Brave
Elijo creer.
Mis sueños son tan raros que llegan sin avisar y en épocas de mi vida muy complicadas, no suelo soñar demasiado, pero cuando sueño logro recordar muchos detalles de la secuencia onírica. A veces me despierto llorando o angustiada por lo que suceden en ellos, a veces, esa tristeza me dura todo el día hasta que por casualidad y por el rigor de la vida diaria y la necesidad de estar conciente hace que todo lo malo del sueño se vuelva nebuloso y casi imperceptible como un mal recuerdo.
Pero lo que deseaba contar son los tres sueños casi idénticos que tuve recientemente en un cierto período de tiempo corto y que estaban, muy seguramente, relacionados entre sí ya que la temática de los mismos era casi la misma.
La primera noche que soñé, recuerdo que en el sueño estaba en la puerta de la casa donde me crié que se encuentra detrás de la casa donde actualmente vive mi padre. En el sueño era una noche estrellada y la observaba por encima del techo del hogar de mi padre, las luces de las estrellas titilantes brillaban en la noche oscura y tenía un presentimiento en el pecho, en el sueño mi familia estaba en la casa donde estaba en ese momento yo observando el cielo nocturno mientras que las estrellas primero acogedoras y ágiles, se acercaban cada vez más como cayendo a la tierra, sobre nosotros, sin yo poder hacer nada.
El segundo sueño, unos días después, no sé cuántos, dormí y me volví a ver en la puerta al patio de mi antigua casa y el cielo nocturno volvió a estar estrellado y sobre el firmamento unos autos con paracaídas hacían piruetas y figuras en el cielo. Como en el sueño anterior, al principio el cielo nocturno, las estrellas, las luces, la inmensidad y el sentirme pequeña frente a eso me reconfortaba pero luego de un momento el sueño se volvía pesadilla y los autos antes coordinados, chocaban entre sí cayendo sobre mi casa y pude ver como la dejaban hecha escombros y tuve la certeza que mi familia estaba debajo de las rocas y no pude salvarlos.
El tercer y último sueño, unas semanas más tarde, me encontraba en el mismo lugar que los sueños anteriores, en la puerta de la casita de mi infancia, presintiendo que mi familia estaba en su interior y en el cielo nocturno pude ver un cohete espacial preparándose para lanzarse al espacio, tan cerca de mi casa, tan imponente y con la certeza en mi corazón de que caería sobre nosotros, lo vi encenderse y comenzar a elevarse pero luego algo salió mal y descendía, nuevamente sobre nosotros, en ese momento me desperté.
No tengo que decirles que cada despertar era angustiante y que después del tercer sueño investigué y usé toda mi lógica para entender por qué siempre en el mismo lugar, la casa de mi infancia, el lugar al cual considero el más seguro de todos los lugares, siempre terminaba destruido. Por qué no podía salvarlo y salvar a mi familia y por qué siempre algo nos caía del cielo.
Las explicaciones que me dí a mí misma tal vez las cuente en alguna otra entrada. Solo quería narrar mis particulares sueños y aclarar que desde que puse un atrapa sueños en la cabecera de mi cama ya no volví a soñar, mejor dicho, no volví a recordar mis ensoñaciones.
Ojalá que ya no vuelva a soñar cosas que me lastimen, tal vez el artilugio sirva, es creer o reventar o tal vez, creer o que el cielo se te caiga encima.
Saludos.
Pero lo que deseaba contar son los tres sueños casi idénticos que tuve recientemente en un cierto período de tiempo corto y que estaban, muy seguramente, relacionados entre sí ya que la temática de los mismos era casi la misma.
La primera noche que soñé, recuerdo que en el sueño estaba en la puerta de la casa donde me crié que se encuentra detrás de la casa donde actualmente vive mi padre. En el sueño era una noche estrellada y la observaba por encima del techo del hogar de mi padre, las luces de las estrellas titilantes brillaban en la noche oscura y tenía un presentimiento en el pecho, en el sueño mi familia estaba en la casa donde estaba en ese momento yo observando el cielo nocturno mientras que las estrellas primero acogedoras y ágiles, se acercaban cada vez más como cayendo a la tierra, sobre nosotros, sin yo poder hacer nada.
El segundo sueño, unos días después, no sé cuántos, dormí y me volví a ver en la puerta al patio de mi antigua casa y el cielo nocturno volvió a estar estrellado y sobre el firmamento unos autos con paracaídas hacían piruetas y figuras en el cielo. Como en el sueño anterior, al principio el cielo nocturno, las estrellas, las luces, la inmensidad y el sentirme pequeña frente a eso me reconfortaba pero luego de un momento el sueño se volvía pesadilla y los autos antes coordinados, chocaban entre sí cayendo sobre mi casa y pude ver como la dejaban hecha escombros y tuve la certeza que mi familia estaba debajo de las rocas y no pude salvarlos.
El tercer y último sueño, unas semanas más tarde, me encontraba en el mismo lugar que los sueños anteriores, en la puerta de la casita de mi infancia, presintiendo que mi familia estaba en su interior y en el cielo nocturno pude ver un cohete espacial preparándose para lanzarse al espacio, tan cerca de mi casa, tan imponente y con la certeza en mi corazón de que caería sobre nosotros, lo vi encenderse y comenzar a elevarse pero luego algo salió mal y descendía, nuevamente sobre nosotros, en ese momento me desperté.
No tengo que decirles que cada despertar era angustiante y que después del tercer sueño investigué y usé toda mi lógica para entender por qué siempre en el mismo lugar, la casa de mi infancia, el lugar al cual considero el más seguro de todos los lugares, siempre terminaba destruido. Por qué no podía salvarlo y salvar a mi familia y por qué siempre algo nos caía del cielo.
Las explicaciones que me dí a mí misma tal vez las cuente en alguna otra entrada. Solo quería narrar mis particulares sueños y aclarar que desde que puse un atrapa sueños en la cabecera de mi cama ya no volví a soñar, mejor dicho, no volví a recordar mis ensoñaciones.
Ojalá que ya no vuelva a soñar cosas que me lastimen, tal vez el artilugio sirva, es creer o reventar o tal vez, creer o que el cielo se te caiga encima.
Saludos.