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Fanfic Mi Hija | Date a Live Fanfic

Vega0313

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Hola, queridos visitantes de Date a Live Fans Resurrection. El día de hoy les traigo un fanfic un poco inusual en cuanto a la forma de escribir se refiere, siendo este uno en formato teatro o guión como algunos suelen llamarle, sobre la pareja de Itsuka Shidou y Ellen Mira Mathers. Sin más que decir, comencemos.

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Mi Hija
(Shidou and Ellen)

Capítulo 1

Es tu hija, Itsuka Shidou

Shidou y Ellen habían cometido un error, uno que ninguno de ellos sabría hasta pasado un tiempo.

El mundo de ambos, estaba a punto de cambiar.

Unos nueve meses después.

Shidou: Kotori, iré por Kinako Pan

Kotori: ¡Trae paletas!

Shidou: Solo sí haces la tarea.

Kotori: ¡Malo!

Shidou entonces abre la puerta, pero una no muy agradable sorpresa apareció.

Shidou: ¡Ellen!

Ellen: Itsuka Shidou—murmuró ella, roja por alguna razón y con un bulto entre brazos—. No grites o despertarás a tu hija.

Shidou: Oh, así que eres madre.

Ellen: ¿Acaso eres idiota?

Solo hasta ese momento Shidou proceso las palabras que Ellen le dijo.

Shidou: ¡¿Qué?! —gritó él, siendo callado por Ellen.

Ellen: Te he dicho que no grites o despertarás a tu hija—le recordó ella, mientras mostraba a una hermosa bebé—. Lo que me hiciste hace nueve meses no tiene perdón.

Shidou: Estoy muerto.

Ellen: No pienso matarte.

Shidou: ¿Eh? No me refería a ti, ya que te vencí la vez pasada.

Ellen: Y me diste una niña.

Shidou: Okay, eso sonó mal—Ellen estaba cansada y eso no pasó desapercibido por él—, me refiero a las chicas. Sí se enteran, tú y yo estaremos muertos.

Ellen: Ese es el problema.

Shidou: ¿Por?

Ellen: Nightmare ya lo sabe y está intentando matarme.

Shidou: Esa Kurumi... —mira en lo alto de un casa como sobresalía el peinado de ella— «Parece ser que cuando se pone celosa, no puede esconderse»

Ellen: ¿Puedo pasar?

Shidou: ¿Prometes no hacer locuras?

Ellen: Lo prometo—dijo ella con seriedad.

Shidou: Estás cruzando los dedos—señaló él.

Ellen: Al menos di que lo estoy intentando.

Shidou se limitó a soltar un suspiro. Era evidente que entre ellos dos seguía esa enemistad, producto de sus dos organizaciones.

Shidou: Bueno, adelante.

Ellen: Gracias.

Estar dentro del hogar de los espíritus era algo que Ellen y DEM siempre trataban, pero nada se concluía en sus incursiones.

Shidou: ¿Es mi hija?

Ellen: En efecto.

Shidou: ¿No mientes?

Ellen: ¿Cuándo te he mentido?

Shidou: ¿Quieres que responda?

Ellen: ¿Cuántas veces te he mentido con respecto a algo que no sea una misión?

Shidou: ¿Cómo se que no es una misión?

Ellen: ¿Quieres preguntarle a Nightmare?

Shidou: Oh, cierto—él había olvidado ese detalle, por lo que le puso seguro a la puerta.

Ellen: Eso no la detendrá.

Shidou: ¡No se me ocurre nada! —exclamó él, sintiendo entonces los celos crecientes de Kurumi—. «Me va a matar... O a violar... Me va a violar y después me va a matar»

De pronto, un llanto lo sacó de sus pensamientos.

Ellen: Ya tiene hambre.

Shidou: ¿Qué le vas a dar?

Ellen: Eres un tonto, Itsuka Shidou—le recordó ella, haciendo que el pobre casi se cayera por la respuesta—. Obviamente le daré leche. No tiene mucho de nacida.

Shidou: Ya veo.

Él no pudo apartar su mirada de Ellen, ya que estaba curioso de ver a la pequeña.

Justo en ese momento, Ellen destapó su saco y desabrochó su camisa dejando ver uno de sus pechos, provocando entonces que el pobre de Shidou se sonrojara, apartando su vista de ella.

Ellen: ¿Qué sucede?

Shidou: No pensé que hicieras eso.

Ellen: Es una bebé, no le puedo dar aún leche procesada.

Shidou: Entiendo.

Ella no pudo evitar suspirar. También estaba en las mismas condiciones. Sus nervios estaban a flor de piel, puesto que era la primera ocasión que veía al padre en mucho tiempo y este, la vería amamantar a su hija.

Ellen: Deberías de verla—sugirió ella, mirando por el rabillo del ojo al chico que le cambió su mundo.

Shidou entendía que esto era algo natural. En algún momento de su vida debía presenciarlo, por lo que se calmó, tomando así la sugerencia de Ellen.

Lo que veía no tenía precio.

Shidou: Te ves hermosa—murmuró, haciendo sonrojar a la miembro de DEM.

Ellen: No digas estupideces.

Para Shidou no era una estupidez. El verla alimentar a su niña producía una serie de sentimientos nuevos en él. Se podía decir, que incluso Ellen se veía más hermosa, incluso parecía frágil a la hora que le daba de comer a su pequeña, pero también fuerte, como si estuviera lista para defender a su retoño sin importar de quién se tratase.

Shidou: Eres una buena madre.

Ellen: Es tu culpa que lo sea—respondió con un ligero rubor en sus mejillas.

Una sonrisa adornó el rostro de Shidou. No podía reclamarle eso último, ya que él era el único culpable de la escena que presenciaba.

Kotori: Onii-chan, ¿Todavía no te vas?... Ellen

Shidou: ¡Kotori!

Lamentablemente, aquella aura de paz entre ambos se vio quebrantada tras escuchar la llegada de la hermanastra del chico.

En un abrir y cerrar de ojos, la menor tomó sus cintas negras, por lo que la comandante entraría en escena.

Kotori: ¿Qué sucede aquí?

Shidou estaba a punto de responder, hasta que Ellen tomó la palabra.

Ellen: ¿No lo ves? Estoy alimentando a mi hija... Quien por cierto, es hija de tu hermano.

Kotori: ¿Eh?

Shidou: Sí tener a Kurumi enojada era un peligro, ahora has hecho que mi hermana desee tu cabeza.

Ellen: ¿No estaría feliz?

Kotori: ¡SHIDOU!

Shidou: No lo creo...


Kotori se encontraba molesta, bueno, decir que estaba molesta era poco. Su ira era tan grande que sus poderes comenzaron a desbordarse, obligando a Shidou a tranquilizarla con un abrazo y explicarle la situación.

Kotori: ¿Por qué de todas las personas fue ella? —preguntó, dolida por saber que esa niña era su sobrina.

Shidou: Fue cuando nuevamente perdí el control sobre mis poderes.

Kotori: ¿Qué tienes que decir al respecto, Mathers? —su ira apenas se encontraba estable.

Ellen: Fue algo que sucedió, yo... —la pena le venció y no pudo evitar recordar con deseo esa tarde de hace nueve meses—. Sé que nunca nos llevaremos bien, pero tampoco creí correcto esconderla de su padre.

Shidou: Ellen...

Ellen: No lo amo, pero él debe saber de ella—continuó, no sin antes ver a su niña—, me alegra que él haya sido el padre.

La comandante de Ratatoskr no sabía que decir. Estaba molesta, dolida, traicionada por las acciones de su preciado Onii-chan, pero también encontraba celos en el camino, unos que chocaban con la mínima felicidad de ver a su pequeña sobrina.

No podía pedirle que se fuera, ya que al final ella había llegado tan lejos como para darle una noticia así a su hermano.

Ellen: Vine también para ver si podía quedarme un tiempo.

Kotori: ¿Por qué?

Ellen: Además de Kurumi, Westcott es la otra persona que me preocupa.

Kotori: ¿A qué te refieres? —ahora Ellen había llamado su atención, soltando así a su preciado Onii-chan.

Ellen: Una niña nacida de la maga más poderosa y del chico cuya habilidad de usar los poderes de los espíritus es algo, como decirlo... Único, que merece ser estudiado.

Shidou: ¿Ella posee poderes?

Ellen: No lo sé... Y eso es lo que me preocupa.

Kotori: Tu jefe debe estar ansioso por hacer pruebas con ella.

Ellen: Él no lo sabe.

Tanto Shidou como Kotori abrieron más los ojos por la impresión de dicha noticia.

Entendían que Ellen era su subordinado más confiable, pero que ella no le haya dicho así, o que incluso fuera capaz de haber ocultado su embarazo, era difícil de creer.

Ellen: Tuve que poner muchas excusas y mentir en otras cosas para que AST y las Nibecol se encargaran de mis deberes.

Shidou: ¿No se dio cuenta de que pasaba algo?

Ellen: No puedo hablar de eso de momento—respondió con un todo seco, pero triste.

Kotori: Bueno, dejando de lado el problema de tu jefe. ¿Qué le hiciste a Nightmare?

Ellen: Me burlé de ella en una pelea al decirle que fui la primera en... —ella no pudo seguir ya que la pena la venció esta ocasión.

Shidou y Kotori creyeron saber lo que iba a decir, ganándose más desprecio de parte de la niña, haciendo que esta le diera un golpe a Shidou en el estómago.

Shidou: ¿Eso por qué fue?

Kotori: Yo quería ser la primera.

Shidou: Lo siento.

Kotori: En la noche lo hablamos... Hermano.

Shidou sabía que ya no había vuelta atrás con su hermana. Solo rezaba que algo cambiara la situación para bien.

¿?: Ara, ara; mi pobre Shidou-san esta siendo maltratado por mi dulce hermanita.

Shidou: Rayos...

Kotori: Kurumi...

Una mancha oscura se formó detrás de Shidou de donde salió una hermosa joven de tez blanca que no dudo de abrazar al chico.

Kurumi: Estoy de regreso, Shidou-san.

Ellen: Nightmare.

Kurumi: Ahora atenderé este asunto contigo—ella no dudó en usar a Zafkiel frente a Kotori, quien no se movió ante esto—. No dejaré que le hagas daño a Shidou-san.

Ellen: ¿Podrás hacerle daño a su hija?

Kurumi: Ella no lo es...

Ellen: Lo es, Nightmare—Ellen terminó de darle de comer a su hija, dejando entonces su rostro expuesto donde una niña con ligeros cabellos azules y ojos amatistas les miraba con curiosidad—. Es su hija y nada podrá cambiar eso.

Esperen el siguiente capítulo 7u7.
 

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Mi hija
(Shidou and Ellen)

Capítulo 2

Sueños de un corazón noble

Era difícil saber con exactitud lo que Nightmare sentía en su corazón. Shidou tenía una idea con el tiempo, pero no podía comprobarla, o al menos eso creyó hasta ahora.

Kurumi: ¿Por qué?... No, mejor dicho, cómo es que "tú", de todas las personas, tuvo la oportunidad de tener una hija con Shidou-san.

Ellen: Las circunstancias de todo esto fueron "especiales".

Kotori: Básicamente, el no haber encontrado a Shidou a tiempo concluyó con ustedes dos haciendo algo que no se debía llevar a cabo, nunca—expresó ella, mostrando un rostro cada vez más deprimido por la idea de haber perdido la oportunidad de ser la primera persona en otorgarle un hijo a su preciado Onii-chan—. Que problemático es todo esto.

Ellen: Ni que lo digas.

Shidou no podía estar menos conforme con la situación. Era un milagro que su hermana no se haya invertido con la noticia, eso le ayudaba mucho, sobretodo, porque debía lidiar con Kurumi, quien se mostraba reacia ante la idea de que él tuviera una hija con la mujer que tanto daño les ha hecho.

Shidou: «Debo hacer algo para evitar que ella se sienta mal» pensó, observando el lenguaje corporal que Kurumi mostraba.

Ellen: Sé que me odias, Nightmare—habló—, pero no estoy aquí para acabar con la vida del padre de mi hija.

Kurumi: Puede ser verdad, pero eso no quiere decir que no lo vas a hacer—respondió ella de forma tajante, mostrando cierta rabia que era rara en su persona—. Te conozco, sé que si Westcott te pide que lo mates, no dudaras en hacerlo. Así es tu naturaleza y nada podrá cambiarla, ni siquiera tu hija.

El silencio reinó tras esas duras palabras dedicadas a la mayor, quien se limitó a ver a su hija, quien estaba a punto de quedarse dormida tras beber su dosis de leche materna.

Kotori ya se temía esta situación. Por más que odiara a ambas mujeres, no podía permitir darse el lujo de llegar a verlas luchar, al menos no en una situación como esta. Con su mirada, le pidió a Shidou que interviniera, en especial con Nightmare, quien actuaba diferente.

Shidou: Tranquila, Kurumi—él tomó a la morena por los hombros, sorprendiéndola y calmándola levemente—. Eso que dices no va a pasar.

Kurumi: No lo entiendes, yo...

Shidou: Estás preocupada, lo sé, te conozco—en sí, no la conocía del todo, pero sus clones siempre le daban una idea como era ella en el fondo—. Por esto te pido que confíes en mí.

¿Cómo podía pedirle eso? ¿Acaso olvidaba quién era ella?

Kurumi ya se encontraba a la vuelta de la desesperación; la angustia consumía su corazón y su mente le gritaba una y otra vez que no fuera estúpida, que no cayera en las mentiras que Ellen le infundó.

Shidou: Kurumi—habló nuevamente, tomándola en un abrazo que sorprendió aún más al espíritu—, por favor, confía en mí como yo confío en ti.

No había forma de que ella se negara a sus palabras hoy en día. Simplemente ya no podía hacerlo, lo amaba tanto que ese era su Talón de Aquiles.

Kurumi: Confiaré en tu juicio, Shidou-san.

Shidou: Gracias.

Kurumi: Pero para eso, debo ser yo la siguiente a la que la harás madre.

Shidou: ¿Eh?

Kotori: ¡Suficiente! ¡Quien será la madre del próximo hijo de Shidou, seré yo!

Kurumi: Ara, ara, Kotori-san; jamás creí ver ese lado tuyo.

Kotori: Si te mato en este momento, ya no podrás ser madre.

Kurumi: ¡Que mala!

De alguna manera, el ambiente se había relajado, haciendo que la conversación tomara un rumbo cómico entre todos.

Shidou no podía soltar a Kurumi, bueno, era ella quien no quería soltarlo, ya que el ser abrazada por la espalda, sintiendo el mentón de Shidou sobre su cabeza, era un sueño hecho realidad.

Ellen: A todo esto, ¿Dónde están el resto de los espíritus?

Kotori: Se encuentran fuera, por lo que no podrás hacerles nada.

Ellen: ¿De verdad crees que podría hacerles algo en este estado? —ella nuevamente les mostró a su hija, quien de alguna forma se relajó en medio de tanta palabrería.

Kotori: Agradece que fuéramos Kurumi y yo las únicas que sepamos de la relación entre esa niña y Shidou.

Ellen: Y en verdad lo agradezco.

Kotori: Que remedio.

Muchas ideas cruzaron la cabeza de la comandante, pero solo llevaban a callejones sin salida, exceptuando algunos casos los cuales no deseaba seguir hilando.

Si ella no deseaba que su hija estuviera en manos de Westcott, lo mejor era dejarla con ellos. Lamentablemente, la idea iba a ser objetada por ella, ya que como veía, el ser madre la cambió.

Kotori: No quieres dejar a tu hija de lado, ¿no?

Ellen: En efecto.

Kotori: Será un problema con Westcott estando a tu lado.

Ellen: No se me ocurre nada para evitar que se entere... Las Nibecol pueden contenerme, ya que desde que di a luz, mis habilidades decrecieron.

Shidou: Entonces quédate, Ellen-san.

Ellen: Aunque detestaría estar cerca de ti, es la única opción que se me ocurre por el momento.

Shidou: Gracias por ser tan sincera.

Ellen: De nada.

Kurumi no era fan de dicha idea, en especial, conociendo de lo que era capaz de hacer Ellen-san con el fin de complacer a Westcott.

Kotori: ¿Cómo le harás para deslindarte de DEM y de Westcott?

El rostro de la Wizard se tornó serio. Era evidente que ya tenía una idea, pero sería arriesgada.

Ellen: Necesito que me derroten.
 

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Mi hija
(Shidou and Ellen)

Capítulo 3

Sonrisas de Kinako Pan
Ellen había llevado a su hija a la habitación de Shidou a petición de la comandante de Ratatoskr. Los cuatro debían discutir la propuesta de la mayor, puesto que un escenario como tal sería poco convincente.

Shidou: ¿Y cuál es el plan?

Ellen: Buscar una forma en que yo sea derrotada.

Shidou: No quieres despegarte de tu hija, ¿Verdad?

Ellen: No confío en ustedes.

Kurumi: Que curioso sentimiento.

Ellen: Solo una madre debe criar a su hija—agregó, mostrando una mirada orgullosa—, y tú aún no eres madre.

Aquel comentario se ganó una mirada molesta de parte de Nightmare, pero al estar junto a Shidou le calmaba, lo cual agradecía el pobre.

Kotori: «¿Por qué actúa de esa forma» pensaba ella, ya que Kurumi solía ser más refinada en sus comentarios—. Dejen de lado las discusiones y ayuden a formular un plan.

Shidou: Entendido.

Kurumi: Como desees, hermanita.

Kotori: Solo Shiori-san es mi hermana.

Ese último comentario hizo que Shidou se pusiera nervioso, ya que Kurumi deseaba la última ocasión ponerle un sostén a Shiori.

Kurumi: Ahora que recuerdo... —ella de inmediato miró a Shidou, sonriendo con malicia lo que ocasionó que el joven temiera por su masculina vida—... Hace tiempo que no veo a Shiori-san.

Ellen: ¿Shiori-san? ¿Hay alguna otra Itsuka?

Kotori: Algo así—respondió la comandante—. El punto de todo esto es idear el escenario ideal para que te derrotemos, pero, ¿Qué sucede después?

Ellen: Me capturan y listo.

Kotori: ¿Es todo?

Ellen: No veo la necesidad de idear un plan más elaborado que este.

Kotori: Creo que tendré que hablarlo con Reine.

Ellen no entendía nada. A su forma de ver, el plan era sencillo; ella fingía ser derrotada y ellos la capturaban, lo cual obligaría a Westcott a idear un plan con las Nibecol que apenas y podrían vencer a algunas chicas si ella las coordinaba para derrotarlas.

Otra cosa que ella no entendía del todo, era la persona que Kurumi y Kotori nombraron, que por alguna extraña razón, hacía sudar al padre de su hija.

Kotori: Bueno, solo queda...

¿? : ¡Shidou! ¡Ya regresé!

Kotori y Shidou: ¡Maldición!

Kurumi: Ara, ya llegó Tohka-san—dijo ella sonriéndole con malicia a Ellen—. Creo que me retiro de momento...

Kotori: Tu no te vas—advirtió ella, invocando a Camael y apuntando directo a la cabeza de Nightmare.

Kurumi: Bueno, me quedaré un poco más...

Kotori: Así me agrada.

Justo en ese momento ingresó Tohka. El verla feliz cargando una bolsa de Kinako Pan era capaz de sonrojar a Shidou, quien se ganó unas miradas molestas de parte de las dos chicas y una llena de duda por parte de la mayor.

Decir que Tohka era un genio, era como decir que el agua no moja, pero ella era lo suficientemente lista para saber que algo andaba mal.

Tohka: ¡Kurumi! ¡¿Qué haces con Shidou?!

Kurumi: Dándole cariño.

Tohka: ¡Suéltalo!

Kurumi: No gracias—mira a Kotori, quien seguía con su arma—, por el momento quiero estar cerca de él.

Tohka: ¡Kotori! ¡Hay que hacer algo!

Kotori: Lo mejor es que te calmes, Tohka. Kurumi es el menor de nuestros problemas.

Tohka: ¿Por qué?

Ellen: Creo que se refiere a mí, Princess.

Solo hasta ese momento, Tohka notó a Ellen, invocando así a Sandalphon sin soltar su pan.

Tohka: ¿Vienes a dañar de nuevo a Shidou?

Ellen: No... Y aunque quisiera, no puedo.

Tohka: ¿A no?

Ellen: No—dijo ella, haciendo una pausa que rápidamente se ganó la atención de los otros tres jóvenes—. Ya que él es el padre de mi hija.

Kurumi, Shidou y Kotori se golpearon en la frente por culpa de la respuesta que Ellen le dió a Tohka.

Ahora estaban ante una posible inversión y lidiar con Tohka invertida ya requería más Kinako Pan del que podían comprar.

Tohka: ¿Eso es cierto? —preguntó ella, con evidente dolor en su voz.

Shidou: Tohka, yo...

Tohka: ¡Por qué me haces esto! —gritó ella, liberando energía los suficientemente fuerte como para estremecer el edificio.

Shidou: Tohka...

Tohka: Pensé que tú no eras así, Shidou. Parece ser que me he equivocado contigo.

Tohka subió las escaleras de inmediato, dejando ver apenas una lágrimas que bajaban por su bello rostro, ocasionando que Shidou se entristeciera.

Kotori: Eso pudo poner en peligro a tu hija.

Ellen: Ella está a salvo—contestó de forma tranquila para ver al padre de su bebé—. Incluso tengo confianza en que Itsuka Shidou lo arreglará.

Kotori: Parece ser que tienes buen juicio.

Ellen: Al menos de él, sí.

Shidou: Tengo que ir a verla—dijo, soltando así a Nightmare y siguiendo la dirección en la que Tohka se fue.

Ya arriba, Shidou buscó a Tohka en su habitación, pero al entrar no se la encontró. Intentó saber a dónde se fue, pero todas las ideas parecían imposibles salvo una...

Shidou: «Mi habitación»

El corrió rumbo a su cuarto. Ahí estaba su hija y no sabía qué podía hacer Tohka en un estado así, pero en el fondo, el confiaba en que ella no le haría nada. Una vez abrió la puerta, se llevó una gran sorpresa.

Frente a él estaba Tohka, llena de curiosidad, acariciando a la pequeña quien soltaba algunas risas mientras intentaba alcanzar a las manos de ella.

Shidou: Tohka...

Tohka: ¿Ella es tú hija?— Shidou únicamente pudo asentir. No sé sentía capaz de hablar sobre eso con ella—. Se parece a ti.

Shidou: Lo siento, fue algo que sucedió y yo...

Tohka: ¿Me amas?

Shidou: ¡Por supuesto! —exclamó, notando entonces la mirada llena de miedo que Tohka poseía.

Tohka: ¿Nunca me vas a abandonar?

Shidou: Nunca podría hacerlo.

Tohka: ¿Incluso si Ellen te pide que te vayas a vivir con ella?

Shidou: Nunca me iría, no sin ti, Tohka—le respondió con una sonrisa, antes de acercarse para abrazarla, reconfirmando el corazón de ella—. No podría vivir sin ti.

Tohka: Shidou... Te quiero.

Shidou: Yo igual, Tohka.

La risa de la pequeña alegró más el momento. Tohka tenía sentimientos encontrados, producto de todo esto, pero el ver a la niña, feliz y alegre le generaba un sentimiento extraño en su pecho.

Tohka: ¿Crees que algún día seré madre?

Shidou: Si lo creo—respondió él, tomando a su niña en brazos—. Y serás la mejor madre de todas.

Tohka estaba feliz por ese último comentario. Y aunque su corazón dolía, imaginarse una vida con Shidou lograba calmarla y hacerla feliz.

Ella deseaba el día en que fuera madre... La madre de los hijo de Shidou.
 

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Mi hija
(Shidou and Ellen)

Capítulo 4

Gustos peculiares

Kotori había dado aviso a Reine de la situación que se había dado. Era evidente que los miembros de Ratatoskr estaban ansiosos de conocer a la primogénita de Itsuka Shidou, sin importar que esta fuera hija de una de sus mayores amenazas.

Reine: ¿Así que Shin tuvo una hija con Ellen? —dijo ella desde el puente del Fraxinus.

Kotori: Más de esto lo castigaré—aseguró la hermana, tomando una de sus típicas paletas—. ¿Tienen un plan?

Reine: Ellen es la Wizard más poderosa que conocemos—informó—, pero un ataque combinado de parte de las chicas debería ser capaz de crear un escenario de derrota lo suficientemente realista como para hacerle creer a Westcott que la hemos capturado.

Kotori: ¿Entonces hay un plan?

Reine: No... Pero estamos trabajando en ello.

Kotori: Gracias, y por favor, informa a las chicas que regresen de inmediato para poder hablar de esto con ellas.

De pronto, alguien movió a Reine a un lado, siento este Kannazuki, quien se hallaba llorando desconsoladamente.

Kannazuki: ¡Usted no puede perder, comandante! ¡Recuerde que los pechos grandes llenan la mano de un hombre, pero los pechos pequeños de usted llenan el corazón de Shidou-kun! —Kotori no pudo más que ponerse furiosa por ese comentario, ordenando de inmediato que lo detuviaran—. ¿Eh? ¿Comandante? —él de repente había sido tomado por dos guardias.

Kotori: Por favor, llevénlo a la "sala especial".

Kannazuki: ¡No! ¡No de nuevo!

Con el pobre vice comandante a punto de ser castigado, decidieron que era momento de descansar un poco de todo lo acontecido.

Reine y Kotori se despidieron, pero la última no podía sacar las palabras de su subordinado, llevando así sus manos a sus senos cubiertos por esa tela que los ocultaba de la sociedad.

Kotori: «Tal vez debería usarlos para que Onii-chan los note... ¡Pero qué rayos! ¡Yo no se supone que piense en Shidou de esa manera cuando estoy usando los listones oscuros!» —sus pensamientos la traicionaban, sintiéndose frágil tras pensar por un momento que esa niña era suya—. Ojalá un día... Ojalá un día me veas como mujer... Tú mujer.

Tohka y Shidou bajaban por las escaleras. Los dos se habían arreglado, pero no querían dejar a la niña sola en la habitación de él, por lo que decidieron llevarla consigo.

Por un momento, Ellen sintió ganas de tomar a la pequeña en brazos, no porque desconfiara de las habilidades de Tohka, sino porque ver a Shidou con ella la hacía sentir extraña por dentro. Ella no lo amaba, eso estaba más que claro, pero por un segundo deseaba ser ella con quien bajara en compañía de alguien.

Ellen: Parece ser que estás mejor, Princess.

Tohka: Tu niña es muy linda... Pero si fuera mi hija, lo sería más—declaró ella, entregando así a la pequeña—. ¿Vas a vivir aquí?

Ellen: Por un tiempo, hasta que sepa que la pequeña Elizabeth no está en peligro—informó, tomando entonces a su niña para comenzar a mimarla—. Solo espero que comprendan mi situación, evitando que se lleven una sensación de amistad, porque de todos modos, somos enemigos.

Tohka: Lo mismo digo. No puedo dejar que tú te lleves a Shidou o que te comas mi Kinako Pan.

Ellen: ¿Eh?

Tohka: Ustedes son muy malos y no puedo perdonar lo que le hicieron a Shidou—le recordó ella a la madre—, pero tampoco dejaré que tú disfrutes del Kinako Pan o peor, que me lo arrebates de mi vida.

Ellen: No entiendo.

Shidou: Tranquila, solo no toques su pan.

Ellen: Puedo hacer eso.

Shidou: Por cierto, ¿Y Kurumi?

Kurumi: Ara, ara. ¿Ya me extrañaste, Shidou-san? —dijo ella, apareciendo con un nuevo vestido—. ¿Te gusta?

Shidou: Te ves muy linda.

Aquel comentario no pasó desapercibido por las otras dos femeninas, quienes aclararon sus gargantas para llamar la atención del chico, quien al verlas se quedó sorprendido.

Tohka: Pero yo me veo más linda, ¿verdad?

Ellen: No deberías decir cosas así como así, Itsuka Shidou.

Shidou: «¿Por qué siento que me quieren matar?»

Tras un par de minutos, dos personas más aparecieron siendo estas las hermanas Yamai, quienes al ver a Ellen, no dudaron en proteger a Shidou. Curiosamente, Tohka defendió a Ellen, diciendo que estaba bien que ella estuviera ahí, lo cual no pasó desapercibido por nadie, pero Shidou ya se daba una idea del porqué.

Kaguya en un inicio se molestó, acusando a Shidou se ser un pervertido que se va por la mayores, pero entonces Yuzuru le comentó que tal vez el prefería los pechos grandes, arrebatando a Shidou de Kurumi y haciendo que este tocase los suyos.

Yuzuru: Pregunta. ¿Qué tal están los míos?

Kaguya: ¡Eso es jugar sucio!

Yuzuru: Yo si entro en la categoría de sus gustos.

Ellen miró a Shidou con desprecio.

Shidou: No me mires así.

Ellen: Pervertido.

Kurumi solo estaba disfrutando del espectáculo acompañado de un poco de Kinako Pan que Tohka le había ofrecido. Sí en el algo era bueno su preciado Shidou-san, era en meterse en problemas amorosos.

Kaguya: Shidou-san también aprecia los pechos pequeños, ¿No? —ella tomó la mano de Shidou para que este sintiera sus senos—. ¿Te gustan?... No me importa que seas pervertido conmigo.

Shidou: ¡No lo soy!

Ellen: ¿Entonces cómo es que tú y yo terminamos con una hija?

Shidou: ¡Eso fue diferente!

Kurumi: A mí me hubiera encantado que Shidou-san me diera una tarde de pasión para tener una hija con él—declaró, sonriente de sus acciones—. Aunque no dejaría que me sellara aún.

Ellen: Al menos yo sí pude.

El rostro de Kurumi pronto cambió a uno más oscuro. Nuevamente, Ellen le había dado un duro golpe del cual no se recuperaría.

Kurumi: ¡Al menos yo sí estoy casada con Shidou-san! —gritó ella, llevándose las miradas de todas—. Creo que mejor me voy.

Kotori: ¿Te vas tan pronto, Nightmare?

Kotori, quien hasta ese momento se había mantenido en silencio desde que escuchó, la discusión, había entrado a la sala.

Su rostro mostraba desprecio por la morena, que junto a una sonrisa, lograron detenerla. Este era su poder, uno que iba más allá que el de todas ellas...

Este era el poder de la imouto.

Kurumi: Me quedaré callada.

Kotori: Eso espero.

De repente y sin previo aviso, la comandante tomó la mano de su preciado Onii-chan, llevándola así a su pecho y dejando impresionados a todos, en especial a Shidou.

Kotori: Los pechos grandes llenan la mano de un hombre, pero un pecho pequeño llena el corazón de mi Onii-chan.

Un extraño brillo empezó a rodear a Kotori. Ante la mirada de todas, parecía una diosa reclamando lo que por derecho le pertenecía. Incluso Ellen, la mujer que menos apreciaba a Shidou, parecía impactada con tal declaración.

¿Acaso ese era el gusto de Itsuka Shidou?

Shidou: «Espero que Natsumi no escuche esto, jamás»

Mientras eso pasaba en el edificio de los espíritus, en otro lado se hallaban dos niñas corriendo. Natsumi y Yoshino, dos pequeñas amigas, habían dejado su salida para después tras recibir la llamada de emergencia de parte de Reine, por lo que ambas iban corriendo para ver que sucedía.

Yoshino: ¡Más despacio!

Yoshinon: ¡Natsumi! ¡Recuerda que Yoshino es menos atlética!

Natsumi: Lo siento—respondió con un poco de culpa—, pero algo me dice que Shidou amará tenernos cerca.

Yoshinon: ¡Fufu! ¡Sí se trata de Shidou-kun, puedo dejarlo pasar!

Yoshino: ¡Yoshinon! ¡No pienses esas cosas!—en ese momento, Natsumi le tomó de la mano—. ¿Eh?

Natsumi: ¡Algo me dice que a Shidou le gustan los pechos pequeños!

El rostro de Yoshino se puso rojo ante ese comentario. No podía creer que el chico que le gusta pudiera tener esa clase de fetiches, pero si ese era el caso, ella tenía una oportunidad en contra de Kurumi y Tohka.

Yoshino: B-Bien... ¡Vamos!

Yoshinon: ¡Hurra!
 

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Mi Hija
(Shidou and Ellen)

Capítulo 5

Ellen no confía en las chicas...

La declaración de Kotori había sido un antes y un después en las chicas, incluyendo a la propia Ellen, quien de cierta forma, sentía la necesidad de refutar eso, pero lamentablemente, significaría volver a revivir el apasionado recuerdo de ser sometida por Itsuka Shidou.

Como era de esperar, Tohka sintió que su mundo se vino abajo por unos momentos, insistiendo que sus senos era perfectos para llenar el corazón de su amado Shidou, el cual no soltaba el pequeño pecho de la comandante. Kurumi, por su parte, se hallaba ligeramente celosa, ya que se había percatado de lo anterior, por lo que intentó disimular el tamaño de sus senos, pese a que esta tenía una buena medida para su juvenil cuerpo.

Ellen: Q-Que desvergonzado—soltó ella, desviando su mirada.

Shidou: ¡¿Por qué lo dices así?!

Tohka: ¡Los míos también pueden llenar tu corazón! —declaró, tomando la mano libre de su amado Shidou, posicionándola dentro de su vestido con el fin de que este sintiera su desnudo pecho—. ¿T-Te gusta?

Kotori: ¡Eso es trampa! —ella imitó a Tohka, llevando la mano de su Onii-chan hacia dentro de su vestido—. ¿Te gusta?

Shidou: Y-Yo... Ustedes... Lindas...

El pobre de Shidou apenas y podía hablar, pero entonces las hermanas Yamai intervinieron al ver que este estaba a punto de desmayarse.

Kaguya: Bueno, parece ser que Shidou ama cualquier tipo de pecho.

Yuzuru: Afirmación; los pechos de ambas llenan su corazón—ella ve a Kurumi con un aura oscura, dándose cuenta de lo que le pasaba—. ¿Crees que los pechos de Kurumi son lindos, Shidou?

Shidou apenas y pudo reaccionar.

Kaguya: ¿Qué haces? —susurró.

Yuzuru: No quiero que Shidou tenga que ir a una cita con Kurumi—señala a la nombrada—. Creo que es mejor que la haga feliz aquí.

Kaguya: Bueno—ella nuevamente mira a Shidou, pero esta vez molesta—. ¿Acaso no son lindos?

Shidou: Y-Yo...

Kurumi: No es necesario que Shidou-san mienta—habló ella con tristeza, lo cual era muy raro en ella—. Él ama los pechos pequeños y yo no puedo competir contra ellas.

Shidou: «¡¿Qué demonios le pasa?!»

Las hermanas Yamai lanzaron muchas miradas en contra del joven Itsuka, quien ante la presión de ambas, tuvo que ceder. Dejando a Tohka y a su hermana a un lado para aproximarse a Kurumi, quien ocultó su rostro con sus manos.

Shidou: Kurumi...

Kurumi: Ya sé que no soy hermosa para Shidou-san.

Shidou: ¡Eso no es cierto! —gritó él, tomando las manos de la morena—. ¡Kurumi es de las chicas más lindas que conozco! ¡Es imposible que no te ame por el tamaño de tus pechos! —finalizó, dándose cuenta a los pocos segundos de lo que había dicho.

Kurumi: ¡Shidou-san! ¡Sabía que te gustaba como era! —exclamó fuerte, abrazándolo y poniendo su rostro entre su pecho—. Ya sabía yo que no podías vivir sin mi amor... Y sin mi cuerpo.

Tohka: ¡K-Kurumi! ¡Déjalo!

Kurumi: ¿Ara? ¡Pero si le gusta!

Kotori: ¡Deja a Shidou!

Kurumi: No—contestó ella, mostrando su lengua.

Yuzuru: Molestia... Quiero golpearla.

Kaguya: ¡Deja a Shidou en paz!

La tensión en el lugar estaba creciendo y sin darse cuenta, esto comenzaba a afectar a a la niña quien soltó un llanto lo cual captó la atención de todas.

Ellen: Son muy ruidosas—dijo ella con tono molesto—. Ya cariño, mamá está aquí.

Ellen, actuando como madre, despertó aún más los celos de los jóvenes espíritus. Aún con todos los sueños que tenían, ya les habían arrebatado el que más anhelaban.

Tohka: Yo seré la siguiente en ser madre.

Kaguya: Ya lo veremos.

Yuzuru: Yo también lo seré.

Solo Kotori y Kurumi se quedaron en silencio. Parecían más calmadas que las otras dos, pero por dentro, ya estaban planeando reconquistar aquello que habían perdido.

Ellen: Por cierto, Itsuka Shidou—habló ella, mirando seriamente al chico—, necesito que registres a nuestra hija.

Shidou: ¿Eh? ¡¿No está registrada?!

Ellen: ¿Acaso crees que la iba a registrar sabiendo que Westcott se podría enterar? Y por favor, no grites.

Shidou: Lo siento.

Ellen: Apenas y puedo calmar a Elizabeth.

Shidou: Nuevamente, lo siento.

Después de eso, las cosas se pusieron más tranquilas. Ahora solo estaban esperando a que llegaran el resto de las chicas para poder platicar sobre el tema, de manera calmada, aunque el pobre de Shidou estaba más nervioso por cierta chica que podría enloquecer ante esto.

De pronto, notó que Ellen se encontraba algo extraña. Al mirarla bien, parecía normal, pero con su experiencia y con cierta calma que tenía, logró darse cuenta de que Ellen traía maquillaje. No era nada extraño, pero con los movimientos que hacía, le mostraron que ella estaba cansada.

Shidou: ¿No has podido dormir?

Ellen: ¿Cómo te has dado cuenta?

Shidou: Experiencia que tengo con el maquillaje.

Ellen: Eso sonó raro.

Shidou: Ni te lo imaginas.

La bebé al sentir a su padre cerca comenzó a reír, lo que le pareció molesto a Ellen. Incluso si él no era cercano a ella, podía entenderla, puesto que su corazón le pertenecía a alguien más.

Shidou: Cuando sea el momento, puedes llevarla con esa persona especial.

Ellen: Si la llevo con esa persona, probablemente sufriría.

Shidou: Uno nunca sabe—el ver a la niña le causaba una emoción muy diferente a otras que antes había sentido—. Ve a descansar, yo me encargo de Elizabeth.

Ellen: Muy bien—dijo Ellen no muy convencida—. Solo no dejes que Nightmare o Princess la cuiden.

Shidou: No lo haré.

Ellen decidió confiar en él, por lo que fue con la comandante de Ratatoskr a pedir una habitación donde poder dormir. Para Shidou, esto fue un logro, ya que significaba que al menos ella podía confiar ligeramente en él. Aunque si lo planteaba de esta forma, ella ya confiaba en él puesto que vino a buscarlo para presentarla a su hija, producto de un error del cual no parecía mostrar arrepentimiento.

Las horas pasaron y finalmente llegaron dos espíritus más, siendo estos Yoshino y Natsumi, quienes al ver a la pequeña se emocionaron. Era curioso que la niña se mostrara contentas con su presencia, pero esto aliviaba al chico, ya que no debía batallar, salvo con las preguntas que le hicieran las menores.

Natsumi: Eres un pervertido—señaló ella, golpeando duramente el alma de Shidou—, pero tienes pinta de ser un buen padre.

Shidou: Gracias, Natsumi.

Natsumi: De nada—ella entonces le dió un beso rápido en su mejilla, cosa que dejó feliz al joven padre—. Siempre estaré ayudándote y te querré, incluso cuando te atreviste a engañarme con una mujer mayor.

Shidou: Eres dura con tus palabras.

La pequeña bruja sonrió ante eso. Amaba verlo sufrir cuando podía, pero siempre le recalcaba su amor, uno que era puro y sincero.

Yoshino: ¿Cómo se llama?

Yoshinon: ¡Espero que sea un buen nombre! ¡Shidou-kun! ¡No te perdonaremos si le pones un mal nombre!

Shidou: Yo no le he puesto, creo que Ellen se lo puso.

Natsumi: ¿Está en estas hojas?

Shidou: Sí, son el registro de ella y debo firmar yo también.

Natsumi: Según esto... Se llama Itsuka Mathers Elizabeth.

Yoshinon: ¡Vaya! ¡Al menos ella si sabe poner nombres!

Yoshino: ¡Yoshinon! ¡Basta! —la pequeña golpeó al muñeco por la actitud que había tomado—. No es de buena educación señalar los defectos de Shidou.

Shidou: Gracias, Yoshino—dijo él con un mar de lágrimas.

Yoshino: Lo siento.

De pronto, la pequeña se puso inquieta. Esto provocó que las niñas se intimidaran, ya que de un momento a otro, esta comenzó a llorar, alertando al resto de las chicas quienes llegaron a ver qué sucedía.

Tohka: ¿Le pasa algo?

Yoshino: Solo empezó a llorar.

Kaguya: Que extraño.

Natsumi: ¿Y qué es ese olor tan desagradable?

Todos captaron el horripilante aroma que empezaba a inundar la habitación. Shidou ya conocía ese aroma y sabía que provenía de la pequeña, por lo que el temor se notaba en su rostro.

Shidou: Hora de cambiar el pañal—susurró.

Ninguna sabía hacerlo, por lo que dieron un paso atrás con excepción de Kurumi, quien estaba de frente con una mirada llena de determinación.

Kurumi: Yo te ayudaré, Shidou-san.

Esas palabras fueron más que suficientes para hacer feliz a Shidou, quien al verla, pudo notar un aura materna, como si ella estuviera lista para ser madre en cualquier momento.

Y eso solo significaba una cosa. Él había pensado en una vida con Nightmare; una vida donde ambos pudieran tener hijos y estar tranquilos, recordando la vez en que fingieron casarse, disfrutando de un día parecido al de una pareja más que el de una cita común que solían tener.

Pero eso, eso solo podría ser si la otra Kurumi estuviera con ella y eso era algo que él desconocía.

Arriba, en la habitación de Shidou, se encontraba Ellen, intentando conciliar el sueño. Su agotado cuerpo lo exigía, pero su mente buscaba una y otra vez mantenerla despierta.

Ellen: ¿Shidou? ... ¿Dónde está Elizabeth? —murmuraba, apretando sus dientes y moviéndose de un lado otro como si estuviera sufriendo—. ¿Elizabeth?

Sus sueños eran un caos, uno donde su corazón lloraba.

Ella no aguantó más. No podía estar separada de su niña, por lo que despertó, buscándola desesperadamente hasta recordar que la había dejado a cuidado de su padre.

—Elizabeth... —murmuró ella, saliendo de la habitación con prisa. Bajó las escaleras con cuidado y con su mirada la buscaba, pero no la halló—. ¿Dónde estás?

Unas risas captaron su atención. No sabía exactamente de dónde provenían, pero las siguió. Ella había llegado a la cocina donde las chicas estaban reunidas, acompañadas de dos nuevos espíritus, quienes rodeaban a Tokisaki Kurumi como a Itsuka Shidou.

No sabía que pasaba, pero era más que obvio que algo había despertado el interés de las chicas.

Kurumi: ¿Quién es una linda niña? ¡Tú lo eres! ¡Tú lo eres! ¡Tú lo eres! —dijo Kurumi en tono muy infantil y juguetón, cosa que le resultó a Ellen más que extraño hasta que vio que ella cargaba a su hija—. ¿Quién es bien linda? ¡Tú lo eres, Eli-chan!

La bebita reía como nunca antes. Parecía que Kurumi era capaz de ser la mejor madre y las chicas lo reconocían ante los halagos que le daban.

Kotori: Debo admitir que hasta pareces su madre.

Yoshino: Kurumi será una linda mamá.

Kurumi: G-Gracias, pero no es para tanto.

Shidou: ¡Pero si estás haciéndolo genial! —exclamó contento—. Ella es feliz contigo y se nota que te quiere.

Kurumi: Gracias, Shidou-san—aquel halago había logrado sonrojarla—, me hubiera gustado tener una hija tan linda como Elizabeth... Hasta podría comérmela.

Tohka: Los bebés no se comen... ¿Verdad?

Kotori: Creo que lo decía en broma.

Todos soltaron una pequeña risa ante el inocente comentario de Tohka, quien frunció el seño ante las burlas, para hacer un pequeño puchero que la llevó a ser abrazada por las hermanas Yamai con el fin de comentarla.

Ellen: Elizabeth... Se divierte más con ellas que conmigo—la pobre estaba devastada por lo que veía, sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón comenzaba a doler—. Elizabeth...

Su cuerpo cayó al suelo, llamando la atención de todos quiénes se asustaron por lo que sucedió, ya que no habían visto a Ellen entrar.

Shidou: ¡Ellen! ¡Ellen, dime algo! —sus gritos desesperados opacaban los murmullos de las chicas, quienes estaban consternadas por lo que sucedió.

Ellen: Shidou... Mi hija ya no me ama.

Shidou: ¿Qué?

Ellen: Ella es más feliz con ustedes—su quebrada voz llegaba a oídos de todos—. Ya no tengo motivos para vivir... Adiós.

Shidou: No me digas que... —Ellen cerró sus ojos, mostrando así un rostro tranquilo que conmovió a todas—... Estas exagerando todo.

Ellen: No es cierto—susurró ella, siguiendo con los ojos cerrados.

Shidou: Te llevaré a la cama—dijo él, tomando así a la Wizard en brazos—. Tranquilas, solo está cansada y parece ser que tiene cierta desconfianza en ustedes.

Ellen: Me haces ver como la mala.

Chicas: ¡¿Por qué será?!

Kurumi sonrió al ver como se encontraba Ellen. Si el paraíso existía, sin duda le estaba dando una probada del mismo al dejarle ver de forma tan frágil a la mano derecha de Westcott.

Kurumi: Tranquila, solo la cuidaré para que sea igual a mi—aquel comentario puso más tensa a la mayor, quien intentó bajarse de los brazos de su "adorado príncipe" con el fin de llevarse a su niña—. Ara; lo mejor es descansar.

Ellen: Te odio...

Kurumi: Lo sé.

Shidou: Bien, vámonos—anunció él—, y por favor, cuiden de Elizabeth.

Chicas: Sí, señor.

Shidou: Al menos son de confianza.

Shidou decidió no seguir más tiempo abajo, por lo que subió las escaleras con una fatigada Ellen, quien le insultaba por dejar a la hija de ambos sola, en compañía de los seres más peligrosos del planeta.

Ellen: ¿Y si le pasa algo?

Shidou: Iré de inmediato a verla.

Ellen: ¿No vas a regresar?

Shidou: No hasta que duermas.

Ese comentario ruborizó a la Wizard, más que nada, porque se trataban de las mismas palabras que le dijo ese día cuando terminaron de hacer el amor. El vivo recuerdo seguía fresco en ella, pero el imaginarlo solo la hacía sentir confusa.

Pronto, ambos llegaron a la habitación de él la cual Ellen admiró por unos segundos, recordando que su hija estuvo antes que ella.

Ellen: ¿A qué me trajiste?

Shidou: Vas a dormir y te estaré cuidando—explicó, dejando a su musa en la cama—. Procura no molestar—dijo con tomó serio antes de acompañarla en la cama.

Ellen: Hentai...

Shidou: ¡No lo soy! —exclamó furioso, viendo entonces como su acompañante se acurrucaba, casi como si buscara abrazarlo—. Ellen...

Ellen: Que quede claro... Yo... Te odio—dijo ella en medio de bostezos.

Shidou: Lo sé...

Ellen: Pero gracias... Gracias por mi... Mi hija—su voz poco a poco se hizo más débil hasta ser nada.

Shidou estaba sorprendido de que ella se durmiese tan rápido. Él estaba feliz de verla descansar, admirando así la belleza natural que ella emanaba y que sin duda cautivaría a quien sea...

Incluso si este era Westcott.
 

Roy4G7

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Hmmm... Como que las cosas se van a poner muy picantes--- ¿Quien sera la siguiente madre?
 

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Mi Hija

(Shidou & Ellen)

Capítulo 6

Los corazones no se pueden cerrar para siempre​



La vida era algo complicado, mucho más cuando tratamos de describirla, pero cuando los corazones se abrían para poder dejar entrar todo el cariño, era fácil entenderla. Eso era algo que Tokisaki Kurumi entendía y con lo que llevaba lidiando desde que conoció a su primer y único amor. Justo ahora, su corazón se encontraba cerrado, pero la noticia de que él concibió una vida, sacudió su mundo.

Era difícil enterarse que la persona que amas podía llegar a tener una vida lejos de ti, especialmente si tomas en cuenta que a veces uno podía facilitar que la distancia entre ambos creciera. Kurumi lo sabía. No era tonta como para no saberlo, pero si tenía miedo.

Ya había visto morir muchas veces al amor de su vida, cerró su corazón en un desesperado intento por ser fuerte. Ella no era fuerte. Su corazón era frágil y en cualquier momento podía romperse.

Pero ahora, después de esa noticia que tanto miedo le causó, encontró una luz que la guiaba para encontrar esa apertura en su corazón, abriéndolo para el mundo, su mundo.

Kurumi: Ara, ara; Elizabeth-chan es muy juguetona—dijo ella, juntando su nariz con la de la pequeña hija de Ellen, quien soltaba risas tan lindas que sacaban suspiros en todas—. Un día quiero tener una hija tan linda como tú.

Kaguya: Será después de mí, Kurumi—habló una de las hermanas Yamai, quien sacó un celular para tomarle una foto a la morena—, pero esto es algo que Shidou va atesorar.

Kurumi: Gracias, Kaguya—Kurumi en verdad agradecía que las chicas no se alteraran con su presencia, además de que les daba las gracias por permitirle tener tan bellos momentos en compañía de ellas.

Tohka: Por cierto, ¿cuál era su nombre completo?

Yuzuru: ¿Ya se te olvidó?

Tohka: Lo siento, estaba comiendo mi Kinako Pan que olvidé por un momento a la bebé.

El hecho de que Tohka olvidase el nombre de la pequeña provocó una risa en el lugar.

Tohka: Mala, deberían decirme su nombre ahora que estoy prestando atención—murmuró ella mientras se cruzaba de brazos e inflaba sus mejillas.

Natsumi: El documento que Ellen trajo indica que se llama Itsuka Mathers Elizabeth, lo cual me parece extraño.

Tohka: Cierto, tiene dos apellidos.

Kotori: Eso no es de extrañarse—interrumpió Kotori, quien estaba recostada en la pared ya que estaba pensando en ciertas cosas que le habían llegado a su mente—. Ellen no es de Japón y en occidente se acostumbra a poner dos apellidos e incluso dos nombres.

Kurumi: Kotori-san tiene razón, Tohka-san—ahora habló ella—, lo que es extraño en su nombre, es el apellido de ella.

Natsumi: De lo poco que sé, es que se pone el primer apellido.

Kotori: Exacto, pero en esta ocasión, ella ha puesto su segundo apellido.

Ninguna sabía con seguridad la razón por la que Ellen pensaba en ponerle así a su hija. Probablemente se debía a su temor de que alguien en occidente se enterase de la existencia de su hija. Incluso si esta teoría era cierta, había un problema con ella, ya que la pequeña poseía su segundo apellido y este no era común para un japonés.

Kotori sabía que necesitaba hablar con Reine al respecto, aunque para este tiempo, ya debió informarle a Miku y a Origami de la presencia de Ellen en el su hogar. Mana sería un poco más complicada de contactar, pero cuando supiera que su superior estaba aquí con una hija, y que esta además era su sobrina, no dudaría en venir de inmediato.

Todo esto agotaba a la comandante del Fraxinus, quien además se sentía abrumada por la noticia. Ella ya había dado su paso para mostrarle a su Onii-chan que estaba dispuesta a ser su mujer, pero también estaba su responsabilidad con Ratatoskr, una que no debía romper por ahora. Pronto su paleta se terminó, por lo que fue a la cocina por otra, lo cual involucró peticiones de las demás chicas, incluida Kurumi, lo cual le recordaba a las veces que hacía de mesera en el restaurante.

Kotori: No me pagan lo suficiente—susurró, dando una gran sonrisa al final.

Mientras esto pasaba en la planta baja, arriba se encontraban los padres de Elizabeth. Aún cuando la cama era pequeña, Shidou la compartía con la madre de ella, quien solo hasta hace un rato pudo caer dormida, producto de todo el cansancio acumulado en su organismo.

Shidou: Se ve tan hermosa cuando duerme—susurró él, pasando su mano por el rostro de la mujer que tantos problemas le causaba—, ¿Por qué no puedes ser así siempre?

Odiaba admitirlo, pero le gustaba ese lado tierno de su enemiga.

—Tal ve un día de estos puedas dejarnos en paz. No sé, incluso, podríamos tener una cita—Shidou estaba hablando solo, incluso temía volverse loco tras repasar lo último que dijo—, pero sé que tú corazón le pertenece a Westcott... Incluso cuando lo odio por lo que ha hecho, te apoyaría sin pensarlo para que estés con él. Tú también tienes derecho a ser feliz, Ellen.

Tal vez no la conocía del todo, pero había algo en ella que le indicaba que su corazón era noble y puro. Incluso con Kurumi lo supo, por lo que no podía estar equivocado.

Él de repente se encontró jugando con los mechones rubios que caían en la frente de Ellen. No podía dejar de admirarla y esto le empezaba a preocupar un poco. En ese momento un mensaje llegó a su teléfono, por lo que lo sacó, encontrando palabras muy duras que lo hicieron sudar de miedo.

Shidou: Miku está enojada y llegará antes de lo previsto—No era bueno que los espíritus sufrieran por sus emociones, pero esto era algo que debía enfrentar como el hombre que era—. Tendré que ponerme el vestido y los tacones que me compró la semana pasada—dijo con pesar, sintiendo como poco a poco la presencia de su Idol favorita se hacía presente en el hogar.

Con mucho cuidado se levantó de la cama, procurando no despertar a su acompañante. Rápidamente se dirigió al armario de donde sacó un hermoso vestido blanco que según él parecía fresco, ya que era lo único que se le ocurría para describirlo. Se dirigió al espejo para verlo, notando los finos detalles que había en el mismo.

Solo debía usarlo para calmar a Miku, pero eso significaba tener que usar los poderes que selló de Natsumi, cosa que no le molestaba en lo absoluto. Dejando el vestido a un lado de su compañera, procedió a abrir un segundo armario oculto en el cual se hallaba tallado el nombre de "Itsuka Shiori". Siempre que se trataba de Miku, este armario aparecía y con ello venía la chica que sufría por las bromas de los espíritus y que, de no ser por lo precavida que era, hace tiempo que pudo perder su dignidad.

Shidou: Como si no la hubiera perdido al escoger la ropa de encaje negra esa ocasión—se dijo a sí mismo, llorando, a la vez que abría el armario para dejar ver más ropa y zapatos femeninos—. Bueno, al menos no me matará Miku.

Sus ojos examinaron el lugar en búsqueda de un par de zapatos que también la Idol le había comprado. Estos eran color café y abiertos, parecidos a una sandalias la cual se ajustaba en su tobillo, pero con la característica de tener un tacón para estilizar la figura femenina.

Shidou sabía que esto era algo a lo que no se acostumbraba, pero no había de otra. Sin perder más tiempo, tomó también una ropa interior femenina de color rosa con encaje blanco que en vez de lucir inocente, invitaba a la indecencia.

Una vez que tuvo todo listo, se desvistió rápido, sintiendo vergüenza porque a escasos pasos de él se encontraba la madre de su hija con quien apenas y tenía una relación ligeramente cercana. Restándole importancia al asunto y procurando que Ellen durmiese, hizo uso de los poderes de <Haniel>. Su figura masculina se pronto desapareció en una luz brillante, dando paso a un cuerpo más delicado cuyo cabello llegaba hasta su espalda baja.

Shiori: Odio tener que desvestirme.

Shidou se había transformado en Shiori, su versión femenina. Gracias a Natsumi, podía controlar el poder, por lo que no había manera alguna de que se transformase en Shidou de un segundo a otro por la fatiga de usar el poder espiritual. Soltando un suspiro, se dirigió de nuevo al espejo para ver por tercera vez su cuerpo femenino real.

No podía ocultar su sonrojo al verse. Su pecho ya no era el de un chico, ahora este era el de una chica cuyos senos eran más que proporcionales a si figura; además de eso, sus caderas se ensancharon y sus muslos eran ligeramente mayores en su parte superior. Su torso era más esbelto, dándole una figura delgada que resaltaba tanto si parte posterior como delantera, lo cual la avergonzaba. Pero sin duda, lo que más la hacía tener vergüenza era el hecho de que su hombría había sido reemplazada por algo que en el fondo le gustaba mientras fuera en las chicas, no en él.

Shiori: Supongo que Miku tiene razón... Me veo hermosa, aunque, se siente raro ya no tener... —ella pasó su mano por la entrepierna, rozando aquella zona que era más sensible para las mujeres de lo que era para los hombres con su contraparte femenina—. Tengo que lidiar con esto.

¿?: ¿Con quién vas a lidiar?

Shiori: ¡Ellen!

Tan pronto la chica se volteó, fue recibida por un golpe de parte de la mujer que debía estar dormida. En el suelo, Shiori llevó su mano a su mejilla izquierda, sintiendo mucho dolor en esa zona, ya que ahí había recibido el golpe.

Ellen: ¡¿Quién eres tú y por qué te pareces a Takamiya Mana?! —preguntó ella exigiendo respuestas, sacando así su espada—. Será mejor que contestes.

Shiori: ¡E-espera! ¡No puedes hacerme esto!

Ellen: ¿Por qué no? —dijo ella, apuntando a al cuello de la chica.

Shiori: ¡Soy Shidou! —contestó con miedo y pena, decidiendo voltear a otro lado antes que verle a los ojos—, solo que ahora soy una chica.

Ellen: Imposible, Itsuka Shidou es un chico.

Shiori: Usé a <Haniel>

Ellen: Oh, vaya—la rubia dio unos cuantos pasos hacia atrás totalmente apenada—. No sabía que tenías esos gustos.

Shiori: ¡¿No es mi culpa?!

Ellen decidió guardar su espada. No estaba del todo convencida por sus palabras, pero dejaría que el padre de su niña le explicara.

Tras tener que explicar a detalle todo, Ellen quedó convencida, intimidándose un poco por la forma de ser que aquella Idol. Shiori también estaba igual, pero esto era para evitar que ella se saliese de control, que para buena suerte de ambas, todas se mantuvieron estables.

Sin decir nada, Ellen llevó su mano derecha al seno izquierdo de Shiori, quien al sentir el contacto físico no pudo evitar soltar un gemido tan lindo el cual logró sonrojar por completo a la <Wizard>. Con este acto, la mayor comprobó que ella no mentía con respecto a lo de ser una chica.

Ellen: Son muy suaves... ¿Te gustan así? —preguntó la mujer de mirada amatista con duda y algo de... ¿Celos?

Shiori: N-No... Es solo que así se imaginó a Shiori por parte de mi hermana y Ratatoskr, por lo que se puede decir que así me vería siendo chica.

Ellen: Interesante...

La conversación ya había tomado un rumbo extraño. Shiori podía ver el cansancio en los ojos de Ellen, por lo que tomó su mano para acariciarla, dando su mejor sonrisa, una que provocó que la mayor se sintiera extraña.

Shiori: Debes descansar, Ellen-san. No quiero que te pase nada.

Ellen: L-Lo haré... ¡Pero no es porque me lo pidas! —contestó ella toda roja debido a la forma de hablar del chico en esa forma.

Shiori: Ven, acomodate—indicó Shiori, quien ayudó a la madre de su hija a volver a la cama—. No quiero ver que te pares. Deja que Elizabeth conviva con ellas.

Ellen: ¿Estará bien?

Shiori: Nightmare no es lo que parece. Confío en ellas.

Ellen: Bueno...

Con eso último, Ellen se dispuso a dormir, acompañada por las caricias de la joven Shiori, quien parecía una hermana menor cuidando de su preciada Onee-san. Una imagen diga para una foto.

Click

Shiori: ¿Eh?

Natsumi: Se ven muy lindas las dos—susurró la niña con un rostro molesto—. A ella si la quieres como Onee-san.

Shiori: N-No es lo que parece.

Natsumi: Le mostraré esta foto a Miku-san.

Shiori: E-Espera... —justo en ese momento Ellen la tomó, llevando su cuerpo al de ella, aprisionándolo de tal forma que había quedado arriba de la Itsuka—. ¡¿Cómo ha pasado esto?!

Natsumi: Incluso yo estoy sorprendida por lo que ha pasado—declaró ella, acercándose a ambas femeninas para inspeccionar la situación—. ¿Acaso ella está bien?

Shiori: No hay podido dormir bien... ¡Kya! —de un momento a otro, Shiori fue atrapada por los brazos de la <Wizard>, quien inconscientemente decidió usarla de almohada—. S-Sigue dormida.

Natsumi: No puedo creer que ella sea la misma mujer que intentó matarme—dijo ella, acercándose un poco a la mayor para inspeccionarla un poco—. Aunque es linda, me sigue dando miedo.

Shiori: No creo que debas temerle.

Natsumi: Tal vez no tanto, pero sin duda, ella es de temer.

Shiori: Bueno, ahí te doy la razón.

Ambas chicas rieron un poco, pero Shiori sabía que era un buen momento para dejar de lado a Ellen-san. Justo cuando trató de escapar del agarre de su captora, esta comenzó a apretar su seno derecho mientras procedía a... ¿Lamer el izquierdo?

Shiori: N-No lo hagas... Ah... E-Ellen-san

Natsumi: ¡Esto es demasiado para mí! —declaró <Witch> con molestia—, yo quería ser la primera en hacerte eso, Shiori-san.

Shiori: ¡Natsumi!... ¡Ah!

Natsumi: Estoy celosa... Pero espero poder ayudarte un poco—comentó la pequeña, llevando sus labios a los de Shiori-san para darle un beso.

Aquel acto había sorprendido a la peli azul, pero al cabo de unos segundos cayó rendida ante el sabor de los labios de Natsumi. El ritmo del beso se aceleró y la pequeña se unió a la cama, posándose sobre su interés amoroso, que ahora era una chica.

No había forma en que Shiori pudiera hacer algo. Sus brazos habían sido tomados por Natsumi y su torso se encontraba atrapado por Ellen. Era tanto el placer que sentía que podía decir que estaba sintiendo su cuerpo femenino arder.

Al cabo de unos segundos, Natsumi separó sus bocas, dejando que el oxígeno entrase en sus pulmones. Un pequeño y delgado hilo de saliva unía las bocas de ambas, demostrando que el beso estaba cargado de pasión, una que la loli llevaba guardando por mucho tiempo.

Natsumi: Amo a Shidou... Te amo a ti.

Shiori: Natsumi...

Natsumi: ¿Un día de estos podré ser también la madre de tus hijos? —preguntó con temor, esperando una negativa de parte de la Itsuka.

Shiori: Natsumi... ¿Quieres serlo?

Natsumi: Mi sueño ahora es poder ser una mujer para Shidou.

Shiori estaba conmovida. Las palabras que la pequeña usó conmovieron su corazón de tal forma que logró salir del agarre de Ellen con tal de abrazar a Natsumi, acercándola mucho a su pecho lo cual la puso roja.

Shiori: Un día serás una excelente madre y de eso estoy segura.

La menor al escuchar esas palabras quedó embelesada, rompiendo en llanto, pero uno feliz, uno que no preocupó a la Itsuka. Este era un momento para ambas, uno que estaban compartiendo y que las dejó felices... Nada podía arruinarlo.

¿?: Vaya, Darling; nunca llegué a creer que tú y Natsumi eran así de unidas...


Shiori: M-Miku
 

Roy4G7

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Ok, esto se esta volviendose demasiado bizarro. Al grado que ya ni se , si sentirme asqueado o exitado por un Yuri.... Hecho por un fucking travesti
 
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