Aventureros de los gremios de Arquion y Tabae se unen con la guía de sus respetivos maestros, su finalidad es eliminar al general orco antes de que se convierta en una amenaza capaz de aniquilar al país de Athias. Con el montar de un campamento en las proximidades de la entrada a las zonas montañosas de Alpia, descansan para recuperar fuerzas, prepararse y atacar la guarida del monstruo variante.
El dúo de aventureros, Isaac y Kailo, descansaban un momento sentado en el suelo, charlando entre ellos, hasta que un aventurero de pelaje negro, un felino oscuro, una pantera como es conocido para el humano, hace presencia cerca de ellos.
Poseía un hermoso cabello largo albino, de constitución delgada tanto de torso como las extremidades superiores e inferiores, las armas principales que portaba eran un par de dagas gemelas de bronce que llevaba enfundadas en su cintura. Pero su característica más notoria eran sus inusuales ojos de color violeta, su mirada y la del humano chocaron, Isaac sintió repentinamente algo en dicha persona que llamo su atención.
—Increíble…
—¿Isaac?, ¿qué sucede?.
El humano se puso de pie y se acercó a la pantera, el Sapien mostro un gesto de preocupación, una de sus manos estaba sobre una de las dagas, se sentía nervioso y en cierta forma estaba a la defensiva, el humano se detiene y con una sonrisa exclama.
—¡Tienes unos ojos de color estupendo!.
La pantera estaba confundida, aquel sentimiento de alerta que sintió repentinamente cuando se le acerco aquel humano, se desvaneció por completo cuando oyó sus palabras.
—¡En verdad amiga tienes unos ojos increíbles!, nunca antes había visto un color de ojos tan peculiar, ¡es bellísimo y cool!, ¡te deja genial chica!.
—Ah… ¿gracias?.
Cuando la pantera hablo, el humano se dio cuenta enseguida de algo, el tono de voz de aquella supuesta “Sapien femenina”, tenía un tono que aunque era suave, evidentemente era masculino.
—Este… disculpa, ¿eres un chico o una chica? -Le pregunto Isaac con cierta incomodidad.
—Yo… soy un chico -Contesto la pantera con el mismo sentimiento.
Al oír la respuesta, Issac sintió algo dentro de su ser, algo que lo quemaba, no era fuego, era… ¡la vergüenza ajena!.
—¡En verdad lamento haberte confundido por una mujer!.
El humano se disculpo sinceramente, a primera vista, viendo el delgado cuerpo del Sapien y la contextura que tenía, supuso que se trataba de una mujer, y no era para menos. Aquella pantera literalmente tenia una apariencia femenina, de pie a cabeza sus rasgos físicos eran no semejantes, sino casi iguales a una fémina de pechos planos, por supuesto su entrepierna daría a descubrirse su genero autentico, pero no es como si fuera alguien que quisiera hacerlo para dar la prueba de ello.
—Esta bien… no tiene que disculparte, no eres el primero que se confunde -La pantera aclaro.
Su voz suave sonaba amable, amigable y confiable, al humano le agradaba, Isaac sentía la necesidad de interactuar con él, primero para disculparse por confundir su género, aunque el mismo Sapien admite que es algo habitual cuando le ven por primera vez.
Entonces la pantera observa a los aventureros del lado de Tabae, era el grupo al que él pertenecía, un puñado de esos aventureros le miraban al unisonó, pero en sus miradas había odio, desdén y desprecio. En la mente del joven felino venían recuerdos de voces insultantes, grabaciones orales de voces emponzoñadas con aversión.
“Engendro repulsivo, ¿por qué me miras?”.
“¿Eh?, sigues con vida desgraciado, maldita sea… perdí la apuesta”.
“Me da asco solo verle, ¿por qué un rostro tan bonito tiene que estar en alguien repugnante?”.
“Maldita prole oscura, si no fuera por que el maestro del gremio le admitió, ya la habríamos asesinado hace tiempo”.
“¡Mierda!, con razón mi bebida sabe a asco, fue corrompida con la maldad de su presencia”.
“Los de tu tipo deberían haber muerto hace rato, ¡sangre malvada!”.
Tantas oraciones, muchas frases que exhibían un considerable grado de enemistad, de intolerancia y antipatía, todos eran dirigidos hacia una persona, a esa pantera negra.
—No deberías estar cerca de mi -Le aconsejo el Sapien.
—¿Eh?, ¿Por qué? -El humano pregunto.
—Si te acercas a mí, te odiaran, es mejor que mantengas distancia de mi o de lo contrario recibirás el desprecio de todos -Se dio vuelta y comenzó a alejarse.
—¿Qué me odiaran solo por acercarme a ti?, ¡pues me importa un comino lo que otros piensen!, por mi esa chusma de idiotas pueden irse al infierno.
Cuando el Sapien oyó al humano decir tales palabras, se detuvo al instante y volteo, su mirada choca con la de él nuevamente, el felino oscuro pensó que ese sujeto que no era de su raza, estaba quizás loco.
—(No sabe lo que dice… este… ¿humano?, así lo llaman, este ser que no es de este mundo, ¡no lo entiende!, ¡simplemente… no lo entiende!, no quiero que se involucre… que termine igual… a como termino él…)
—Sea cual sea la razón por la que te odien, me parece una estupidez, ¡tu no me hiciste nada malo!, ¿¡y debería juzgarte solo porque otros lo hacen por quien sabe cual motivo!?, ¡es ridículo!, ¡si señor, eso es ridículo!.
Entonces Isaac miro en dirección hacia el lado del campamento de los aventureros de Tabae, percatándose de las docenas de miradas nocivas lanzadas hacia la pantera, esto hizo que el humano se enfureciera y a todo pulmón hablo.
—¡Oigan!, ¡ustedes los de allí que no dejan de mirar con mala cara!, ¿¡hay algo que quieran decirnos para traer tanta negatividad!?, ¿¡acaso no es él parte del mismo gremio que ustedes!?, ¡vamos gente!, ¡no podemos ponernos a odiarnos y lanzarnos bronca como niños pe queños!, ¡maduren muchachos o al menos díganme que sucede que aquí huela a podrido y no soy yo, mucho menos a quien le están dando esas malas caras!.
Sus palabras se hicieron oír en todo el campamento, al punto que incluso los aventureros de Arquion las oyeron, de pronto casi todos tenían sus ojos puestos en el grupo de aventureros que miraba con desdén a la pantera. De pronto todos ellos se sintieron nerviosos, no podían responder a la cuestión del humano, lo único que podían hacer es mirar hacia otro lado y seguir en lo suyo.
Entonces todos en el campamento montado volvieron a sus propios asuntos, los maestros de gremio quienes yacían en una tienda planificando el ataque que se llevaría contra el general orco, habían salido y presenciado tal evento.
—Jejeje… ¡ese humano es increíble! -Opino Wolfra —¿Todos los humanos serán así de interesantes?.
—No lo sé, es el primer humano que conozco -Dijo Galaz.
—Je… sabes, llevo viendo una cosa que llama mi atención, es un objeto que tiene el compañero lince del humano, es extraño, nunca antes había visto algo parecido, ¿qué será eso?.
—Por lo que se, es un arma que ataca a distancia.
—¿Cómo un arco?, aunque se ve muy diferente a uno.
—Suficiente distracción de momento, sigamos con la planificación, será una larga noche.
—Jajaja, no lo dudo.
Cuando los Sapien que miraban desdeñosamente a la pantera se separaron e ignoraron, aquel joven felino de apariencia femenina estaba perplejo, y razones tenia para sentir una serie de sentimientos desde confusión, asombro y admiración.
—(Nadie me había defendido antes…a excepción de él… han pasado años… no lo entiendo… ¿por qué lo hace?, ¿¡porque este humano me defiende!?... ¿espera acaso obtener algo de mí?).
—Cielos, esos tipos si que parecen los clásicos idiotas de turno, ¿viste eso?, les hablo a la cara y ante todos para que puedan justificar el porque hacen algo tan tonto y trivial, ¡y los muy idiotas ni siquiera me responden!, que aventureros de mala educación, ¡sí, señor!, son unos maleducados -Expreso el humano con brazos cruzados —Bueno, al menos ya no están apestando al ambiente con su hostilidad, es algo, ¿no?.
El humano noto que la pantera estaba boquiabierto, como si diera la expresión de haber visto a un fantasma, o algo que lo dejo asombrado a un nivel considerable.
—Ah… ¿hola?, ¿te encuentras bien?.
—Si… pero porque, ¿por qué lo hiciste?.
—¿Por qué si no?, me agradas, y ya que estaremos juntos en este trabajo, ¿quieres que seamos compañeros de grupo?.
Cuando le planteo tal proposición, estaba más que abrumado, jamás pensó que alguien llegaría a pedírselo, ya que estaba de antemano preparado a valerse sin apoyo alguno.
—Disculpa que te ponga nervioso, él es así de amistoso -Opino Kailo quien se acercó a ellos.
—Solo trato de entablar amistad con los aventureros de otras ciudades.
—Lo sé, ¿pero era necesario montar todo un espectáculo para que todo el campamento lo vieran?.
—Pues esos aventureros se lo tenían merecido, dan una mala impresión por su manera de actuar con un compañero de su mismo gremio.
—Cielos Isaac, sí que eres único.
—¡Jajaja!, mejor, si todos fuéramos iguales seria aburrido.
La charla amistosa que el humano sostenía contra el lince, aquella pantera no podía evitar recordar a alguien más, un Sapien perruno, un niño de ropajes malgastados del cual sonreía, incluso estando herido.
—(¿Estaré soñando?... si fuera así… quisiera no despertar nunca) -Fueron los pensamientos del felino de ojos violeta.
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Sin que nadie se diera cuenta, dos aventureros de Tabae se acercaron y adentraron a la zonas montañosas de Alpia, ocultándose entre el follaje de arbustos y árboles, eran un conejo de pelaje marrón y una liebre tricolor.
—Oye, ¿estas seguro de que deberíamos estar aquí?, ¿y si nos atacan los orcos o goblin del general orco? -Pregunto el conejo.
—Te preocupas demasiado, el general orco y sus monstruos están en lo más profundo de la zona, apenas estamos en la entrada -Dio su punto la liebre —Podemos hacerlo tranquilo sin problemas, además de que es el único lugar donde nadie nos molestara, ¿o acaso tienes miedo?.
—¡Y-yo no tengo miedo!.
—Oh, se que no es miedo lo que sientes ahora, y este “amiguito” me lo dice.
La liebre tocaba lujuriosamente la entrepierna del aventurero conejo, metiendo su mano dentro de su ropa y manoseando a su gusto la intimidad de su compañero, los dos estaban excitados y mientras se besan apasionadamente, se quitan todas sus prendas hasta estar desnudos.
Sus falos carnosos estaban endurecidos, frotándose entre ellos mientras seguían saboreando la lengua del otro, la liebre con sus dedos manoseaba el ano de su compañero conejo. Pero sin saberlo, aquel dúo de calenturientos aventureros estaban siendo observados por una criatura escondida entre los arbustos, una mirada maligna se evidenciaba entre sus ojos rojos.
Continuara…