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+18 [ORIGINAL] Odisea [80/80]

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CAPITULO 27

Recuerdos y odio, un horrido pasado de Torke Almaforga en sus 15 años es relatada, el muchacho ocupado en la producción de una espada, una voz interrumpe su concentración.

—Oye mocoso, ¿has terminado con eso?.

Un tono arrogante e irritante, un oso mayor carente de cabello y descuidada imagen, obeso y que bebía de un balsamario, una botella de cerámica que contenía en su interior una bebida alcohólica típica del campesino, ciceón. Torke sentía una inmensa aversión por dicho individuo, cuando volteo para verle, oculto todo ese desprecio en su mirada y tono de habla para evitar problemas.

—Me encuentro ocupando con un importante pedido, debo terminarlo para antes del anochecer -Aclaro él.

—Tsk… ¿y quien ira por más ciceón?, ya se me acabó el que tengo.

—Deberías tratar de beber lo menos posible, quizás te dure un poco más.

—Oye… ¿tratas de provocarme?.

El oso adulto se acerco furioso al muchacho y le tomo fuerte de su antebrazo, su mano presionaba con fuerza causándole dolor al joven.

—¿¡Intesta pasarte de listo conmigo!?, ¿eh?, ¿¡eh!?, ¡no te conviene hacerme enojar!.

—Solo trato de decir que deberías beber menos, te acabas muy rápido tu bebida -Argumenta un adolorido Torke.

El oso agresor le suelta y escupe en el suelo con frustración luego de beber las ultimas gotas de su botella, voltea para irse de la sala cuando declara algo más.

—No creas que no puedo sentir que me gruñes y me miras mal cuando no te veo, ¿acaso tienes algún problema conmigo? -Le pregunto con engreída actitud —Mas te vale acostumbrarte, chiquillo impertinente, soy tu “querido” tío legal en todo el asunto, y de acuerdos a las escrituras de tu padre, yo soy el “jefe” indiscutible de esta casa, hasta que tu cumplas los 18.

Luego de haber dicho tales palabras se retira en busca de más bebida, siendo la taberna su siguiente destino, cuando se oye el cerrar de la puerta y su ausencia en el hogar, Torke muestra sus verdaderas emociones. Grita de frustración golpeando con el martillo el yunque para calmar su enojo.

—Ese maldito infeliz, cuesta creer que padre compartiera sangre con ese sinvergüenza borracho -Expreso un descontento Torke.

El nombre de aquel Sapien de gran barriga y actitud agresiva era Biasti, hermano menor sanguíneo de Kort Almaforga, por lo tanto, pertenecían a la misma familia de estirpe guerrera. Biasti fue expulsado por su incompetencia de la familia, y por azares de la vida termino en la ciudad de Arquion, en donde busco la manera de ganarse la vida por su cuenta como aventurero.

Para Kort fue una sorpresa ver a su hermano menor en la misma ciudad que él, considerando lo lejos que estaba de su hogar natal, Biasti era el único con quien no se llevo mal en la familia. Lo que genero cierto afecto de Kort a Biasti por ver a un miembro de su antigua familia en la misma situación que la suya en lo de ser un exiliado.

Aunque al principio Kort invito a Biasti a vivir con su nueva familia, este declino la oferta bajo el pretexto de “ya seria bastante escandalosos conmigo”, pero siguieron viéndose a menudo para tomar algo en la taberna de la ciudad. Aquel oso se había ganado tanto el aprecio de Kort, que en su testamento en caso de ocurrirle algo, le encargo el cuidado de su único hijo y la herrería seria de su propiedad, hasta que Torke cumpliera la mayoría de edad.

Las reglas por las cuales se rigen el país, estipula con legalidad que toda persona menor de 18, no puede heredar tierras o propiedades hasta cumplir la edad legal requería que es 18 años. Hay excepciones, si la autoridad máxima de dicha nación confiere su “permiso real” entonces dicha persona, que aunque no tenga 18, le es posible entonces tomar tales herencias.

Pero Kort Almaforga no tenía relación alguna con la autoridad máxima de su país, el rey, solo era un simple herrero, por lo que su hijo debía seguir el protocolo legal que se imponía a nivel nacional. Pero dado a que murió antes de que su hijo cumpliese 18, se corría el peligro de que la propiedad fuera “clausurada” por las autoridades de Arquion hasta que el muchacho tuviera la edad requerida.

Es entonces donde el papel de Biasti juega su rol como tutor legal, mientras él este presente, la herrería evitaría dicha clausura, todo parecía ir por buen camino. Hasta que la verdadera faceta de esa persona sale a la luz, aquel tío que Torke desconocía, solo tenia entendido que era alguien simpático para su padre.

La realidad es que Biasti solo mantenía un comportamiento amistoso con Kort, porque tenía la esperanza de que algún día en caso de encontrarse con problemas económicas, pudiera rogarle a su hermano mayor por dinero. Si se llevaba bien con él, no debería tener problemas en conseguir algo de Divitys de él, pero jamás espero obtener una propiedad para sí mismo.

La muerte de Kort entristeció enormemente a Torke, pero Biasti en el fondo se regocijaba de la alegría, porque su difunto hermano mayor le dejo a cargo de la herrería, aunque también del muchacho. Es aquí donde ese Sapien deja de usar esa falta faceta de persona amistosa, para mostrar quien era en realidad.

Un ruin y grosero hombre, del cual casi todo el dinero que ganaba haciendo tareas como aventureros, lo despilfarraba en bebidas y putas, parecía ser un típico sinvergüenza del montón. Pero esa persona, tenia una personalidad explosiva, a la menor provocación lastimaba al joven Torke, y cuando se encontraba borracho, su ira iba a otro nivel…

—¡Mocoso de mierda, necesito que hagas más dinero!

Torke recordó aquella paliza de otro día cuando su tío llego a casa muy borracho y enojado, resulta que había perdida en un juego de azar y con ello, todo el dinero que tenia de la semana para satisfacer su demanda de alcohol y sexo. En su colera, le exigió Divitys al pequeño Torke, pero este le decía que el dinero que quedaba era solo lo suficiente para la comida y conseguir nueva materia prima para trabajar en la herrería.

—¡Mierda, maldita sea, MALDITA SEA!...

El embriagado oso pateo a un indefenso Torke quien se encontraba en un rincón recibiendo las patadas de su tío, cuando este finalmente se cansó, se marchó a la cama mientras lanzaba numerosas groserías sobre el joven úrsido.

—Duele… mucho…

Torke se puso de pie, se dirigía a la herrería para concluir un trabajo pendiente que tenia para entregar a un cliente, pero debido a la dolencia de la paliza recibida, no pudo aguantar más y cayo rendido al suelo. El joven herrero sentía la fatiga de estar trabajando arduamente, sumado a la reciente paliza de su tío, finalmente el cansancio cae de golpe sobre su cuerpo.

Por supuesto, tuvo que pedirle disculpas al cliente, dado a que tardo un día más en terminar el pedido, obligando a que Torke recibiera la mitad de la paga por dicha demora. Él estaba acostumbrado al maltrato físico, no era la primera que su tío usaba la violencia contra él, pero si la primera en que lo hizo muy embriagado.

Generalmente cuando llegaba ebrio a casa, simplemente se echaba a la cama y se quedaba a dormir allí para despertar cuando le conviniera la gana o sintiera hambre, pero ahora había mostrado un lado aun más agresivo suyo.

—¿A este paso terminare muerto en sus manos? -Se pregunto el joven herrero a sí mismo.

¿Por qué Torke aceptaba tal abuso?, ¿por qué no simplemente marcharse lejos si no podía soportarlo?, la respuesta era simple, no tenia a donde ir, sin su tío, la herrería pasaría a ser propiedad de las autoridades de la ciudad, hasta que el cumpliese 18. Obligándole a quedar sin padres ni hogar, no había orfanatos en Arquion, lo que llevaría a ese muchacho a una injusta vida en la calle.

Aunque tenía familiares en algún lugar, estos eran guerreros, y si expulsaron a su padre por no seguir sus costumbres, era dudoso que mostraran ser algo afable con su único hijo. El día en que Biasti se hizo con la herrería, pensaba en venderla al mejor postor, como era el propietario legal actual, no había forma de que Torke lo impidiera.

Así que hizo un trato, Torke le aseguro una fuente de ingresos regular si la herrería permanecía, dado a que si la vendiera, eventualmente el dinero que obtendría se acabaría algún día. Pero si la conservaba, el muchacho se encargaría de manejarla y hacer dinero, aquel codicioso y arrogante tío pensó lo beneficioso que era eso, porque de acabarse el dinero si vendiera el lugar, tendría que volver a hacer tareas en el gremio de aventureros. El buscaba la vía más rentable para saciar un estilo de vida en el que no precisara trabajar, y tuviera dinero sin hacer nada por sí mismo.

Es así, como Torke acepto de mala gana el trato que el mismo ofreció, literalmente era un esclavo de su tío, cuando no estaba ocupado en la herrería, debía de hacer recados para él que consistía en buscarle más ciceón. Pero lo soportaba, solo duraría tres años, luego cuando la propiedad fuera legalmente suya, entonces podría encargarse de él.

[—————]​

En una noche fresca de lluvia, Torke había regresado de la casa de baño, en donde pago por una buena ducha caliente, en el regreso a su hogar, tuvo que quitarse su ropa recién lavada en el mismo establecimiento donde se ducho. Esta se había empapado totalmente a causa de la lluvia, al llegar a su habitación se empezó a desvestir.

—Que mala suerte la mía, tenia que llover justo en el día que fui a la casa de baño -Suspira de la decepción.

Mientras buscaba algo de ropa seca para ponerse, alguien llega al hogar, un mojado oso panzón en estado de ebriedad, este camino tambaleando hasta llegar a la habitación de su sobrino. Miro su desnudo cuerpo, recordando con frustración que hoy no pudo ir al burdel porque tenia una orden de negársele el acceso a él por una semana entera, a causa de darle una fuerte bofetada a una de las prostitutas con quien pago por acostarse.

—(Ahora que me fijo mejor, mi sobrino tiene un lindo trasero) -Fueron los pensamientos lujuriosos de Biasti.

Una inunda sonrisa llena de perversión se cierne sobre su rostro, una erección se manifiesta en él, comenzó a desvestirse, fue entonces que Torke noto la presencia de su tío.

—¿Tío Biasti?, ¿qué… que estás haciendo?.

Un desnudo Biasti entonces se lanzo agresivamente contra Torke, arrojándolo a la cama de la habitación.

Continuara…
 

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CAPITULO 28

—¿¡Tío Biasti!?, ¿¡que estas haciendo!? -Un alarmado Torke pregunto.

Su tío se lanzo agresivamente contra él, tomándole de la cintura y arrojándolo a la cama, este miraba con depravación tanto las piernas y trasero de su sobrino, el cual estimulaba su libido.

—Querido sobrino, te ves tan lindo desnudo… ¿cómo pude no haberme dado cuenta de tal preciosidad? -Dijo con el relamerse de sus labios.

Un asustado Torke observo a su babeante tío acercársele poco a poco, noto como su miembro estaba erecto, el muchacho era consciente de lo que se avecinaba, trataba entonces de hacerle entrar en razón.

—¡T-tío por favor, vuelve en sí!, ¡estas ebrio!, ¡por favor basta!.

—Eres muy ruidoso… -Fue su respuesta.

Biasti llega a la cama poniéndose encima del chico, tomando sus brazos y llevando su boca sin impunidad a la suya, un repulsivo beso era perpetrado violando oralmente a su sobrino, una lengua de fuerte hedor a alcohol era el sabor que el joven úrsido tenia que soportar. Cuando finalmente dejo de besarle, fue que Torke aprovecho para pedirle una vez que se detuviera.

—Por favor tío… ya detente…

—¡Cállate! -Replico él con el tomarle de la cintura.

Le dio vuelta para tener un vistazo del trasero del chico, llevo su hocico a esas nalgas oliendo con sumo regocijo, sentía el aroma de un ano recién bañado, algo que a Biasti le gustaba mucho. Saco su lengua y empezó a lamerlo, Torke quien sentía la babeante lengua de su tío, se enrojecía de la vergüenza, seguía suplicándole que se detuviera, pero él hacía de oídos sordos.

—Que culo tan rico, es incluso más rico que la de esas putas del burdel…

El fetiche de aquel panzón Sapien era los culos, amaba todo lo relacionado con aquel sexual tema, en el burdel siempre pedía a las mujeres con los culos más grande y voluminosos. Torke aunque joven, era de contextura corporal robusta, sus glúteos tenían un tamaño que su tío encontraba como excitantes.

—Este agujerito está listo…

—¿Listo? -Torke replico y luego con temor comprendió a que se refería —No… detente… ¡por favor no!... ¡no lo hagas!...

Ignoro toda suplica y ruego, el Sapien adulto se comportaba como una criatura que había cedido a sus impulsos primarios, su boca chorreaba babas a montón, mantuvo inmovilizado al muchacho dejándole boca abajo. Su miembro empezó por rozar esas nalgas, liquido preseminal salía de la punta, eran sus deseos ansiosos de ser saciados.

—No más espera… aquí voy…

—¡POR FAVOR DETENTE TÍO, TE LO SUPLICO!, ¡TE LO… AAAAAAH!

Sus ruegos son callados cuando aquel vulgar falo de carne, profana la intimidad anal del joven, Torke nunca tuvo experiencia sexual previa alguna, esta era su primera vez. Siempre imagino que la primera vez seria especial, con alguien a quien apreciaría en el fondo.

Pero nunca espero que ese día llegara, que su primera experiencia fuera un momento traumático, aquel borracho familiar, aquel tío que debía cuidarle, se había convertido contra toda su voluntad, en su primera vez. Los llantos del joven úrsido resonaban en toda la habitación, pese a que Biasti le exigía que se callara, era imposible para él hacer obediencia de tal orden.

Ser violado a tal temprana edad de la adolescencia por un adulto, un miembro de su misma sangre, era una experiencia dolorosa, no solo físicamente, sino emocional también. Que Biasti callara el lloriqueo de Torke con forzados besos de lengua no hacían sino empeorar la experiencia.

No solo debía soportar sentir como su culo era golpeado internamente con brutalidad por ese hombre, sino encima de saborear su apestoso olor a alcohol en su boca, tal combinación era un mar de pesadillas para él.

—¡Mierda aquí viene…!

Biasti llega al clímax y con gran volumen manifiesta su orgasmo, jadea complacido levantándose de la cama, caminando desnudo con pasos torpes hasta su propia habitación, sacudiendo su miembro que volvía a la flacidez. Sobre la cama quedo un joven úrsido tiritando y sollozando con una mirada teñida de miseria.

De su ano se desbordaba semen y un poco de sangre, al ser aquello su primera vez, tal miembro era imposible que entrara en su totalidad, pero sin importarle la salud de su sobrino, el sinvergüenza adulto empujo y empujo deseoso de satisfacer su lujuria. Torke padecía un ligero desgarro en su ano por la dilatación repentina de este, por fortuna no era grave o algo que pusiera su vida en peligro, seria algo que sanaría por cuenta propia. Aunque también existen ungüentos para sanar tales lesiones en dicha región del cuerpo, pero de ninguna manera quería exponerse para pedir tal medicina para si mismo, pues él era conocido por el curandero que lo vendía.

—Papa… te extraño tanto…

Poniéndose en posición fetal el oso llora desconsoladamente, odiaba la vida que llevaba con su tío, de entre todos los abusos que había recibido de él, este era sin duda alguna el peor habría probado en carne propia. Sentía que vivía un infierno como tal, de no ser por la promesa hacia su padre de ser un gran herrero, habría huido o quizás quitado la vida por el peso de la angustia.

—Pero yo… no voy a rendirme, yo… lo lograre, ¡por ti papa!.

Las fuerzas obtenidas de la promesa restauraban su motivación, la moral que le permitía soportar aquel averno dirigido por su propio tío, rendirse no era una opción, con el puño en alto, juro prevalecer al final.

[—————]​


En los siguientes días todo volvió a su rutina habitual, Torke seguía trabajando en la herrería mientras su tío salía a emborracharse, el muchacho con esmero y dedicación blandía sus herramientas de herrero para trabajar diligentemente con todo pedido que tuviera. Cuando el día acababa, iba por un baño, luego cenaba algo y finalmente a dormir.

Cuanto llego a su habitación, alguien se le acerco por detrás y le tomo de la cintura con una fuerza considerable, una vulgar y apestosa lengua con hedor a alcohol lamia su cuello con perverso deseos.

—Aun recuerdo esa noche -Dijo su tío Biasti, la persona que se encontraba tomándole de las cinturas —Sin importar que tan bebido estaba, aun puedo recuerdo esa hermosa noche, una dulce experiencia como jamás había sentido en mi vida.

Una de sus manos empezó a manosear el trasero de Torke, el joven herrero sintió un temor manifestarse en su pelaje, por aquella horrible experiencia estaba cerca de volver a repetirse.

—Tío por favor… detente, no hagas esto, por favor…

—¿Vas a negarle a tu preciado tío el anhelo de tener un momento con su único sobrino? -Pregunto con tal descaro depravación —Mmm… desde esa noche, no he vuelto a pensar en el burdel, porque ninguna de esas putas puede igualar a ese hermoso culo tuyo, mi lindo sobrino.

—No tío… ya es suficiente -Trato Torke de quitar las manos del hombre de su cintura.

—¿No vas a complacer la humilde petición de tu tío?, vaya que sobrino tan descarado eres -Expreso el adulto con molestia —Eso me frustra bastante, me hace odiar este lugar, si tengo un mal humor, terminare por vender la herrería, ¿quieres que eso pase acaso?.

Una mordaz amenaza, Torke estaba en un callejón sin salida, desde el punto de vista de la realidad, solo tenia dos opciones, rechazar que aquella pesadilla vuelva a ocurrir, corriendo el riesgo de enfurecer a su tío, el actual dueño legal de la herrería y esta termine por venderlo. O… cumplir con sus angustiantes demandas.

—Si has entendido el mensaje, entonces ponte en cuatro patas sobre la cama y repite las siguientes palabras -El oso adulto le susurro lo que debía decir.

Torke estaba intranquilo, porque se avecinaba aquel mal momento traumatizante de la vez anterior, solo que ahora, ya no habría pretexto de alcohol de por medio, su tío estaba sobrio exigiendo satisfacer su libido de manera inmoral con su propio sobrino.

—¿Qué sucede?, ¿acaso piensas negarte? -Una mirada maliciosa se hace menester en el rostro del depravado oso.

Torke temblaba, la inquietud del momento era bastante para él, pero tomo las fuerzas para cumplir las horribles demandas de esa cruel y despiadada persona, camino hacia la cama y se puso en cuatro patas.

—“Por favor tío… te necesito dentro… de mi” -Fueron las palabras pronunciadas de Torke contra su voluntad.

—Que sobrino tan pervertido, pero como soy un tío generoso, cumpliré tu deseo -Sonrió con lasciva inmundicia.

Aquello noche volvió a repetirse, la pesadilla regreso, la lujuria del monstruo violo la inocencia de ese chico una vez más, la habitación era testigos de las voces y sonidos obscenos. Cuando su tío disparo su primera carga, este no había acabado aun, estando sobrio aquella lujuria suya era aun mayor, y otra exigencia fue demanda por este.

—Chúpalo, quiero que limpies toda mi verga del semen que queda, esto apenas es el principio, la noche es joven, jejeje…

Desde este punto, los días venideros se hicieron más sombríos y angustiosos, aquel maltrato que comenzó con insultos y golpizas, se convirtió a diario en un tormento sexual, la depravación de su tío llevo a hacerlo a diario con su sobrino. Incluso en horas de trabajo, ese pene siempre estaba ansioso por estar dentro del joven herrero, aquello fue el infierno de Torke.

[—————]​

—¡AAAAAAAAAH!...

El fuerte exclamar en toda la sala era el de un tigre en posición del misionero, inundando de su semilla el interior del oso, el retorno al presente nos deleitaba con el jefe de los bandidos, Khenya, llegando al clímax nuevamente. Mientras Torke tenia esa mirada perdida, atrapado en pesadillas del pasado.

—Revivir aquellos oscuros días con ese asqueante pariente tuyo, siento tanta pena por ti, Torke…

El tigre acaricia la mejilla del herrero y le consola con un beso de lengua, cuanto todo parecía apuntar que este momento candente iba a continuar, uno de los chicos de Khenya llega alterado al sitio dando un aviso importante.

—¡jefe siento mucho interrumpir!, ¡pero tenemos problemas! -Notifico el subordinado bandido a su líder —¡Intrusos!, ¡nos han invadido tres intrusos!.

—¿Intrusos?, ¿es que ustedes no pueden hacerse cargo de ellos?, tsk… en serio me molestan por estupideces, solo son tres, ¿qué tanto problemas pueden darles?.

—¡Pero uno de ellos es increíblemente fuerte!, y por si fuera poco, ¡no es un Sapien!.

—Oh, ¿cómo has dicho? -Pregunta el tigre despertando su interés tras oír aquello ultimo.

Invasores de la guarida de los bandidos, ¿podrían ser…?

Continuara…
 

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CAPITULO 29

Isaac junto a Kailo y Tiqulis continúan su avance hacia la mina personal de Torke, del cual habían descubierto además que los bandidos responsables de asaltarles, habían armado una guarida allí. Pero la peor noticia fue descubrir lo que fue del maestro herrero, Torke había sido hecho prisionero por el auténtico líder bandido, “Puños de Terana”.

—“Los cuatro pilares del mal” -Cito el humano —¿Quién son ellos?.

Tal nombre era en el sentido común de Gaia, algo muy reconocido, con una fama oscura y tenebrosa, dejaba a entender a la imaginación del humano que tal entidad era maligna. Fue el lince y mejor amigo, quien tomo el deber de explicárselo.

—Hace 400 años atrás, existió un poderoso demonio que se autoproclamo como “Rey de la desesperación”, su ambición era conquistarlo todo, comandaba un vasto ejército de monstruos -Relata el felino —Este país, Athias, se alió con los reinos vecinos para unir sus fuerzas y combatir contra el rey demonio y su ejército, una guerra de 50 años se desencadeno con la victoria de Athias y sus aliados.

—¿Qué relación hay entre este “Rey de la desesperación” y “Los cuatro pilares del mal”? -Pregunto Isaac.

—El demonio no solo contaba con monstruos en sus filas, sino también con leales Sapien, quienes les habían dado la espalda a los suyos y luchado a favor de ese demoniaco ser -Kailo hace pausa un breve momento.

Kailo explica entonces que “Los cuatro pilares del mal” son una organización criminal poderosa conocido tanto en Athias, el país en donde ellos se encontraban actualmente, pero también tal entidad tenia influencia y subordinados sobre las naciones vecinas. Sus lideres son 4 poderosos magos, que según se cuenta son descendientes de aquellos a quienes sirvieron al “Rey de la desesperación”.

Aunque aquella guerra de 50 años llevado a cabo hace más de tres siglos culmino con la victoria de Athias y sus aliados, hay algo que inquieta en los relatos de tal suceso escrito para la posteridad por los historiadores de aquella época, es sobre la presunta muerte del poderoso rey demonios a manos de los héroes.

—¿”Héroes”? -Cita Isaac con curiosidad.

—En aquella guerra destacaron muchas figuras importantes, algunos se convertirían con el tiempo en linajes respetados que hoy en día sus descendientes pertenecen a la alta clase -Explica Kailo.

La muerte del rey demonio narra a un gravemente herido y vencido ser demoniaco en su tenebroso palacio, este ríe con satisfacción y jura venganza algún día, para luego autodestruirse a sí mismo con sus poderes en frente de los propios héroes. Su risa persistió como una espectral voz infernal en el ambiente por varios minutos aun tras destruirse a si mismo y luego todo se volvió silencioso.

—Aunque el rey de la desesperación murió, un mal augurio siguió por provenir en torno a ese maligno ser, ¿sabes porque?.

—¿Acaso volverá?.

—Lo has acertado.

El rey de la desesperación fue derrotado, pero no eliminado por completo, algunos especulan que aunque cayo en batalla, su alma se encuentra rondando aun presente en este mundo, esperando algún día retoñar en un cuerpo nuevo, es esta teoría la que rinde su concepto a “Los cuatro pilares del mal”.

Ellos no solo buscan dominarlo todo, sino además también resucitar el alma del rey de la desesperación, con su retorno generaría otra guerra sin duda, incluso algunos creen, que, si el rey demonio volviera, tendría más poder que en el pasado, y fácilmente sometería a toda Gaia.

—Un futuro oscuro… -Opino Isaac.

Una guerra del pasado, un rey demoniaco con ansias de denominación mundial y una organización criminal con el objetivo de traer de vuelta a ese poderoso ser malévolo, Isaac digirió todos los detalles, sabia entonces lo serio de la situación. Torke Almaforga no se encontraba prisionero por cualquier bandido del montón, sino de un líder criminal perteneciente a una organización de gran poderío y cuya influencia como miembros, estaban distribuidos en varios países.

—¿Tu… podrás vencerlo? -Pregunto el aprendiz de herrero con temor.

—¿Te refieres a “Puños de Terana”? -Kailo pronuncia el nombre del líder bandido.

—Si… ¿puedes derrotarle? -El oso miro al humano con una esperanza inundada de nervios.

—No lo sabre hasta enfrentarlo -Declaro el humano —Pero no tengo pensado caer aquí y ser otra víctima de ese bastardo, luchare con todas mis fuerzas.

Las últimas del humano resultan tranquilizar a Tiqulis, pero Isaac en el fondo de su ser, se mostraba intranquilo, una inquietud emocional que disimulaba para no revelarlo a sus compañeros cercanos. El temor del humano no podría ser para menos, pues su enemigo a derrotar, no era otro que un cabecilla de una organización malvada de gran talla.

—(Dudo que negociar fuera una opción, una confrontación será inevitable) -Fueron los pensamientos del humano.

Solo podía prepararse física y mentalmente para lo que le aguardaba, una lucha ineludible le aguardaba contra alguien muy fuerte, su amigo Kailo, quien noto esa mirada de preocupación, sabia de aquella intranquilidad que trataba de ocultar, pero carecía de las palabras apropiadas para levantarle el ánimo.

[—————]​

—Hemos llegado -Notifico el aprendiz de herrero.

Un gran campo abarcaba en tal lugar, a la distancia se observaba un terreno con una extensa elevación con rocas a su alrededor, Tiqulis guio al grupo por un camino en concreto. Escalaron algunas rocas y subieron a aquel terreno elevado, para descubrir un pasaje oculto que daba con una cueva subterránea.

—Es allí dentro -Señalo el oso.

No seria de extrañar que fuera una mina personal para Torke, sin las indicaciones de Tiqulis, encontrar tal entrada subterránea al azar tomaría horas o quizás todo un día entero, para entonces el maestro herrero confiaba en que nadie se tomaría la molestia de explorar tanto tiempo un lugar sin encontrar nada en las primeras horas.

—Isaac, toma esto -El aprendiz de herrero le hace entrega de una espada de bronce.

El propio Tiqulis cargaba consigo con una pequeña bolsa con un par de espadas extras, luego de haber atestiguado el combate contra los bandidos, observo que los sublimes dotes de combate del humano y sus extraordinarios cualidades físicas, que le costaban el sacrificio del arma que empuñaba.

—Ahora entiendo mejor porque buscas la ayuda de mi maestro -Aclaro Tiqulis —Dado a que aun no posee su nato talento en la herrería, crear espadas mágicas esta fuera de mi especialización, pero no por ello, me quedare fuera de margen en ayudarle a rescatarle.

Tiqulis había traído una pequeña dotación de armas consigo, quizás su maestro le regañe por ello o no, pero estaba decidido a salvar su vida a como de lugar, Isaac empuño su arma y armado de valor, continua su camino hacia aquella cueva subterránea.

—(No hay duda de que este lugar está habitado) -Pensó Issac.

Antorchas colocadas en soportes se encontraban en su camino, según Tiqulis su maestro carga con una antorcha propia para guiarse, por lo que tales soportes y fuentes de luz no era suyo, en evidencia esto apuntaba a ser obra de los bandidos que hicieron de guarida tal sitio.

—¿¡Quienes son ustedes!?.

Fue que en su trayecto se encontraron con dos Sapien bloqueando el camino, vestían con una corta túnica y portaban armas blancas livianas de bronce, su rol era hacer de guardias, tan pronto como avistaron a los tres, se pusieron serios al respeto.

—Oye… ¿qué diablos es esa cosa? -Uno pregunto al mirar detenidamente a Isaac.

—Oh, ¿quiénes saber que soy? -El humano les pregunto.

—¿Q-quién eres?.

—Yo soy… un demonio.

Al oír aquella respuesta, los Sapien temblaron del miedo, sus cuerpos tiritaban cargados de un terror profundo.

—Torke Almaforga, ¿dónde está? -Pregunto el humano con una voz seria y mirada fría.

—El… el… el…

En un movimiento sobrehumano, Isaac le arrebata el arma a uno de ellos y lo toma del cuello, su compañero reacciona con temeroso asombro y toma distancia apuntándole con su arma.

—Volveré a preguntar, ¿dónde está?.

La temerosa mirada del humano se clavo en sus propios ojos, el Sapien sentía un pavor como ningún había experimentado en su vida, querría correr y dejar todo atrás, pero sus temblorosas piernas no respondían a sus órdenes. Fue entonces que espuma escurrió de su boca y luego cayo al suelo perdiendo la consciencia, luego el otro también termino padeciendo lo mismo, pero sin la espuma.

—Eso no lo vi venir -Comento el humano.

Los guardias habían sido incapacitados, pero no hubo forma de sacarles algo de información, intentar ser discretos era problemático, pues ni Isaac, Kailo o Tiqulis eran expertos en el tema de un rescate sigiloso.

—¿Y ahora qué? -Pregunto Kailo.

—Intentar noquear escondidos a tantos como se pueda, y si nos llegan a descubrir, habrá que cargar una lucha directa -Fue el plan trasado por Isaac.

Habían llegado a la mina personal de Torke y a la guarida de los bandidos, ¿cómo podrán confrontar a tantos y a su fuerte líder?.

Continuara…
 

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CAPITULO 30

—5… 7… 8… 10… maldición que son bastante…

Mientras se mantenían ocultos, Isaac contaba los bandidos que estaban a la vista, la mina personal de Torke estaba ubicada en una cueva subterránea, la banda criminal se había instalado, montando un campamento desde hace una semana. Numerosas tiendas estaban armadas, algunas para dormir en su interior, otras que eran más grande tenían el propósito de usarse para guardar las provisiones como comida, armas y todas las pertenencias obtenidas en el saqueo. Había una grande en particular que contenía en su interior toda una habitación personal, esta tienda era del líder de estos forajidos.

Isaac, Kailo y Tiqulis observaban en silencio las actividades de los bandidos, mientras algunos mantenían la limpieza y filo de sus espadas y otras armas, otros tenían el trabajo de la comida, encendiendo una fogata para cocinar carne con algo de vegetal en una cacerola bronceada.

—¿Van a encender fuego en medio de una cueva subterránea?, ¿no temen que se inunde de humo y mueran asfixiado? -Pregunto Isaac en voz baja.

—Puede que no lo parezca, pero esta cueva tiene pequeños canales de ventilación en el techo que son varios, mi maestro lo descubrió cuando se preparó algo aquí -Afirma Tiqulis.

Alrededor de 4 bandidos se ocupaban de preparar la comida, mientras que 5 del mantenimiento de las armas, entonces dos se dirigieron hacia la dirección en donde se encontraban Isaac y compañía. Estos dos bandidos le explican al resto que era hora del cambio de guardia, eso significa que iban hacia donde se encuentran los anteriores que habían sido dejado inconsciente por el humano.

—(Esto es malo) -El humano pensó.

Gracias a la cobertura brindada por una roca de considerable tamaño, podían evitar ser visto por los Sapien que se acercaban, pero ellos en cualquier momento darían con sus compañeros inconscientes. Isaac entonces planeo seguirle, dejo que continuaran su camino hasta alejarse del resto, eso llevo a que eventualmente ellos dieran con sus aliados inconsciente, pero estaban lo suficiente lejos de los demás.

—Sorpresa -Isaac golpea a uno por la nuca con considerable fuerza.

Aquel Sapien a quien sorprendió de un golpe le deja fuera de combate, el restante en total alerta desenfunda su arma, pero se sorprende como asusta al ver que el atacante no era un Sapien como él.

—¿Q-que diablos eres? -Pregunto.

—Soy un demonio -El humano volvió a utilizar aquella excusa —Y ustedes han invadido mi morada.

—¿D-d-demonio? -Replica el bandido terriblemente asustado.

—¿Eres consciente de la afrenta que tu y los tuyos han provocado al haber invadido mis dominios?.

—Y-yo… y-yo… ¡yo no se nada!, yo solo… sigo ordenes…

El Sapien tiritaba con intenso terror, el sudor era notable en su frente, las piernas temblaban hasta el punto de que quizás le fallarían en su intento por huir, el humano entonces saco provecho de su miedo.

—¿Cuántos son?.

—¿Q-que?.

—¿Cuánto son ustedes?, dime el numero exacto de los invasores que han osado invadir mis dominios -Ordeno el humano —Si te niegas, yo… me comeré tu cerebro, y usare mis poderes para mantenerte vivo mientras lo hagas, oponerte a un demonio conlleva a un castigo infernal.

El Sapien pronto empezó a respirar con agitación, casi pareciera que tuviera problemas respiratorios, el miedo inundo en sus propios huesos y con el tiritar grave en sus brazos, el humano aprovecho para desarmarle y agarrarle.

—¿Debo entonces aplicarte un castigo infernal?.

El humano enseño sus dientes rechinando con ellos, haciendo de su amenaza más realista, dado a que era otro mundo y que en Gaia existen criaturas fantásticas, pensó que quizás los demonios no serian la excepción. Como Isaac era algo que ningún Sapien conocía, aprovechar su identidad con la de un demonio, era una estrategia perfecta para obtener información.

—H-hablare… h-hablare… solo por favor… no te comas mi cerebro…

—Bien, bien, ustedes dos vengan aquí.

Isaac les pidió a Kailo y Tiqulis salir de su escondite, el humano mientras lidiaba con los guardias, les había dicho a los dos que mantuvieran la distancia, pero ahora les pidió acercarse y ellos hicieron caso. Cuando el bandido observo a los Sapien desconocidos, este pregunto quienes eran, a lo que Isaac aclaro con una mentira que eran sus esclavos sexuales. El lince y el oso entonces le siguieron el juego llamando al humano por “amo” para mantener ese engaño.

—Tu no me gustas como esclavo sexual, me comeré tu cerebro si no me dices lo que quiero, habla de una vez.

—El amo es muy estricto, te recomiendo cooperar o te dolerá mucho -Argumento Kailo.

El forajido hablo y con detalles en cada palabra que pronunciaba, revelo que había un total de 32 bandidos, contando al propio líder, 7 de ellos eran los que habían salido a buscar victimas para saquear, eran los mismo que habían sido derrotados por Issac. Mientras los demás eran los que estaban en el campamento de la guarida.

—¿¡32 en total!? -El aprendiz de herrero exclamo sorprendido —Nunca se ha visto tantos bandidos juntarse en un solo grupo.

—Es por “Puños de Terana”… nuestro actual líder… ¡es alguien increíblemente fuerte!... -El bandido interrogado sostiene —Yo pertenecía a otro grupo del cual solo éramos 6, él un día simplemente apareció y venció a nuestro anterior líder, desde entonces le hemos seguido.

Concluyeron que la forma de reclutar de este Puños de Terana, consistía en vencer pequeños grupos de bandidos, de esa manera aumentaba sus números, el que estén aquí en la mina personal de Torke no era coincidencia.

—Solo se… que nuestro líder tiene un asunto personal con una ciudad llamada… creo que Arquion o algo así…

La revelación del bandido confirma temores aún peores, ¿este Puños de Terana planeaba un asalto contra la ciudad de Arquion?, de ser la razón entonces la cosa apuntaba a ser bastante seria. Si lograban salvar a Torke y vencer al líder criminal en el proceso, no solo salvarían al maestro herrero, sino también a la ciudad de un posible ataque.

Pero por supuesto no seria una tarea sencilla, aquel líder forajido según se sabe pertenece a una peligrosa organización llamada “Los cuatro pilares del mal”, si tiene tal autoridad siendo parte de un peligroso grupo de talla internacional, entonces no seria alguien fácil de vencer, el humano lo entendía y aquello eran sus inquietudes para hacerle frente.

—¡Lo sabía!, ¡tenemos intrusos! -Un Terrier exclamo en voz alta.

Los tres son sorprendidos por 5 Sapien que venían del campamento, eran tres caninos (dos perros y un coyote), junto a dos felinos (dos gatos montes), cuatro empuñaban armas cuerpo a cuerpo, y el quinto uno de los felinos llevaba un arco. Un terrier lideraba al pequeño grupo.

—La tardanza de Rakr y Wrop era demasiado sospechoso -Concluyo el terrier.

Los nombres que había pronunciado, Rakr y Wrop, eran seguramente de los primeros guardias que Isaac dejo inconsciente, cuando el cambio de guardia iba a hacerse, estos dos no podían aguantar las ganas de comer. Uno de los Sapien del campamento, empezó a sospechar de la tardanza de sus compañeros siendo casi la hora de comer, y eso le llevo a investigar junto a un pequeño grupo.

—(Jamás pensé que tal error nos llevaría a ser descubierto)…

—¿¡Que mierda eres tú!? -El forajido se dirigió entonces al humano.

—Soy un demonio, y estas en mis domi…

—¡No te creo un diablo!, me da igual que seas, ¡eres un intruso y te voy a matar!

La artimaña ya no funciono una tercera vez, aquel terrier tenía un temperamento agresivo, tan pronto clavo sus ojos en los tres, despedía un fuerte deseo de rebanarle con su arma. La situación tan solo podía desembocar en un camino, Isaac entonces le propina un codazo en el cuello al bandido que interrogada dejándole inconsciente.

Luego corre hacia el resto con agilidad sobrehumana, con su fuerza aumentada consigue desarmar a uno de los gatos y propinarle un espadazo en el vientre, el arquero se disponía a atacar, pero es sorprendido por un chorro de agua que golpea sus ojos. Kailo a tiempo interrumpe con su magia al arquero hiriéndole levemente sus ojos.

—(Bien hecho Kailo).

La distancia entre el suelo y el techo eran de 3 metros y medio, el humano entonces dio un gran salto de tres metros y con su espada apuñalo al arquero en el cuello.

—¡Maldito!.

El terrier se dispone a atacar a Isaac, pero recibe un flechazo en una de sus piernas que le hace tropezar y caer del dolor, el agresor era el propio aprendiz herrero, Tiqulis llevaba consigo además un arco con algunas flechas.

—(Es increíble que las lesiones de caza del maestro Torke me sirviera para momentos como este) -Dijo el aprendiz de herrero asombrado en sus pensamientos.

Isaac acabo con el terrier al verle en un momento tan vulnerable, con los dos Sapien restante que quedaban, el humano consigue desarmar a uno de ellos y asestarle en el pecho su espada, pero en el transcurso termina partiendo a la mitad su arma. El ultimo aprovecho para huir mientras su compañero era eliminado, Tiqulis tensa su arco y le dispara una flecha, pero su puntería no era perfecta, termina fallando y el bandido huyendo exitosamente hacia el campamento.

—Nos delatara con los demás -Aseguro el lince.

—¿Qué hacemos entonces? -Pregunta el aprendiz de herrero.

—Ya no hay vuelta atrás, debemos confrontarles -Fue la conclusión del humano.

El campamento de bandidos sabría de su presencia, el sigilo ya no era opción, solo quedaba confrontarles, huir o perecer…

Continuara…
 

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CAPITULO 31

Los tres habían sido descubiertos, ahora toda la guarida de bandidos era consciente de sus presencias, aun quedaban casi 20 de ellos, contando a su líder, el sigilo ya no era una opción. El humano no tenia en mente huir a estas alturas, la confrontación directa sería inevitable.

—¡Están por aquí!.

Quien guiaba al grupo era el mismo Sapien que logro huir del grupo de 5 forajidos que descubrió al humano y sus acompañantes, luego de ello dio la alarma al resto, regresando con refuerzos al sitio en donde sus camaradas habían sido eliminados por la criatura humana.

—Tengan cuidado con esa cosa, es muy fuerte… -Les advirtió.

Tres arqueros, dos lanceros y un guerrero de espada con escudo conformaba este grupo armado, el Sapien que había dado la alarma era quien portaba la espada y la pieza defensiva. Al haber llegado al lugar, observan escases de luz y la ausencia de cuerpos.

—¡Los cuerpos de nuestros compañeros deberían estar aquí! -Aclara el Sapien que les guiaba.

—Las antorchas de esta parte fueron apagadas a propósito -Un segundo se percató de ello.

—¡Oigan!, veo rastros… de sangre en el suelo… -Un tercero descubre.

El Sapien guía entonces se da cuenta, era una trampa, los cuerpos fueron movidos con intención de confundirle y las antorchas apagadas con el propósito de entorpecer sus vistas. De repente una piedra del tamaño de un puño golpea a unos de los arqueros con una fuerza demoledora, tal golpe repercutió en su cuello y se oye el fuerte crack que termina por rompérselo en el acto.

—¡En una embocada! -Alerta a todo el grupo.

Una segunda roca golpea el brazo derecho de un segundo arquero rompiéndoselo, el bandido grita de dolor soltando su arma e incapacitándole para hacer uso de este. Se arma con una daga con su brazo intacto restante, pero nada le protege de otra roca que impacta en su yugular causándole una herida que lo mata en el acto.

—¡Van por los arqueros!, ¡rodeen al restante y protéjanle!.

El trio de bandidos hace un circulo entre los tres restantes para proteger a su compañero arquero que quedaba, el Sapien del arco mira por todos lados para buscar al agresor, de entre todos en el grupo, era quien mejor visión poseía en la oscuridad.

—(¿Dónde se esconde ese maldito?) -El arquero agitado por el miedo y estrés se preguntaba.

Su respuesta fue contestada de manera funesta, el agresor se mostro aterrizando sobre el tercer arquero, con su espada clavándose en la sien, el trio de Sapien encargados de su protección quedan boquiabiertos del asombro. Reaccionan entonces para al mismo tiempo entre los tres voltear y atacarle desde tres lados.

Pero aquel agresor fácilmente los evade con un salto de varios metros y tomando distancia de ellos, aun con tal oscuridad, podían observar como era aquella persona, el guía le reconoció al instante.

—¡Es esa cosa! -Señalo el Sapien.

Aquel que logro huir y evitar su espada con anterioridad volvió a verle cara a cara, a ese humano de aptitudes físicas excepcionales, los lanceros miraban a esa “extraña criatura” con ojos teñido de miedo e inquietud.

—¿Qué es… esa cosa?.

—No es un Sapien, ¡sin duda alguna no es un Sapien!.

El Sapien que los guía recuerda que aquel humano se presento como un “demonio”, pero no quería decírselo a los demás, de hacerlo solo podría alimentar el miedo y bajar la moral de los lanceros. Sin embargo, también era consciente de que las posibilidades de vencerle, eran muy escasas.

—(Pudo lidiar contra 4, siendo tres nosotros… es difícil que logremos vencer a ese monstruo) -Dedujo en sus pensamientos el bandido —(No hay forma de que pequeños grupos puedan lidiar con él, ¡desde el principio debimos atacarle con todo lo que teníamos!).

El Sapien quien consiguió huir con éxito a la primera, sabia que la mejor probabilidad de sobrevivir era haciéndolo una segunda vez, informar al resto de lo peligroso que era el intruso y convencerlos de atacarle con todo. Incluso el propio jefe debía enterarse de la situación en persona.

—(No le notificamos al jefe porque creíamos que nosotros bastaríamos para librarnos de esa cosa… pero que estúpido he sido subestimando la situación, ¡el jefe debe ser notificado de este individuo de inmediato!, quizás él… pueda vencerle).

Confiaba en la fuerza de su líder, en las habilidades del aclamado “Puños de Terana”, aprovechando de que los lanceros estaban totalmente atentos y centrados con la vista fija en el humano, él empezó a retroceder de manera disimulada para que ellos no se dieran cuenta, estaba decidido a huir de nuevo e informar a su jefe de la amenaza intrusa.

Entonces un látigo golpea la espalda de uno de los lanceros, el golpe resulta ser lo suficiente fuerte para derribarle, tal impacto había dejado su espalda mojada, el látigo en si era hecho de agua, producto de un mago que manipulaba dicho elemento y había atacado al bandido por sorpresa en su retaguardia.

—(Casi lo olvido, ese monstruo esta acompañado por dos Sapien que le ayudan, uno de ellos es un felino mago de agua).

Los compañeros de Isaac estaban ocultos en la sombra, apoyándole a la distancia, Kailo con su magia de agua y Tiqulis con un arco a la mano, entonces el bandido guía ya daba al 100% perdido este grupo. Cuando el lancero golpeado por el látigo de agua Kailo cae al suelo, su compañero de arma a su lado reacciona volteándole para verle un momento y asegurarse de su estado.

Ese preciso instante, esos segundos en que el lancero intenta corroborar la condición de su compañero derribado, el humano realiza una zancada, fue tan veloz y letal que su hoja atravesó el corazón del Sapien antes de que pudieran poner sus ojos de nuevo en el humano.

—(¡Ahora o nunca!).

El Sapien guía entonces huye, era el momento oportuno, una flecha golpea en uno de sus brazos, el aprendiz de herrero había conseguido darle, pero el bandido herido no se da por vencido o deja que tal lesión impida su huida, suelta sus armas y sigue corriendo. El lancero restante se pone de pie rápidamente tras presenciar la muerte de su compañero y corre a toda prisa cargando con su lanza hacia su asesino.

Isaac arroja al lancero que abatió hacia aquel que le atacaba, como un escudo fue su carne la que termino perforado por la lanza de su compañero de armas, tal suceso conmociono emocionalmente al lancero atacante deteniéndose. El humano saco provecho de su guardia baja y se aproximo a uno de los lados atravesándole con la espada en el pecho.

—Aun queda uno más… -El humano se dio cuenta del Sapien que huía.

La herida en su brazo ocasionado por una flecha de Tiqulis entorpeció su huida unos segundos, dándole el tiempo necesario para estar al alcance de Isaac, si usaba sus dotes sobrehumanos podría llegar a el y acabarle. Isaac Flexiono sus piernas, estaba a punto de realizar una zancada tan veloz como le fuera posible con aquel don que poseía.

—¿Qué es esta sensación? -El humano sintió un ligero dolor.

Una dolencia se hace presente en sus piernas, tal aflicción le impidió realizar la zancada y el Sapien consigue huir de nuevo, las extremidades inferiores del humano tiemblan un momento, pero vuelven a la normalidad unos segundos después, aquel dolor también había desaparecido por completo.

—(¿Qué fue eso?, es la primera vez que sucede…) -El humano se pregunta confuso.

Con el Sapien herido que logro escapar nuevamente, Isaac sabia que si volviera con más refuerzos, ya no serian grupos pequeños, ya toda la guarida comprendería mejor lo peligroso que era él. Comprenderían entonces, que para vencerle debían dar con todo lo que tuvieran, incluso especulo que aquel jefe que los lideraba, podría hacer acto de presencia.

—El mismo truco no funcionara dos veces -El aprendiz de herrero opino —Logramos embocarle una vez, pero un segundo intento…

—Tiqulis tiene razón, para la próxima vendrán en mayor número y traerán sus propias antorchas, es difícil que logremos emboscar una segunda vez -Kailo dio su punto de vista.

Aunque habían sido descubierto, intentaron usar las rocas y la oscuridad de la cueva subterránea para tomar por sorpresa a los bandidos que vinieran por ellos, como sus enemigos tenían la superioridad numérica, las emboscadas eran su mejor método para lidiar con ellos.

Pero cierto eran los comentarios de Kailo y Tiqulis, ellos no caerán una segunda vez, estarán preparados y quizás con una formación más acorde para lidiar con otro posible ataque de emboscada. Y luego están las posibilidades de que el líder intervenga, lo que hace que el riesgo aumente aún más.

—Solo hay una opción… -Isaac dijo en voz alta.

[—————]​

Khenya, el jefe de los bandidos, quien se encontraba violando a un Torke en un trance traumático, es interrumpido con uno de sus chicos quien llega alterado con un aviso importante.

—¡Jefe siento mucho interrumpir!, ¡pero tenemos problemas! -Notifico el subordinado bandido a su líder —¡Intrusos!, ¡nos han invadido tres intrusos!.

—¿Intrusos?, ¿es que ustedes no pueden hacerse cargo de ellos?, tsk… en serio me molestan por estupideces, solo son tres, ¿qué tanto problemas pueden darles?.

—¡Pero uno de ellos es increíblemente fuerte!, y por si fuera poco, ¡no es un Sapien!.

—Oh, ¿cómo has dicho? -Pregunta el tigre despertando su interés tras oír aquello ultimo.

Aquello ultimo estimulo la curiosidad del tigre líder, quien saco su miembro del interior del oso herrero, para luego tomar su ropa y vestirse con su pantalón corto y sandalias, con el torso desnudo acompaña al subordinado.

[—————]​

—Oh, no mentían cuando decían que no eres un Sapien -Khenya expreso con cierta emoción.

El humano acompañado de Kailo y el aprendiz de herrero, habían llegado al campamento de los bandidos, Isaac miraba fijamente con ojos iracundos a ese tigre fornido del parche en su ojo izquierdo.

—Extraña criatura, ¿quién eres realmente? -El tigre jefe pregunto con una sonrisa maliciosa.

Continuara…
 
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CAPITULO 32

Isaac y compañía se habían adentrado al campamento de bandido montada bajo la cueva subterránea, dejándose ver ante todos los forajidos y también su líder, Khenya. El fortachón tigre de parche en el ojo izquierdo mira al humano con curiosidad, quien se detiene y sus miradas chocan entre sí.

Todos en el campamento bandido estaban en alerta, tenían sus manos sobre la empuñadura de su arma y aquellos tiradores sosteniendo sus arcos, el único que se mostraba calmado era Khenya.

—Extraña criatura, ¿quién eres realmente? -El tigre jefe pregunto con una sonrisa maliciosa.

El humano había utilizado la artimaña de presentarse como un “demonio” en ocasiones anteriores con los bandidos que lidiaba, usarla de nuevo no sería inteligente, su líder no parecía mostrar ser del tipo que se manipularía por el miedo con tal mentira. Y el interés que parecía mostrar por Isaac, estaba lejos de mostrar indicios de temor alguno.

—Me llamo Isaac Alkano, soy un humano.

—¿Humano? -Replico Khenya confuso —Nunca he oído hablar de algo llamado así.

—Y no seria de extrañar, ya que no soy de este mundo.

Los bandidos a su alrededor que escuchaban tal confesión se mostraron asombrados, uno se lo tomaría como una mera mentira, pero al ver lo que Isaac era, el escepticismo despertó en ellos, el tigre jefe reacciona con una carcajada.

—Jejeje… ¿eres de otro mundo?, en verdad eres interesante, “humano” -Opino el fortachón tigre —¿Y que te trae a mi campamento?, me han llegado noticia de que atacaste a mis hombres y acabaste con varios de ellos.

—Torke Almaforga, he venido por él.

—Oh, ¿por qué alguien como tú se interesaría por él?.

—¡Es por mí! -Tiqulis exclamo para presentarse —¡Soy el aprendiz del maestro Torke!, ¡por favor libere a mi maestro!.

El tigre al mirar a ese joven oso, lo comprendió todo al instante, la intrusión de los tres tenía como simple motivo el rescate de aquel herrero úrsido, todo a petición de ese aprendiz que Torke nunca jamás había mencionado.

—Así que Torke tenia un aprendiz, muy interesante… - Khenya sonrió con malevolencia —Me pregunto, ¿si cambiara de parecer cuando te muestre ante él?.

El tigre lo imagino, torturar al aprendiz frente a su maestro, ¿podría entonces el maestro herrero soportarlo o cedería ante la petición del líder de los bandidos?.

—¡Jajajaja!, ¡que hayas venido hasta aquí es de lo más oportuno!, ¡hombres capturen al oso y al resto elimínenlo!.

Con tal orden emitida, los forajidos desenfundan sus armas finalmente y los arqueros apuntan con ella hacia los tres, Kailo y Tiqulis se mostraban inquietos, abrumados con el número de maleantes que le rodeaban hasta el punto de sentirse incapaz de defenderse contra tantos, pero Isaac mantenía la calma sin quitar su desdeñosa mirada hacia el tigre.

—¡Te desafío a un combate! -Señalo Isaac a Khenya.

El tigre reacciona con confusión y sus hombres cesan toda hostilidad luego de oír tal exclamación.

—¿Estas sordo?, he dicho que te desafío a una pelea, por lo que he oído, has acumulado tantos “seguidores” a través de la fuerza -El humano hace sonar sus nudillos —Tu y yo, una lucha uno a uno, ¿o acaso no tienes las bolas suficiente para pelear contra mí?.

Los bandidos a su alrededor empezaron a murmurar entre sí, mostraran cierto interés en ver tal pelea entre su líder y aquel humano, el tigre por su parte se mostró impresionado y con sentido del humor.

—¡Jajajajaja!, en verdad eres interesante, ¿todos los humanos son así acaso? -Pregunta Khenya.

—Quien sabe, ¿entonces aceptaras mi pelea?.

—¡Eso no se pregunta!, ¡desde luego que lucharemos!, una justa pelea de uno contra uno -El tigre sonrió con malevolencia.

La forma de sonreír de aquel Sapien inquietaba al humano, alguien con la reputación de un jefe entre bandidos, no sembraba la confianza suficiente para creer que lucharía justamente. Pero Isaac no tenia otras alternativas, cuando se mostro ante Khenya en su campamento, solo de esta forma conseguiría derrotarle, porque de por sí ya era difícil vencer a todos los bandidos por cuenta de los tres.

Si el líder cae en esta lucha uno contra uno, los bandidos perderán y Torke volverá con su aprendiz, cuando el tigre del parche anuncio la pelea, todos sus subordinados exclamaron al unísono de la emoción.

—Isaac, ¿estas realmente seguro de esto? -Su amigo lince pregunto preocupado.

—A decir verdad, no lo sé… -Contesto el humano en voz baja —Pero no pienso caer aquí, Kailo, ganare esta pelea y volveremos todos juntos a casa.

—Por favor… no mueras -Le pide Kailo abrazando al humano desde su espalda.

Isaac quería responder “no lo hare” para tranquilizar las inquietudes del lince, pero en el fondo odiaba pronunciar una mentira como esa, viendo que su oponente no era alguien ordinario, sino alguien de un renombre criminal, tenia motivos para temer en el fondo de su corazón, pero anhelaba vencerle y no pensaba ceder al miedo o a la propia muerte tan fácilmente.

[—————]​

Los bandidos formaron un amplio circulo en donde seria la zona que se llevaría a cabo la lucha, Kailo y Tiqulis se encontraban de un lado observando con intranquilidad. Los bandidos no les hacían nada, porque tenían ordenes estricta de su jefe, no deben hacerle nada a ellos dos y tampoco deben interferir en la lucha en todo momento hasta que esta finalice.

Los contendientes estaban en el centro de aquel círculo, separados a una distancia de 5 metros, sus miradas chocaban entre sí, pero solo la del humano deleitaba una hostilidad visual hacia el tigre. El humano empuñaba una espada de bronce, pero Khenya no portaba nada en sus manos.

—¿Lucharas sin un arma? -El humano le pregunto.

—Jejeje… yo ya cuento con mis “propias armas” -Enseño sus puños.

Un bandido hizo de árbitro y se colocó en medio de entre los dos, le hablo a cada contendiente avisándoles de que se prepararan, Isaac adopta una postura mientras que el tigre jefe seguía en su misma posición y relajada actitud.

—¡A LUCHAR! -El árbitro declaro.

Cuando la lucha dio inicio, quien toma la iniciativa resulta ser el humano, Isaac de una sobrehumana zancada, avanza casi al instante hacia la posición de Khenya y ataca con su espada al pecho del tigre.

—Jejeje…

El tigre ríe con satisfacción y pronto la espada del muchacho golpea, pero no contra la carne del jefe de los bandidos, inesperadamente un muro de tierra se había levantado sorpresivamente del suelo a centímetros del Sapien y este le protegió en el acto.

—(¿Qué?... ¿qué ha pasado?) -El humano se pregunta confuso.

Isaac toma distancia, observa como aquel muro invocado tenia el tamaño y ancho del cuerpo del tigre, como si fuera un escudo ejercido sorpresivamente, este había salido por arte de magia de la propia tierra.

—¿Dónde?... ¿de dónde vino realmente ese muro?.

El muro desaparece en partículas de energía, el tigre aplaude y felicita al humano por su iniciativa tras comenzar la pelea.

—Nada mal, ustedes los humanos en verdad me resultan criaturas fascinantes, dime, ¿hay otros como tú? -Pregunta el tigre con curiosidad.

—No lo sé, no he visto a otro como yo en este mundo.

—Una lástima, en cuanto a tu forma de luchar, eres bastante veloz… ¿no lo parece?.

—Ese muro que te protegió… ¿acaso es…?

—Magia de tierra, soy un mago que manipula el elemento de la tierra, permíteme presentarme, soy Khenya “Puños de Terana”.

Su oponente no solo era alguien de renombre, confirmo poseer poderes mágicos, un mago de tierra, lo asombroso fue su reacción ante el ataque sobrehumano del humano. Aquel muro de tierra se había erigido casi al instante, superando incluso la velocidad de Isaac, el humano empieza a comprender como su oponente demuestra ser alguien notable.

—(No te dejes intimar, ¡se más rápido y acabe con él en el siguiente movimiento!).

El humano comienza a moverse en círculos a una velocidad que superaba los limites de su raza, su intención era marear o intimidar al tigre, pero Khenya se mostraba tranquilo, caso contrario de sus subordinados que estaban abrumados por las habilidades de Isaac.

—(¡Ahora o nunca!).

El humano finalmente lleva a cabo su siguiente movimiento, atacando al jefe de los bandidos por la espalda, de acertar le apuñalaría un pulmón y con suerte le dañaría el corazón en el transcurso.

—Que predecible…

Pero el tigre vuelve a abrumar nuevamente al humano, su desnuda espalda es cubierta de rocas, cuando la espada de Isaac asesta sobre aquello, el arma se parte en dos y no consigue dañar a su oponente, retrocede tras su fallido intento por apuñalar por su retaguardia al Sapien.

—(¿¡También puede recubrir su cuerpo con roca como si fuera una armadura!?) -Exclamo Isaac estupefacto de la sorpresa.

El tigre voltea mirando al humano a los ojos, sintió como aquel desdén del principio, se convertía de repente en inseguridad, y él lo sabía.

—¿Qué ocurre?, humano, ¿por qué de pronto todo ese odio tuyo se está transformando en temor? -Khenya a modo de provocación le pregunto.

La pelea había recién empezado y Khenya se mostraba dominante hasta en momento en la contienda, ¿podrá realmente el humano ganarle?.

Continuara…
 

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CAPITULO 33

Isaac confronta al líder de los bandidos, Khenya, una lucha entre los dos se desata, una victoria contra el jefe forajido derrotaría a la amenaza bandida y salvaría al cautivo herrero Torke Almaforga. Pero el combate no estaba tornándose a su favor, supuso que el tigre que dirigía a estos maleantes no era alguien débil, pero nunca pensó que su poder fuera notoriamente problemático.

—(¿¡También puede recubrir su cuerpo con roca como si fuera una armadura!?) -Exclamo Isaac estupefacto de la sorpresa.

Dos veces ataco, y el tigre quien revela ser un mago de tierra, fue capaz de invocar de manera rápida un muro defensivo de su elemento, y además recubrir su desnuda espalda con roca como si de una armadura se tratara. Su último intento fallido por herirle en su retaguardia, le costo su espada de bronce la cual se partió en dos, lo peor es que ni siquiera consiguió hacerle daño alguno.

—Ese nivel de magia de tierra, nadie debería poder invocar rocas alrededor de su cuerpo de esa manera tan nata y natural -Kailo comento asombrado —¿Cuánto poder mágico y talento lleva ese individuo como mago de tierra?.

—¿Este es el poder de uno de los “Los cuatro pilares del mal”? -Tiqulis pregunto con inquietud.

—¿Cuatro pilares del mal? -El tigre replico las palabras del joven oso con cierta confusión.

Khenya luego se hecha a reír un momento haciendo que sus subordinados, como también el humano y sus compañeros se sintieran confusos por tal actitud inesperada del líder bandido en medio de una pelea, el tigre ríe tanto hasta el punto de llorar por su único ojo visible, secando las lágrimas con sus dedos.

—Lo siento, no pude evitar darme una buena carcajada con lo que dijo ese joven e ignorante osito de allá -Señalo con su cabeza a Tiqulis —¿Qué soy uno de los pilares del mal?, jejeje… veo que mi antigua reputación me precede.

—¿Antigua reputación? -El humano replico sin comprenderlo.

—Ya no pertenezco a esa organización, deje de formar parte de ellos desde hace alrededor de 5 años -Confeso Khenya —Porque alguien más me venció y tomo mi lugar como uno de los cuatros líderes.

Tal revelación era inesperada, habían confirmado que ese tigre mago formaba parte de esa poderosa organización criminal, e incluso ocupaba uno de los puestos de líderes, pero ahora alguien más se lo había usurpado.

—Fui derrotado en ingenio y fuerza por ese Sapien, no… llamarlo monstruo seria más correcto, nunca tuve oportunidad en un frente a frente.

El humano ya era testigo de lo fuerte que era Khenya como oponente, pensar que alguien más le venció y según las palabras del propio tigre, parece que con relativa facilidad, uno llegaría a concluir que los lideres de “Los cuatros pilares del mal” son regidos por monstruos en términos de poder.

—De hecho, llevo huyendo de ellos, veras cundo perdí mi lugar como un líder, se me permitió seguir formando parte de la organización, pero con un rango inferior, el más bajo de todos -El tigre gruño tras recordar aquella anécdota —Fue el “castigo” que me dio el bastardo que me derroto, que por el resto de mi vida sirviera como el eslabón más bajo en la cadena de mandos, o más bien, como su puta personal.

Khenya apretaba sus puños emanando una notoria ira, venas sobresalen de su hocico en señal de un disgusto emocional, tales recuerdos más que ocasionarle dolor, eran una fuente de colera para el felino fortachón.

—Me negué a servirle como su “gatito faldero”, por supuesto, me acuso de traición e intentaron matarte, logre huir y desde entonces, me escondo y busco cazar a esos bastardos -Relata Khenya —Claro que también ellos están tras de mí, tienen asesinos especializados en sus filas, codician mi cabeza y subir de rango en la organización cuando la obtengan.

Una historia de humillación y traición, ¿pero quién era el villano principal aquí?, ¿aquel que se negó a aceptar ser humillado o aquel que intento humillarle?, el tigre valoraba por encima su dignidad, al punto de enemistarse con tal organización.

—He oído que tienes asuntos en la ciudad de Arquion, ¿qué planeas hacer allí? -Le pregunto el humano.

Uno de los bandidos confeso que su líder tenía propósitos de llevar a cabo un “asunto” en Arquion, pero sus subordinados desconocían que tipo de asuntos se traía su jefe en dicha ciudad.

—Jejeje, si de verdad quieres saberlo, derrótame y te lo contare.

El tigre miro el arma de Isaac, observando como esta estaba rota, luego camino hacia uno de sus chicos y tomo prestada una espada de bronce, arrojándoselo a las cercanías del humano.

—Toma el arma, seria aburrido luchar contigo en esas condiciones y vencerte fácilmente.

—(A pesar de que tenia todas las ventajas de ganar con el arma rota, este tigre parece tener una especie de código de honor para luchar).

La lucha continuaba, Isaac empuñando la nueva espada se mostraba atento como nervioso, ya fueron dos veces que ataco y aun no había conseguido herirle, la defensa de ese mago tigre era formidable.

—Bien ahora me toca, te he dado la posibilidad de atacarme dos veces –Khenya hablo.

—¿Qué?.

—Jejeje, chico mi especializada no es estar a la defensiva, soy un mago versado en el combate ofensivo.

El tigre convoco una columna de rocas y con sus puños los golpeos dispersando hacia el humano una cantidad de fragmentados proyectiles de piedra, a pesar de su pequeño tamaño, entre el numero y la velocidad a la que se desplazaban, nada tenían que envidiar a las piedras o balas arrojadas por una honda.

El humano uso de su poder para correr a velocidades que superaban sus límites físicos, consiguiendo evadir aquellos proyectiles, sin embargo, observo como tales piedras en su lugar atacan a los propios subordinados del tigre. Los dos estaban alrededor de un círculo, un ataque a distancia de Khenya que Isaac esquive por lógica seguiría su trayecto hasta dar en el propio público.

La lluvia de piedras que originalmente iba hacia el humano, termina impactando en tres de los subordinados del jefe bandido, los demás cercanos a las victimas consiguen por fortuna evitar daño alguno y se echan a correr. Aquellos tres Sapien alcanzados por las piedras son perforados en varias partes de sus cuerpos, desde el torso, cintura e incluso extremidades y cabeza, tales heridas los condujeron a la inminente muerte.

—Uh, olvide que mis muchachos y tus compañeros están a nuestro alrededor, una pena -Comento Khenya sin pena o remordimiento por la muerte de sus tres aliados.

—(A este tipo… ¿le da igual que sus propios compañeros mueran?) -Se pregunta Isaac en sus pensamientos con cierto molestar.

Al humano le sorprendió el código del tigre para que el combate fuera justo para ambos, dándole a Isaac una nueva arma para que no luchara desarmado, pero al ver que era capaz de atacar a los suyos, incluso matándolos por accidente y no sentir culpa por ellos, sintió un asco por ese felino del parche.

—Mejor pasare a puños solamente -El tigre expreso haciendo cubrir sus brazos.

Khenya adopto una posición en la que sus puños conformaban su estilo de lucha, luego procedió a correr y lanzar una serie de puñetazos, Isaac comenzó a estar en la defensiva, observo que los nudillos del tigre estaban recubiertos de rocas. El estilo desarmado de combate del mago tigre conllevaba a fortalecer sus propios puños con magia de tierra, endurecerlo como las rocas y combinado con su fuerza de un cuerpo esculpido con entrenamiento, era un guerrero nato formado con años de esfuerzo.

—¿Qué ocurre muchacho?, ¿por qué no me atacas?.

Cuando Khenya paso a la ofensiva directa, el humano no veía manera de contraatacar sin exponerse a que un puñetazo le diera con todas las posibilidades, además de que estaba el problema de la defensa mágica de tierra del tigre y, por si fuera poco, Isaac tenia que estar a la defensiva moviéndose con el uso de su poder sobrehumano.

—(Este sujeto esta a otro nivel, ¿cómo demonios puedo vencerlo?).

—Si sigues esquivando todo el tiempo, tarde o temprano acabare alcanzándote.

El sermón del tigre era cierto, el humano no podía estar para siempre a la defensiva, pronto empezó a sentir algo en sus piernas, una molestia que aun no se acercaba a ser doloroso, le recordó que sucedió algo similar antes. Cuando intento alcanzar a un bandido para que no diera la alarma, sus piernas reaccionaron con dolor y era incapaz de moverse bien.

—(¿Volverá a pasar acaso?) -Se pregunto inquieto en su mente.

Aquel poder era la principal pieza que le permitía sobrevivir y combatir en este mundo, siendo alguien que vivió casi toda su vida de forma pacífica, la capacidad de luchar, blandir un arma y derramar sangre. Todos aquellos factores no eran propios del humano, sino de ese misterioso don que le otorgaba cualidades capaces de superar sus límites físicos e incluso ejerce su influencia psicológicamente, para Isaac matar sería una gran presión emocional, ¿cómo podía un humano matar tan tranquilamente luego de vivir casi toda una vida sin violencia como la que afronta en Gaia?.

—(Si este poder tiene inconvenientes o efectos secundarios… que comenzaran a surgir en medio de la pelea, sería un desastre…)

Pronto aquel malestar en sus piernas se intensifico y ese mal presagio se hizo realidad, su movilidad con las piernas se entorpeció, fue en ese instante en que el propio tigre musculoso aprovecho para atacar.

—¡Te tengo! -Exclamo Khenya con regocijo.

—(¡Mierda!, ¡no puedo esquivarlo!).

Un puñetazo iba directamente hacia su pecho y él era incapaz de evadirlo, con tal fuerza demolerá demostrado por Khenya, ¿cómo podría resistirlo?, de recibirlo era 100% seguro la posibilidad de un daño grave, ¿será la inevitable derrota del humano?.

Continuara…
 

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CAPITULO 34

—¡Te tengo! -Exclamo Khenya con regocijo.

Un puñetazo del tigre se aproximaba al humano, Isaac era incapaz de esquivarlo a tiempo e inevitablemente estaba a segundos de recibir tal golpe cargado de brutal fuerza potenciada con magia de tierra sobre los nudillos.

—(Piensa rápido, ¡piensa en algo rápido!).

En su desesperación miro detenidamente su espada y encontró una solución alocada, sujetando firme su arma ataco con fuerzas sobrehumanas apuntando con la punta de su espada el puño del tigre. Tanto la espada y el puño de Khenya impactan entre sí, desatando una fuerza en la forma de una violenta corriente de aire, una que hace retroceder a los dos varios metros hacia atrás y hace que algunos de los espectadores terminen en el suelo como si los empujara.

El humano consigue haber evitado recibir ese puñetazo, al usar su arma como un medio defensivo, jamás espero que tal choque generarse tal fuerza en el ambiente que lo empujase tanto a él como su gran felino oponente, pero cumplió el propósito de evitarle un trágico resultado.

—Cuanto poder… -Kailo expreso son asombro.

—El es… en verdad increíble… -Tiqulis opino maravillado y abrumado.

El tigre fortachón hace tronar su cuello y el brazo con el que ejerció aquel puñetazo, verificando que su extremidad estaba aún en perfectas condiciones, miro a Isaac con una sonrisa maliciosa.

—¡Estoy impresionado!, ¡eres increíble muchacho!, ¡jajaja! -El tigre se ríe con total jubilo —Tengo una proposición para hacerte, ¡únete a mí!, con tal demostración de fuerza, te hare mi segundo al mando.

El lince y el aprendiz de herrero estaban sorprendidos de que aquel maleante líder le hiciera tal propuesta al humano, pero el rostro de Isaac no mostraba impresión alguna, solo indiferencia.

—Poder, comida, dinero y sexo… ¿qué es lo que tanto prefieres?, ten por seguro que lo tendrás, este grupo, aunque pequeño por ahora, crecerá con el tiempo y nuestra ambición se cumplirá, Los Cuatro pilares del mal, es mi objetivo darle caza y acabar con ellos, solo así viviré mis días en paz -Expuso el tigre su meta y promesas hacia el humano.

—¿Y tu forma de hacer “crecer” tal grupo es recurrir al bandolerismo?, ¿asaltar a inocentes, robarles y venderlos como esclavos? -Pregunto el humano.

—Para ser poderoso es necesario recurrir a tales medios para crecer tu influencia y autoridad, ¿cómo crees que “Los cuatro pilares del mal” son tan poderosos? -Dijo el tigre del parche —Chico, ya debes saber que la realidad es que el mundo es muy cruel, puedes convertirte en otra víctima del montón o hacerte fuerte y aplastar a aquellos que se te crucen en el medio, no aspiro morir aun y planeo usar este poder que he esculpido en años para cumplir mi meta.

El tigre había dejado en claro que alguna vez perteneció a aquella organización criminal, pero ahora había huido de este cuando intentaron matarle bajo la acusación de traición. Mientras dicha organización exista, siempre será cazador, de modo que el quiere convertirse en el cazador y acabar con las presas principales de dicha entidad malévola.

—Únete a mí, humano, con nuestros poderes combinados, seremos imparables.

—Eres un demente, si crees que yo aspiro a convertirme en alguien que vive de cometer tales actos inmundos e inmoral, eres una escoria que no merecer piedad ni perdón.

La visión de Khenya era todo lo que Isaac odiaba, como alguien proveniente de un mundo donde tales conceptos como la esclavitud, el robo y asesinato eran actos barbáricos y atroces, ante sus ojos veía a ese tigre como el antagonista de todo lo aborrecible de su mundo, en su interior crecía ese deseo por detenerle una vez por todas.

—Una verdadera lástima -El tigre fortachón suspira de la decepción —Si no estas conmigo, entonces eres un enemigo, ya sea que mueras o te capture, no mostrare misericordia alguna.

La mirada de Khenya se torno seria, el tigre se posiciono en una posición de lucha con sus brazos adelante y puños cerrados, una posición acorde a alguien que lucha con un estilo basados en puñetazos o lucha desarmado.

—(Esa energía que siento en él… ¿es su magia?, se esta concentrando en los nudillos de sus manos).

El humano empezó a notar la percepción de la magia en su oponente, Khenya como un mago de tierra, basaba su magia en su estilo de lucha fortaleciendo sus nudillos al recubrirlo de rocas. Cuanta más magia depositaba en estos, más fuerte y duro seria las rocas que le recubrían dicha parte, el humano no tardo en intuir tal lógica.

—(Antes no sentía que usará tanta magia en sus nudillos, ¿¡significa que ahora hará más fuertes sus puñetazos!?) -Fue la alarmante deducción de Isaac.

Si ya de por si aquel anterior puñetazo que casi recibe le pudo haber dejado en un estado fatal, pensar que ahora tales puños serian aun más fuerte, imaginarse de recibir un solo puño ahora mismo, lo dejaría en un estado aún más crítico o quizás sería su muerte inmediata.

—(No… no pienses en eso… ¡no te dejes vencer por el miedo o terminara afectándote!, ¿eh?)…

Mientras trataba de luchar por despejar todas sus inquietudes y mantenerse su moral emocional en calma, observo algo extraño en el tigre Sapien, sus ojos, sus pupilas las movía de un lado a otro. Es como si viera a su alrededor sin mover la cabeza, para que nadie se percatara de ello, pero para el humano era incomprensible la razón del porque el tigre hacia tal cosa.

—Mi poder mágico… necesito reponerlo -Dijo el líder bandido.

Khenya tomo de su pantalón un pequeño recipiente de arcilla el cual cabía perfectamente en la palma de su mano, retira el tapón hecho del mismo material y lo lleva a su boca, bebiendo un contenido liquido que se encontraba en su interior.

—Es penoso confesarlo, pero lamentablemente mi poder mágico ya no es tan grande como antes, con esta bebida he restablecido mi fuerza mágica y ahora puedo pelear con todas mis capacidades -Revelo el Sapien fortachón.

El humano estaba abrumado, según en palabras del propio tigre, ¿significa que antes luchaba con sus fuerzas al mínimo?, porque de ser así, ¿qué tan poderoso seria ahora ese tigre que ha restablecido su magia?. El humano trata de mantener la calma, pero ante tal revelación, los nervios e inquietud empezaban a opacar su mente.

—¡Prepárate! -El tigre flexiona sus piernas.

El Sapien lanza un gruñido y cuando parecía que iba a lanzarse sobre el humano, lanzo un puñetazo hacia atrás, pero no había nadie allí.

—Un momento… -El humano miro más detalladamente.

El tigre se había dado vuelta y lanzado un puño, pero no para golpear a alguien sino a algo, un pequeño proyectil, el puño del tigre lo repelió, a solo escasos metros, uno de sus subordinados sostenía con sus manos y usaba su boca para manipular una cerbatana.

—Te encontré maldito -El tigre sonríe complacido.

Se lanza hacia el atacante de la cerbatana y de un puñetazo propinado en la cabeza lo lleva contra una pared para aplastarlo sobre esta, con tal demoledor daño, acabo con él en el acto.

—Estúpido, necesitara más que un ataque sorpresa cobarde para elimi… ¡Aaaah!...

Un pequeño proyectil da en la desnuda espalda del líder bandido, era del mismo tamaño y tipo que el anterior que repelió con su puño, un dardo de cerbatana y se revela un segundo agresor entre sus subordinados, un Sapien chinchilla de baja estatura.

—Maldito tigre, lograste acabar con todos mis compañeros, pero finalmente te tengo donde quería -Dice el atacante chinchilla de la cerbatana.

—¿Tus compañeros será este pobre diablo al que acabo de liquidar y esos tres infelices que accidentalmente mate? -Pregunta el Sapien del parche.

—¿”Accidentalmente”?, es curioso que de esa forma “accidental”, hayas eliminado a tres de mis compañeros, tu… ya sabias sobre nosotros, solo que no sabias quienes eran entre todos -Dice el Sapien de la cerbatana.

La pelea había sido interrumpida por enigmáticos atacantes, el humano estaba confuso, tal cambio de situación era algo que no lo veía venir, incluso Kailo y Tiqulis eran incapaces de entender la reciente atmosfera de tales sucesos imprevisto.

—¿Este era tu plan?, ¿herirme con un insignificante dardo?, fue un dolor absurdo el que me provocaste, pero el que te dejare a ti será algo que…

Cuando el tigre volteo mirando a su atacante, deseoso de acabar con él, al intentar caminar hacia donde se encontraba, pronto siente como sus piernas dejan de responderle, cae de rodillas al suelo, incapaz de ponerse de pie.

—(¿¡Que demonios esta sucediendo aquí!?) -Exclama el humano en la incertidumbre.

Agresores misteriosos atacan a Khenya, ¿serán aliados o más enemigos?.

Continuara…
 

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CAPITULO 35

Un Sapien chinchilla armado con una cerbatana, consiguió darle con un dardo a un desprevenido Khenya, el líder bandido enfurecido por su traición, esta decidido a acabar con él. Hasta que de repente al dar el primer paso, siente como sus piernas dejan de responderle, cae de rodillas al suelo, incapaz de ponerse de pie.

—(¿¡Qué demonios está sucediendo aquí!?) -Exclama el humano en la incertidumbre.

Ni Isaac, Tiqulis o Kailo podían entender la situación, solo comprender que unos subordinados se habían rebelado contra su líder, el tigre intenta por todos los medios ponerse de pie, pero algo se lo impedía.

—Es inútil todo esfuerzo por intentarlo -Aclaro la chinchilla agresora —¿De verdad crees que soy tan estúpido para intentar herirte con un dardo común y corriente?.

—Veneno… -Susurro el tigre.

—¡Correcto!, los dardos estaban bañado en veneno, y no cualquier tipo de veneno -Relato el Sapien —Lo que sientes correr en su cuerpo es veneno de mantícora oscura.

Tanto los subordinados, como Kailo y el aprendiz de herrero estaban abrumados con tal sorpresa, Isaac por su parte no mostro impresión alguna, dado a su desconocimiento del tema. Khenya se mostraba aun más perplejo que el resto.

—Por supuesto que conoces perfectamente la letalidad de ese veneno -Dijo el Sapien chinchilla —Actúa en segundos luego de ser administrado, primero paraliza piernas y luego los brazos, entonces la victima sufre un terrible dolor y finalmente la toxina llega al corazón, matándolo en el acto, lo mejor de todo, ¡es que no hay antídoto alguno para el veneno de mantícora oscura!, ¡jajajajaja!.

Las mantícoras son monstruos descriptos con aspecto de un león cuadrúpedo de largos cuernos y alas, presencia de escamas sobre su pelaje y una cola de escorpión, son agiles, rápidos y sus garras capaces de romper armaduras u escudos fácilmente. Pero la verdadera letalidad de estas criaturas yace en su ponzoña.

Existen dos versiones de la mantícora, ambas ponzoñosas, pero una sobresale con un veneno seis veces más letal, la mantícora oscura es una variante caracterizado por poseer un pelaje negro como la noche misma, ojos rojos y alas rojizas. El número de la mantícora oscura es increíblemente escaso, por lo general habita en sitios oscuras muy difíciles de hallar y a diferencia de su anterior versión que solo caza en el día, esta variante es un depredador nocturno.

Conseguir encontrar una mantícora oscura es todo un desafío, conseguir derrotar a uno es una hazaña, ¡pero lograr obtener su veneno para uso personal es todo un ingenio puro!, los procedimientos de obtención de su toxina son desconocidos, que la mantícora debe estar vivo para que su cola la produzca, pero hasta la fecha es un misterio y pocos son los organismos en Gaia capaces de hacerse con su veneno.

—Je… que “Los Cuatro pilares del mal” se molestaran en enviar asesinos con un veneno tan valiosos contra mí, me hace sentir halagado -Comenta el tigre envenado reluciendo una sonrisa orgullosa aun en tal grave estado.

Cuando la revelación sobre la identidad de sus atacantes sale a la luz, sus subordinados miran al atacante no con ira luego de agredir a su jefe, sino con miedo, porque han descubierto entonces, que ese individuo trabajaba para tal organización poderosa.

—Oye… no me digas que… ¿¡es un asesino de “Los Cuatro pilares del mal”!? -Pregunto uno de sus subordinados asustado.

—No solo él… también había otros, ¿¡y si hay más entre nosotros!? -Un segundo cuestiono enseguida.

—¡Mierda!, ¡el jefe esta jodido y nosotros podemos ser los siguientes!, ¡tenemos que huir de aquí!.

El miedo y el temor los hizo actuar con la lógica de correr por sus vidas, pronto todos los bandidos subordinados corren despavoridos dejando el campamento atrás, sin tomar nada valioso más que las armas que empuñan. Khenya se sintió decepcionado por tal resultado, pero era algo que veía venir, pese a que sus hombres ya estaban al tanto de sus planes de confrontar tal organización, al ver que su líder había sido envenado y yaciendo a las puertas de la muerte, en el fondo no podía culparlos, era una reacción natural. Los únicos que aun quedaban allí era Isaac, Kailo, Tiqulis y el Sapien chinchilla que le enveneno.

—Tus hombres se han ido, has quedado completamente a solas -La chinchilla se burló.

—Al menos con su huida… puedo confirmar que la organización, envió a un total de 5 asesinos tras de mi -Khenya Afirmo.

—(¿5 asesinos?) -El humano se preguntó.

Uno de los agresores a los que el tigre repelió su dardo con su puñetazo y luego procedió a acabar con él, luego Isaac recordó aquellos tres Sapien subordinados que habían sido alcanzado de manera “accidental” por un ataque a distancia de una lluvia de rocas letales. Luego de escuchar la identidad de los agresores de Khenya en la propia boca del tigre, asesinos enviados por “Los Cuatro pilares del mal”.

—(Los tres que mato accidentalmente… entonces no lo hizo a propósito, ¡también eran asesinos como ese Sapien de la cerbatana!) -El humano entonces lo comprendió.

El tigre fortachón del parche en el ojo era buscado por la organización malvada que alguna vez formo parte, el mismo aclaro que su cabeza tenía un precio considerable como traidor y muchos miembros de tal entidad la cobrarían para subir de rango. Isaac nunca llego a esperar a ser testigo de la aparición de uno de ellos o cinco siquiera.

—Serás mío, traidor, me hare con una buena suma de dinero y una buena posición, una vez que les lleve tu cabeza -Aseguro el asesino chinchilla.

—Ciertamente no estoy en posición para luchar con todas mis fuerzas, pero no te equivoques, el grave error de ustedes es confiar que 5 bastarían contra mí.

—Me sorprende que puedas seguir hablando bajo los efectos del veneno de mantícora oscura, pero en cuestión de casi nada, serás un cadáver relegado al olvido.

—Y tu… me seguirás en el infierno.

—¿Eh?.

Khenya había creado una lanza corta hecha de tierra y arrojado velozmente al asesino chinchilla, el Sapien no pudo reaccionar lo suficiente a tiempo para evadirlo, su pecho fue atravesado acertando en su corazón causándole un daño de muerte.

—Mal… di… to…

De su boca escurre sangre a montón y se deja caer al suelo padeciendo la mortal herida para morir por consiguiente, el envenenado tigre había logrado acabar con todos sus asesinos, pero inevitablemente le aguardaba su fin.

—Es una pena… me hubiera gustado continuar nuestra lucha -Hablo Khenya con una respiración que se tornaba agitada —Eres un guerrero de lo más extraordinario… puedo sentir… que aun eres joven e inexperto… pero aquel poder que posees puede pulirse con el tiempo… convertirte en alguien poderoso… vive humano… y lucha…

Tras aquellas ultimas palabras del fortachón tigre, se deja caer boca abajo, su respiración poco a poco mermaba, era su fin definitivo.

—¿Finalmente ha acabado?, ¿hemos ganado? –Tiqulis se preguntó con cierta incredulidad.

—Si… hemos ganado -Expreso Kailo con gran alivio.

Pese a la victoria obtenida por el trio, Isaac no la sintió como una autentica, los factores inesperados desarrollados con la aparición de los asesinos de aquella organización criminal jugaron un papel crucial para ello. Si el humano hubiera continuado luchando, ¿habría ganado la pelea?, el mismo Khenya ha dejado en claro que Isaac es alguien de habilidades de combate notables, pero aun era un novato, luchar contra aquel veterano tigre mago le dejo en claro una lección. Debía hacerse más fuerte, porque tarde o temprano volvería a combatir contra alguien del nivel de Khenya, o incluso, contra alguien mucho más poderoso.

Con la derrota de los bandidos y su líder, el grupo se puso de inmediato a encontrar a Torke Almaforga, no tardaron en llegar a un apartado de la cueva en donde se encontraba una jaula cuyo interior yacía el maestro herrero oso. Se encontraba en el suelo, con los ojos cerrados, totalmente desnudo y con la vista de su ano aun chorreando semen fresco.

—¡Maestro! -Exclamo Tiqulis con angustia tras ver a su maestro en tal estado.

Isaac y Kailo al ver tal escena les era fácil intuir la degenerada tortura que aquel tigre o sus hombres llevaron a cabo contra el herrero, era algo imperdonable, pero finalmente todo había pasado. Para sorpresa de todos, la puerta de la jaula estaba abierta, ¿se habrían olvidado cerrarla o fue a propósito?, cualquiera que fuera el caso, el aprendiz fue el primero en entrar con toda prisa dirigiéndose hacia su maestro.

—¡Maestro Torke!, ¡por favor maestro despierte!, finalmente hemos llegado a usted… por favor maestro… no me deje…

Tiqulis abrazaba a su desnudo maestro con los ojos derramando lagrimas a montón, suplicando que abriera sus ojos, entre sollozos pronto oye una voz débil salir de los labios de Torke. La boca de Torke se mueve y sus ojos comienzan a abrirse lentamente, había recuperado el sentido y lo primero en ver era a su aprendiz.

—¿Tiqulis? -Cito su nombre con confusión y cierto regocijo.

—¡Si maestro!, soy yo… soy Tiqulis.

Los bandidos habían sido vencidos, su jefe silenciado y el maestro herrero rescatado, pero aun quedaba retornar a la ciudad de Arquion, esta aventura personal estaba cerca de su final.

Continuara…
 

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CAPITULO 36

Luego de haber liberado a Torke Almaforga, lo llevaron cuidadosamente al campamento bandido en donde le brindaron agua, comida y su ropa, era fácil encontrar todo lo que precisaban allí, mientras el maestro herrero tomaba asiento, comía algo y bebía agua, su aprendiz le explicaba la situación que lo llevo a terminar allí.

—Con que eso ocurrió…

Torke miraba al humano con notoria impresión, una reacción típica de los Sapien que le conocen por primera vez, cuando escucho las anécdotas en torno a su rescato, siendo ese humano la persona principal en aceptar ayudarle y cuya fuerza fue la clave en mayor parte para derrotar a los bandidos, esa impresión en torno a él se volvió increíblemente positiva.

—Muchísimas gracias, joven humano -El oso inclino su cabeza hacia abajo.

—No es necesario las formalidades señor Torke -Isaac insistió —Cuando vi la desesperación de Tiqulis tras su desaparición, no podía quedarme de brazos cruzados, poseo la fuerza para luchar, ¿entonces porque no usarlo para obrar bien?, y luego de oír su historia de como le conoció, ¡estaba determinado a salvarse cueste lo que cueste!.

Tal noble actitud, el oso herrero sintió en aquel humano un aura dotado de benevolencia y rectitud, se recordó a si mismo en sus primeros días como aventurero, aunque lo fundamental de todo aventurero era sobrevivir y hacer dinero, Torke siempre tuvo una mentalidad y moral guiado hacia el bien y la bondad.

Torke luego volteo en dirección para mirar fijamente a un Khenya boca abajo en el suelo y totalmente inmóvil, como había oído por medio de su aprendiz, aquel tigre que alguna vez fue su amigo y compañero aventurero en el pasado, ahora estaba muerto. Envenenado hasta la muerte por asesinos enviados de aquella organización criminal a la que perteneció alguna vez, “Los Cuatro pilares del mal”.

—¿Maestro Torke?, ¿se encuentra bien? -Su aprendiz pregunto preocupado al ver su mirada perdida.

—Si… ya todo esta bien -Un sonriente Torke le contesto.

—Una vez que termine de comer, podemos regresar tranquilos a la ciudad de Arquion -Aseguro el lince.

—Aun no… aun tengo algo pendiente por hacer aquí -Afirma el úrsido herrero.

Luego de terminar de comer, Torke guio al resto hacia una parte de la cueva en donde se pegó a una pared y empezó a golpearla despacio, nadie entendía el propósito del porque con excepción de su aprendiz.

—Maestro Torke, ¿realmente se los enseñara? -Pregunto Tiqulis.

—De no ser por ellos, no nos volveríamos a reencontrar, no tengo duda en lo que hago en este momento -Contesto Torke.

—(¿Enseñarnos algo?, ¿de qué se tratará?) -Pregunto el humano con curiosidad en sus pensamientos.

Las acciones de Torke le llevan entonces a empujar lo que era una pared falsa de roca hecha de un bronce ligero, con habilidad fue pintada para ser camuflada como parte de la rocosa estructura de la pared. Al quitarse aquella falsa pared se revela un camino lo suficiente grande y ancho para que el propio Torke se introdujera en este, llamo al resto quien los acompaño y al adentrarse llegaron a una zona oculta que dejo tanto al lince como al humano perplejos.

—¿Es esto cobre?... -Pregunto Isaac.

Aquel oculto lugar daba con un área repleta de depósitos de cobre, una mina llena de dicho material, la proporción en cantidad de lo que había, data para durar por décadas y quien sabe, quizás hasta un siglo. Pero eso no es todo, aquel cobre que yacía allí tenía concentrado energía mágica en su interior.

—No es cualquier veta de cobre… ¡es cobre mágico! -Exclamo Kailo —Hay veces que en que zonas con grandes concentraciones de magia natural y deposito de minerales se funden para generar este resultado, o incluso, han sucedido que sitios de enormes concentraciones naturales de magia originan depósitos de minerales de naturaleza mágica.

—Esto es la mina personal del maestro Torke -Revela Tiqulis —Los únicos que conocíamos de este lugar, era el maestro y yo.

—¿¡Es esta la mina personal de tu maestro!?, ¿¡y esta bien que nos la enseñes!?, ¡habíamos quedado en que no había problema en ocultar su ubicación! -Manifestó Isaac.

—Incluso si es necesario, Isaac y yo nos vendaremos los ojos al regresar a la ciudad, de esa manera no sabremos donde esta esta cueva -Kailo ofreció amablemente aquella decisión.

El maestro herrero declino la oferta del lince, y le dejo al humano en claro que no le importaba en absoluto que los dos conocieran tanto la ubicación de la cueva como también de la zona secreta donde esta su veta secreta de cobre que además era mágico.

—Ustedes han salvado mi vida, por alguien a quien poco conocían, incluso mantuvieron a salvo a mi preciado aprendiz -Expresa Torke su agradecimiento —No había a nadie de confianza a quien acudir, le pedí a mi aprendiz no divulgar la ubicación de este lugar incluso si no volviera, cuando fui capturado me aferre con la esperanza de encontrar una manera de volver y esa esperanza eres tú, Isaac el humano.

—Ha sido un placer haberlo ayudado señor Torke, siempre que lo necesite, estaré allí para echarle una mano, palabra de humano -Isaac se dio un leve golpe en el pecho en señal de promesa.

Los cuatros con júbilo rieron alegrando la atmosfera tras una ardua batalla y una experiencia horrible vivida por el maestro herrero, la razón del oso de llevarlos allí no era solo para conocer su veta personal de cobre, sino también de tomar algo de este para llevar a su herrería en Arquion. Por fortuna Torke lo tenia todo planeado, dentro del lugar se hallaba un carro minero hecho de bronce, guardado allí mismo para ser utilizado cuando el úrsido volviera, podía entrar como salir sin problema por la entrada secreta.

Torke se encargó de minar parte del cobre dado a que tenía la experiencia y habilidad para hacerlo con eficacia y menor tiempo, Tiqulis se ofreció a ayudar también a minar con la finalidad de aprender, a lo que su maestro accedió gustoso. Isaac y Kailo se encargaron de llevar el carro minero llena hacia la carreta que aguardaba afuera, aquel por el cual vinieron al principio en el rescate del maestro herrero. Cargaron unas cuantas cantidades más hasta llenar la carreta, pusieron los minerales mágicos en bolsas y se prepararon para partir, ya no tenían nada que hacer allí.

—¿Qué que hay de las cosas que dejaron los bandidos en la cueva? -Pregunta Kailo.

—Vendré con Tiqulis más tarde para recogerlas y llevárselas a las autoridades de Arquion, si todo lo de ahí es robado, entonces es mejor dejas las cosas en manos de la ley -Torke contesto.

Evitando filtrar la ubicación de la cueva, Torke inventaría la historia de su encuentro con bandidos, su inminente captura para ser llevado a una guarida en un bosque y de cómo el humano le rescato y salvo la vida.

—Entiendo lo usar un bosque para ocultar la cueva, ¿pero es necesario contar también sobre mí? -Pregunta Isaac.

—¡Por supuesto que sí!, eres mi salvador, además algo de crédito por salvar al herrero de la ciudad no te viene mal, ¿verdad?.

Torke tenia un punto bastante a favor, la reputación de Isaac y Kailo como aventureros repercutiría de manera positiva cuando las noticias sobre el rescate del maestro herrero llegaran a oídos de todos. En este momento el humano debe ganarse la confianza de los aventureros y la gente de Arquion, este acto sin duda le ayudara a forjar aquella confianza en ellos.

[—————]​

En las afueras de la cueva, la carreta se movilizo para emprender el retorno de Isaac y compañía hacia la ciudad de Arquion, sin saberlo, desde la proximidad y oculto en la hierba, se encontraba un Sapien rata de pelaje grisáceo quien con cautela mantuvo la cabeza agachada mirándolo desde las sombras hasta que la carreta marchándose se perdió a la vista.

—Fue buena idea escapar con el resto…

El Sapien se revela como parte de aquellos subordinados que habían huido tras descubrir la identidad de los agresores de su jefe, que eran asesinos enviados por aquella organización. Pero no todos pensaban en huir lo bastante lejos, él tenía otros planes en mente.

—Nadie más ha salido de allí, tampoco el asesino que enveneno al jefe, ¿habrá muerto? -Se pregunto el Sapien —Tampoco he visto que llevaran el cuerpo del jefe en esa carreta, lo que significa…

El roedor sonrió regocijado de codicia, su plan era esperar a que hubiera una posibilidad de que el asesino fuera eliminado y cuando aquel humano como el resto se marchara, dejarían el cuerpo de Khenya pudrirse allí. Entonces pensó en entregar la cabeza del cadáver de su asesinado jefe a “Los Cuatro pilares del mal”, obtener el dinero de la recompensa y quien sabe, un puesto en tal organización.

—¡Va a anochecer pronto, debo ir ahora!.

Con gran entusiasmo corrió hacia la cueva, ya no podía esperar más, llevaba consigo una espada de bronce, bastaría para cortar la cabeza del cuerpo y llevárselo en un saco que hallaría en el mismo campamento, pero el problema será una manera de contactar con aquella organización, aquel asunto lo pensaría con más detalles una vez obtuviera la cabeza de Khenya.

—¡Ya casi llego!, ¡ya casi estoy!...

Sin embargo, al llegar al campamento donde yacía el cuerpo de Khenya, pronto se detiene de golpe, el rostro del roedor se tiñe en una mezcla de confusión, incertidumbre y miedo. Porque había dado con otra cosa que no era aquel cadáver, algo que despertó un fuerte sentimiento de desesperación en su interior.

Continuara…
 
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