escaso, su fuga sorprende cuando más lo necesitas. Otras, es irónico lo agobiante que puede volverse su insistencia. De naturaleza salvaje sin duda, por completo ajeno a las victimas sobre el que pregona su yugo. El joven miraba las agujas del reloj detenidas, esperando por que esa tan necesitada hora corriera igual o más rápido que él.

Su mente divagaba en el trote. Tras despedirse de la oficial en pleno ejercicio de sus labores, un atisbo de frustración arremetió su conciencia.

Shika... Shoki.. genial, ya me olvide el apellido. Su marcha se detuvo. Aprovechó para volver a respirar profundo. En fin.. ¿Qué hago ahora? la idea de correr esos 55 minutos restantes no era para nada grata. La rutina de cardio de los pasantes es una verdadera tortura. Sin embargo, ahora estaba solo y, como dice el famoso dicho: “ ojos que no ven… “.

Bajó a cuclillas y miró a los alrededores. El viento embistiendo por su rostro, cosquillas húmedas, sacudiendo sus flecos en gentil revoltijo. Ciertamente, el lago en Green Park era un lugar maravilloso. La tentación de lanzarse de cabeza al agua era abrumadora, en estos momentos lamentaba con fuerza no haber previsto dicho evento.

Y yo sin un cambio de ropa suspiró, cabeza entre las rodillas. Se reincorporó con pereza, dispuesto a remojar sus tobillos al menos. Acercó sus pasos a la orilla y liberó sus pies del opresor calzado. Zapatos en mano, caminó entorno al playo hasta que una peculiar silueta se atravesó en su trayecto. Parecía absorto, perdido en algún punto entre su mente y aquel bello panorama frente a él. Tras arrimarse un poco, notó sus dedos moverse; al parecer, sostenía un cuaderno.

Nada mal mencionó aproximándose por detrás. El hombre se volteó un tanto sorprendido, aun así, lo miró sin pronunciar palabra alguna. Perdona, solo estoy quemando algo de tiempo, y tengo habito de metiche rio. El nombre es Steve, por cierto


Akize Akize
 
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Noelle

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La brisa que acariciaba su piel y revolvía su cabello, los rayos del sol que iluminaban su rostro y regalaban una cálida sensación, el aroma puro y natural que la rodeaba y le llegaba al respirar, el cantar de las pequeñas cizallas a lo lejos, la paz y la tranquilidad que había en el ambiente, sin el bullicio de la gente, sin presencia de la gran ciudad, casi como si estuviera en otro lugar, un planeta completamente diferente.

Samira abrió sus ojos y sonrió al cielo, resguardándolos del brillante sol con su mano, mientras en la otra sostenía el pequeño bolso que había traído consigo. Le gustaba tanto visitar el Green Park, pero aún más cuando no tenía tantos visitantes. En la hora del almuerzo, casi siempre iba al parque a tener un picnic individual. Antes, podía ir al parque siempre que almorzaba, pero ahora gracias a un leve incremento de demanda, no tenía tanto tiempo libre a esas horas por lo que a veces no le quedaba otra que almorzar en la tienda.

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Tomó uno de los tantos caminos que Green Park tenía al inicio, un sendero completamente verde desde el césped en la tierra bajo sus pies, hasta las copas de los árboles que la resguardaban de la intensidad del sol. Cada tantos metros, habían bancos de madera en los que podías quedarte a disfrutar en ese espacio, pero Samira sabía a dónde ir, un poco alejado, pero era su lugar favorito para tener un picnic y estar en plena paz.

Green Park era tan inmenso que tenía varios "escondites", varios rincones especiales un poco más alejados de las zonas populares del parque, donde la mayoría de las personas se concentraban. A Samira le encantaban esos pequeños escondites; no significa que le desagradaba la gente, pero estando aquí prefería disfrutar de la paz de la naturaleza antes que los gritos de niños y el bullicio de la gran ciudad.

Aun así, por el horario, no se veían muchas personas en el parque, solo las más madrugadoras que venían a correr y hacer su rutina mañanera de ejercicios. Admiraba su voluntad, Mira no era una persona muy activa, lo más que hacía era la caminata que le llevaba tomar desde su hogar hasta el Green Park ida y vuelta, más que eso era imposible. Para otros lados recurría al transporte público o, si se sentía motivada, tomaba la vieja bicicleta que le habían regalado sus tías años atrás. Eso le recordó hacer una nota mental para ir al burdel a darles una visita sorpresa esta semana.


Entre tantos senderos, por fin llegó a un camino un poco estrecho que, al final del mismo, yacía el extenso largo artificial del parque. Si una persona no conocía bien el Green Park, podría perderse con mucha facilidad; habían tantos caminos similares, tantas pequeñas desviaciones que te llevaban hasta otras zonas un poco más solitarias. Samira, cuando visitó el parque por primera vez, e incluso algunas visitas siguientes, fue una de esas personas que se confundieron al tomar un camino equivocado y terminaron perdidas, pero gracias a eso también pudo aprenderse un poco más sobre las diferentes zonas, y encontrar estos pequeños rincones especiales. El lugar al que había llegado era uno de esos, un poco alejado de las zonas más populares, pero igual de bello, rodeado de plantas silvestres por doquier. Samira desempacó lo que traía en su bolso que, si bien era pequeño, también era lo suficientemente grande como para guardar lo que necesitaba esa mañana. Así, sacó del mismo un libro junto con un lápiz y unas hojas donde llevaba algunas anotaciones personales, una pequeña tabla de madera, una taza, su termo hermético, y una pequeña canasta con algunos snacks para acompañar en su desayuno.

3438834387Se sentó sobre el césped y empezó a preparar su picnic. Ubicó la tabla de madera frente a ella, junto a la canasta con snacks y cerca de su libro. Apoyó sus anotaciones y su taza sobre la tabla, y así sirvió un poco del té ya preparado; como Mira no se había tardado tanto en llegar el termo logró conservar su cálida temperatura. Primero, acercó la taza hacia ella y sintió el delicioso aroma del té, tomando su primer sorbo. Luego, sin más, abrió su libro en la página donde se había quedado y continuó con su lectura. Aún tenía un poco más de una hora antes de tener que abrir su tienda, los beneficios de madrugar y despertar temprano, podía tener este momento de paz.

El libro que estaba leyendo actualmente se titulaba "Plantas Silvestres que Valen la Pena Conocer", de la gran autora Neltje Blanchan. Como The Witchery era un 50% herbolaria, era esencial para Samira expandir su conocimiento sobre las plantas y semillas que podía conseguir y vender. Había tantas peculiares con resultados tan diferentes, algunas que podían paralizar tu cuerpo si se usaba erróneamente, otras venenosas en grandes cantidades pero no en pequeñas dosis como infusiones, y muchas, muchas otras. Como era el caso del Acónito o, como otros la conocían, Matalobos; si era tratada con descuido podría matarte en menos de una hora, pero si se ingería la cantidad correcta podía calmar nervios y algunas dolencias, entre otros buenos beneficios que tenía. Así como el Acónito, también habían muchas plantas de las que estar atento, peligrosas pero beneficiosas, peculiares e increíbles.

Así, se quedó leyendo un poco más. Planeaba regresar a su tienda unos veinte minutos antes de tener que abrirla, así que aún le quedaba bastante tiempo para disfrutar de su té y de su lectura.


———

Me tomé algunas libertades con la descripción de plantas y sus usos, y con la misma Wolsbane (Matalobos/Acónito), ni siquiera sé si esa planta aparece en ese libro. Pero bueno, hay que recordar que todo esto es ficticio.
 
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El viento y el frío ya podía comenzar a sentirlo. Su cabello se movía suavemente al sentir como la brisa aparecía y su cuerpo reaccionaba temblando ligeramente, pudiendo ver como los vellos de sus brazos comenzaban a levantarse ante la respuesta de la baja temperatura que se iba sintiendo. Más que mal, había estado más de una hora haciendo ejercicio y ahora el cuerpo comenzaba a enfriarse rápidamente. Aprovechó de que la policía aún no le decía su nombre para sacar el polerón que tenía atado a su cintura para colocárselo encima, dejando el cierre a medio cerrar ya que sus atributos no le permitía cerrarlo completamente. Quitó su cabello que se había quedado medio atrapado dentro de éste dejándolo a un costado para que cayese libremente, aprovechando de acomodarlo un poco. Era lo único que detestaba del ejercicios que debía amarrar su cabello, lo que le generaba un poco de dolor de cabeza al tener que hacerse un moño tan alto.

Fue en ese entonces que notó como un perro de gran tamaño comenzaba a acercarse con curiosidad a ellas. Los animales le gustaban y mucho, pero cuando eran así de grandes la intimidaban un poco por lo que lo primero que atinó a hacer fue colocarse detrás de la pelirroja como queriendo protegerse con ella del animal que las olfateaba con insistencia-... Lo siento.... es que me ponen algo nerviosa.... - se disculpó levemente sonrojada con la chica. Había sido algo "grosera" al haberla utilizado de escudo. Por suerte, el dueño del animal llegó pronto y aquel nerviosismo desapareció en el rostro de Lizzie-... No te preocupes... creo que la que soy algo asustadiza soy yo, ella supongo que solo quiere hacer amigos y sintió el olor de mi gata.... - se agachó finalmente algo más confiada para acariciar la cabeza de aquella perrita, recibiendo pronto un lengüetazo en la mejilla, riendo al ver como movía rápidamente la cola. Una invitación mas que clara a que jugara con ella.

Se colocó de pie notando como esta vez, se acercaban dos animales más.
"Vaya, no sabía que en este parque todos sacaran a sus mascotas a la misma hora" pensó notando que esta vez era un joven de cabellos cenizos bastante alto se acercaba a ellas anunciando que las había visto en algún lugar, pero la pelirrosa sinceramente no lo recordaba. Había visto demasiada gente en la mañana y sólo recordaba con claridad dos rostros: el de la chica policía y el chico a quien casi había aplastado. De sólo recordarlo se le subían los colores a la cara.

-
Quizás nos vimos en el café esta mañana, había muchísima gente la verdad y tuve que irme al acercarse mi hora de entrada a trabajar.... - explicó con calma volviendo a sentirse algo inquieta cuando notaba que los animales se olfateaban demasiado-.... al parecer este es un lugar tranquilo para poder sacar a las mascotas, creo que podría traer a mi gata un día de estos.... - había sacado a Anastasia solamente a la entrada con su pequeño arnés y se había mostrado bastante curiosa y aventurera, así que imaginaba que una visita al parque no tendría porque hacerle mal.


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Los perros grandes la asustan un poco xDD, pero ya se dio cuenta que son bonitos y redondos :3
 

Suisen

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Tome un pequeño descanso , cerrando por una hora mi veterianaria, así aprovechaba a comer algo y pasear a Dash antes de que terminara con algunos de mis muebles, queriendo jugar y correr dentro del apartamento.

Bueno un pequeño descanso no está mal -miraba a mi compañero quien solo camina alegre por el parque moviendo su cola y buscando algún árbol u objeto que "marcar "

A pesar de ser una gran ciudad, el aire se sentía fresco, no veías muchos automóviles por está zona, una gran variedad de árboles y flores adornaban el parque, sin dudar alguna era el sitio perfecto para relajarte, y Dash no mostró su encargo hacia el parque dando vueltas por el césped moviendo su cola y jueguetebado un rato en la tierra
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Mientras mi perrito seguía recostado en el césped, aproveche para sentarme un rato en una de las bancas y comer un pequeño aperitivo , abriendo una barra de chocolate el cual tenía ganas de comer desde la mañana, saborando el delicioso dulces mientras disfruta de la vista del parque.

Después de comer, tome la correa de Dash para buscar algún contenedor de basura dónde desechsar la envoltura, en el camino había más personas paseando con sus mascotas, otras conversaban en grupos y otros más hacían algo de ejercicio.

Ahora que lo veo, debería tratar de hablar con alguien, no conozco a nadie aquí, debería intentar hacer amigos? - una señora paso cerca mío y me miró extrañada pues yo estaba sola, además de mi perro y ncentendi con quién hablaba y al notarlo solo reía por su expresión nada discreta .

Si no termanre siendo la loca que le habla a los animales ? - tenía la comtumbre de hablar con ellos como si me respondiera a veces si gesto me daban risa como este momento, muestras yo hablando mi situación mi perro solo se ponía a oler todo a su alrededor ignorandome totalmente.

Después de tirar la basura, noto que Dash comienza a jalar de correa y al sr algo grande ers poco dificil ir contra su fuerza

-Que pasa Dash- comenzó anguirame a unos contenedores de basura que se encontraba sobre una calle , lo extraño es que no labradaba o forcejeaba simplemente me llevo hacia ese lugar.
Al acercarme más observé como algo se movía entre una bolsas de basura , retirando un poco una bolsa observé a dos pequeños gatitos, uno parecía de oreja blanco aunque muy sucio y el otro era de pelaje más oscuro , estaban los dos rasgando una bolsita en busca de algo , al notar nuestra presencia uno asustó al ver a Dash y salió a esconderse , mientras el otro parecía más tranquilo ante la situación incluso no tenía problema al acercarse a mi, por suerte lo pude acariciar un rato y no se sentía para nada asustado, el gatito negro poco a poco fue saliendo curioso por la reacción de su compañero sin dejar de estar al tanto de nuestro movimientos .

-creo que pueden ser mis primeros visitantes - sonrió al ver a los dos gatitos y saco me pequeño bolso unas golosinas para mascotas que suelo llevar amenudo

-aqui gatito - deje la comida en un lugar ni muy lejos ni muy cerca de mi para que pudieran tomarlo con más confianza, el gatito blanco lo acepto gustoso mientras el negro tomo un bocado y regreso a su escondite.

El otro no tenía problemas con estar cerca de los humanos lo que sería muy fácil encontrarle un hogar cálido aunque tenía que tratar de llevarme también al otro y poder revisar que estén bien . - les haré un chequeo general, para poder buscarle un hogar - tome al gatito blanco sin problema mientras el solo maullaba y buscaba una posición cómoda para el , mientras el otro solo nos observaba sin acercarme

Decidí alejarme un poco esperando el otro gatito nos siguiera en busca de su compañero y afortunadamente así fue , daba pequeños pancitos manteniendo si distancia.
Sin percatarse que mi perro están cerca de él y lo tomo con la boca sin lastimarlo , aunque claramente comenzó a maullar asustado.

-tranquilo - se lo retire a Dash de la boca para que se tranquizara junto con su hermano o hermana -asi está mejor - tenía ya a los dos gatitos, pero en un descuidado el gatito se safa de mi brazo y sale corriendo

-tal vez debería volver después? - sería un poco difícil tratar con el y solo lo terminaría asustando más pero el gatito que se quedó conmigo se veo muy triste por qué el se había marchado. Dash igual camino hacia donde se había ido el gatito , creo que ninguno de los dos lo querían dejar solo, así que me resigne y trate de buscar otra vez a ese gatito con la esperanza de poder llevarlo esta vez .


...............................
Peor habrá gatitos en adopción (?) n.n
 

Akize

Νεφέλη
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El viento empezó a tomar un poco más de fuerza y pequeñas gotas de humedad comenzaron a rociar el ambiente. Por un instante, William permaneció con los ojos cerrados, intentando imaginarse dentro del lago y sonrió, respirando con una profunda paz volvió a lo suyo con mucha más determinación.

No había pasado mucho desde que había comenzado a soltar trazos sueltos en su libreta, pero el dibujo ya estaba casi por terminar. Giró el lienzo unas cuantas veces alejándolo un poco con los brazos, analizando con la mirada, mientras entrecerraba ligeramente los ojos. —Solo faltarían los últimos detalles del cielo— murmuró para sí mismo, volviendo a poner toda su concentración en el dibujo.

[...]

Perdido completamente entre su libreta y el lago logró escuchar unos pasos distantes aproximándose. Intrigado, levantó la mirada y vio al joven junto a él. Al escuchar sus últimas palabras sintió una oleada de confianza y motivado por la curiosidad, respondió.

—No te preocupes, también suelo venir por aquí para pasar el tiempo y romper un poco con la rutina de casa— sonrió gentilmente, para después ponerse de pie y sacudir el césped que había quedado sobre su ropa.—Me llamo William— el joven extendió el brazo y estrechó su mano sin ejercer fuerza.

Steve parecía simpático, era notablemente más alto que William y pese a su expresión de relajación, se notaba que había estado ejercitándose desde no hace mucho. Cerró su pequeña libreta y la colocó junto al lápiz en uno de los bolsillos de su abrigo, haciendo un ademán para invitarlo a que caminaran juntos frente al lago; sin demasiada necesidad de irrumpir la calma que producía el sonido de las aguas apaciguadas, continuaron la caminata un poco en silencio, hasta que finalmente decidió romperlo —Veo que te has tomado ciertas libertades— rio un poco dirigiendo su vista hacia el calzado que sostenía en sus manos —¿Vienes muy seguido por aquí?—

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Elias Ainsworth

Por supuesto, después de todo has de ser mi esposa
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Arthur iba a contestarle a la chica pero en aquel momento noto como Sasha vio para un lado y en consecuencia el miro también viendo a un chico con auriculares que andaba un poco distraido pero que llevaba dos perros siendo, en ese caso, uno de ellos quienes se puso en pose para pelear contra Sasha quien solo veia a ese can aunque su dueño al darse cuenta se giro para ver que pasaba sacandose los auriculares que llevaba para ver lo que pasaba

—¿Hola? —Sonrió con una mano en su nuca. —Lo siento... Ella es un poco dominante... —
-No te preocupes, mientras no ataque a Sasha no habrá problema supongo- comento Arthur viendo al chico

-
Ya veo- contesto ese chico acariciando a su mascota para que se calmara un poco

Arthur giro su cabeza viendo de nuevo a la chica pelirosa quien le contesto al chico con el cabello ceniza que capaz fue en el cafe aunque nombro que capaz traeria a su gata.

-Pues como dices, ella solo quiere hacer amigos es todo- comento dandole unas caricias en la cabeza a Sasha -A proposito soy Arthur, Arthur Fujimoto y como ya nombre ella es mi mascota Sasha- se presento con una sonrisa de lado a los presentes, no sonaba mala idea la opcion para hacer alguna nueva amistad a su parecer

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Gomen, no tenia muchas ideas

Hayan Hayan esta ahi poli?

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Hayan

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De pronto se había formado un grupo de personas. No había nada de extraño en ello, el día estaba hermoso para salir a tomar el sol. Recién saludaba a la chica de cabello rosa que vio en la cafetería, había dicho llamarse Elizabeth​
Soy Levi Shikinami ―alcanzó a decirle apenas antes de que un can se acercara a olfatearlas. Enarcó una ceja en cuanto vio al joven que sostenía la correa ¿Acaso estaba usando al perro como pretexto? Sin embargo, las conjeturas de multiplicaron cuando, a raíz de la primera mascota llegó otro joven con un par, hermosos ejemplares por cierto. Parpadeó un par de veces… a ese chico recordaba haberlo visto en la cafetería también. No le dio tiempo de pensar en más, pues el cuerpo de Elizabeth se movió entre temblores nerviosos hasta terminar detrás de ella. La llegada tan repentina de tantos perros pareció intimidarla y no era para menos, eran especímenes grandes y fuertes. Sasha era el nombre de la primera.​
Perdón si las asustó ―respondió el chico de cabello oscuro.​
No te preocupes ―contestó la oficial. Elizabeth también se disculpó por ocuparla de escudo, pero no había ningún problema en ello. Los canes apenas riñeron un poco, el cenizo logró controlar a los suyos. Era el momento de las presentaciones, sin embargo, el radio que llevaba colgado en la cintura comenzó a sonar. Alguien le llamaba.​
Mi nombre es Tanji…―no alcanzó a escuchar más de la plática, pues inmediatamente se alejó para atender el llamado. Se puso la radio en el oído, era el Perl, podía reconocer su molesta voz a pesar de la interferencia. Lo único que escuchó fue que era requerida en la comisaría. Levi suspiró. Si tan solo decidieran usar el celular la información sería más clara. Presionó el botón para contestar, pero nadie respondió. Al parecer no descubriría qué pasaba hasta estar en la comisaría.​
Chicos, que pasen buen día ―dijo antes de salir corriendo, no había tiempo para más charlas. Esperó que el asunto de Perl fuese serio o de verdad le iba a molestar que por un capricho le cambiara la ruta como si nada.​
Fluttershy Fluttershy solo logré interacción contigo, tuve que irme ;O;​
 
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"Levi" La verdad es que le pareció un muy bonito nombre, además de estar eternamente agradecida que no la hubiese mirado de mala manera por haberla utilizado de "escudo humano", pero es que la presencia de aquellos dos enormes canes ciertamente que la había puesto nerviosa. Luego de ver como los animales estaban mucho más relajados pudo notar como la policía se hacía a un lado, lo que obviamente la alertó pensando que quizás algo malo había sucedido y, con lo paranoica que estaba con lo de su ex, quizás lo mejor que podía hacer era volver a su casa antes de que el sol se fuese-... ¡Ve con cuidado...! - le alcanzó a gritar a la chica viendo como salía corriendo. Sin duda que tenía que haber tenido algún tipo de emergencia.

-
Bueno chicos, me despido, igualmente tengo cosas que hacer.... ha sido un placer, sobre todo con ustedes.... - volvió a agacharse para acariciar la cabeza de los canes, dándole un suave beso en la cabeza de cada uno antes de volver a erguirse y sonreír a los chicos-... Nos vemos, supongo.... - les sonrío con amabilidad antes de colocarse los audífonos dándole nuevamente play a la música que estaba escuchando para volver a su trote, esta vez de camino a casa.

Extrañamente las calles se veían mucho mas agitadas, como si la gente ya sinceramente no fuese capaz de disfrutar absolutamente nada. Todos corrían en busca de taxis, peleaban entre ellos en los semáforos, se gritaban fuera de las oficinas. El estrés laboral se iba apoderando del mundo lentamente, mientras arrastraba consigo a quién se que se le pusiera por delante sin piedad alguna. Cuando terminó de salir del parque, espero pacientemente en un semáforo, pero su corazón se detuvo al ver como estaba allí, justo frente a la otra calle.

-
No...n-no....- se repitió para sí sintiendo que las manos le temblaban. No podía permitir que la viese, mucho menos que fuese a saber dónde estaba trabajando ni dónde vivía (que era prácticamente él mismo sitio) Se colocó el gorro del poleron que traía, subiéndose el cierre hasta arriba, ayudándose de su largo cabello que ahora estaba suelto para dejarlo hacia los costados de modo de poder cubrirse mejor. El semáforo cambiaba a verde para los peatones y, a paso lento comenzó a avanzar, siendo muy precavida de mezclarse con la gente para que así no fuesen a descubrirla. Prefería pasar como una vulgar ladrona, a que ese sujeto la fuese a reconocer.

Los metros que separaban las calles se le hicieron extensos kilómetros, no hallaba la hora de llegar hasta el otro extremo y, ver con sus propios ojos, que ese hombre no fuese a voltearse bajo ninguna circunstancia. Finalmente, sus pies tocaron el otro extremo de la calle justo a tiempo para cuando el semáforo comenzaba a dar el rojo, fue entonces que aprovechó de seguir "trotando" para llegar a su casa, hubiese corrido, pero habría sido demasiado evidente.





Tyrant. Tyrant. Elias Ainsworth Elias Ainsworth tengo mas interacción con sus mascotas que ustedes jajajaja pero al cruzar palabras igual lo puse~
Hayan Hayan váyase por la sombrita :nanana:
 
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