Migu
Obseso del Post
Capítulo 1: La hermana de Cintia empieza su aventura.
Siendo una maestra pokémon y una experta en Mitos, es normal que Sarai, su hermana, una chica de melena rubia y larga, hasta los hombros y un lazo rosa en él, más baja y pequeña en altura y constitución que su hermana, con unos bellos ojos azules, siendo para muchos fans de ella, una sorpresa de la existencia de esta. Sin embargo a ella no le importaba y admiraba a su hermana mayor.
Sin embargo, aquél día Sarai tendría su día especial, su momento de brillar, pues iba a poder tener su pokémon inicial y su licencia pokémon. A diferencia del resto de su familia estaba desvelada ¿Que pokémon le darían? ¿Sería fuerte? ¿Se llevaría bien con él? Esas preguntas se encontraban en la mente de la chica y no obtenía respuesta.
"Además, está el caso de la niebla de las afueras" Recordó"¿Como podré guiarme por ella?"Se preguntó y miró su equipaje perfectamente terminado de hacer el día anterior.Al final se durmió, soñando en volverse como su hermana.
Al día siguiente, su hermana, sus abuelos y ella desayunaron tostadas y al terminar, Cintia le dio una pokéball a Sarai.
-Me lo ha dado el profesor Serbal por correo, es un starly, la ruta 210 está llena de niebla y él conoce despejar, te revelará el camino. Buena suerte, hermana-
-¡Ya verás, me volveré una maestra pokémon como tú!- Aseguró la chica.
-Seguro que algún día lo conseguirás, pero por el momento ve poco a poco-Le respondió Cintia.
-Buena suerte, Sarai- Dijo el abuelo y la abuela le dio un amuleto protector. Tras eso, ella se cambió su pijama gris por un top blanco sin tirantes con minifalda a juego incluida y medias blancas y fue hacia el este y, hasta que notó que le seguía su hermana.
-¿Me estás siguiendo?- Le preguntó.
-¿Te importa si voy contigo? Así podré enseñarte lo básico del entrenamiento pokémon?- Le sugirió Cintia y Sarai aceptó. Entonces encontraron con la antes mencionada niebla.
-¡Sal, starly!- Sarai lanzó la bola y salió el pajarito, quién moviendo las alas quitó la neblina, pudiendo ver el camino perfectamente. En eso y tras recibir un pulgar arriba de Cintia, se encontró a unos hombres vestidos de obreros.
-Estamos reparando el puente, chicas, id por el otro lado- Dijo el capataz y a ellas no le quedó más remedio que seguir por allí su viaje, entrando al Monte Corona. En ella vislumbraron a dos karatekas entrenando con sus pokémon. Uno tenía el pelo negro recogido en una trenza con playera blanca y paantalones oscuras y la otra, una chica de melena violeta con un traje negro con cinturón blanco con un sawk y un meditite.
-¡Ah, nos han descubierto!- Se alarmó el varón y mandó a luchar a su sawk.
-¡No contarás nada, niña!- Exclamó la chica y envió a meditite. Ambos atacaron con patadas al pájaro, pero este alzó el vuelo y los ataques fallaron.
-¡Picotea las estalactitas y tiráselas!- Starly obedeció, pero esquivaron las pedradas.
-¡Confusión!- Ordenó la chica y la starly cayó al suelo. Luego fue pateado por sawk. Entonces Cintia intervino sacando a su garchomp y derrotando a los pokémon rivales con garras dragón.
¿-Por que decíais que os había descubierto? ¿Que tenía que contar?- Preguntó tras ganar el combate.
-Veréis, nosotros somos aprendices de escuelas distintas y rivales por su entendimiento del verdadero kung fu y la filosofía de la vida... Un día nos conocimos y empezamos a entrenar juntos, pero está prohibido que seamos amigos... Bajo pena de muerte-Explicó la karateka.
-Es mejor que nos vayamos más lejos, donde nadie pueda vernos ¿Pueden guardar nuestro secreto?-Preguntó el chico.
-Por supuesto, soy una tumba ¿Y tú, Sarai?-Preguntó Cintia.
-Yo no le diré nada a nadie, os lo prometo- Tras esto, la pareja se fue y las hermanas empezaron a avanzar por su propio camino.
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