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PDRP: Proyecto de Reconstrucción Planetario (Rol cancelado)

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Gambare Shamiko
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Arlequín junto a las guardias seguían observando como los prisioneros se esforzaban por acabar con el dinosaurio que el mismo presentador trajo.​
- Esto realmente es entretenido ¿no es así? – Se dirigió el enmascarado a las dos chicas que obviamente no compartían la misma opinión.​
- No es así, están en peligro. – Reclamó Elizabeth, Arlequín soltó un suspiro.​
- Entiéndelo muchacha, es parte del programa, hay que atraer rating, darle emoción y drama a la situación, es lo que le gusta a la gente.
- Y prácticamente estás poniendo en peligro nuestros trabajos. – Comentó Yima. – Escucha payaso enmascarado, esto no puede seguir así ya que estás comprometiendo los contratos que ambas firmamos, a pesar de que ellos sean basura, sigue estando dentro de nuestro poder el protegerlos, así que has algo útil en tu vida por primera vez y deten a esa criatura.
- Bueno… el caso es que no sé como detenerla… tehe~ - Hizo una expresión linda, causando que la venusiana sacara su espada.​
- ¡Idiota, debiste pensarlo! – Lo amenazó, ahí Elizabeth intervino.​
- E-Espera Yima, no es la mejor opción matarlo, es mejor encargarse de ese dinosaurio.
- … Tienes razón Elizabeth, mejor me encargo de eso. – Salió de la cabaña mientras observó de reojo a Arlequín el cual solo se hundió de hombros.​
- ¿Dije algo malo? – Preguntó, la pelirroja optó por no responderse y concentrarse en lo sucedido afuera.​
Los prisioneros estaban en problemas debido al dino que evitaba que cumplieran con su trabajo, ya sea los avances que tuvieran para sus cabañas o techos, este fue interrumpido o de plano destruido por este.​
- ¡Por qué esa criatura tuvo que llegar! – Exclamó Christine, sumamente enojada de que tal desarrollo se haya llevado a cabo.​
- Lo único que sabemos es que no puede quedarse así. – Respondió Erebus, justo en ese momento vieron a la guardia morena saltar blandiendo su gran espada.​
- Déjenme a esta cosa. – Respondió, no sin antes mirar de reojo al enmascarado, no podía olvidar lo que le dijo, ya pretendiendo ignorar eso, enfocó su atención en el dino que soltó un fuerte rugido. – Créeme, he enfrentado a cosas mucho más peligrosas que tú, no representarás nada que haya peleado anteriormente.
La criatura corrió para atacar a Yima pero ella no tardó en esquivarlo y saltando a un costado, con su arma le hizo un corte diagonal en su torso, el dinosaurio soltó un fuerte rugido de dolor, ella sonrió confiadamente.​
- ¿Qué dije?
El dino, lleno de ira, arremetió con todo hacia Yima pero esta saltó a un costado y nuevamente realizó otro corte mucho más profundo en la parte lateral posterior de la criatura, la sangre salía de la dura piel escamosa de este.​
- Es momento de acabarlo. – Sin esfuerzo alguno ella saltó y fue directamente a la cabeza, un corte limpio que acabó por rebanar el cuello de la criatura que se creía extinta, su cuerpo cayó de forma pesada al suelo. – Se acabó.​
- ¡Bravo, eso fue asombroso! – Arlequín salió aplaudiendo en ese momento, llevándose una mala mirada de parte de la guardia morena. – No me mires así.
- Si todo esto fue tu culpa.
- Eso lo sé… y por eso voy a remediarlo ahora mismo. – Apuntó al cielo y justo en ese momento aparecieron unas cajas que fueron tele transportadas.​
- ¿Qué es esto? – Preguntó Ravin.​
- Ya que ese dinosaurio acabó por destruir todo el avance que les han dado, seré generoso por una vez en mi vida y les daré una pequeña ayuda, algo inédito en el programa ¡Aplausos! – Nadie hizo nada. – Aguafiestas… como decía, lo que contienen esas cajas son casas de campaña, solo por esta ocasión serán gratis y podrán armarlas y pueden servirles hasta que rehagan sus ideas iniciales.
- No está nada mal. – Expresó Ross. – Inesperadamente generoso.
- Como conductor igual debo dar el ejemplo, ya que está anocheciendo, hagan sus casas de campaña y descansen, mañana tendremos otro día de grabación para el programa y créanme, tengo cosas bien preparadas. – Lanzando algo al suelo, se armó una nube y desapareció, dejando a los prisioneros solos nuevamente.​
- Nos ayudaste. – Miya se acercó a la guardia. – Te lo agradezco.
- Solo lo hice por mi trabajo, así que no tengan la idea equivocada. – Se dio la vuelta. – Las cosas no saldrán como quieres. – Dirigió esas palabras a Erebus que solo vio de reojo. Ya sin decir nada más, los prisioneros se quedaron con las cajas y casas de campaña, por lo menos esa noche tendrían un techo seguro para dormir, al menos ese era el pensamiento general.​
(…)
Llegó la mañana siguiente, todos ellos durmieron cómodamente dentro de lo que cabe pero todo estaba lejos de terminar como se esperaba y con alguien como Arlequín, llegar a despertarlos de repente era esperado.​
- ¡Levántense todos, es hora de trabajar! – Llegó con un megáfono para despertarlos a todos. – Bellos durmientes, no pueden seguir durmiendo.
- ¡Que rayos! – Christine se levantó de repente, abriendo la casa de campaña. - ¡Payaso, ni siquiera ha salido el sol! – Señaló la rubia y es que aún estaba oscuro.​
- ¿Y qué? El día inicia desde las cinco de la mañana, así que todos, de pie y bien despiertos. – A mala gana todos tuvieron que levantarse, algunos adormilados, otros simplemente acostumbrados a madrugar, Arlequín estaba ahí frente a ellos. – Muy bien, es hora de grabar el segundo episodio.
- ¿Qué locura nos harás hacer ahora? – Preguntó Kinukka.​
- Mejor dicho, que locura no les haré hacer. – Expresó el presentador. – Finalmente haremos algo digno de un reality show, les designaré pruebas.
- ¿Qué tipo de pruebas? – Preguntó Yamdai.​
- No te apures, ahora viene la explicación, ahora que las cámaras están grabando… entonces mis queridos participantes, estas pruebas les ayudarán para ganar puntos, en sí, completarla les asegurará un total de cincuenta puntos.
- ¿Cincuenta? Podría beneficiar. – Comentó Zyxx por debajo.​
- ¿A que se debe la cantidad alta? – Preguntó Christine, obviamente desconfiando de él ya que solo ha sabido darles problemas.​
- No te pongas tan a la defensiva, la razón de esto es porque las pruebas serán desafiantes y cuando lo digo, hablo en serio. En sí las pruebas serán hechas en equipos.
- ¿Equipos? – Ross enarcó una ceja.​
- Así es, equipos. Tengo preparados tres caminos que pueden tomar, uno los llevará a una cima de la montaña. – Señaló una montaña que se encontraba al oeste. – Lo que deben hacer es recoger un huevo que se encuentra en un nido que solo está ahí, solo uno. La segunda prueba los llevaría al bosque donde es que tienen que avanzar hacia el sureste para encontrar el siguiente árbol. – Mostró un holograma que daba la imagen de un árbol. – Este árbol da un fruto sumamente especial cuyas semillas podrían usar para cultivar y, según me dijeron del staff, es sumamente delicioso. Y de último, la tercera prueba los llevaría a la playa donde lo único que tienen que hacer es pescar.
- ¿Pescar? Eso parece más aburrido que los otros dos trabajos. – Señaló Christine.​
- Pero más seguro. – Erebus remarcó esa parte, Arlequín soltó una risa divertida.​
- Quien sabe~ puede que haya peligro, puede que no, pero lo que deben hacer es pescar al menos unas veinte especies diferentes de peces y traerlos de vuelta, no tengo información alguna de lo que puedan encontrar en un mar misterioso. En sí esas son las tres pruebas que pueden escoger, ya que están en un número equilibrado de integrantes, serán tres por cada equipo, escojan bien que prueba desean realizar, estaremos observando todo por las cámaras, suerte~ - Y Arlequín se retiró, dejando a escogencia de los prisioneros que prueba van a realizar.​
Volviendo a la cabaña, ambas guardias vieron al conductor, algo les decía que había un pero en todo eso.​
- Habla, sabemos que tienes algo preparado. – Señaló Yima.​
- Calma señorita Yima, no puedo revelar mis secretos, al menos no aún, pero ya sabes lo que dicen, una prueba de un reality show debe ser desafiante y eso es lo que planeo hacer aquí, esta ocasión solo vean y disfruten, no podemos estar salvándolos todo el tiempo. – Por ahora las dos acatarían tales ordenes, ya todo se decidiría por medio de la fuerza de los prisioneros.​
- ¿Qué pruebas tomará cada uno? – Preguntó Ross, buscando coordinar la situación. – Si será un equipo de tres por prueba, hay que ver que habilidades son las adecuadas.
- Por mí, yo tomaré la tres. – Respondió Christine. – Pescar es más seguro que ir por ahí y seguro no habrá tanto peligro. – Y así la rubia estará en el equipo tres.​
- Yo quiero ir a la montaña, podría aprender bastante a decir verdad. – Señaló Miya, ahora el equipo 1 tenía un integrante, el resto necesitaba decidir que prueba tomar si es que deseaban estar un paso más cerca de su libertad.​
---------------------------​
Ok, quería esperar una respuesta más pero ya mejor no atrasarlo más, vamos con las instrucciones.​
- El dino valió, Arlequín les dio casas de campaña para dormir al menos esa noche, así que no descuiden luego la construcción de sus hogares, si quieren narrar algo de la noche, pueden hacerlo.​
Ahora pasemos a lo importante de la actu que son las pruebas.​
1.- La primera prueba consiste en escalar una montaña para buscar un huevo de un nido, es sencillo, solo es que este nido es custodiado por una criatura ave gigante que será muy protector con este, les debo la imagen del ave gigante pero si, piensen que es uno así, lo que debe hacer el equipo es si pelear o buscar huir de este pero deben llevar el huevo a salvo.​
2.- La segunda prueba es aventurarse al bosque para ir hacia un árbol gigante y llevar las frutas que tiene este, la forma es casi como un durian si la conocen pero no apesta, ya que atravesarán el bosque están las criaturas en este así que obviamente pelearán, los que tomen esta prueba, haré una intervención más adelante.​
3.- La tercera prueba parece más sencilla, es pescar, irán a la playa donde habrá botes y equipo de pesca, deberán ir sobre estos y empezar a pescar al menos unas diez especies de peces, no pondré especificación sobre sus formas, eso es a su gusto, ya igual haré intervención a los que tomen esta prueba.​
Los equipos serán de 3 personas para cada prueba, ya que en esencia son nueve personajes, es lo más adecuado, Christine está en el equipo 3 y Miya en el 1, pueden discutir en el chat sobre en que equipo quieren estar y concordarse en cuanto a quien posteará primero y el orden, pueden extenderse cuanto quieran, cuando vea necesario pondré las intervenciones. Eso sería todo de mi parte, espero ver qué harán :D
Hayan Hayan
SHO-JIN SHO-JIN
ROJO Y NARANJA ROJO Y NARANJA
Tyrant. Tyrant.
Solerian Solerian
Lana Arwen Lazar Lana Arwen Lazar
Dubhnoire Dubhnoire
 

Dubhnoire

Old habits of deep roots
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Todo lo relacionado con el ataque inesperado de la bestia y las dificultades que había traído consigo había tenido un abrupto final, uno que había llegado sin anuncio previo. Los prisioneros no podían hacer otra cosa sino sentirse aliviados por el resultado, habían solo salvado a ellos mismos, pues la construcción, así como el propio Arlequin lo había dicho estaba deshecha. Tampoco era cual si hubiesen avanzado demasiado y como mucho las piezas habían sido derribadas de su lugar sin estar del todo aseguradas… incluso así siempre podían volver a montar todo en otro árbol. Las alternativas eran muchas, pero ya no podrían ni trabajar ni pensar con el estomago vacío, al menos la criatura no había estropeado los alimentos.


“Las cosas no saldrán como tú quieres”

“Claro que lo harán… de por sí ya estoy entregándome a este estúpido reality y sus puntitos, tú solo siéntate en tu cabaña y observa”

Aquella fueron las palabras que Erebus de seguro habría pensado en su momento, pero solo se limitó a centrarse en lo que era importante, como pensar en que iba a utilizar su tiempo hasta el anochecer. Una de esas cosas era almorzar, lo que en ese momento hacía junto a los demás, pues todos estaban invitados a comer un poco.

Algunas de esas caras le inspiraban ya cierta confianza, otras no le iban ni venían y de otra tenía cierta cautela. No obstante, todos estaban atascados en este barco y para hacerlo navegar necesitarían los unos de los otros.


─ No esta mal, para ser un crustáceo desconocido con plantas extrañas ─ comentó primero el chico llamado Miya ─ ¿Cuánto hay preparado?
─ Mucho, pero debe haber alcanzado para 3 brochetas cada uno ─
confesó la propia Yamdai quien había elaborado la comida junto a Azyr ─ fue lo mejor que pude hacer sin una olla o sartén.
─ Buen punto, ni siquiera tenemos una forma confiable de hacer fuego ─
expresó Ross haciendo un gesto con una de sus manos y sosteniendo en la otra 2 de las brochetas que le restaban.
─ Es nuestro primer día aquí, creo que es normal ─ dijo por su parte aquel sujeto azulado llamado Zyxx.
─ Si, esto recién empieza. Y espero que cambie, ser una mujer de las cavernas nunca fue de mis aficiones, ¿Saben? ─ Christine tenía a su vez, como los demás, sus razones para sentir disconformidad con su situación actual. Al menos la comida ayudaba un poco a saciar el apetito y restaurar los ánimos.
─ Por cierto, ¿Qué le dijiste a la guardia del parche para que te responda así, Erebus? ─ Ravin dirigió aquella pregunta suya al necris quien solo había permanecido pensativo, solo quedándole una de las tres porciones que le correspondían.
─ También quiero saber ─ ahora era Azyr quien se había hecho escuchar, aunque sea brevemente, resultaba obvio que ya había acabado su almuerzo y pues solo sentía curiosidad.

Si bien era cierto que en alguna que otra ocasión cuando se había podido ver a la guardia de piel morena, había lanzado alguna que otra mirada hacía el enmascarado que no dejaban ver nada salvo desprecio o resentimiento. En cambio, el necris no solo ignoraba aquellas miradas, sino que ya tenía una leve idea del tipo de persona que era Yima, hasta donde sabía, ella no iba a interponerse en su camino y peor para ella pues en lugar de eso, tenía el deber de “cuidarlos” según había dicho.


─ Cuando estábamos en la nave en ese festín y momento de relajación que nos dieron. Les extraje información tanto a ella como a Isabelle sobre todos ustedes ─ Confesó el albino sin más, siendo variadas las reacciones ─ lo que sea, por más superficial y basado en rumores que fuera, les pedí que me lo suministrarán, porque ayudaría a que el proyecto diera frutos. Y porque ellas dos probablemente serían prisioneras del juego de Arlequin.
─ Y fue exactamente así… solo que su prisión tiene forma de cabaña y comparten celda con un payaso ─
añadió Kinukka a modo de chiste, lo cual en cierta forma ayudó a aligerar el ambiente.
─ Haha, si, es justo lo que pensaba ─ respondió Erebus, dispuesto ahora a ir al grano y responder específicamente la pregunta que le habían hecho antes ─ Pero si le dije que era una cobarde que necesita torturar a otros para imponerse.
─ Bueno, eso explica su actitud. Tampoco es que me importe, pero ayuda a matar el tiempo, ¿No? ─
Yamato entonces dio un bocado a una de sus ultimas porciones, a la cual solo le quedaba suficiente como para 2 o 3 mordiscos ─ ¿…hmmm?
─ ¿Pasa algo? ─
preguntó la propia Azyr a la Saturniana que había adoptado un semblante de lo más raro.
─ Es que esto tiene un sabor de lo más extraño… sabe a… … ¿morado?
─ ¿Qué? ¡déjame probar! ─ Ravin entonces se acercó y también Miya, ambos tomando lo poco que quedaba de la brocheta de la fémina quien solo infló los mofletes al ver desaparecida su comida ─ Si… sabe a morado, y lo peor es que ni siquiera sé porque estoy diciéndolo.
─ Yo podría decirles el porque ─
todos voltearon a ver a Miya, pues era el otro que había probado esa porción del alimento que tenía Yamdai ─ Es por este hongo ─ dijo señalando aquel ingrediente, que estaba junto a otros que habían recolectado en un rincón ─ Lo sé solo consumiéndolo.
─ Esa habilidad es muy útil… entonces, ¿un hongo que parece haber cruzado algo relacionado con la percepción de los colores y el sentido del gusto? Mejor no volvamos a utilizar eso.


Nadie quería consumir hongos alucinógenos en una situación como la que estaban viviendo, menos cuando sabían que había monstruos como el dinosaurio de antes, por lo que la idea de dejar aquella seta fuera de la lista de ingredientes fue bien recibida. Luego del almuerzo cada quien volvió a irse por su cuenta, el enmascarado optó por llevarse algunos pedazos de leña y elaborar unas cuantas flechas con punta de piedra y de hueso, además intentaría mejorar un poco el diseño de su propio arco y el otro adicional, pues ya tenía planes respecto de ambos. Pronto anochecería, por lo que comenzaría la parte complicada y laboriosa: reconstruir lo que el saurio había tirado abajo.

Era de vital importancia arreglar el refugio, antes que toda luz diurna desaparezca y aquello fuese a complicarles la tarea en cuestión. Ravindra y Ross hicieron lo suyo recolectando las partes caídas y segmentando otros trozos de arboles que la criatura había tirado abajo en su camino hasta los prisioneros. En tanto Azyr y Erebus se encargaban de trepar valiéndose de unas poleas, amarrar los troncos ya cortados en forma e incluso pegarlos con algo de resina por si las dudas. Con los soportes ya fijos en su lugar, la plataforma en el árbol y las paredes eran una realidad y solo restaba asegurar una cuerda para el ascenso, las ramas para los barandales improvisados y por ultimo el techo, de lo cual se harían cargo al día siguiente.



[…]

Con las ultimas luces del día fuera del radar, tuvieron que mantener el fuego de antes por más tiempo como fuente de iluminación hasta que el satélite de ese planeta emergiera… y que sorpresa, eran dos. Y al igual que la luna en el planeta tierra, reflejaban bien la luz de su estrella proporcionando una luz mínima.


La cena no era difícil de adivinar, se trataba del propio reptil carnívoro decapitado ese mismo día, un poco de su carne sobre una buena plancha de piedra preparada y dispuesta adecuadamente sería más que apropiada para una comida.

Unas horas más tarde, con la mayoría de las tiendas de campaña levantadas e instaladas en su lugar, el albino opto por alejarse un poco como era su costumbre. Llevo consigo sus armas, pero se adentró un tanto en el bosque siguiendo el mismo sendero que durante el día había recorrido para llegar al punto de reunión con Arlequin. Durante esa tranquila caminata, Erebus aprovechó la oportunidad para entonar alguna melodía utilizando el instrumento que su querida Mavir le había dejado como recuerdo… estaba hecha con los huesos de un ave, huecos y adecuados para este tipo de cosas. El sonido que emanaba de la flauta era armonioso y tenía un cierto eco que inundaba el aire, acompañando los pasos del asesino necris a medida se acercaba más y más a la costa.




Solo la vastedad del mar y el reflejo en su superficie de aquellas pálidas y pétreas lunas le hacían compañía en ese sitio, no había mucho viento tampoco, apenas el suficiente para despeinar un poco los cabellos albinos que se mecían por arte del travieso aire en movimiento. Este paisaje le traía recuerdos… hasta hace unos cuantos años atrás, varias décadas, solía habitar pacíficamente un mundo similar a este. Luego las cosas cambiaron para mal, como suele ocurrir tarde o temprano, pero la cuestión no era el “cuando” sino más bien el “como”. Para plantar la semilla de una civilización en este lugar, tendrían que avanzar y desbloquear aún más posibilidades. El propio Erebus estaba ahí para asegurarse de no desviar y tomar el rumbo equivocado, ¿Pero y los demás? Un error provocado por la codicia, poniendo como excusa el avance de la especie marcaron el final no solo del planeta Medivo, sino de todo el sistema Luyten.


─ Enserio… no entiendo, ¿Por qué sigo siquiera haciendo este tipo de cosas? ─ el abino ya sentado sobre la arena, con las piernas cruzadas, su codo apoyado en un muslo y su mano sosteniendo el peso de su cabeza, se hallaba dubitativo.

“Kuwata -soba- tsuno wovalai”
No encuentro nada -soledad- tras el sueño

“Tsurizhi -swakhna- pura alekai”
Buscando -encuentro- mi otra mitad

Y tenía razones para dudar, pues ahora pensaba en impedir alguna que otra calamidad que pudiese ocurrir en este planeta olvidado, ¿Quién era él para hacer tal cosa? Amaba a su hermana, pero a veces le molestaba el que sus ideas hayan tomado raíces tan profundas en su cabeza. El necris ya no era nada, todo su sistema no era más que una mota de polvo flotando en un gran hueco oscuro en el mismísimo vacío del espacio. No conocía a nadie, ni nadie le conocía, era poco más que un cero a la izquierda. Había trabajado durante más de la mitad de su vida tratando de erradicar como fuera posible a esas criaturas horrendas que habrían puesto en jaque a otros sistemas, ¿y cuál fue su merecido? Traición, Avaricia y una pizca de olvido.

“Kondəvain -kondəvain- umbu fərtun blonnuwail”
De pronto -de pronto- una sombra postró ante mi.

“Shurtətei -skora- chegi hiato”
Despojando -robando- todo lo que fuí

Hay decisiones difíciles durante las peores de las crisis que nadie quiere tomar, pero que a veces deben llevarse a cabo. Sacrificios que tienen que hacerse por el bien mayor, unos pocos… a cambio de todos los demás. Un precio justo… salvar a todo el mundo hace ya mucho tiempo había aprendido era solo una bonita fantasía propia de un niño.


─ Bueno, supongo que ya es hora de regresar…

El albino se disponía a hacer lo dicho y emprender el viaje de regreso, siguiendo el mismo sendero de antes. Sus pies le llevaron hasta casi el final del recorrido con tranquilidad, pero no esperaba encontrarse con cierto hombre de cabellos rojizos a esas alturas, ¿Qué estaría haciendo en ese lugar? ¿Buscaba algo que le había perdido? ¿Daba un paseo nocturno al igual que el necris? Quien sabe.

─ Miren a quien ha traído la luz lunar, casi pareces un fantasma ─ expresó el propio Ross al ver al asesino aproximarse por entre los arbustos.
─ Yo tampoco esperaba encontrarte en este lugar, Ross. Unos cuantos metros antes y habría pensado que me estabas esperándome ─ contestó el enmascarado deteniéndose a unos pocos metros de su compañero de reality y supervivencia.
─ No, no me alejaría demasiado con esta oscuridad. Como te darás cuenta, no soy precisamente un guerrero ─ confesó el pelirrojo, y tenía razón, hasta el momento el necris no le había visto luchar o al menos no recordaba ser testigo de tal suceso. Se le había olvidado.
─ Disculpa, en ese momento el saurio atacó de repente y no tuve mucho tiempo ─ Erebus había llevado no solo sus dagas de piedra y los arcos, sino también una espada corta de piedra. Se acercó y sin más se la entregó a su interlocutor.
─ Un arma. Es considerado de tu parte, es mejor que nada. Por otra parte, no hace falta que te disculpes, ¿Sabes? Creo ya resolvimos ese asunto del error de habitación ─ aquel que antaño era llamado Obi era muy perspicaz, quizá adivinando el otro motivo detrás de la entrega del arma.
─ ¿Cómo lo has sabido? ¿Soy tan obvio? ─ preguntó el asesino con cierta sorpresa.
─ Tú mascara te ayuda, lo reconozco. Pero digamos que he adivinado, no había tantas opciones de todas formas ─ Ross aún sostenía la espada de piedra en una mano, agitándola un poco, poniéndola a prueba como le era posible. Como se esperaba, era un poco pesada, pero no tanto como para no ser capaz de blandirla ─ Eres un tipo amable desde cierta perspectiva, lo que no se esperaría de un prisionero de nuestro calibre.
─ Si, supongo que mi caso puede ser un poco distinto. Pero, me pregunto, ¿Tú también traes mascara, Ross? ¿Aunque no pueda verla? ─
cuestionó el albino, a lo que Ross simplemente mantuvo aquella sonrisa simpática que solía presentar.
─ Haha, esa es una buena pregunta, amigo. A estas alturas de seguro todos llevamos una, hasta que tengamos la confianza suficiente para quitárnosla, claro está.
─ Supongo que tienes razón ─
Erebus esperaba que llegase a existir tal nivel de confianza en un futuro. Lo único cierto es que era una mejor alternativa el regresar donde estaba el fuego y las tiendas ─ Yo iré donde están las tiendas, ¿Vienes?
─ Descuida, yo en unos minutos iré.
─ Ah, me conformo entonces. Solo espero no tengas que estrenar el regalo que te hice demasiado pronto ─
dijo por último el otrora senescal antes de hacer un gesto con la mano en señal de despedida.


[…]

Tal y como las había visto unas horas atrás, las tiendas de campaña permanecían una al lado de la otra formando un circulo alrededor del fuego que habían hecho con anterioridad, de esa forma todos contaban con algo de luz y calor, aunque contrario a lo que pensaban el frio no era tan intenso aún. Aunque claro, era fácil para el albino pensar de esa forma desde que su atuendo le abrigaba muy bien, no era el caso de cierta persona a la que encontró sentada en un tocón de árbol con rostro algo somnoliento.

─ Yam… ─ Erebus se había acercado a propósito a la fémina desde atrás, con sigilo para susurrarle al oído. Como era de esperarse, la saturniana se sobresaltó casi dando un brinco, puesto que estaba medio dormida ─ Ya ya, te asusté, es todo.
─ ¡Eso lo hiciste a propósito! Estaba todo muy tranquilo, demasiado y casi me duermo ─
explicó la chica de las ramas en la cabeza, la favorita de los pájaros. Al menos ya había espabilado ─ ¿Saliste a caminar un momento?
─ Algo así, a veces necesito esclarecer mis ideas un poco. Nada de otro mundo… aunque, a decir verdad, también sentí un poco de nostalgia ─
el necris se sinceró con su interlocutora, aunque solo un poco, a lo mejor luego diría más ─ Pero más importante, vine a buscarte.
─ ¿A mí? ¿Me necesitabas para algo? ¿Iremos a dar un paseo? ─
Yamato podría haber pensado cualquier cosa, desde una tarea hasta incluso una caminata tranquila bajo la luna lo cual hasta podría tener tintes románticos, pero nada podía estar más alejado de ello.
─ No sé qué habrás pensado, pero solo quiero enseñarte al menos lo básico de tiro con arco ─ respondió el varón luego de haber sonreído levemente cual si la respuesta de la saturniana le hubiese divertido un tanto.
─ ¿Solo eso? ─ la del vestido blanco parecía desilusionada, pero había otra cosa que se le hacía curiosa además ─ Espera, ¿Cómo quieres que dispare un arco en la oscuridad?
─ Es cierto, esta un tanto oscuro. Pero hoy no hay tantas nubes y ambas lunas en fase completa. Debería ser suficiente… además, si disparas bien en una situación así, bajo la luz del sol será juego de niños.


Habiéndole explicado lo suficiente, el oriundo de Medivo le hizo señas a la fémina para que le siga, algo que ella hizo sin más remedio. Si tuviese que adivinar, diría que eran cuando menos las 20 o 21hs. El varón tampoco pensaba arrastrarla con él por demasiado tiempo, por lo que pronto llegaron al lugar designado: un pequeño claro en medio del bosque en el que además el enmascarado había dispuesto un blanco redondo en un árbol, dándole además algo de color con el colorante de algunos pequeños frutos.

─ Quiero que uses esto… fue uno de los que hice y me esforcé para que sea ligero y fácil de utilizar ─ describió el enmascarado haciendo entrega del arco corto en las manos de la chica, al igual que un carcaj de flechas con punta de piedra.
─ Es muy ligero, es verdad. La cuerda es elástica y además puedo llevarla muy atrás ─ Todo parecía indicar que el arma le era cómoda, lo cual era perfecto, puesto que el necris no imaginaba a Yamdai usando una espada o una lanza que requerían más fuerza. Una ballesta pudo ser mejor, pero no tenían forma de crear una por el momento o al menos no con lo que sabía.
─ Te enseño, sujeta el arco de esta forma…

Erebus si situó detrás de la chica casi a su suroeste, sujetando su mano entre las suyas para guiarla con más precisión incluso con la forma de los dedos. Hizo lo mismo con la otra mano a la hora de retirar una flecha del carcaj, así como acomodar su postura, sujetando brevemente su cintura con ambas manos con tal de acomodarle. El albino incluso pensó en el detalle de improvisar una dactilera hecha con fibra vegetal suave y algunas amarras con tal de que la fémina no se lastime los dedos de tanto tensar el arma.

No obstante, y como era de esperar, su primer disparo no fue del todo acertado. Incluso con la luz de ambos satélites iluminando ese prado, el proyectil paso al lado del objetivo rozándole, lo cual no estaba nada mal para alguien que no había disparado antes. Por un instante, el varón tuvo la sensación de que algunos errores de postura eran adrede, pero luego todo parecía haber sido su imaginación para cuando Yamato comenzó a acertar cada tanto el anillo exterior del blanco, estaba mejorando.


─ Bueno, creo que eso será suficiente. Tampoco pretendo que aciertes perfectamente y siempre con solo una hora y media de practica ─ Erebus parecía contento, aunque ella no del todo tras sentir que el varón prácticamente le había dado unas palmaditas en la cabeza ─ Quédatelo, y también las flechas, si vuelve a pasar algo como lo ocurrido con el dinosaurio podrías defenderte bien, ¿No crees?
─ Eso aún no lo sé, y no me trates como a una niña, Erebus ─
cuestiono la saturniana tocando con una de sus manos el lugar de su cabeza donde le habían dado las palmaditas.
─ Cuando vives más de un centenar de años, a veces puedes llegar a pensar así ─ intentó justificar el varón, aunque la expresión de su compañera no podría ser más insatisfactoria.


Luego de aquella pequeña sesión de tiro al menos el oriundo de Medivo podría sentirse más tranquilo sabiendo que ya todos aquellos prisioneros que le habían ayudado con el refugio tenían como defenderse ante cualquier eventualidad. Yamato de seguro tendría sueño y él también, por lo que decidieron dejar todo lo que pudiese llegar a ocurrírseles de lado para descansar, pero como un adicional, el varón le ofreció su chaqueta larga a la fémina del vestido blanco por si llegaba a sentir frio durante la noche. A juzgar por el atuendo que ella llevaba, estaba claro que iba a necesitar aquella túnica larga, negra y abrigadora mucho más que él.


[…]

Al día siguiente… o más bien pasadas unas 7 horas aproximadamente, cierto sujeto quien ahora se sentía amo y señor de las vidas de estos prisioneros fue a despertarles montando un alboroto con uno de esos megáfonos. No era precisamente la forma más saludable de despertar, luego de conciliar el sueño milagrosamente y por primera vez en medio de la espesura de un planeta desconocido. Sin más remedio todos emergieron de la comodidad de sus tiendas, la cual por conveniencia Erebus decidió volver a guardar mientras escuchaba lo que el Arlequin tenía para contarles.

Era simple, les estaban tentando con una cantidad grande de puntos, más del doble de lo usual hasta ahora, aunque tampoco era cual si tuvieran otra opción. Pero además debían escoger un desafío de entre 3 posibles opciones, con un máximo de 3 participantes por desafío. Tomando en cuenta la breve descripción dada por el anfitrión del programa, la elección para el necris era obvia.


─ Yo igualmente iré a la montaña… por la naturaleza de la tarea, siento que haré falta en ese lugar ─ expresó sin pensárselo más ─ iré además a buscar algunos más de esos pequeños arándanos grises del otro día, para el viaje.

Hubo algo más que casi añadía, pero fue tonto el siquiera pensarlo, ¿en qué le afectaba? Pero había estado corriendo, luchando, trepando, trabajando… ¿No era lo normal luego de todo ese esfuerzo físico sudar un poco? Precisamente por ello el necris fue al bosque en busca de un rio en el cual darse un chapuzón para al menos limpiarse un poco, pues si bien era cierto que iba a buscar de esos pequeños aperitivos color ceniza, esa no tenía por qué ser su única distracción.

Al volver, supo luego de un tiempo que Azyr sería el tercer integrante del trío que pondría rumbo a la montaña del oeste. Lo mejor era partir cuanto antes…



[…]

♪Baljhet Mountains - CCOD♪


Lo que en un principio parecía un poco distante y nada especial, paso a paso que daban comenzó a dar señales de que solo necesitaban acercarse para contemplarle en todo su esplendor. Miya tenía razón en que aprenderían nuevas cosas en esa región, podrían encontrar algún material, criaturas diferentes, plantas que valga la pena recolectar y cosas por el estilo. El albino por su parte solo esperaba no tener que subir hasta la sima, sin mencionar que aún no tenía ni la menor idea de que tipo de monstruo era la madre del huevo que tenían que robar. Lo más probable era un pájaro, pero tranquilamente podría ser otro saurio con alas o un dragón como en la fantasía, no había porque ponerle un alto a la imaginación en un planeta donde todo era posible pues nada se sabía. Si al Schindler le gustaban estas cosas y las tenía en mente, de seguro debía de estar motivado.

Azyr por su parte se mantenía bien, pero bastaba con un solo día de haberle conocido para suponer que un bolsillo lleno de frutos a lo mejor no sería suficiente con ella, era otro problema que deberían de resolver en el ascenso o el descenso.


─ El paisaje esta cambiando… es un buen lugar, tiene otro tipo de aire ─ se expresó el enmascarado dando un vistazo más panorámico a todo cuanto les rodeaba.
─ Es extraño… todo sigue siendo muy verde ─ opinó la fémina oscura deteniéndose para admirar el paisaje por igual. Su opinión tenía sentido cuando uno consideraba que su tierra natal debía de ser completamente oscura y bajo cero.
─ Y no es solo el paisaje… ahí arriba hay algo también ─ Miya señaló con el dedo hacía la lejana cima, si prestaban atención y buen ojo, se podía apreciar unas manchas estiradas que se movían. Criaturas voladoras sin lugar a dudas.

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Finalmente terminé! :Zeroyay:
Al principio durante el almuerzo creo haber incluido al menos a todos los personajes, creo todos dijeron algo al menos(?) XD
Mayormente inclusión a los personajes de Hayan Hayan Tyrant. Tyrant.

Digimaster Digimaster Solerian Solerian ya incluiré a sus personajes en mayor medida cuando avancemos con el asunto de la montaña y el ave. Quise dar pie para iniciar :cute:
 
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