Richard siempre fue la clase de hombre que se guarda todo para sí solo, si me preguntan porque, la verdad es que no lo sé. Desde que lo conozco siempre ha sido así, no importaba cuantos problemas tuviera o cuan cansado este, el nunca dice nada y sufre en silencio. Incluso si se resfriaba el nunca mostraría su lado débil, simplemente se encerraría en su cuarto hasta mejorarse sin que nadie supiera que se encontraba delicado de salud, él era así.
Supongo que era algo que admiraba de él, pero también es algo que me molestaba, enserio que me molestaba.
- ¿Se encuentra bien jefe? – Max me pregunto un poco nervioso mientras que sostenía a Richard y lo observaba
- Él está bien solo está… - entonces soltó un pequeño ronquido – Dormido
- Menos mal – Tony hablo y todos suspiraron un poco aliviados mientras que yo me levantaba sosteniendo a Richard
- Voy a llevarlo a casa a que descanse, para mañana estará como nuevo
- Ok jefe, nosotros nos encargamos de cerrar todo el lugar
- Gracias Tony, nos vemos chicos
Despidiéndome de todos, subí las escaleras con Richard en brazos, era un poco pesado, pero podía manejarlo, además se que es un felino con un temperamento de cuidado, con una actitud de hierro, terco como él solo podía serlo y bastante gruñón, pero es absolutamente encantador cuando se queda dormido. Con esos pensamientos lo llevé hasta mi auto, delicadamente lo puse en el asiento trasero y cerré la puerta con cuidado.
Al subirme en el asiento del conductor entre en conflicto si adonde llevarlo, pero luego me di cuenta de que no tenia las llaves de su casa, entonces la respuesta más obvia era llevarlo a la mía. Con mucho cuidado acelere para no despertarlo, ¿Saben lo que pasa cuando despiertas a un felino?, solo digo que no es agradable, en especial un felino como Richard.
Después de conducir por un rato llegamos a mi casa, estacione con cuidado en el garaje y con la mas absoluta delicadeza tome a Richard otra vez.
Me quite mis botas para poder caminar sin hacer el menor ruido para no interrumpir el sueño de mi amado Richard, pero las escaleras de madera fueron de verdad un desafío. Después de lo que creo que fue el viaje a mi cuarto mas largo de toda la vida, lo recosté suavemente en la cama.
Comencé a desvestirlo apenas lo recosté, le quite sus botas, su chaqueta, deje esa camiseta sin mangas que tenía, pero en especial le quite sus pantalones. No se imaginan mi sorpresa al darme cuenta de que el muy obstinado traía puesto un suspensorio negro que marcaba sus partes de manera excepcional. Al ser libre de los pantalones el soltó un suspiro de alivio mientras se acomodaba inconscientemente en la cama, me reí un poco por eso.
No importa si un felino es un gato, un león o un tigre, todos ellos son iguales a la hora de dormir, el hecho de que Richard ronroneara al encontrar el lugar indicado solo fue la cereza del pastel.
Verlo así con esa sonrisa de felicidad en mi cama me lleno de una emoción difícil de describir, una mescla entre felicidad y placer. Se que él no siente lo mismo que yo siento por él, pero estoy seguro que algún día será mío.
Con una pequeña risa tranquila yo también me desvestí y me acosté a su lado, quería sentir el calor de su cuerpo, la textura de su pelaje, escuchar su respiración. Todo, quería sentir todo de él.
Antes de darme cuenta caí dormido también, estaba tan cómodo que solo cerré los ojos y abracé a mi amado con delicadeza. El ultimo pensamiento que tuve fue “
Tengo que hacer que Richard solo use suspensorios…le quedan muy bien”
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Estaba tan cansado que solo cedi, si fuera un poco más joven quizás podría haber resistido un poco más estando despierto. Pero tristemente no pude, estaba tan agotado por todo que solo cedí y me quedé dormido.
Creo que todos han experimentado eso alguna vez, ese cansancio tan profundo que no puedes luchar contra él, eso que te estira al mundo de los sueños en contra de tu voluntad y que sabes que no puedes ganar. Bueno más o menos así me sentía
Pero incluso en sueños puedo sentir cosas, pero nunca sentí algo tan agradable como hasta ahora.
Me sentía en vuelto en un calor suave, pero frio a la vez, refrescante y agradable, podía sentir que estaba en un lugar suave y muy terso, estaba particularmente agradecido por eso. La sensación mas tranquilizante era la de estar envuelto por una cálida y suave manta muy mullida. Era como si una almohada gigante me abrazara con delicadeza, además de esa sensación había otra, pero era muy pequeña, era como un cosquilleo en mí cabeza. Por esa razón mi cerebro volvió a activarse, algo no cuadraba.
Abrí los ojos de golpe y analicé el ambiente, no era el club, no era mi casa, pero era un lugar conocido. Gire mis ojos un poco y efectivamente mis peores temores se cumplieron.
Daniel me estaba abrazando mientras dormía tranquilamente a mi lado, lo peor de todo era la razón del cosquilleo que había estado sintiendo.
El muy idiota estaba mordisqueando mi oreja derecha mientras babeaba un poco, era como un bebe que había encontrado su juguete favorito. Pero a mí eso no me gustaba para nada.
- ¡Que asco, me esta babeando todo, que asco se siente húmedo y pegajoso, no detente idiota no me mordisques así!
No se porque no reaccione de inmediato, la verdad no lo sé, pero de un momento a otro.
- ¡Suelta tus manos de mí idiota pervertido! – le di una fuerte patada a Daniel mientras que terminaba de despertarme por completo – ¡¿Qué es lo que me estabas haciendo, me hiciste algo otra vez?!
- Auch…buenas noches Richard… –
- ¡¿Cómo que buenas noches?! – mire por la ventana y efectivamente era de noche – ¡¿Qué hago aquí?!
- Bueno yo te traje aquí después de que colapsaras en el club – allí salte sobre él y empecé a zarandearlo
- ¡¿Qué me hiciste esta ves?, eh!, ¡Responde pervertido!
- ¡Nada, lo juro no te hice nada!...bueno te abrace, pero….
Al escucharlo solo lo solté y suspiré cansado.
- Al menos eso me queda – por fortuna Daniel no me había hecho nada raro mientras dormía, pero no estaba feliz que se haya quedado dormido a mi lado – Perdón por eso… ¡¿Y yo porque me disculpo?!
- No lo sé…Oye Richard
- ¿Qué, que quieres?
- ¿Podías quitarte de donde estas?...si sigues así no creo poder responder…
- ¿A que te refieres con respondeeeerr….. ¡Ehhhhhhhhh!, ¡¿Por qué estas desnudo?!
Me di cuenta de que ese idiota estaba completamente desnudo, y allí estaba yo, con el trasero desprotegido sentado sobre él. Fue de lo mas perturbador.
- ¡Ponte ropa, póntela ahora, ahora mismo!
- ¡Lo sientooooo!...Aunque esos suspensorios te quedan de maravilla bebe – y le di un a bofetada
- ¡Daniel eres un idiota!
Después de unos minutos Daniel se había puesto pantalones, y yo solo estaba sentado en la cama envuelto en un aura depresiva. ¿De que otra forma podía estar?
- Oye Richard no es para tanto – no me sentía feliz al escucharlo decir eso – Te visto peor y me vas visto peor, creo que esto queda como muy normal
- …. – solo me sumí más en depresión y entonces mi estomago gruño
No me extrañaba, después de todo estaba tan ocupado y sumido en mis propios asuntos que olvide desayunar y por estar dormido me pase el almuerzo.
- ¿Tienes hambre gatito?, ¿Qué quieres comer?
- Juro que, si me llamas gatito una vez más, Daniel voy a… - no pude terminar porque mi estomago volvió a gruñir – Comida oriental…
- Ok la voy a pedir, solo espera un poco, ¿Sushi?, ¿Fideos?, ¿algo en especial?
- Quiero…cerdo agridulce con arroz frito, algunos vegetales salteados….ya sabes lo que suelo comer
- ¿Lo mismo de siempre? – Daniel se río un poco mientras tomaba su teléfono y empezaba a marcar los números
- Si…
- Ok, no hay problema – Daniel puso su teléfono en su odio y yo recordé algo
- ¡Y pide el recibo! – eso era importante para mí
- Si, si, ya lo sé – en cambio el solo suspiro y empezó a hablar con el restaurante al que llamo
Daniel y yo vivimos juntos mucho tiempo, bueno claro que también éramos compañeros de Henrry. Ellos dos eran los que mejor me conocían en todo el mundo, sabían lo que me gustaba y lo que no, por eso no tuve problemas en dejar que Daniel pidiera la comida, solo esperando que la carne sea de buena calidad. Hablando de eso creo que es mejor que esplique algo ahora.
Supongo que debo decir algunas cosas importantes sobre eso, como un carnívoro necesito carne para vivir, mi dieta consiste principalmente de eso, no digiero muy bien los vegetales verdes, por cierto. Antes que nada, toda la carne que consumimos los carnívoros es artificial, en algún momento encontramos la forma de duplicar carne y crearla mediante un sistema de impresión celular, fue esa tecnología la que salvo al mundo. Pero eso es historia pasada, lo mas importante ahora es que quiero comer.
Para mi fortuna la comida llego en menos de treinta minutos, salí de la cama para poder comer algo y no ensuciar el cuarto de Daniel en el proceso, pero por desgracia la casa de Daniel era un desastre de pies a cabeza, había tantas cosas en cajas y demás que no encontraba un buen lugar para comer.
Así que optamos por comer en la isla de su cocina. No crean que desaproveche la oportunidad para regañarlo como se debe.
- ¿Te diste cuenta de que te convertiste en un acumulador verdad? – yo le apunte con mis palillos y el solo bajo la cabeza
- Lo siento…creo que comencé a tener estas cosas por algún motivo…aunque no se cual
- Ya veo…oye Daniel, no es que quiera que pienses mal de mí, pero, ¿Qué ha sido de ti?, aun no hemos hablado de eso
- No hay mucho de qué hablar – el soltó sus palillos y bebió un poco de una lata de cerveza que tenia a su lado, yo aun no quería beber así que tenía una soda – Después de que me fui me las arregle para recibirme de doctor, más o menos allí fue cuando recibí mi herencia
- ¿La de tu abuelo?, ¿verdad?
- Si, al parecer el dejo instrucciones especificas de que me la entregaran después de cumplir los veinticinco, fue algo que no esperaba – el sonrió un poco y me miro – Decidí darme un tiempo y fui hacia el viejo continente, conocí gente buena allí y uno en particular me ayudo a invertir mi dinero y amasar una buena cantidad, al año ya tenía casi el doble de lo que había invertido
- Creo que empiezo a detestar tu suerte…yo me quede atascado en la vida
- Jejeje, no lo sé, no lo llamaría suerte – Daniel entonces bajo sus palillos y me miro – Tenía dinero, pero no tenia en quien gastarlo – suspiro un poco y luego me sonrió, había algo extraño en esa sonrisa – Sabes que soy la clase de hombre con gustos simples, pero como no tenia nada que hacer solo seguí invirtiendo y ya vez, mi hospital, esta casa, mi auto, la motocicleta y el club, bueno todo eso esta bien supongo, pero es la típica historia nada llena el vacío, nada excepto tú, es la paradoja del hombre rico, puede tenerlo todo menos lo que mas desea
- Daniel por favor – solo me tape la cara por un segundo y suspire – Deja eso, deja esa obsesión conmigo
- No es una obsesión, es solamente que estoy enamorado – allí tomo mi mano – Richard, solo tienes que decirme lo que quieres, todo te lo daré todo
- Daniel, no – aparte su mano y suspire – No soy un hombre que desea todo, pensé que lo tenía, pero no pude lograrlo de todas formas
- ¿A que te refieres? – Daniel me miro preocupado
- Daniel yo estaba casado, ¿entiendes eso?, yo tenia una esposa, tengo una bella casa con una piscina, tengo un trabajo estable y bien pagado, es todo lo que siempre soñé…y de un día para el otro ella solo desaparece como si fuera arena en mis manos
- Richard no dejes que lo que te hizo esa zorra te afecte
- No es por ella…es por mí…
- ….
- Daniel creo que la razón por la que mi esposa se fue es porque nunca pude darle eso que ella mas quería, no pude darle un bebe
- ¿No fueron a ver a un especialista?
- Es complicado, ella no quería, así que nunca nos hicimos los estudios, pero creo que es por mí culpa
- ¿Por qué piensas así?
- Bueno…ella…ella tenia su periodo normalmente, pero nunca pudimos…ya sabes concebir
- Richard me sorprendes, ¿no sabes que el periodo no tiene nada que ver con la fertilidad?
- Oye te dije que ella no quería saber nada del tema, solo quería un bebe por medios normales…
- No me digas que crees que tú eres ester…
- ¡No lo digas!
- Ya veo, tienes ese estigma contigo
Yo solo me cruce de brazos y mire a otro lado, no quiero escuchar esa palabra, sería la vergüenza más grande para un hombre. Eso era todo lo que podía decir sobre mí, además también estaba el temor de que, si me hacia la prueba y saliera un resultado horrible, ella simplemente se fuera. Pero termino por irse de todas formas.
- Lo lamento Richard
- No, las cosas son como son, pero definitivamente no volver a sentirme así, solo quiero una vida tranquila y que me dejen en paz…solo que no puedo dejarte hacer lo que quieras con tu club – pensé por un segundo y luego suspire – Daniel, ¿Te molestaría que yo me haga cargo de administrar el club por un tiempo? – en ese momento el soltó la lata que traía en su mano y abrió la boca de manera exagerada – Solo será por un tiempo, hasta que las cosas funcionen como deben y que yo encuentre a alguien confiable al que pueda dejarle la administración del lugar
- ¡Nada me haría mas feliz que eso! – Daniel solo salto hacia mí y me abrazo como nunca antes lo había hecho – ¡Claro que sí, es todo tuyo! – allí comprendí el termino vulgar de abrazo de oso, ese idiota no me dejaba salir de su agarre
- Daniel…suéltame…
- ¡Estoy tan feliz! – el idiota no paraba de gritar y a mí solo me quedaba aguantarlo
- ¡Daniel ya está bien, suéltame enserio me estas haciendo enojar! – intente empujarlo lejos de mí, pero era inútil, el solo se pego a mi y no me dejaba escapar
- Nop, estaremos así toda la noche – el solo dijo eso mientras pegaba su mejilla contra la mía y se frotaba
- ¡En tus sueños Daniel, suéltame ahora mismo oso idiota!
- ¿Eh?, ¿estas en mi casa verdad? – su voz tono de voz cambio en un instante eso me asusto
En el peor de los casos eso quería decir que…
- Y ya que estas en mi casa, ¿Por qué no nos divertirnos un rato?, no, vamos a divertirnos un raro jeje
- ¡Daniel, no, suéltame ahora, si no me sueltas voy a darte una paliza, suéltame ahora pervertido! – era inútil, al ver esa mirada que tenía me di cuenta de que ahora era una bestia
- No, vamos a jugar gatito, será divertido
- ¡Daniel, te digo que no!
Mis gritos fueron en vano porque de todas formas él me levanto con mucha facilidad y empezó a cargarme. No tengo que decir que yo le estaba gritando como loco que se detuviera, que me dejara en paz y un sinfín de otras amenazas hacia él. Pero eso fue en vano, el simplemente me ignoró por completo.
Antes de darme cuenta ya me había llevado a su mazmorra, no quería volver a pasar por esa experiencia tan humillante otra vez, pero sin siquiera notarlo ya me había esposado a esa cama que tenía.
- ¡Daniel hijo de perra, mas te vale que esto sea solo una broma porque sí no voy a…no…ahí no! – el idiota saltó directo a mi punto mas vulnerable, mis pezones y empezó a apretármelo
- No mostraste mucha resistencia
- ¡Cállate, nooo..no!...no…no tan…fuerte
- Sabes no te entiendo nada, dices que no eres gay, pero vivías con dos, dices que no te gusta estas cosas, pero estas gimiendo de placer, ¿Por qué no eres un poco mas honesto con lo que te gusta?
- No…por favor…para…no…ahh…hi…
- Hasta te ofreciste a manejar mi club, ¿sigues penado que no eres gay?
- No….no lo soy… - no podía decir nada mientras que el solo estaba a mi lado abrazándome y jugando con la parte mas sensible de mi cuerpo como si nada – No…para…no…
- Tu boca dice algo, pero él amigo de aquí abajo dice otra cosa muy diferente – el solo deslizo su mano hasta mi entrepierna y apretó un poco – ¿Lo vez, se empieza a poner duro y delicioso?
- No…suéltame…no…quiero hacer esto…
- Sigues diciendo eso, no eres muy honesto, vamos Richard se que te gusta esto no intentes negarlo
- No…no… - no podía decir nada porque me estaba apretando muy fuerte
- ¿Por qué otra razón no me denunciaste?, yo creo que en verdad te gusta esto
- No….e… ¡hi..!...ve…es…..verdad…
- ¿A no? – entonces me soltó, solo por un segundo porque después sentí su lengua en mi cuello – ¿Por qué no te quitamos esta camisa y lo averiguamos?
- No…para…
- Esa boca deshonesta, vamos a cerrarla por un momento – no pude reaccionar y me puso ese bozal con la bola roja – Mucho mejor, descuida Richard, te hare sentir muy bien en poco tiempo, recuerda que soy todo un experto y tengo muchos juguetes para divertirnos
Entonces me quito la camina, mas bien la destrozo para que pudiera salir, todo era causa de las esposas que tenia puestas. El no me dejaba en paz y solo se limitaba a lamer mi cuello y jugar con mis pezones, dejo de tocar mi entrepierna y solo se limitó a mantenerme excitado. No había razón para que me trate así, después de que lo perdone y todo lo que hice por el no me esperaba eso. Quería llorar, pero el lamio la pequeña lagrima que se formo a un lado de mí ojo y luego me quito otra vez ese bozal.
- Veo que te esta gustando mucho
- Tu…¿Por qué me haces esto?...déjame ir…
- Pero si yo te solté hace tiempo, jeje – cuando dijo eso me di cuenta de que efectivamente ya no traía las esposas puestas, no tuve tiempo para procesarlo porque Daniel volvió a lo suyo con mis pezones haciéndome gruñir – Si que son sensibles, no es que me molesté
- Hi…grrr…arrr…
- Así me gusta Richard, ¿te gusta verdad?, vamos solo tienes que decirlo – el entonces aparto el suspensorio que tenia puesto y con una mano empezó a masturbarme suavemente, sin saberlo ya me había puesto muy duro – Está húmedo y huele muy fuerte
- No… - con una mano jugaba con uno de mis pezones y con la otra me masturbaba, yo no podía parar de gruñir, me estaba acercando peligrosamente a mi limite
- ¿Qué?, ¿Quieres que pare? - entonces el paro de masturbarme de pronto y solo se limito a mis pezones, los masajeaba suavemente con sus dedos moviéndolos en círculos, era una sensación muy fuerte y placentera, pero también molesta ya que yo estaba muy cerca de terminar – Puedo seguir así cuanto tiempo quieras, solo admítelo que te gusta esto y e dejare terminar
Gruñí muy fuerte cuando el apretó con fuerza mis pobres puntos débiles sin misericordia alguna y comenzó a estirarlos. Era una sensación aun mas fuerte que la anterior.
- Vamos solo dilo, se que quieres terminar, dilo vamos gatito
- Yo…. – el entonces volvió a mi miembro y lo me poco suavemente
- Vamos, estoy esperando, dilo
- No…yo…
- Vamos Richard, sé que quieres terminar
- A…a.. – el no paraba con esa estimulación y finalmente llegue a mi limite – me…ne..me…gusta….solo…dejame….ter
- ¡Así me gusta! – el acelero el ritmo con el que me masturbaba y la fuerza con la que me apretaba, con todo eso no dure mucho y termine eyaculando con un grito ahogado que fue tapado por un beso de Daniel
Estaba tan cansado que solo me quede jadeando mientras Daniel seguía a mi lado.
No hubo nada involuntario, no hubo penetración forzada ni los golpes de la última vez…entonces….
¿Por qué me sentía violado en esta ocasión?
- Que lindo gatito, gatito, gatito – Daniel hablo mientras frotaba su cabeza por mi cuello mientras que yo me quedaba quieto por lo que acababa de pasar – ¿Quieres intentar algo que de verdad es genial?
- ¡Daniel! – grite y lo tire al piso, saque mis garras y lo mire con fuerza – ¡Date por muerto oso idiota!
- Ric..ri..Richard…gatito de caramelo…
- ¡Estas muerto!
- ¡Ahhh, perdóname Richard, las garras no, no las garras, ahhh, lo sientoooo!