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+18 Furry Boys (Capitulo 4)

KitzuneHaru

El zorro naturista y dibujante
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7 Mar 2019
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Nota del autor: Lo se lo se, se que es absurdo borrar un tema y volver a escribirlo, y están en su derecho de criticarme y decirme varias cosas, pero bueno, parte de madurar es aprender a aceptar las criticas tanto malas como las constructivas, me tomara mucho tiempo aprender eso claro esta, pero al menos quiero hacer el intento, si algún día quiero ser escritor tengo que hacerlo por las buenas y por las malas, espero contar aunque sea con el apoyo de algunos de ustedes, y si los demás ya no quieren, lo entenderé, no se preocupen. Y bueno, aquí les traigo (por segunda vez) en este foro, a mi primer fic, con el que inicie mi carrera de escritor en FDzeta, Furry boys, una obra de la que me siento muy orgulloso y que deseo poder terminar alguna vez en la vida, y espero poder lograrlo esta vez, y no se preocupen, se que a muchos de ustedes les gusto la versión original, por eso esta vez seré fiel a ella y la escribiré, bueno, mas o menos igual, no voy a mentirles, pero lo único que quiero agregarle esta vez son algunos personajes secundarios o recurrentes, los cuales pienso que no le agregue antes, como dije antes, si no les gusta la idea pueden abandonar mi fic, pero al menos intentare hacerlos lo mas encantadores y carismáticos posibles, para que sean un cambio que al menos les guste o toleren cuando mucho, y bueno, eso era todo, espero lo entiendan. Gracias otra vez por el apoyo que me han dado hasta ahora, y sin mas demora, disfruten del fic.

-Capítulo 1: La ciudad del nuevo comienzo:
Fur-city, la ciudad donde todas las especies de furros y furras conviven por igual, famosa por sus grandes rascacielos, suburbios tranquilos, tiendas, escuelas y decenas de parques, eso es lo que todos dicen de esta metrópolis ubicaba en alguna parte de la región Kanto en Japón (Si, es una región de la vida real, no solo de pokémon), y en donde también es el escenario principal de la historia de cierto personaje que no hace mucho se acababa de mudar a este ambiente completamente nuevo para él. La luz del amanecer llenaba las calles de esta metrópolis, con el sol asomándose al fondo de los enormes rascacielos, y con varias fursonas de todas las edades saliendo de sus casas para dirigirse a la escuela y al trabajo, terminando con eso oficialmente las vacaciones de verano y volviendo a sus responsabilidades, o en el caso de cierto zorro rojo, empezar con ellas.

En su casa, ubicada en los suburbios, dormido en su cuarto se encontraba un zorro rojo, acostado en su cama de sabanas rojas y cubierto casi completamente por ellas, lo único suyo que tenía fuera de estas eran sus orejas puntiagudas y de color marrón rojizo, y en ese mismo momento, sacándolo del mundo de los sueños, pudo escuchar como al lado suyo, en su cómoda empezó a sonar su radio alarma con mucha fuerza, anunciando la hora de despertarse.

-Buenos días a todos los furros y furras de Fur-city, ya son las 06:30 am, el sol comienza a salir y ya es hora de que nuestros jóvenes regresen a la escuela a forjar su futuro. Seguía hablando el presentador en la radio, cuya voz combinada con el ruido de la alarma, provocaban un estruendo que saco rápidamente al zorrito rojo de su ensoñación, haciéndolo retorcerse en su camita y quejándose, hasta que finalmente, quitándose las sabanas de encima, y mirando hacia la cómoda con sus ojos aun algo adormilados, estiro su brazo hasta la radio y la apago con su mano, poniéndole fin a esos molestos ruidos.

Y así, el pequeño zorrito de ojos color rojo brillante como rubíes, primero que nada se estiro todo lo que pudo y pego un rico bostezo de despertar, sacando su lengua, como buen canino que era. –Bueno, ya es hora, aquí vamos... Se dijo así mismo poniendo inmediatamente una cara de desanimado, casi parecida a la de un zombi recién salido de la tumba, casi inmediatamente el zorro rojo se paró de su cama, revelando que había dormido usando solamente un medio ajustado bóxer de color rojo y con diseños de pequeños grafitis negros y blancos en él.

Aquel zorro era Haru, tenía 13 años de edad, y no era originario de Fur-city, el nació y se crio durante su infancia en el campo con sus padres, pero debido a un incidente que ocurrió recientemente allí, se tuvo que cambiar a vivir con sus abuelos en esta enorme ciudad, además de que estos últimos pensaron que sería bueno para su educación irse a estudiar en una secundaria publica más grande y con más oportunidades, y era precisamente el primer día de Haru como estudiante de secundaria, y eso junto con la presión de vivir en esta enorme e imponente metrópolis, acompaña también por los dolorosos recuerdos de su experiencia en el campo, hacían sentir al pequeño zorro rojo una fuerte incomodidad sofocante, acompañada de un miedo insoportable que le dejaban su colita triste y colgando entre sus piernas.

Pero aun así, sin perder el tiempo, Haru se dirigió hacia el baño de su recamara, donde lo primero que hizo fue mirarse al espejo y lavarse la cara para así despertarse de una vez por todas, pero aunque tuviera su rostro ya refrescado luego de un salpicón de agua fría, igual este seguía mostrando esa mirada apaga, como si hoy fuese el fin del mundo, y para Haru era así como se sentía, a continuación lo que hizo el zorro de ojos rojos fue lavarse sus dientes, usando el cepillo para limpiarse sus pequeños colmillos de los cuales como canino se sentía orgulloso, pero no pudiendo evitar que parte de la espuma de la pasta dental se le saliera de su boca y cayera directo en su pecho desnudo, pero eso no le importo en lo más mínimo al canino pequeño, una vez con su boca y sus dientes ya bien limpios, lo que seguía para Haru era bañarse obviamente, quitándose en primer lugar su bóxer con el que había dormido, dejándolo dentro del canasto de la ropa sucia y quedarse completamente desnudo dentro de ese solitario cuarto solo para él, en segundo lugar se dirigió inmediatamente a la ducha y abrió las llaves del agua caliente y fría, y una vez moderada la temperatura del agua que caía de la regadera, el zorro rojo finalmente se metió dentro de esta y cerrando la cortina.

-Ufff… Suspiro Haru, quien sintió un fuerte alivio al sentir como esa rica agua caliente lo mojaba y le hacía despertar completamente cada célula de su cuerpo, y sin perder tiempo el zorro rojo empezó a usar sus manos y sus almohadillas para sobarse y lavarse cada rincón de su cuerpo, empezando por su pecho, sus costados, su vientre, sus caderas, sus muslos, sus piernas, y finalmente sus patas y su cola esponjada, después de eso agarro su esponja y la lleno con mucho jabón hasta que hizo espuma, y con ella se empezó a enjabonar cada centímetro de su ser y sin dejar ni una sola parte sucia, poniendo extra cuidado en sus cavidades principales, las cuales eran sus axilas, su ombligo, su entrepierna junto con su pequeña funda y bolas color crema claro, y por ultimo pero más importante su cola cuya esponjosidad era atrayente de mucho polvo y suciedad, y así ya una vez lavado, enjabonado y enjuagado, el canino pequeño termino con su ducha cerrando la llave de la regadera.

Una vez afuera de la ducha, lo primero que hizo el zorro rojo fue inhalar un poco, pero profundamente, el vapor que aún había en el aire, sintiendo como este llegaba a sus pulmones y le destapaba sus bronquios, lo siguiente que hizo el pequeño canino fue sacudirse un cómo, agitando sus brazos, pierna y también su cola, quitándose de encima gran parte del agua que lo mojaba como el canino que es a pesar de andar parado en sus patas inferiores, con eso listo Haru no perdió más tiempo, y agarrando su toalla que se encontraba colgada a un lado de la ducha, se empezó a secar con ella cada rincón de su cuerpo y pelajes aun húmedos, y usando al final una secadora de pelo para secarse su colita y dejarla esponjaba como le gustaba que fuera.

Una vez aseado, Haru volvió a su cuarto a vestirse para la escuela, ayer en la noche había dejado anticipado su uniforme escolar, el cual consistía en un pantalón de buzo gris holgado, una camiseta blanca de mangas cortas, con los bordes de estas y el cuello de color azul marino, y en la manga izquierda tenia estampado el logo de la secundaria, el cual era una huella de pata color dorada, así consistía el uniforme que se debía usar para esta época en la que aun hace demasiado calor en las calles, para finalizar, Haru se puso sus zapatillas de la suerte, que eran de un color gris plateado y con algunas partes rojas, su color favorito, pensando que le podrían traer mucha suerte, ya que sentía que la iba a necesitar para lo que podría sucederle en este día, el cual jamás pensó que llegaría tan rápido.

-Haru! El desayuno está listo! Le hablo su abuela desde la planta baja, escuchando eso Haru le aviso que ya bajaba, y una vez que se abrocho los cordones de sus zapatos y estando oficialmente vestido, no perdió más el tiempo y salió de su cuarto para bajar al comedor, donde lo estaban esperando sus dos abuelos, a quienes le seguía agradeciendo de corazón el que lo hayan dejado quedarse con ellos luego de su incidente en el campo, y a ellos también les daba alegría tener a su nieto a quien quieren mucho viviendo con ellos.

Una vez abajo, Haru pudo mirar como en la mesa del comedor, sentado en una silla al lado de la suya se ubicaba su abuelo, quien estaba leyendo tranquilamente el periódico como todas las mañanas, hasta que vio cómo su nieto ya había bajado, y rápidamente lo saludo con alegría. –Buenos días campeón. Dijo el zorro más viejo, quien tenía unas cejas gruesas, sus pelaje de un rojo grisáceo, varias arrugas en su rostro y vistiendo un suéter delgado de color azul pálido.

-Buenos días mi niño. Lo saludo también su abuela, una zorra mayor, algo baja y delgada, con unas pocas arrugas y su pelaje igual de grisáceo, aunque no tanto como su marido, y quien ya venía sirviendo el desayuno de su nieto en la mesa con una sonrisa.

-Buenos días. Respondió Haru solamente con eso y sonriendo de forma leve, e inmediatamente se fue a sentar en su silla en la mesa.

-Dime? Estas emocionado por tu primer día de secundaria? Le pregunto el abuelo a su nieto, mirando con ganas, esperando que el también las tuviera, pero Haru no compartía dicha emoción en lo absoluto.

-Más bien tengo mucho miedo… y que tal si no encajo? Qué pasa si ocurre lo mismo que me paso en el campo? Respondió el zorro rojo, preguntándose eso al final y poniendo una cara de preocupado, volviendo a su expresión de zombi que poseía hace un rato cuando recién se estaba levantando.

-No digas eso, es el comienzo de una vida para ti, ya verás cómo te ira mejor. Le dijo eso su abuela, queriendo que su nieto estuviera mejor, y dándole al final un tierno beso en su frente, e inmediatamente después de eso, su abuelo le dio una pequeña palmada en la espalda queriendo que también se relajara, y Haru sonrió ya más tranquilo al sentirse relajado gracias al apoyo de sus dos abuelos.

Para desayunar Haru comió un tazón de cereal con leche, pan con mermelada de moras y jugo de naranja, y una vez con el estómago llego, el zorro rojo agarro su mochila, lista con todo lo que necesitaría para aquel día, se despidió de su abuelo, quien le deseo mucha suerte acompañada de un fraternal apretón de manos, y finalmente junto con su abuela salieron hacia la calle a esperar el furgón escolar, el cual no se tomó mucho tiempo para venir, ya que pasados unos pocos minutos, el transporte escolar ya se encontraba parado en frente de los dos zorros, dejando al más joven aún más nervioso de lo que ya se encontraba, cuando las puertas de la maquina se abrieron para que Haru pudiera entrar en ella, su abuelita antes que nada se despidió de él, abrazándolo con cariño y deseándole mucha suerte, y fue gracias a esos pequeños mimos, que el pequeño zorrito de 13 años finalmente se subió al furgón, viendo como detrás suyo las puertas de este se cerraban, e inmediatamente empezaba a ponerse en marcha, alejándose cada vez mas de su casa y de su abuela, hasta que ya no pudo verlas a ninguna de las dos.

-Buena suerte mi niño. Susurro su abuela, quien tenía sus manos colocadas en su pecho y sus ojos cerrados, pidiéndole a dios que le fuera bien a su nieto.

Dentro del transporte escolar, Haru empezó a caminar por el pasillo de este, notando como las miradas de todos los furros que estaban en sus asientos se centraban solamente en él, haciéndolo sentir muy nervioso y con una presión en su estómago que casi lo había volver su desayuno, mientras seguía caminando lentamente y pasando de largo a los demás estudiantes sentados en sus asientos, Haru podía escuchar con orejas sensibles, como se hablaban y susurraban entre ellos, con alguna risas entre frases, y diciendo cosas como:

-Así que ese es uno de los nuevos de este año? –Solo es un niñito. –Parece muy torpe.

El zorro rojo solo se desanimó mucho más al escuchar todas esas cosas hirientes, queriendo volver a casa de inmediato, pero como sabía que era completamente imposible ahora, solo siguió caminando hasta que llego a los asientos vacíos del furgón, en donde no había nadie, y lo cual era perfecto para alguien quien solo quería estar a solas, mientras Haru se quedaba sentado frente a la ventana, con una mirada perdida y apoyando su mejilla sobre su mano, veía el paisaje que avanzaba y cambiaba conforme la maquina se iba acercando a su objetivo, dejando atrás el pacifico ambiente lleno de casas y árboles, llegando a uno donde solo había edificios no tan grandes, departamentos con unos cuantos pisos, y tiendas y negocios pequeños por doquier, hasta que finalmente al furgón había logrado llegar a su destino, deteniéndose y apagándose el motor de este, dándole a todos los que lo ocupaban la señal de que ya debían bajarse de él.

Una vez que las puertas del bus se abrieron, todos los pasajeros se bajaron de el de manera rápida y desordenada, pareciendo casi salvajes, y fue Haru el que se bajó al último con sus nervios por los aires, una vez afuera, lo que vio el zorro rojo en frente suyo lo dejo sin palabra, era la secundaria a la que asistiría a partir de ahora.

“FurryPawn” era el nombre del lugar, un enorme edificio de color blanco, cuya puerta de entrada hacia su interior era de un tamaño bien grande, rodeada por dos pilares que la decoraban, y que además estaba un poco arriba de unos escalones que la separaban del piso, rodeándolo había un extenso campus con pasto de color verde brillante y vivo, con algunos árboles, arbustos, bancas, y varios caminos pavimentados decorándolo, también tenía varios pasillos que conectaban con diferentes partes y escaleras, algunos incluso atajando camino, y por ultimo rodeando toda la edificación, había una gran muralla de ladrillos color rojo brillante, muy alta como para que algún furro pudiese atravesarla e intentar escapar, a un lado de la muralla que daba a la entrada a la escuela, se encontraba un letrero de bronce brillante atornillado a esta, y escrito en él estaba el lema del lugar que decía:

-“Escuela secundaria Furry Pawn – Lugar donde los jóvenes vienen a dejar su huella en la historia.” Dijo Haru mientras leía con detenimiento el letrero que le daba la bienvenida a él y a los otros furros que venían a estudiar, dejando al zorro rojo un tanto desconcertado, ya que encontraba que un lema tan privilegiado para una simple escuela pública era algo muy extraño.

Pero aunque se sentía intimidado por el tamaño de esa enorme escuela, la cual hacia quedar completamente minúscula a su primaria en el campo, igual Haru decidió atravesar la entrada de ladrillos, y poner finalmente su primer pie dentro de la que sería su secundaria, le gustara o no, y mientras se encontraba caminando a un paso algo lento, dirigiéndose hacia la puerta de entrada al edificio, Haru al mismo tiempo miraba curioso los alrededores del campus, los cuales estaban llenos de cientos de furros, y todos machos, eso era debido a que esta secundaria era una escuela solo para hombres, por lo que nadie iba a ver a una hembra por ningún lado, excepto claro alguna que otra profesora que trabajaba allí, el zorro rojo podía ver como entre esos cientos de estudiantes, habían diferentes especies conviviendo entre sí, algunos eran felinos grandes como tigres y leones, otros eran caninos como lobos, chacales y otros zorros como el, habían también equinos, roedores, bovinos, ursinos, y no solo mamíferos, también habían pájaros, aves rapases como halcones, y aves pequeñas como gorriones y canarios, reptiles como lagartijas, tortugas y caimanes enormes, y peces incluso, aunque más que nada escualos robustos y que no eran muchos, Haru se quedaba mirando impresionado ante el hecho de ver tantas especies diferentes reunidas en un solo lugar, en el campo jamás vio algo así en los primeros 13 años de su joven vida, siguiendo con su camino hasta la puerta de entrada, el zorrito podía ver con sus ojos rojos, lo que hacían algunos de esos furros, habían varios grupos conversando entre ellos, algunos eran grupos conformados por alumnos grandes, otros por alumnos más pequeños, quizás de su misma edad, y todos conformados por diferentes especies que se mezclaban, en un árbol grande se ubicaba un oso panda, descansando sobre la base de este y con sus manos apoyadas detrás de su cabeza, incluso parecía dormido bajo la sombra de este, y algo que hizo sonrojar levemente Haru, fue cuando vio por accidente como dos furros, un caballo de pelaje color marrón claro y creen beige pálida, se encontraba tomándole la mano disimuladamente, a un venado un poco más pequeño que él, de pelaje marrón entre claro y oscuro, y con sus hasta todavía saliéndole de su cabeza, ambos demostrando estar muy contentos mientras se miraban con unos ojos de alegría, el zorro rojo prefirió fingir que no vio eso y decidió seguir con su camino y poner su cabeza en otra parte.

-Bueno, aquí estamos… Se dijo Haru así mismo y susurrándose, mientras miraba como al frente suyo, separados por unos tres escalones un tanto altos, se ubicaba la puerta que daba entrada a las instalaciones de la secundaria, haciéndolo sentir aún más nervioso y asustado de lo que se encontraba, debido a que sabía que una vez que atravesara aquella puerta con sus dos pilares, ya no tendría escapatoria, el zorro rojo se sentía angustiado ya que no sabía cómo iban a ser las cosas de ahora en adelante, no sabía si se conseguiría amigos o se quedaría solo, o si se convertiría en la burla de todos sus compañeros de salón, eran tantas cosas las que ocupaban su mente en ese momento, que lo hicieron quedarse quieto en medio del patio, pero el momento que usaba para aclarar sus dudas no le duro mucho, ya que en ese mismo momento…

-Oye tú! Grito de pronto una voz bastante gruesa e intimidante, provocando que Haru de un susto se cayera inmediatamente de su nube y bajara de vuelta a la tierra, mirando cómo se le acercaba a lo lejos la figura de un robusto y enorme oso negro, vestido con el uniforme de la secundaria pero algo desaliñado, y usando en su frente una bandana de color rojo fuerte como la sangre, la cual levantaba su cabello negro y revuelto, y quien demostraba una mirada que para nada estaba contenta, lo que le causaba al zorro rojo un fuerte sentimiento de incomodidad y miedo.

-Q-qui-quien? Y-yo…? Le pregunto Haru, tartamudeando por el miedo, al enorme oso de color negro, y una cabeza más grande que él, que se había quedado parado en frente suyo, tapándole la luz del sol con su robusta sombra.

-Y a quien más le voy a estar hablando, eh? Le respondió de forma grosera el oso negro a Haru, mostrándole a este una expresión de enojado, causándole un miedo aún más fuerte el canino indefenso.

-Q-que quieres d-de mí? Le volvió a preguntar Haru a este, empezando a temblar un poco como gelatina.

-Eres uno de los nuevos de este año no es así? Pues lo que quiero es darte un repaso de las reglas que tienes que seguir si quieres sobrevivir en mi territorio, el cual es toda esta escuela. Le explico el oso a Haru las cosas con calma, mientras se paseaba tranquilamente alrededor de este, invadiéndole un poco su espacio personal al pequeño zorrito, provocando que este último sintiera un fuerte escalofrió en su espalda, seguido de su cual la cual sentía como se ponía tensa.

-P-pe-pero… es-eso no me parece justo… Empezó a decir Haru aun con miedo, pero igual queriendo dar su opinión respecto a las cosas. –S-se supone que la escuela le pertenece a todos, p-por lo que me parece que estas un poco equivocado al decir que es t-tuya…

-Acaso estas tratando de decirme que hacer!? Le pregunto con queja el oso negro a Haru, mirando a este último con un rostro que expresaba un enojo cada vez más en aumento, demostrado por la forma en la que le mostraba sus colmillos y le fruncía el ceño.

-N-no! Y-yo-yo no… no quise decir es-eso… Dijo Haru empezando a temblar cada vez más por el miedo que recorría todo su cuerpo desde la punta de sus orejas hasta las plantas de sus patas, haciendo que sus piernas le sonaran como castañuelas y comenzara a sudar un poco por el pavor que le daba la imagen de ese zorro que casi parecía que se lo iba a tragar.

-Cállate! Le volvió a exclamar el oso a Haru, está bien incluso tirándolo al piso de un empujón, haciendo que su mochila quedara tirada a un lado, abriéndose accidentalmente y con sus libros saliendo y quedándose regados en el suelo, todos los alumnos que se encontraban por los alrededores miraron lo que estaba ocurriendo, y con mucha emoción se acercaron a la escena, rodeando a Haru y al oso negro dentro de un pequeño círculo, haciendo sentir al zorro rojo, quien seguía tirado en el suelo, atrapado, muy aterrado y con sus patas sin poder responderle debido a todo el pavor que estaba experimentando.

-Voy a dejarte las cosas bien claras “amiguito”! Le dijo el oso negro a Haru, agarrándole de sorpresa su cabeza usando su mano robusta para que se lo quedara mirando a la fuerza, dejando a Haru un tanto adolorido y en el suplicio.

-Primero, si yo digo que esta escuela es mía, es mía y punto final! Y al final luego de decir eso, el oso negro soltó con fuerza la cabeza de Haru, zangoloteándolo en el acto, haciendo que este último se sobara aun adolorido.

-Segundo, no permito que nadie me lleve la contraria, ya que yo soy el jefe y las cosas se hacen a mi manera. El oso dijo eso, al mismo tiempo que pateaba con fuerza la mochila de Haru que seguía tirada en el suelo, dejando al canino más horrorizado todavía.

-Y tercero, a quienes se atreven a enfrentarme, lo pagan muy caro. El ursino dijo eso mientras agarraba el estuche de Haru del piso, lo abría y en frente del zorrito lo vaciaba, tirando al suelo todos sus lápices los cuales quedaban regados y algunos con sus puntas rotas.

El pobre de Haru no podía soportar tanto abuso, no llevaba ni siquiera cinco minutos dentro de la escuela, y ya empezó a ser atormentando por alguien más grande que él, el saber eso provoco que al zorro rojo le viniera una tristeza tan tremenda, que inevitablemente empezó a lagrimear y a sollozar mientras aun seguía tirado en el suelo, y los demás alumnos quienes seguían de espectadores, al mirarlo de esa forma, no pudieron evitar ponerse a reír y a burlarse de Haru para mayor sufrimiento de este último, todo el abuso que recibía, mezclado con las burlas lo hacían sentirse miserable, justo de la misma forma en la que se sentía en el campo cuando ocurrió aquel incidente, era tanta su tristeza que solo pedía que la tierra se lo tragase en ese momento y lo llevara a una parte muy distante y donde no hubiera nadie.

-Y si hay algo que no soporto mucho menos, es a los llorones!! Exclamo Hayato hasta casi gritar con enojo, para en ese mismo momento apretar bien fuerte su puño, dispuesto a darle un buen derechazo a Haru mientras este seguía estando vulnerable ante sus lágrimas, pero un segundo antes de que el oso negro pudiera siguiera tocarle un pelo al canino pequeño…

-Alto ahí Hayato! Se escuchó de repente una voz, la cual hizo que tanto Hayato, el nombre del oso negro, como los demás miraran de que dirección provenía, y al momento de voltear sus ojos, pudieron ver como se acercaba a toda velocidad un gato, pero no cualquier gato, un gato calicó, con su pelaje color crema y moteado con muchas manchas marrones y oscuras que le daban estampado muy llamativo, y eso combinado con sus ojos de un brillante color amarillo ámbar, lo hacían lucir muy guapo, aquel felino logro pasar entremedio de la pared de furros, quedando justo en medio de Hayato y de Haru, defendiendo a este último con sus brazos extendidos en señal de “Tu no pasaras”.

-Que rayos quieres Hikari? No te entrometas en mi camino! Se quejó el oso negro con el gato, exigiéndole que hiciera lo que le ordenaba.

-Siempre es lo mismo contigo. Se quejó Hikari con él, sin intimidarse por sus amenazas. –Cada vez que hay nuevos alumnos en la escuela, tú los intimidas a todos, y no te voy a permitir que sigas haciendo eso.

-Te dije que te quitaras de en medio, si no lo haces, te juro que te-¡ Trato Hayato de decir una amenaza, pero antes de que pudiera siquiera terminarla, Hikari lo interrumpió abruptamente.

-A mi tus amenazas no me importan nada, y mejor será que te largues, si no quieres que le cuente al director lo que haces, para que entonces este te acuse con tu enojón padre, eh? Que vas a hacer al respecto entonces, osito? Le dijo el minino al oso, devolviéndole sus amenazas para al final sonreírle de manera victoriosa.

Hayato quedándose callado y gruñendo con enojo, no tuvo más opción que rendirse por ahora, pero antes de irse derrotado, miro por última vez a Haru, haciendo que este último también lo miraba aun con miedo, y el oso negro con su dedo índice le hizo una seña como queriendo decirle “Esta me la pagas”, al ver eso el pequeño zorro rojo se volvio a cubrir su cara con sus brazos muy aterrado.

Una vez que Hayato se marchó, Hikari miro a todos los furros que seguían rodeándolos a ambos, y con una mirada de superioridad les dijo a todos: -Y ustedes que siguen mirando? Váyanse de aquí si no quieres que los acuse también. Poniéndolos a todos en su sitio, y estos últimos simplemente se largaron decepcionados, y algunos mirando también al felino de ojos amarillos como si le estuvieran diciendo “aguafiestas”.

Ya una vez pasado el mal momento, Hikari volteo a mirar al pobre de Haru, quien seguía estando tirado en el piso, sollozando y lagrimeando aun con miedo. –Ya está todo bien, no te preocupes, estas a salvo amigo. Le dijo el gato calicó al pequeño zorro, dándole su mano y ayudándolo a levantarse con cuidado del suelo.

-S-si… Dijo Haru mientras agachaba su cabeza para mirarse mientras se sacudía el polvo de sus pantalones, una vez hecho eso, levanto su rostro para mirar a Hikari y decirle tímidamente: -Gracias…

Hikari de repente se quedó completamente mudo al momento en que miro a Haru de frente, viéndole a este último su rostro el cual mostraba una expresión muy tierna, era una cara que mostraba sensibilidad e inocencia perfectamente mezcladas, y el minino también veía un poco hipnotizado esos ojos rojos que tenía el zorrito, los cuales brillaban con intensidad bajo la luz del sol amaneciente, junto a los restos de sus lágrimas que aun manchaban sus mejillas, en verdad aquella imagen había dejado a Hikari sin palabras, con sus mejillas levemente sonrojadas y sintiendo un pequeño golpeteo en su pecho. –N-no fue nada… Solo pudo decir eso el gatito, ya que el resto de sus palabras se le habían borrad de su lengua.

-Estas bien? Le pregunto Haru a Hikari, mirándolo confundido.

-EH? Oh, sí, si claro que sí, no te preocupes jeje Le respondió el gato calicó a este último, sonriendo nervioso mientras se rascaba la nuca, y rápidamente se le ocurrió algo para calmar un poco las cosas. –Ten, sécate tus lágrimas con esto. Le dijo Hikari a Haru, al mismo tiempo que se sacaba de su bolsillo un pañuelo y se lo pasaba en su mano al zorrito una oreja más pequeño que él.

–También déjame ayudarte a recoger tus cosas. Y dando eso por hecho antes de escuchar la opinión de Haru, Hikari rápidamente se agacho y empezó a guardar los cuadernos y los útiles del pequeño canino dentro de su estuche y mochilas sin ningún problema.

-G-gracias. Respondió Haru, mirando impresionado el como aquel gato se encontraba a sus pies recogiendo sus cosas, cuando ni siquiera se lo había pedido.

-De nada, y discúlpame porque hayas tenido que toparte con Hayato, es un patán que todo el tiempo trata mal a los nuevos de la escuela, siempre pensando que si los intimida estos estarán rendidos a sus patas, y muchos de los demás alumnos de esta escuela, especialmente los mayores, en lugar de interponerse y dar un buen ejemplo, solo se quedan mirando y disfrutando. Explico Hikari todo eso, mostrando una mirada de disgusto mientras continuaba guardándole sus cosas de vuelta a Haru, mientras que este último, al escuchar todo eso, provocaba que le volviera un poco de la pena que le causo el haberlo experimentado, pero no duro mucho, ya que aquel gato calicó finalmente se levantó del piso con la mochila de Haru en sus manos, para sorpresa de este último.

-Pero bueno, eso ya no importa ahora, me alegra haberte defendido a tiempo, ten, esta tal y como la tenías. Le dijo Hikari a Haru, entregándole su mochila al mismo tiempo que le sonreía, pero para Haru, por alguna razón en ese momento, al mirar esa sonrisa, la encontraba muy distinta a todas las que había visto en su vida hasta ahora, la sonrisa que expresaba aquel gato, por alguna razón era muy cálida, y también brillaba con una intensidad igual a la de la luz del sol, el solo verla, por alguna razón le provocaba a Haru un sentimiento que lo relajaba hasta hacerlo sentir mejor luego de su mala experiencia, era un sentimiento del cual no sabía que era, pero que le gustaba de alguna forma, tanto asi que sus mejillas se ruborizaron un poquito.

-Emmm… g-gracias. Haru solamente pudo decir eso, ya que al igual que Hikari, se había quedado mudo luego de verlo sonreír así.

-Jeje de nada amiguito, fue placer poder ayudarte. Le respondió el gato calicó, mientras le acariciaba gentilmente su cabeza con su mano y sin dejar de sonreírle, haciendo que el zorro rojo se pusiera un poco más rojo y extraño, casi parecía que ambos furros jóvenes hubieran sido los únicos que quedaban pisando la tierra en ese momento solo para ellos, pero repentinamente ambos pudieron sentir como empezaban a sonar las campanas de la escuela, las cuales daban por inicio el comienzo de las clases de manera extra-oficial, tanto Haru como Hikari, podían ver como inmediatamente después de eso, todos los alumnos que se encontraban en el patio comenzaban a entrar por la puerta principal.

-Vaya, ya es hora de clases, lo siento amiguito, pero es mejor entrar antes de que nos regañen en nuestro primer día. Le dijo Hikari a Haru, poniéndose en modo alerta y rápidamente quitando su mano de la cabeza de este último, dejándolo aún un tanto sorprendido y un poquito decepcionado de que se haya terminado tan rápido.

-Pero sabes? Eres un zorro muy simpático, espero poder volver a verte en el recreo y que podamos conocernos mejor. Le dijo el minino de ojos amarillos al zorro de ojos rojos, sonriéndole nuevamente y dejando a este último otra vez sin palabras, y mientras Hikari se alejaba de este directo hacia la puerta de entrada, antes de pasar por ella, volteo a mirar a Haru por última vez, y a moverle su mano en señal de “Nos vemos”.

Mientras lo veía meterse dentro, Haru seguía parado en su mismo lugar, aun atónito por todo lo que le había pasado en tan solo una mañana antes de las clases, en un momento está siendo molestado y humillado por un solo cruel, y en un instante es rescatado por un misterioso y muy agradable gato, con sonrisa encantadora y una caballerosidad sin igual, justo al momento en que el zorro rojo volvió en sí, miro con sorpresa como en su mano aun tenia sosteniendo el pañuelo que le había entregado.

-Se le olvido… Dijo Haru susurrando, mirando con detenimiento aquel pañuelo suave, de un color amarillo yema y con pequeños diseños de huellas de gato rosadas y negras, mientras hacía eso, el zorro rojo recordó de inmediato la sonrisa que le demostró aquel gato, haciendo que finalmente y por primera vez en el día, también sonriera con sinceridad, y guardándose ese pañuelo bien preciado en su bolsillo, Haru finalmente se dispuso a ir hacia la puerta de entrada de la escuela y atravesarla sintiéndose listo para enfrentarla.

-En el recreo, cuando lo vea otra vez, se lo devolveré, le devolveré su pañuelo… a mi súper héroe. Se dijo Haru así mismo en sus pensamientos muy contento, mientras corría a toda prisa hacia su salón de clases a empezar su nueva vida escolar, la cual ahora por alguna razón ya no le parecía que iba a ser del todo mala.

“Esto es solo el inicio, ya que gracias a este encuentro, la vida del joven zorro rojo Haru, quien en compañía de Hikari y de los muchos amigos que formara en la secundaria Furrypawn a partir de ahora, vivirá cientos de momentos inolvidables, algunos felices, otros difíciles y también tristes, que lo ayudaran a crecer como fursona y a aprender a sobrellevar y superar su pasado.”

Fin del capítulo 1.


A todas mis menciones, bueno, no se que decir ahora me rasco la nuca nervioso solo espero que ahora si les haya gustado que el volviera a iniciar este fic como estaba antes, pero eso no significa que vaya a ser ciento por ciento fiel a la forma en la que lo escribí en fdzeta, como ya dije en mi mensaje de arriba, ademas, ya no seguiré diciendo que mis fics son versiones o algo así, las historias no son videojuegos o robots, ya se que yo fui el que inicio diciendo eso, pero ahora veo mi error al hacerlo, una historia es solo historia, y nosotros los que las escribimos, siempre queremos buscar la perfección, agregando o quitando o cambiando las cosas, pero eso solo funciona si recibí criticas tanto de las buenas como las malas, así que si quieren comentar y darme sus opiniones, aprenderé a aceptarlas con el tiempo, me tomara si, pero como dije quiero hacer el intento si realmente deseo terminar finalmente con este fic del cual me siento orgulloso y quiero mantenerme fiel a el. Bueno, eso es todo, espero les haya gustado una vez mas, y nos vemos en la próxima publicación.

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Haydenwolf

Ōkami tei-shin
 
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Que nostalgico me siento al leer esta linda historia una vez mas, me siento tan nostalgico, y la adoro, sigue con tu buen trabajo, oniisan, no dejes que las ofensas de otros te afecten, tu sigue este fic tal cual. sigue adelante KitzuneHaru KitzuneHaru , mi adorable oniisan
 

KitzuneHaru

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Que nostalgico me siento al leer esta linda historia una vez mas, me siento tan nostalgico, y la adoro, sigue con tu buen trabajo, oniisan, no dejes que las ofensas de otros te afecten, tu sigue este fic tal cual. sigue adelante KitzuneHaru KitzuneHaru , mi adorable oniisan
Gracias Hayden, realmente eres un hermanito muy tierno, que bueno que te gustara, y de que aun cuento con tu apoyo, y no digas que son ofensas, yo al principio tambien creia que lo eran, y por eso mismo hacia dramas, pero ahora me doy cuenta de que en realidad solo son criticas que debo aceptar y aprender de ellas, aun asi muchas gracias por quererme animar, te quiero yo tambien hermanito y gracias una vez mas nwn
 

AlexCoon

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espera, otro reinicio? por lo que veo es la version 2.0 de nuevo, corrigeme si me equivoco...
 

KitzuneHaru

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espera, otro reinicio? por lo que veo es la version 2.0 de nuevo, corrigeme si me equivoco...
Es la version de Foros DZ pero con algunos cambios
Es precisamente como ha dicho Hayden, ya no pienso seguir usando el termino de versiones como ya mencione antes, y entiendo que estes desconcertado con ello alex, pero por lo menos has de cuenta que el anterior no cuenta, y que este es el reinicio verdadero para este nuevo foro
 

AlexCoon

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creo me mantendré al margen entonces esta vez en esta historia, a la espera de actualizaciones del tema de Cuentos Peludos, Saludos.
 

KitzuneHaru

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creo me mantendré al margen entonces esta vez en esta historia, a la espera de actualizaciones del tema de Cuentos Peludos, Saludos.
Ok, entiendo, pero aun asi te seguire mencionando en este fic, para que asi finalmente puedas ver la segunda temporada la cual quedo pendiente, prometo seguir adelante con este y mis otros proyectos
 

AlexCoon

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Ok, entiendo, pero aun asi te seguire mencionando en este fic, para que asi finalmente puedas ver la segunda temporada la cual quedo pendiente, prometo seguir adelante con este y mis otros proyectos
Gracias zorrin. Retomo la historia llegados a ese punto, y si, me agrada ver tus otras facetas como escritor, saludos nwn
 

Lian~

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Bien kitsune, vas por buen camino. Espero con ansias volver a leer esta magnífica historia
 

KitzuneHaru

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Capítulo 2: Compañeros de salón:
Luego de haber sido rescatado por aquel gato heroico en la puerta de la escuela, Haru llego por fin al que sería su salón hasta que se graduara dentro de 3 años, pero el zorro rojo solo estaba parado afuera y frente de la puerta, mirándola con muchos nervios, los cuales le hacían temblar un poco sus piernas junto a su colita esponjada, tenía mucho miedo de entrar y ver lo que se encontraría allí dentro, el zorrito en su mente pensaba cosas como “Y si todos se me quedan mirando?” o “Y si ese oso negro aterrador es mi compañero?”, pero sobretodo “Y si hago el ridículo?” todas esas preguntas llenaban su cabeza envuelta en la paranoia, la cual no le duro mucho, ya que sacándolo de ella, vio como la puerta delante suyo se abría.

Quien salió del salón fue una oveja mucho más grande, y quien lo primero que vio fue la imagen del pequeño zorro rojo parado en frente: -Oh aquí estas, tu eres el nuevo, verdad? Pregunto la oveja adulta, vestida muy formal, con un cuerpo voluptuoso y pantimedias en sus patas inferiores.

-Q-que? Hizo Haru un poco exaltado, pero rápidamente trato de calmarse. –D-digo si, si yo soy el nuevo de este salón, un placer conocerla. Se presentó rápidamente ante la imagen adulta que tenía en frente.

-El placer es todo mío, pero bueno pasa, que tienes que venir a presentarte antes de que comience la clase. Le dijo la oveja adulta sonriéndole tranquila, y sin perder el tiempo poso su mano en el hombro de Haru, para el leve rubor de este último, y así ambos entrar al salón definitivamente.

Y una vez adentro, Haru podía sentir como la atmosfera del lugar era muy diferente, veía con nervios a varios furros, sentados en sus puestos, de diferentes especies y tamaños, y varios de ellos, al sentir la presencia del zorro rojo entrando al salón, voltearon sus ojos para mirarlo, algunos con curiosidad, y otros juzgándolo, y los demás, simplemente seguían conversando de entre sin importarle en lo más minino, Haru podía notar todo eso, haciendo que el ambiente dentro de salón se sintiera tan sofocante, que era como si el cuello de su uniforme le apretara su pescuezo con tanta fuerza que solo quería quitarse su camisa.

-Muy bien clase, escuchen por favor, tomen sus lugares ahora! Llamo la profesora exclamando en voz alta y palmeando su manos al mismo tiempo, haciendo que todos miraran al frente y se sentaran rápidamente de vuelta en sus lugares a prestarle atención, pero varios de ellos mirándola a ella y a Haru otra vez de a momentos.

-Así me gusta, como saben todos, hoy inicia el siguiente semestre escolar luego de las vacaciones de verano, y a partir de ahora nos va a acompañar un nuevo alumno. La oveja adulta informo eso a todos sus alumnos en frente suyo, dejando a estos últimos conversando entre si y susurrándose cosas en voz muy baja, para inmediatamente entonces dirigir todas sus miradas directamente a Haru, provocándole a este último un fuerte revoltijo en su estómago acompañado de su cuello apretado, debido al miedo y los nervios los cuales iban creciendo por segundos.

-Adelante pequeño, preséntate ante todos tus compañeros por favor. Le pidió la profesora a Haru amablemente, al mismo tiempo que lo hacía pararse en medio del pasillo, detrás de la pizarra, y frente a toda la clase.

-E-emmm b-bueno s-soy… soy… Haru… t-tengo 13 años y-y… Trataba de decir, pero debido a tantos ojos mirándolo por ser el centro de atención, le provocaban a Haru su típico tartamudeo nervioso, acompañado de su colita la cual se ponía tensa como tabla de madera.

-Oigan ustedes tres! Exclamo enojada la profesora, sacando a Haru de su nerviosismo súbitamente, en ese momento el zorro rojo, aun sorprendido por la reacción de la oveja adulta, miro como al fondo del salón, en una esquina, tres furros seguían conversando entre sí muy despreocupadamente y sin prestar atención alguna.

Todos en la clase se habían quedado con caras de preocupación mientras miraban de a momentos a la profesora y a aquel trio de furros que no estaban prestando atención, dejando extrañado a Haru quien miraba callado toda la escena.

-Acaso no fui clara al decir que… DEBIAN TOMAR SUS LUGARES AHORA!? Exclamo hasta gritar con furia la maestra, alzando muy alto su voz, y con su ceño bien fruncido, dejando a todos los alumnos, especialmente a Haru, sorprendidos y asustados, y obviamente también a los tres furros que estaban distraídos.

-S-si maestra Kokoro! Exclamaron al unísono los tres jóvenes, quienes rápidos como el rayo se levantaron de sus asientos y se voltearon a mirar asustados a su profesora adelante, revelando sus especies, las cuales eran un tigre musculoso y de ojos color verde, una nutria delgada pero alta de ojos azules, y al momento el que el tercero miro hacia el frente, cuando Haru lo capto con sus ojos, estaba que no podía creerse de quien se trataba, y lo misma iba para aquel furro, ya que no era ni más ni menos que el mismo felino de ojos color ámbar que lo acababa de salvar hace poco.

-Tu aquí!? Exclamaron sorprendidos los dos furros inmediatamente después de que sus miradas se encontraran, tanto Haru como Hikari estaban que no podían creer que les haya tocado estar en la misma clase que el otro, casi parecía un milagro o cosa de dios, pero sin duda los había dejado sin palabras, y también al resto de la clase, los cuales los miraban confundidos y extrañados, especialmente el tigre y la nutria quienes se miraban el uno a otro.

-Vaya, parece ser que ustedes ya se conocían, verdad? Pregunto curiosa la maestra Kokoro, mirando con una sonrisa de intriga a ambos alumnos.

-Si maestra, de hecho nos acabábamos de conocer afuera en el patio. Le respondió Hikari a la oveja adulta, mirándola sonriendo aun sorprendiendo, pero tratando de controlarse, e inmediatamente miro de a momentos Haru quien seguía sin poder creer lo que estaba pasando.

-Eso es bueno, entonces Haru puedes sentarte en el asiento que está a la izquierda de Hikari. Le informo la profesora al pequeño zorro, y este último haciéndole caso se fue a sentar, en ese asiento el cual parecía también ser obra del destino que estuviese justo al lado del de su salvador.

Una vez que todas las cosas estaban en orden, la maestra Kokoro dijo lo siguiente a toda la clase: -Bueno niños, comencemos oficialmente con la primera clase del día.

Y con eso todos los alumnos empezaron a sacar las cosas de sus mochilas que necesitarían, y mientras Haru se ordenaba, sintió de repente como algo suave lo tocaba tiernamente en su muslo, el zorro rojo sorprendido vio que se trataba de Hikari, quien de forma disimulada para que la maestra no lo viera, había estirado su cola y usarla para llamar con éxito su atención.

-Me alegra que nos tocara en la misma clase Haru, un placer conocerte. Le susurro Hikari en silencio a este último, mirándole con una sonrisa tierna y guiñándole el ojo al final, para entonces volver a mirar de frente como si nada hubiese pasado.

-“Hikari…” Dijo en su mente Haru, mirando un poco más al gato calicó sentado a su derecha. –“Que lindo nombre tiene mi súper héroe”. Y sonriendo luego de decirse eso, el zorro rojo empezó también con su primera clase, ya pensando de mejor manera que quizás la secundaria no sería tan mala a partir de ahora.

=Más tarde=

Finalmente luego de dos largas horas de ejercicios y repasos, había llegado el primer recreo del día a las 10:00 am, al momento en que sonó afuera la campana que daba aviso a eso, los alumnos de todos los salones salieron disparados afuera de estos, no queriendo desperdiciar ni un momento de su merecido recreo.

Haru fue el último en salir debido a que el prefería hacerlo de manera más tranquila, el zorro rojo bajo las escaleras hasta llegar a la planta baja de la escuela, caminando un poco por un pequeño pasillo hasta que logro llegar al patio, el cual estaba abarrotado de cientos de furros, igual a que como que estaba el patio delantero esta mañana, algunos estaban jugando a la pelota en espacio amplio, otros miraban sus celulares, y otros conversaban ya sea sentados en una banca o apoyados en las paredes, pero traía sin cuidado al canino de ojos color rojo, debido a que trataba de buscar a Hikari, mirando por todos los rincones del lugar, pero ninguna señal de su héroe felino, lo cual lo desconcertó, ya que asi no tendría oportunidad de hablarle y de devolverle su pañuelo.

El primero recreo había llegado a su fin, después de eso tocaban las siguientes dos horas de clase antes del segundo receso. De vuelta en el salón, mientras la maestra daba la lección, en su asiento Haru se encontraba algo desconcentrado, ya que de a momentos se quedaba mirando preocupado a Hikari en su derecha.

-“Porque no lo pude encontrar en el recreo?” Pensaba el zorro rojo, empezando a desconcentrarse más y más en la clase, hasta que solo podía escuchar sus pensamientos y nada más.

-“Acaso hice algo mal?” –“O será… que solo me protegió por pura amabilidad, y nada más…?” Seguía pensando Haru, hablando consigo mismo y creyendo que era cierto lo que tenía invadiendo su mente, haciendo que su mirara se perdiera en la duda. –“Para el solo soy un zorro más, seguro que si…”

-Haru? –Haru! –HARU! Exclamo de golpe la maestra usando su tono de enojada una vez más, provocando que el canino de ojos rojos se bajara de su nube de dudas de forma sorpresiva.

-E-eh!? Hizo Haru quien asustado miro hacia delante, y la imagen que tenia de la maestra lo había dejado aterrado, debido a que esta última lo miraba con unas cejas fruncidas, como si fuese la policía mala interrogando al testigo hasta hacerlo hablar del miedo.

-Primer de escuela, y ya me saliste desconcentrado? Dijo la maestra Kokoro con una voz algo dura, y medio segundo después de eso el resto de la clase empezó a reírse un poco, mirando con gracia Haru, dándole pena a este último quien solo supo disculparse.

-L-lo siento mucho… Dijo con la mirada hacia abajo el pequeño canino.

-Entonces, sigue donde me quede. Le respondió la oveja adulta, mirándolo con severidad.

-Que? Le pregunto Haru, confundido y asustado una vez más.

-Que sigas leyendo justo donde me quede en la lectura, empiezo yo con un párrafo, luego un alumno lee en voz alta el siguiente, y después de ese otro lee el siguiente, y así hasta terminar con el cuento, así funciona este ejercicio. Le explico la profesora al pequeño zorro, dando un suspiro de paciencia al final.

-Y-ya veo. Dijo Haru solamente eso, apenado porque no se diera cuenta por estar en la luna con sus preocupaciones.

-Entonces, sigue por favor, te tocaba a ti leer el siguiente párrafo, o será que no estabas prestando atención y no sabes dónde es? Le pregunto la profesora a Haru, viéndolo con unos ojos de autoridad, y preparándose para dar un regaño el cual ya creía que estaba cerca.

-N-no, digo sí! Si estaba prestando atención. Respondió Haru casi eufórico, y hablando sin pensar agarro su libro y lo puso en frente suyo, poniéndose muy nervioso porque era verdad que no había prestado atención, y no sabía en qué párrafo debía hablar.

-Entonces que estas esperando? Léelo por favor. Le pidió la maestra, todavía mirándolo con un poco de duda.

-S-si señorita… Dijo con preocupación, e inmediatamente Haru trato de encontrar una manera de salvarse de esta, pero no se le ocurría nada, estaba tan nervioso y con tanto miedo, que podía sentir como el ambiente se tornaba aplastante y tenso, sintiendo también las miradas de todos en la clase esperando a que hablara, el zorro rojo sentía que había caído en una trampa sin escapatoria, ya que no importaba si lo adivinaba y le salía mal, o si decía la verdad, de todas formas iba a pasar una enorme vergüenza y más encima en su primer día, aunque se había salvado esta mañana de la golpiza, Haru estaba seguro que nada lo iba a salvar esta vez del bochorno en el que así mismo se había metido, no fue hasta que…

-Mh? Hizo el zorro de ojos rojos, quien sintió como levemente algo le tocaba la punta de su colita, y disimuladamente detrás de su libro, pudo ver sorprendido que se trataba de Hikari, quien una vez más había utilizado su cola para llamarle su atención con éxito, en ese momento Haru noto como el felino de ojos amarillos, discretamente había colocado un dedo en su propio libro de texto, señalando un párrafo del cuento sin que la maestra se diera cuenta, el vulpino se dio cuenta de lo que quería hacer con esa seña, y sin perder el tiempo empezó a leer el párrafo que le había señalado.

Fue una suerte que Haru leyera con éxito el párrafo, hasta la maestra se contentó con él y continuo con la clase como si nada hubiese pasado, y mientras el zorro rojo daba un largo y relajante suspiro de alivio, pudo ver como a su lado, Hikari le sonreía, guiñaba el ojo y levantaba el pulgar, como si le estuviera diciendo “bien hecho”, el zorro rojo se quedó sonrojado y como piedra al ver que su súper héroe lo había rescatado por segunda vez en el día, y al saber eso, todas las dudas que había tenido y que lo distrajeron desaparecieron, haciéndolo sentir más seguro de que a Hikari realmente le importara, con eso en mente Haru sonriendo ya más tranquilo volvió a concentrarse en la lección.

=Un rato después=

Cuando dieron las 12:00 pm, una vez más sonó la campana la cual señalaba la hora del segundo recreo, y una vez más igual que el primero, todos los alumnos salieron corriendo de sus salones hacia afuera casi como en estampida, pero esta vez Haru casi sale con todos ellos, teniendo mas prisa esta vez por encontrarse con Hikari, y hablarle definitivamente por haberlo ayudado dos veces seguidas, el zorro rojo sin perder tiempo volvio al patio, mirando para todos lados en busca de la presencia de su héroe felino, sintiendo algo de ansiedad y jadeando un poco luego de haber salido corriendo, hasta que sus ojos vieron a los lejos la imagen de cierto furro que despertó el miedo del pequeño vulpino, sentado en una banca solitaria en medio del patio a lo lejos, se encontraba Hayato, el mismo oso negro de esta mañana, y quien estaba en ese momento devorando un enorme sándwich, el cual mordía con una expresión muy poco amigable, y evidentemente Haru empezó a temblar con mucho miedo, y trataba de retroceder lentamente y con mucho cuidado de que el ursino no se percatara de su presencia, ya que temía que si lo veía en ese momento, sin duda podría terminar lo que había comenzado esta mañana, pero mientras el zorro rojo seguía retrocediendo, para sus susto y sorpresa, sintió como de repente una mano le tapaba la boca y lo jalaba hacia detrás de un pilar escondiéndolo, el miedo que sentía Haru el principio rápidamente se convirtió en un fuerte alivio, al ver que se trataba de la misma nutria que había visto en compañía de Hikari hace rato, y este último primero le sonrió con tranquilidad, luego le hizo la seña con sus dedos de que guardara silencio, e inmediatamente susurrándole le dijo: -Ven conmigo.

Y así la nutria se llevó a Haru a una parte bastante alejada del patio, cruzando algunos pasillos, dando vueltas en un par de esquinas, y escondiéndose detrás del edificio principal, llegaron a una parte que dejo sorprendido al zorrito, delante suyo había un pequeño edificio, de unos dos pisos, no tan grande, mucho más pequeño de su casa, de aspecto abandonado y muy descuidado, con varias hiervas y mucho musgo creciendo entre sus paredes de concreto y madera.

-Dónde estamos? Le pregunto Haru al mustélido acuático, apartando sus ojos del lugar para mirarlo a este último aun asombrado y confundido.

-Este es el edificio viejo de la escuela, creo que ha estado aquí desde la época de los bombarderos y ataques aéreos, actualmente está abandonado, pero nadie lo quiere derribar, ya que para los profesores y el director esto es de gran valor para la escuela. Le explico la nutria de ojos azules a Haru, sonriendo con gracia al ver la carita de sorpresa que aun muestra este último.

-Wow… Hizo solamente Haru, todavía mirando sorprendido que este edificio haya estado desde la época de sus bisabuelos.

-Que estas esperando entremos de ya. Le dijo la comadreja acuática, sonriéndole mientras cerraba los ojos, acercándose al viejo edificio.

-E-eh? Que entremos? Le pregunto Haru quien se sorprendió por eso, e inmediatamente noto como la puerta de entrada a dicho lugar estaba completamente tapeada. –Pero no se puede, la entrada está cerrada. Dijo señalando a eso aun extrañado.

-Jeje no por esa, usaremos la entrada secreta. Le dijo la nutria a este, riéndose un poco por lo simpático que le parecía, y rápidamente haciendo énfasis en sus palabras, se acercó a una ventana que se encontraba a un lado, y rápidamente la abrió con toda facilidad, dejando sorprendido a Haru mientras miraba como el mustélido acuático entraba al edificio por esa ventana abierta rápidamente.

-Ven. Dijo la nutria, quien asomo solo su cabeza y una mano fuera de la ventana, haciéndole señas de que entrara con total confianza, y Haru, aunque dudoso al principio, rápidamente acepto porque sentía que podía confiar en aquella comadreja de agua, y sin perder el tiempo corrió hasta la ventana abierta, y con la ayuda del mustélido acuático logro treparse a esta entrar hacia el interior del edificio con éxito.

-Y así, evitamos que alguien nos vea desde el exterior. Dijo la nutria quien antes que nada volvió a cerrar la ventana, para taparla al final con las cortinas y así hacer parecer que nada estaba pasando dentro, mientras tanto Haru seguía mirando asombrado el interior del viejo edificio, era bastante amplio, con un largo pasillo que lo recorría, todo hecho de madera que ahora estaba desteñida y de un tono apagado, había polvo, moho y algunas telarañas, pero fuera de todo eso, el zorro rojo estaba impresionado ya que este lugar era exactamente igual a las antiguas escuelas que sus abuelos decían haber ido cuando tenían su edad.

-Jeje te gusta? Pregunto de pronto el mustélido acuático, sacando de repente al zorro rojo de su estado de asombro, y este último aun sin entender porque lo trajo aquí, lo único que pudo contestarle fue si, asintiendo con la cabeza y sin sacar una sola palabra de su hocico.

-Ven, sígueme, aun no te muestro lo mejor. Dijo en respuesta la nutria, quien una vez más llevo a Haru caminando por un pasillo a mano izquierda, y mientras iba por ahí, el canino pequeño empezó a notar que extrañamente ese corredor no tenía telarañas colgando, y parecía estar limpio de polvo y moho, como si alguien lo hubiese limpiado recientemente, y luego de pocos segundos de haber caminado, Haru y la nutria llegaron al final del corredor, se pararon en la última puerta de este, y al momento en que el mustélido de ojos azules la abrió, lo que vio el zorrito rojo dentro lo hizo sonreír contento.

-Hola Haru. Le saludo Hikari con su sonrisa cálida de esta mañana, quien estaba en compañía del tigre de ojos verdes del salón de clases, dentro de ese cuarto mediano, que parecía ser un salón de clases, ya que tenía un pizarrón, un armario de artículos de limpieza y varios pupitres viejos, los cuales ahora estaban amontonados en un rincón para dar más espacio al lugar.

Kai y Haru entraron en el pequeño salón, y el zorrito pudo ver mejor como era por dentro, tenía varios posters pegados en las paredes, algunos de Cazador x, otros de Naruto y otros de los caballeros del zodiaco, y lámparas a baterías para iluminar el lugar a oscuras debido a las cortinas cerradas, y todas con diferentes formas y colores, incluso en las pocas repisas que tenía, habían varias figuras de acción y muñecos de anime, y hasta una alfombra con diseños de estrellas en las puntas.

-Wow… que genial. Decía Haru quien asombrado no podía dejar de mirar todo a su alrededor, casi no parecía un salón de clases, era más como una habitación o una sala de estar bien bonita.

-Que? Entonces te gusta nuestra base secreta, amiguito? Le pregunto el felino rayado a Haru, mientras lo miraba sonriéndole despreocupado y con sus brazos fuertes cruzados.

-Eh? Base secreta? Le pregunto Haru sorprendido y confundido luego de escucharlo decir eso.

-Así es, hace dos años, cuando entramos a la secundaria, encontramos la ventana abierta y logramos entrar a este viejo edificio sin que nadie lo supiera, y desde ese entonces lo hemos convertido en nuestra base secreta, donde podemos relajarnos y ser nosotros dentro de la escuela, que tal? Bonito verdad? Le dijo Hikari a Haru, sonriendo contento al ver que el zorrito rojo estaba disfrutando de esto.

-Sí, mucho! Respondió con emoción, su cola esponjada llegaba a moverse de un lado a otro en señal de felicidad.

-Qué bueno que te guste, porque Hikari ha decidido hacerte parte de nuestro club. Le informo la nutria a Haru, mirándolo contento porque le gustara.

-Eh? Hizo Haru sorprendiéndose aún más. –Yo, un miembro de su club? Pregunto aun sin poder creérselo.

-Así es. Le respondió Hikari, acercándose al zorro rojo, haciendo sonrojar levemente a este último. –Veras, luego de dos años estando solamente los tres aquí, la cosa se vuelve aburrida, y como me caíste demasiado bien esta mañana, se me ocurrió que podría invitarte a formar parte de nuestra pandilla, lo hable con mis dos amigos en el primer recreo, y ellos también están de acuerdo conmigo, así que, que dices? Te nos unes? Le pregunto el gato calicó a Haru, mientras le sonreía y posaba gentilmente su mano en el hombro de este último, dejando al zorro rojo anonadado y sin poder creer que esto estuviese pasando.

-P-pero es que yo… no se y-y… además así tan de repente me pides esto, q-que… bueno… Seguía hablando Haru entre tartamudeos y mirando a diferentes partes debido a sus nervios que le daban, ya que no sabía cómo tomar todo esto, debido a que por una parte estaba concento por esta oferta que le estaban dando, pero por otra parte esto era demasiado repentino y no tenía idea de cómo debía digerirlo.

-Vamos amiguito, anímate, ya verás cómo será de divertido que te nos unas, así no te sentirás solo en esta enorme escuela, que como yo sé por experiencia propia, puede ser muy sofocante y demasiado aburrida. Le dijo el tigre a Haru, acercándose y colocando suavemente su mano sobre la cabeza de este último, sonriéndole también mostrando los dientes con total despreocupación.

-En lo personal me gustaría que fuésemos amigos, ya que se nota que eres un chico muy divertido y lindo. Dijo también la nutria ojiazul, quien poso gentilmente su mano en la espalda alta de Haru, sonriéndole con tranquilidad además.

-L-lindo… yo? Pregunto Haru sonrojado y un poco anonadado porque le dijeran eso.

-Jeje bueno, no lo pienso yo, lo piensa Hikari, ya que si no fuera así, él no te habría rescatado del regaño de la maestra durante la clase de lenguaje. Le respondió la comadreja acuática, sonriéndole al felino al final.

-Oye, no necesario que le dijeras eso ultimo Kai. Le reclamo el gato calicó, sonrojándose levemente porque revelara lo que le había dicho, y que se suponía era un secreto.

Haru estaba callado, pero muy sorprendido, ya que ahora sabía que su súper héroe pensaba que era lindo, lo cual lo sonrojaba levemente, pero también que este y sus amigos lo estuvieran invitando a que formara parte de su amistad, luego de tantas dudas que tenía en clase pensando que no era importante para el minino, y ahora resultaba todo lo contrario, el zorro rojo miraba aun en silencio a esos tres furros un poco más grandes que él, y los cuales lo rodeaban sin invadir su espacio vital, sabía que Hikari era agradable nada más el primer momento en que lo vio y este le sonrió, y lo mismo pensaba del tigre y de la nutria, los cuales parecían ser muy buenos, Haru se sentía muy contento, pensaba que iba a estar solo toda la secundaria hasta que se graduara, pero ahora ese miedo se había disipado por completo, y sintiéndose seguro de si mismo finalmente sonrió y los miro a todos.

-Sí, sí quiero ser su amigo y unirme a su club. Dijo Haru ya decidido.

-De verdad? Le pregunto Hikari a este, sonriendo contento por su respuesta, y el pequeño canino solo asintió con la cabeza con seguridad e igual de sonriente.

-Que bien. Dijo el minino cerrando sus ojos con alegría. –En ese caso, vamos a presentarnos todos para hacerlo extra-oficial. Y con eso dicho, Hikari escribió en el pizarrón detrás suyo “Miembros del club”.

-Primero yo, mi nombre como ya sabes es Hikari, tengo 14 años y soy el líder y fundador del club, me asegurare de hacerte sentir bienvenido en él y en la escuela también. Luego de presentarse, el gato calicó puso un 1 debajo del título, y al lado de este escribió su número, empezando a pasar lista.

-Mi nombre es Yuki, 14 también, y como puedes ver por esto, soy el más fuerte del grupo, así que si necesitas ayuda, mis fuertes bíceps te protegerán en todo momento. Se presentó el tigre de ojos verdes, flexionando sus brazos y presumiendo un poco delante de Haru, dejando a este último sorprendido por el tamaño de sus brazos, y Hikari sonriendo con vergüenza ajena anoto su nombre en segundo lugar en la lista de miembros en la pizarra.

-Soy Kai, igualmente tengo 14, generalmente soy quien controla las “situaciones” aquí, espero con ansias que nos podamos llevar bien y conocernos mejor. Se presentó la nutria de ojos azules, hablando calmadamente, y con un tono parecido al de un caballero de clase alta, haciendo que Haru se sintiera conmovido, y Hikari rápidamente anoto su nombre en tercer lugar.

-Ahora te toca a ti presentarte. Le informo el minino al zorro rojo, mientras él y los otros dos lo miraban sonriendo con paciencia.

-Yo… soy Haru, tengo 13, todo esto es aún muy nuevo para mí... y no niego que aun siento un poco de miedo, pero… realmente espero poder ser un gran miembro de este club y llevarme bien con ustedes y ser su amigo. Se presentó el zorro rojo, algo dudoso y con nervios al principio, pero relajándose al final y hablando con una sonrisa de determinado, haciendo que el resto del grupo le sonriera de vuelta y cerrando los ojos también, Kai con tranquilidad, Yuki con emoción, y Hikari con tranquilidad y emoción mezcladas, y sin perder el tiempo anoto el nombre de Haru en la pizarra, estando en cuarto lugar y con la palabra nuevo a un lado.

-Ya eres un miembro oficial de nuestro club, bienvenido Haru. Le dijo Hikari.

-Muchas gracias chicos. Respondió el zorro rojo, aun sonriendo con emoción, su cola esponjada de pincel llegaba a movérsele de un lado a otro contenta.

-Jejeje vamos a llevarnos bien de ahora en adelante amiguito! Dijo Yuki, quien con emoción se abalanzo sobre el pequeño zorrito, sorprendiendo a este último, y quien pudo sentir como el felino grande usaba su enorme brazo para abrazarlo por el cuello, y con su otra mano empezar a rascarle su cabeza en señal de amistad.

-Ay ay… i-igualmente Y-Yuki… ay ay… Trataba de decir Haru, quien se quejaba debido a todo el zangoloteo que recibía su cabeza de parte de los nudillos del felino naranja y negro, llegándosele a despeinar su cabello y a desordenársele sus orejitas puntiagudas.

-Oye Yuki ya basta, no ves que lo estas incomodando con eso que le estás haciendo? Se quejó Hikari con su amigo robusto, y rápidamente se le acercó para intentar separarlos a ambos, antes de que por esto Haru cambiase de opinión.

-Que? Solo lo estoy saludando a la “forma Yuki”. Le respondió Yuki a Hikari, despreocupadamente y sin dejar de soltar a Haru entre sus brazos.

-Aquí vamos de nuevo. Dijo Kai luego de suspirar, y con una sonrisa de aguante se acercó también a intentar de detener esta nueva “situación”.

Y Haru, a pesar de los fuertes “cariños” de parte de Yuki, y de las personalidades interesantes de este y de los otros, igualmente se sentía muy feliz de haber encontrado amigos tan increíbles como ellos, el zorro rojo pensaba y sabía que su nueva vida en la secundaria iba a ser de lo más emocionante a partir de ahora que había encontrado a sus primeras amistades, y sobretodo porque una de estas se trataba de su súper héroe el cual ya lo había salvado dos veces el mismo día, Hikari.

Fin del capítulo 2.


Espero que les haya gustado el segundo cap queridos lectores, se que prometí que habrían nuevos personajes esta vez, pero al final luego de casi dos semanas de pensarlo, al final decidí que no, dije que mantendría este fic con su esencia original y voy a ser firme y fiel ante eso, claro, no pasare por alto el agregarle o "mejorarle" algunas cositas, pero solo eso, nada de nuevos personajes ni eso, ya que trate de hacerlo, pero no me gusto como quedo, todo se veia tan forzado con tantos personajes nuevos, que ya no se parecía nada a la historia original de la cual me sentía orgulloso, por eso es que seguiré y la escribiré como lo hice en fdzeta, deseenme suerte con ello. Hasta la próxima publicación, que tengas un feliz viernes y fin de semana ;) :) :p :D

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Lian~

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Es genial volver a leer esta historia ya que me hace leer con más intensidad para poder pillar las diferencias y pequeños detalles que le vas agregando zorrito. Sigue así, por ahora mantendré guardado aquel objeto :)
 

Haydenwolf

Ōkami tei-shin
 
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Ooooh oniisan esto está muy cool, me gusta ver que tengas esto como nuevo y pulido además de que pude notar los cambios al lugar secreto, en el anterior foro, el sitio secreto estaba en una parte de la escuela pero me encantó que pusieras el lugar secreto de la preparatoria ¿O era secundaria? en un edificio aparte.

No me canso para nada de está historia, y no hay momento que me cansé de ver la actitud despreocupada de Yuki, la personalidad educada de Kai (aunque obvio sabemos que es un naturista con una personalidad diferente jijijiji), la personalidad tan amable y brillante de Hikari que hace a Haru sentirse tan encantado con su ser y no nos olvidemos de Haru que con su linda pero también adorable personalidad tímida que lo hace ver tan adorable.

En resumen adore este capítulo 2 re-inventado en ciertos aspectos, pero también siento que echaba de menos a la profesora Kokoro, siento que me recuerda a una de mis profesoras pero no recuerdo sí sería en primaria o en mis 3 años de bachillerato hasta el 3er año o en mis actuales años desde 4to año hasta 6to año pero lo que quiero decir es que aunque sea un personaje recurrente, adoro a la profesora Kokoro.

KitzuneHaru KitzuneHaru oniisan, hermanote, contínua este fic con toda la confianza del mundo, todos aquí queremos a los furry boys, siempre tendrás mi admiración y amor por este fic y las parejas que se formarán a futuro las cuales no voy a decir ya que hay nuevos que no conocen de antes el fic así que no diré SPOILERS

Sigue con este fic mi Hermanote zorrito. Porque tú hermanito lobo te da su apoyo y amor incondicional
 

KitzuneHaru

El zorro naturista y dibujante
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-Capitulo 3: Sorpresas al final del día:
Luego de un rato de haberse unido al club de sus nuevos amigos, el resto del día escolar transcurrió normal, tranquilo y muy feliz para un pequeño zorrito, finalmente la tercera campana del día había sonado a las 14:00 pm, la cual indicaba la hora del almuerzo.

Haru iba en compañía de Hikari, Yuki y Kai, saliendo del salón y dirigiéndose los cuatro hacia una parte en específico.

-Este… a donde me llevan chicos? Le pregunto Haru a los otros tres, mientras los seguía confundido.

-Ya que eres el nuevo miembro del club, es nuestro deber enseñarte los alrededores de la escuela para que te adaptes. Le informo Yuki mientras lo miraba sonriendo.

-Y nuestra primera parada será la cafetería. Continúo Kai sonriendo también, pero de forma más calmada que el felino naranja y negro.

-Ca-cafetería dijiste? Hizo Haru quien se sorprendió, y luego se preocupó al escuchar eso.

-Así es Haru. Le afirmo Hikari sonriendo despreocupado. –Va a ser divertido, será la primera vez que comeremos con alguien más a parte de nosotros tres, y encima ese alguien es un… Pero Hikari se detuvo junto con el resto, viendo confundidos y preocupados, como el canino pequeño estaba caminando más lento.

-Haru? Hizo Yuki extrañado por la forma en la que se detenía el zorro rojo.

-Que tienes amiguito? Le pregunto Kai esta vez, acercándose junto al resto hacia un Haru que demostraba estar preocupado por algo.

El pequeño zorrito los miro a los tres de frente, y con pena y un poco de vergüenza les dijo: -Lo siento, pero yo mismo traje mi propio almuerzo. Dijo mostrándoles su lonchera la cual era de dragón ball z, sonrojándose un poco más avergonzado. –Es que jamás me han gustado las cafeterías, sus comidas son asquerosas, y huelen muy raro, por eso nunca me metía en ellas en la primaria, siempre comía solo en un rincón del patio. Luego de explicar todo eso, Haru bajo su cabeza y su mirada hacia el suelo, llegando a pensar seguramente que con esto sus nuevos amigos lo verían diferente, pero mientras esperaba lo peor, el zorro rojo de pronto sintió como una mano se posaba en su hombro suavemente, y su supo de inmediato de quien era dueño, volviendo a levantar su mirada, Haru pudo ver como Hikari y el resto le sonreían contentos.

-Jeje no eres el único Haru. Le informo el gato calicó a este, para entonces mostrarle que tanto el como Yuki y Kai, también portaban sus propias loncheras de almuerzo sin preocupación alguna, dejando al zorro rojo impresionado y sin habla.

-A nosotros tampoco nos ha gustado la comida que sirven en la cafetería. Le dijo el tigre de ojos verdes a Haru, poniendo una cara medio asqueada de solo recordar la primera vez que probó el plato de caldo que le sirvieron.

-Sí, te juro que el pudin de chocolate que sirven de postre, tiene todo menos chocolate. Continuo Kai, quien se sacudió todo su pelaje luego del escalofrió que le provocó recordar esa amarga experiencia.

-Guacatela. Hizo Haru sintiendo al mismo tiempo un revoltijo en el estómago de tan solo imaginarse eso.

-Guacatela no? Le dijo Hikari sonriendo con gracias, y al mismo tiempo sacando la lengua en señal de asco.

Y Haru ante eso empezó a reírse con gracias, olvidándose por completo de la preocupación que lo acongojaba hasta hacer un momento, y obviamente Hikari y los chicos se rieron con él al final.

***

Una vez que los cuatro llegaron a la cafetería, buscaron y encontraron rápidamente un lugar libre en el que podían sentarse solamente ellos, era una mesa un tanto pequeña y circular, con cuatro sillas, y un poco apartada en dirección a una esquina, pero eso a los chicos no les importaba nada, lo encontraban mejor de hecho, ya que así podrían estar más cómodos, y alejados de todo el bullicio provocado por los alumnos los cuales parecía que habían venido a conversar más que a comer.

-Las cafeterías de la secundaria son más ruidosas que las de la primaria. Dijo Haru, quejándose un poquito, mientras miraba como en las mesas principales todos los alumnos conversaban fuerte y hasta gritaban, y como el lugar era muy amplio hacían hasta un eco mucho más insoportable.

-Snif snif Y huelen peor… Se quejó aún más el zorro rojo, quien se tapó rápidamente su sensible nariz luego de sentir ese fuerte aroma a comida de cafetería, que le parecía nauseabundo y terrible para su olfato.

-Mira no hagas caso a todo eso, solo será por esta única ocasión en la que te estamos mostrando la escuela. Le informo Yuki, quien a pesar de que estaba igual de incomodo con todo esto, aun así se mantenía firme.

-Así es, siempre comemos en nuestro club secreto en total calma, y para mañana tú serás parte de eso también. Dijo Kai, sonriendo a Haru para que se tranquilizara.

-En serio? Pregunto el zorro rojo, mirándolos a ellos y al final a Hikari.

-Por supuesto que si Haru, así que no te sientas mal, y mejor comamos juntos nuestros almuerzos tranquilos y relajados. Dijo Hikari, sonriéndole de nuevo al canino pequeño, con su sonrisa brillante dibujada en su cara, y una vez más esa imagen había ayudado a Haru a calmar los nervios que le daban por todo lo nuevo que esto era para el pobre.

-Saben qué? Tienen razón, ya me preocupare más. Dijo el zorro rojo sonriendo alegre y tranquilo al mismo tiempo que colocaba su lonchera en la mesa, y Hikari y los chicos igualmente sonrieron sintiéndose orgullosos de su nuevo integrante. –Mejor me voy a comer mi almuerzo favorito… una deliciosa y enorme hamburguesa con kétchup y queso derretido encima. Dijo Haru eso último, al mismo tiempo que habría su lonchera, y al momento en que vio su comida favorita se le agua su boca sonriente.

-Jeje ese es un rico almuerzo, pero yo me quedo con mis deliciosos pescados fritos con ensalada de papas a un lado. Hikari dijo eso, también abriendo su lonchera, y mirando con ojos brillantes de ilusión aquellos grandes trozos de pescado bien frito hasta quedar dorados, haciéndole salir su lado más felino al gato calicó.

-Hamburguesa y pescado frito? Ja! Por favor, es mejor un buen, jugoso y enorme trozo de bistec con puré y salsa gravy a un lado. Se jacto Yuki, quien al momento de abrir su lonchera y sentir el aroma a la carne, hizo que sacara su lengua y se lamiera los labios en señal de hambre.

-A mí no me importa que almuerzo sea el mejor, yo me conformo con mi mini-pizza de mariscos. Dijo Kai con la tranquilidad de cual era conocido, pero al momento en que miro su almuerzo, no pudo evitar poner unos ojos brillantes, mientras tragaba grueso al ver camarones , y pequeños trocitos de calamar dentro de un pan con queso y salsa.

Inmediatamente todo el grupo, saliendo de su hipnosis de hambre, se dieron cuenta de que todos estaban poniendo la misma expresión por tan solo ver y oler el aroma de su respectiva comida favorita, y luego de reírse un poco con gracias debido a eso, empezaron a comer en paz, pero con ganas sus almuerzos, habiéndose olvidado de todo el alboroto y los aromas en el ambiente.

=20 minutos después=

-Uff estoy lleno… Hizo Yuki, quien luego de haberse comido su bistec, se sobaba el estómago con una mano, y con la otra usaba un mondadientes para quitarse los restos de carne de su boca.

-Sabes Yuki? El almuerzo no es una competencia. Le dijo Kai mientras tenía su mejilla apoyada en su mano, y quien lo miraba junto con Haru y Hikari luego de haberse terminado también sus respectivas comidas, y tanto el zorro como el gato no pudieron evitar sonreír con gracia ante eso.

-Que tiene de malo? Si esta rico, porque comérselo despacio? Es mejor hacerlo rápido y llevándose grandes trozos a la boca. Le respondió el tigre a la nutria, mirando sin preocupación alguna y tirando el mondadientes hacia un lado de un zape de sus dedos.

-Tú nunca cambias. Dijo Kai en un suspiro, para inmediatamente mirar a Yuki con una sonrisa leve.

Pero la paz y la felicidad no duro mucho para el cuartero de furros, ya que en ese mismo momento apareció una figura negra, literalmente.

-Vaya vaya, miren a quienes tenemos aquí. Dijo una voz un poco a lo lejos, voz que de tan solo escucharla, hacía que Hikari y los chicos pusieran una cara de fastidio y perdieran sus sonrisas, dejando a Haru confundido y haciendo que mirara en la dirección de dónde provenía esa voz, y así pudo ver como se acercaba una pantera negra macho, quien mostraba una sonrisa siniestra junto a unos ojos negros como la noche, iba vestido con el uniforme pero desarreglado en lo que parecía ser su estilo, y con las manos en los bolsillos de su pantalón, a su lado caminaban los que parecían ser sus seguidores, un asno o burro bien alto y corpulento, con el pelo de su cabeza desaliñado, y una comadreja, más delgada y baja, y con todo su pelaje desaliñado y con mechas.

-Quien es él? Le pregunto Haru al resto susurrándoles, y mirando con preocupación cómo ese trio se seguía acercando a su mesa.

-Ese desastre que viene ahí es Kuro. Dijo Yuki quien demostraba mucha molestia.

-Es de los peores busca-problemas de toda la escuela, si él se te acerca es porque o quiere algo de ti o solo quiere desaburrirse contigo a su manera. Continúo Kai, tratando de no mirar para nada a la pantera y sus compinches los cuales ya estaban a unos pasos cerca de ellos.

-A su lado Hayato parece un osezno indefenso. Le dijo Hikari a Haru, pudiendo notar como este ya empezaba a preocuparse, igualito a como se sintió esta mañana con el oso negro.

-Pero que increíble sorpresa. Dijo Kuro luego de colocar sus dos manos sobre la mesa de los chicos, haciéndola sonar con todo y los cubiertos que tenían en ella, el cuarteto se quedó en silencio. –Primera vez que los veo a ustedes almorzando en la cafetería jeje parece que hoy va a llover. Dijo la pantera negra en sentido de burla, y sus dos compinches se rieron con él, y el felino oscuro inmediatamente los miro con enojo y dominación, haciendo que se callaran abruptamente.

-Que quieres Kuro? Le pregunto Kai a este en tono de molestia, tratando lo menos posible de hacer contacto visual con él.

-Oh vamos, que acaso no tengo derecho a hablarle a quienes me interesa saludar? Mm? Pregunto con sarcasmo el felino grande y negro, mirando con una sonrisa maliciosa al grupo, mientras apoyaba una mano sobre su mesa.

-Bien, ya nos hablaste y saludaste, ahora ve a dar lata a otro lado. Se quejó Yuki, mirándolo de frente y poniéndole un expresión de “Ya que se largue”.

-Oh? Hizo Kuro al notar presencia de Haru a un lado de la mesa, dejando a este último con una expresión de preocupado, bajando su mirada y sus orejas intentando no destacar.

-Vaya, miren eso chicos, tal parece que el trio de tontos finalmente se consiguió un nuevo amigo. Dijo Kuro en sentido de burla, y sonriendo con mas maldad intento acercar su mano hacia la cabeza del zorrito rojo, poniéndolo más nervioso y temeroso todavía.

-Ni siquiera te atrevas a hacerle algo a Haru. Le dejo bien advertido Hikari al felino más grande que él, mirándolo desafiante y apartándole su mano de la cabeza del zorrito de una palmada.

-Oh, se llama Haru eh? Pregunto el pantera negra al mismo tiempo que miraba más intrigado al zorrito, pero rápidamente se dio cuenta de algo que lo dejo sorprendido. –Un momento, no serás tú por casualidad aquel zorrito que lloro como un cobarde esta mañana en la entrada de la escuela? Pregunto todo eso, al mismo tiempo que se acercaba demasiado al canino pequeño, invadiendo su espacio personal, y dejándolo aún más incómodo a este último.

-Y eso a ti que te importa? Eh? Se quejó Hikari con este, apartándolo abruptamente de Haru, y mirándolo inmediatamente con unos ojos de enojo.

-Jajaja ya decía yo jajaja Empezó a reírse Kuro burlándose con ganas y en un tono cruel. -El único amigo que se pudieron conseguir estos perdedores, fue precisamente un perdedor llorón y más humillante que ustedes tres juntos jajaja que risa. Se seguía riendo la pantera negra junto a sus dos compinches, haciendo que Haru bajara su cabeza sintiendo mucha pena y vergüenza.

-Oye ya basta Kuro! Se quejó Yuki con él, rápidamente parándose de su asiento y agarrándolo del cuello de su uniforme, listo para darle un buen puñetazo si seguía con esto.

-Jeje y tú que me vas a hacer eh tigrito? Le pregunto Kuro a Yuki en tono desafiante, y sin dejar de sonreír a pesar de todo. –Quieres que te recuerde, quien fue el que lloro como niña, debido a que en su primera practica de futbol solamente se fracturo el tobillo? Fue después de hacerle esa pregunta, que Yuki lo solto y se volvió a sentar, quedándose desanimado y recordando con mucha vergüenza, reflejada en sus mejillas rojas, aquel evento que esperaba poder recordar, pero tal parecía que no.

-Esto ya es demasiado Kuro. Le reclamo Kai esta vez y mirándolo fastidiado, tratando de defender a sus amigos. –No te hemos hecho nada, así que ya déjanos en paz.

-Oh vaya, miren quien salió a defender a sus amigos, el “caballero caballeroso” jejeje caballero, quien tiene que quedarse casi todo el tiempo solo en su casa, debido a que sus padres siempre trabajan, apuesto a que en secreto lloras siempre por eso mismo, no? Dijo Kuro, burlándose esta vez de la nutria, y sin sentir remordimiento de usar crueldad impregnada en sus palabras. –“Owww pobre de mí… bua bua! Me siento tan solito sin mis papis… bua bua!

Y obviamente con esas palabras tan crueles, Kai igualmente se quedó callado, sentándose también en su asiento, sintiendo mucha pena y con la mirada hacia abajo, Haru miraba todo esto muy asustado, no pudiendo creer que alguien lograra dejar tristes a sus nuevos amigos, empezando a sentir también que había sacado conclusiones muy pronto, volviendo creer que la secundaria de la ciudad era un lugar horrible, y lo único que podían escuchar el y los otros dos, eran las risas crueles de Kuro y sus amigos.

-Jaja sabía que no podrían hacerme algo, ya que después de todo ustedes son unos don nadie, y siempre lo serán. Se jacto el felino oscuro, señalando con su dedo a los chicos, pero antes de que pudiera continuar con su bullying verbal…

-El único don nadie aquí eres tú solamente. Le replico Hikari, parándose de su asiento, y mirándolo de forma calmada pero desafiante, haciendo que Haru y los chicos levantaran la mirada para verlo. –Ya que lo único que estas logrando con tus palabras hirientes, es encubrir lo inútil que realmente te sientes por dentro, no es así? Le pregunto el gato calicó al pantera negra, dejando a este último completamente callado, y con la risa de su boca borrada en su totalidad. –Parece que hacerte con lo que dije eh? Pregunto Hikari, sonriendo con victoria.

Kuro primero gruño, e inmediatamente trato de decir: -Mira, mejor que no trates de desafiarme porque si no, te voy a-¡ Pero fue detenido por Hikari quien se paró justo en frente suyo, estando unos pocos centímetros cerca el uno del otro, y con el gato calicó mirándolo con desafío y sin sentir miedo alguno.

-A mi tus amenazas me importan una espina de pescado. Le recrimino Hikari a este, parándose bien firme y empezando a ponerse arisco, dejando a Haru, quien lo miraba, más y más sorprendido y maravillado. -Mejor serán que tú y tus “amiguitos” se larguen y nos dejen en paz, si no quieres que les revele a todos, como tu asno al que tienes por mano derecha, por accidente se no se pudo aguantar más y se orino en medio de la clase de computación. Diciendo eso, el felino de ojos amarillo miro al equino parado a un lado, dejando a este último tan apenado, que su cara se puso roja como tomate, y retrocedió en sentido de miedo.

-O también la vez en la que tu comadreja, quien ya sé que siempre te hace tus tareas, se perdió en el vecindario y empezó a llorar y llamar a su “mami” desesperadamente. Cuando Hikari dijo también eso, Haru, Yuki y Kai, no pudieron evitar reírse bajo y tapándose sus bocas con sus manos, dejando a aquella comadreja igual de avergonzada, y retrocediendo como si pidiera que se detuviera.

-Y mejor no hablemos de ti Kuro. Le dijo Hikari a este, mientras le sonreía con superioridad y con sus manos apoyadas en su cadera. -Ya que se varias cosas de ti que el director ha pasado por alto, y las cuales no tengo miedo de contarle para que te expulsen, pero si con eso podemos librarlos de ti finalmente, con mucho gusto lo haría en este momento. Entonces, que harás ahora, eh? Lindo gatito? Pregunto Hikari en sentido de burla, para entonces finalizar pokeandole con su dedo su pecho a la pantera negra.

Luego de unos pocos segundos de silencio, Kuro completamente humillado, y tratando de mantener la calma solamente dijo: -Tsk! Ya vámonos de aquí, me estoy aburriendo. Y con eso dicho, el sus compinches se largaron, dejando finalmente en paz a los chicos, y una vez pasado todo el mal rato, Hikari suspiro y se desplomo en su asiento, relajándose y sobando el pelo de su cabeza. –Se encuentran bien chicos? Le pregunto a estos tres últimos, viendo como ellos lo miraban con unos ojos sorprendidos y sonriendo.

-Eso fue asombroso Hikari, pusiste en su lugar a ese cretino. Le dijo Yuki con emoción.

-Te viste realmente genial amigo, como si fueses el héroe de una película. Dijo Kai estando de acuerdo, y sonriendo con alegría y muy agradecido.

Hikari sonrió algo apenado, y rascándose la nuca, luego de escuchar a sus dos mejores amigos elogiándolo de esa manera, inmediatamente noto como Haru se levantaba de su asiento, hasta pararse en frente suyo, dejando al gatito algo confundido mientras lo miraba hacia arriba.

-Gracias Hikari. Dijo Haru, quien muy agradecido y sonriendo abrazo a Hikari sin pensarlo, dejando a este último sorprendido, sonrojado y sin habla alguna. Esta ya es la tercera vez en el día que me salvas, gracias de verdad. Termino el zorro rojo, cerrando sus ojos, muy contento, y apoyando su cabeza en el hombro de Hikari, sin soltarle la espalda con sus manos.

-No fue nada. Le contesto Hikari a este, sonriendo también, y devolviéndole el abrazo. –Yo nunca dejare que alguien se meta con mis amigos, si alguien intenta hacerte daño, ese alguien sabrá quién soy yo, así que siéntete seguro a partir de ahora. Dijo el gato calicó, sonrojándose un poquito, debido a que en sus palabras, estaba reflejado secretamente el profundo cariño que había sentido hacia el zorrito rojo esta mañana nada más conocerlo, pero ni Haru ni los chicos se habían dado de ello, y mientras ambos furros continuaban abrazándose, Yuki y Kai los miraban sentados en sus sillas, y sonriendo tranquilos.

***

Finalmente el primer día de escuela había llegado a su fin, cuando dieron las 16:00 pm y la campana sonó, significaba que era hora de que todos, alumnos, profesores y trabajadores, tomaran sus cosas y se fueran a descansar hasta mañana, y como era costumbre en una escuela, todos salieron corriendo disparados hacia afuera de sus salones, casi en estampida, y ansiosos por llegar a casa. Haru una vez más fue el último en salir, ya que el con calma se tomó el tiempo para guardar sus cosas en su mochila, y una vez cumplida esa tarea, el zorro rojo quien ya era el único que quedaba, salió de ese salón vacío, dispuesto a irse luego de un primer día muy interesante.

-Oye Haru, Hablo Hikari de pronto, quien junto con Kai y Yuki, estaban parados a un lado de la puerta del aula, esperando al parecer al pequeño zorrito.

-Hikari, chicos, que ocurre? Pregunto Haru, quien curioso y sonriendo se acercó a sus amigos.

-Como que “que” ocurre? Pues que aún no terminamos con tu recorrido por la escuela, eso ocurre. Le respondió Yuki, quien sin dudarlo y sonriendo con ganas, apoyo su brazo grueso sobre el hombro del canino pequeño, sacudiendo un poco a este último.

-R-recorrido? Pregunto Haru al mismo tiempo que se recuperaba un poco de la sacudida que recibió todo su sistema.

-Así es. Le contesto Kai, quien rápidamente aparto el brazo de Yuki de Haru, y le arreglo y estiro su uniforme a este último, para finalmente mirar al tigre con unos ojos de “tú siempre tan tosco”.

-Ya conoces el patio principal, el salón de clases, el patio trasero, nuestro club secreto, y la cafetería, pero aun te faltan conocer muchas otras partes que seguro te encantaran. Le dijo Kai al zorrito pequeño, mirándole con una sonrisa animada, queriendo contagiarle un poco de esa animosidad también, dejando a Haru con varias emociones rondando por su cabecita, entre ellas, sorpresa, duda, curiosidad, y sobretodo ganas.

-Anímate Haru, no tienes nada que perder, y créeme cuando te digo que te gustara mucho. Le informo Hikari a Haru, sonriéndole de manera tranquila, pero al ver la cara confusa que aun expresaba el canino de ojos rojos, rápidamente se calmó y le dijo: –Bueno, si no quieres hacerlo ahora, nadie te va a obligar a que lo hagas, lo entenderemos si te quieres ir ahora. Todo eso igual con una sonrisa cálida y tranquila, y Yuki y Kai, aunque realmente ambos deseaban poder ser de guías para Haru, igual sonriendo tranquilos, respetando la decisión que fuese a tomar su nuevo amiguito.

En ese mismo instante, vieron como Haru sacaba de un bolsillo de su mochila su celular, el cual era rojo, con un adorno en forma de cola de zorro colgando en una esquina, y con una cubierta decorada con orejas de zorro hasta arriba, y el pequeño canino llamo, y cuando le contestaron empezó a decir: -Hola? Si…, sí, me fue bastante bien, de hecho yo…

=Unos momentos después=

Al final Haru decidió quedarse un rato más para ver las demás cosas que le ofrecía la escuela, acompañado por sus tres confiables guías y amigos.

-Bueno Haru, ahora que oficialmente eres un estudiante más de Furry Pawn, es momento de que te mostremos todo lo que esta instalación puede ofrecerte. Le informo Hikari a este último, mientras lo llevaba con su mano posada en su espalda alta, y con su característica sonrisa serena y brillante, dejando al zorro rojo, igual de sonriente pero sonrojado por la pena que le daba eso.

-Este de aquí es el salón de música, como podrás notar nada más verlo. Le dijo Yuki a Haru, mientras le mostraba su primera parada del recorrido, una sala bien grande, más o menos una mitad más grande que su salón de clases, donde solo habían sillas y ninguna mesa, a un lado tenían varios instrumentos como tambores, trompetas, xilófonos y muchos más, en la pared habían diplomas, y estanterías con premios.

-Un salón de música? Me encanta. Dijo Haru luego de jadear contento, y mirando con ganas todo el lugar, sonriendo de mejilla a mejilla.

-Esa es la actitud pequeñín. Le respondió Yuki, posando su codo en el hombro de este y guiñándole el ojo en señal de aprobación, sin que ni él ni el resto, sospecharan que la alegra que sentía el zorro rojo en ese momento, era más emoción genuina, que pura actitud.

-Este por supuesto es el salón de química y ciencias. Informo Kai, enseñándole a Haru su segunda parada, un salón más grande que el anterior, de color blanco, con varias mesas con botellas, tubos de ensayo, y otros recipientes de formas raras, todos llenos con químicos de colores brillantes, pero extremadamente peligrosos al mismo tiempo, y en el ambiente un aroma muy fuerte que le dejaba al zorro rojo su nariz hormigueante.

-Wow, es la primera vez que veo uno. Dijo Haru quien asombrado miraba por los alrededores, hasta que sus ojos rojos captaron algo que llamo todavía mas su atención. –Y miren eso. Dijo el zorro rojo, acercándose hacia un esqueleto de muestra, hecho entero de un plástico color hueso, colgado a un rincón del salón, parecía ser de un primate por la forma de sus huesos, su cráneo, y porque tenía una cola al final. –Este esqueleto sé que es falso, pero da un poco de miedo hasta parece que se fuese a mover en cualquier…

-He venido por tu alma~ Dijo de pronto una voz fúnebre, al mismo tiempo que una de las manos del esqueleto se levantaba y movía de manera temblorosa, y Haru al ver eso de pronto, pego un grito de horror, y muy asustado se fue corriendo a esconderse detrás de Hikari, con todo su ser, desde sus orejas hasta sus patas, incluida su colita, temblando como gelatina.

-Jajaja que buena broma no? Debiste ver tu cara jaja Se reía Yuki, quien salió de detrás del esqueleto, y moviendo la mano que sostenía con su cola, sonriendo divertido hacia los chicos, pero obviamente Hikari junto Kai, lo estaban mirando con sus ceños fruncidos, apretando los labios, y cruzando los brazos, y muy pero muy enojados con el tigre ojiverde, demostrando que esa “bromita” fue todo menos buena.

-Que? Pregunto Yuki quien confundido notaba las expresiones de sus amigos, sin entender porque tanto enojo por un bromita según él.

***

Luego de caminar escaleras arriba por un rato, los chicos habían llevado a Haru a la siguiente parte de su recorrido, la cual se encontraba en la azotea de la escuela.

-Mira atentamente Haru. Le dijo Yuki a este último con mucho ánimo. –Esta es la azotea de nuestra escuela, con su enorme piscina en medio.

Y efectivamente como el tigre lo acababa de decir, en medio del lugar había una enorme pileta rectangular, llegan de un agua color azul brillante debido al reflejo del cielo, con un pequeño trampolín al lado, varias bancas por los alrededores, y en una esquina una puerta que decía “vestidores”.

-Wow! Una piscina de verdad, es la primera vez que veo una. Dijo Haru, casi exclamando de la emoción, y sin poder apartar sus ojos, abiertos como platos, de aquella imagen increíble, casi le daban ganas de zambullirse en esa agua.

-Nunca habías visto una antes Haru? Le pregunto Hikari al zorrito pequeño, sonriéndole al verlo tan emocionado, y al mismo tiempo con algo de curiosidad por lo que acababa de decir.

-No, para nada. Le respondió únicamente con eso Haru a su súper héroe, mirándolo de a momentos, pero centrando sus ojos todavía ante la enorme masa de agua, que se encontraba a unos metros suyo.

-Pues entonces vete acostumbrado. Dijo Kai de pronto detrás de él haciendo que el zorro y el resto voltearan a verlo. –Porque según parece, nuestra clase va a tener clases de natación todos los miércoles antes de irnos a casa. Explico la comadreja de mar, quien iba vestido únicamente con un ajustado traje de baño color azul marino, el cual hacia resaltar un poco las líneas de su entrepierna, un gorro para piscina de plástico y color blanco cubriendo gran parte del pelo de su cabeza, y encima de sus ojos tenía unos lentes de buceo con los bordes negros, dejando el resto de su cuerpo al descubierto, revelando su pelaje color café chocolate en gran parte, y con el pecho y abdomen de color crema, era una imagen que dejo a Haru impactado y levemente sonrojado.

-K-Kai? Hizo el zorro rojo, sin poder articular palabra, luego de ver a su amigo así y de sorpresa.

-Mmm? Que te ocurre? Le pregunto Kai a Haru, mirándolo extrañado, y sin entender porque se puso así de pronto el pequeño canino.

-Porque estas usando eso? Le devolvió Haru la pregunta este, señalándole su traje de baño aun anonadado.

-Jeje lo sentimos, olvidamos explicártelo antes. Se disculpó Hikari con el pequeño zorro, captando la atención de este último. –Kai pertenece al club de natación, por lo que ahora tiene práctica. Le explico el felino al zorro rojo, haciendo que este mirara a Kai, y este último con una sonrisa, solo le asintió con la cabeza afirmándole que era verdad.

-Pero porque tan pronto, no se supone que hoy es el primer día de escuela? Pregunto Haru aun confundido y sin entender del todo.

-Por eso mismo precisamente, hay que empezar a ponernos al corriente con los entrenamientos, así que lo siento mucho Haru. Se disculpó Kai al final de su explicación con Haru, juntando sus manos en frente de este en señal de disculpa. –Pero hasta termino el recorrido para mí, ya debo empezar a entrenar con el equipo, fue un placer conocerte y espero poder verte mañana otra vez. Dijo la nutria empezando a despedirse del zorrito, sacudiéndole con ternura su cabeza a este último en señal amistosa. –Bueno, adiós chicos, nos vemos mañana. Y diciendo eso al final, Kai se largó corriendo hacia la piscina, al mismo tiempo que el resto del equipo salían de los vestidores, todos usando solamente sus ajustados bañadores azules oscuros, y mostrando sus cuerpos bien tonificados y entrenados.

-Adiós Kai, buena suerte. Se despidió Hikari de el con una sonrisa, y moviendo su mano en señal de despedida. –Demuéstrale al equipo quien es él que manda. Se despidió también Yuki, poniéndole su pulgar hacia arriba, cerrándole el ojo, y sonriendo mientras mostraba los dientes, y Haru solamente se despidió moviendo su mano un poco, todavía impresionado de saber que Kai perteneciera al equipo de natación, eso no se lo esperaba, a pesar de que él era una nutria.

***

-Esta Haru, es la cancha de la escuela, donde los equipos y clubes deportivos tienen sus entrenamientos. Le explico Hikari al zorro rojo, esta vez estando parados en frente de un enorme campo de prácticas, el cual se ubicaba detrás de la escuela, con el césped todo cortado, con un campo de futbol a un lado, una de béisbol en un rincón, y en otro uno de baloncesto, y separados de estos estaban las bancas y las tribunas, donde obviamente se iban a sentar los espectadores o los que no jugaban.

-Que genial, es casi tan grande como los estadios que dan en la tele. Dijo Haru, cada vez impresionándose más por las maravillas que ofrecían estas instalaciones, aunque obviamente había exagerado con eso de “casi tan grande como un estadio”.

-Y siempre lo usamos cuando hay eventos como festivales y carnavales en la escuela jeje Le susurro el gato calico al zorro rojo, sonriendo y riendo con gracia al final, dejando a Haru sonriendo con ganas, y esperando ansioso cuando llegue el día en que le toque ver una de esas cosas invadir aquel espacio enorme que tenía en frente.

-Sí, es divertido cuando hay eventos así, pero a mí me gusta este lugar así como esta cuando tenemos práctica. Dio Yuki su opinión, apareciendo de pronto, y usando lo que parecía ser un uniforme de gimnasia de color blanco y azul, todo holgado y corto, haciéndole ver al tigre sus robustas y bien formadas patas inferiores, y encima de dicho uniforme tenia puesta una camiseta holgada y sin mangas, de color rojo salmón y con un numero grabado.

-Tu como siempre Yuki, pensando únicamente en deportes, y después te quejas de que te llamen cabeza de musculo jeje Se rio Hikari, mientras miraba al felino más grande, colocando sus brazos en su cadera, mientras Haru lo miraba, con los mismos ojos que puso cuando vio a Kai hace poco.

-Oye! Se quejó Yuki, mirando al gatito con una mirada desafiante.

-Jeje era broma era broma, no te sulfures amigote. Se disculpó Hikari, todavía riéndose divertido, pero igualmente funciono, ya que Yuki se tranquilizó rápidamente.

-Yuki, tu también tienes practica con un equipo? Le pregunto Haru por casualidad al felino naranja y negro, notando como tenía las piernas de fuertes, ya que no pudo mirárselas teniendo puesto el pantalón del uniforme.

-Así es. Le respondió Yuki, sonriendo un tanto engreído, para entonces mirarlo y explicarle. –Soy miembro del equipo de futbol, y por ser el primer día, seguramente la práctica va a ser dura, pero eso no me preocupa, ya que yo cuando se trata de patear el balón, soy todo un as. Dijo con algo de soberbia, haciendo que Hikari lo mirara sonriendo y expresando una mirada de “nunca cambias amigo”, mientras que Haru, quien había escuchado todo palabra por palabra, estaba sorprendido porque no solo Kai era un atleta, sino que Yuki también.

Justo en ese momento, los tres escucharon como sonaba el silbato del entrenador en medio de la cancha de futbol, haciendo que los miembros del equipo empezaran a reunirse con el.

-Bueno esa es mi llamada. Dijo Yuki, poniéndose en modo prisa. –Hasta aquí los dejo chicos, fue un gusto conocerte Haru, mañana nos vemos Hikari, cuídense los dos! Y diciendo solamente eso para su despedida, el tigre empezó a ponerse a correr directo hasta la cancha, antes de que el entrenador lo regañase.

-S-suerte! Exclamo únicamente eso Haru, todavía sorprendido por todo esto que estaba atestiguando acerca de sus nuevos amigos.

-Gracias, pero no la necesito! Le respondió Yuki al zorro rojo a lo lejos, levantando la mano en señal de que lo escucho.

***

-Y bueno, esta es nuestra última parada, el gimnasio de la escuela, donde tenemos nuestras clases de educación física, y también obras escolares, recitales, el coro y otros eventos más. Le explico Hikari quien ahora se encontraba a solas con Haru, dejando al gato calicó sonriendo y sintiendo un poco de emoción, la cual le dejaba su corazón palpitando un poco, y el que ambos estuviesen dentro de ese enorme, espacioso y vacío edificio, solo lo hacía sentirse un poco más nervioso, pero igual lograba calmarse para que no se viera extraño delante del zorrito, aunque a este último parecía que le llamaba más la atención el lugar, mirando con sus ojos rojos el interior del gimnasio, el cual era espacioso, un poco oscuro, un tanto helado, con tribunas altas a ambos lados, un piso bien lizo y brillante, y en un espacio se ubicaba un escenario, con cortinas y parlantes de sonido a los lados y arriba, Haru estaba que se daba vueltas como un trompo, tratando de mirar todo lo que podía este lugar, el cual lo hacía sentirse como un pequeñito ratón, o incluso una insignificante hormiguita.

-Woah! Es enorme! Dijo Haru exclamando un poco, y notando como su voz llegaba a resonar por todas partes del lugar, como si estuviese en lo alto de una montaña. –Jaja es tan grande, que hasta mi voz hace… ECO! Grito con ganas el zorro rojo al final, escuchando atentamente como su delicada y un tanto aguda voz, hacía eco como unas cuatro veces hasta quedarse en completo silencio otra vez.

-Jajaja buena esa Haru. Dijo Hikari, riéndose divertido ante lo que hizo el zorrito a un lado suyo, dejando a este último sonriendo con algo de pena y rascándose su nuca.

-A ver, intenta hacer algo como esto… Dijo el gato calicó, quien primero se preparó, inhalo profundo, e inmediatamente grito a todo pulmón: -LA MAESTRA KOKORO SE ENOJA CON FACILIDAD! Y como era obvio, dicho eco resonó con fuerza por todo el gimnasio, sonando unas 5 veces, y obviamente Haru se quedó sin palabras, mirando atónito a Hikari, no pudiendo creer que gritara todo eso sobre la maestra, que aunque era cierto, igual daba cosa admitirlo en voz alta. –Vamos, inténtalo tú ahora Haru. Le dijo Hikari a este, sonriéndole y animándolo a que lo hiciese.

-Q-que? Y-yo… p-pero no sé si pueda hacer algo como eso… Le respondió el canino pequeño con muchas dudas y timidez.

-Vamos, sé que puedes hacerlo, solo piensa en algo que tengas guardado en tu pecho, y cuando lo tengas grítalo y sácalo de tu sistema, y ya verás lo bien que te sentirás al final. Le explico el minino de ojos amarillos, apoyándolo y sonriéndole.

-Ok. Dijo Haru luego de pensarlo por un momento, se preparó, se calmó, y finalmente luego de encontrar algo retenido en su pecho, inhalo profundamente y grito. –HAYATO ES UN GORDIFLON ESTUPIDO! Cerrando sus ojos con fuerza, y haciendo eco por todo el lugar, quedándose al final jadeando mucho debido a toda la fuerza que aplico para hacerlo, dejando a Hikari completamente impresionado de que dijera eso.

-Bravo Haru, bien hecho, lo lograste, sabía que podrías. Lo seguía felicitando el felino pequeño, aplaudiéndole y sonriendo con orgullo.

-Realmente lo hice? Se preguntó así mismo el pequeño zorro, aun no pudiendo creer lo que acababa de gritar en voz alta.

-Jeje aquí va otro… YUKI ES UN CABEZA DE MUSCULO! Grito Hikari en voz alta, y no pudiendo evitar sonreír con gracia al mismo tiempo.

***

-Achu! Hizo Yuki, quien estornudo de repente en medio de la práctica de futbol.

-Estas resfriado? Le pregunto uno de los jugadores, quien se encontraba parado justo en ese momento a un lado.

-Es eso, o alguien está hablando de mí a mis espaldas. Respondió el tigre de ojos verdes, limpiando su nariz con su dedo.

***

-Eh? Qué tal? Jeje Le dijo Hikari a Haru, sonriéndole con una mirada picara después de haber gritado eso, y el zorro rojo, aunque impactado al inicio, finalmente se hecho a reír junto al gato calicó, debido a lo graciosa que le pareció dicha acción.

-Ahora me toca a mí… KURO ES UN CRETINO! Grito Haru con fuerza eso último, sacando toda la pena que le había dejado la pantera negra a la hora de almuerzo.

Y Hikari, quien le sonreía al verlo con esa expresión de decidido mientras lo hacía, decidió acompañarlo, y entonces grito: -Y UN ABUSIVO!

-IDIOTA! –CABEZA HUECA!! –ESTÚPIDO!!! –BUSCAPLEITOS!!!! –BRAVUCÓN! BUENO PARA NADAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! Continuaron gritando ambos furros, desquitando con todas sus fuerzas todo el coraje que les hizo pasar, hasta que se quedaron por completo sin aliento, jadeando algo sonrojados y sudorosos, pero muy satisfechos.

-Ufff… eso… sí que fue intenso… uff… Decía Haru completamente jadeante, y limpiándose el sudor que goteaba por su frente.

-Ufff… jejeje pero te ayudo bastante, lograste desquitar toda la frustración que habías acumulado durante el día de hoy, dime… ya te sientes mejor? Le pregunto Hikari, quien ya sintiéndose recuperado, miro curioso al zorro rojo parado a su lado.

-De hecho… si, realmente me siento mejor, es como si me hubiese quitado un gran carga de encima mío. Le respondió Haru al felino de ojos amarillos, mirándolo sorprendido, y tocándose su pecho con la mano, como si lo sintiera más liviano, sin tanta presión y más desahogado.

-Jeje me alegra escuchar eso. Le dijo Hikari, sonriéndole y cerrando sus ojos, sintiendo genuina felicidad por el zorro pequeño, pero de pronto los abrió con sorpresa al sentir algo, y pudo ver como Haru de la nada lo estaba abrazando con fuerza, pudiendo sentir su calor rozar con el suyo, y el aroma y la textura leve del sudor que caía de su frente, haciendo que el minino pequeño se sonrojada cada vez más y más.

-Muchas gracias Hikari, de verdad gracias, esta ya es la cuarta vez que me ayudas en el día, gracias de verdad. Le seguía agradeciendo con ganas el canino pequeño, sonriendo y cerrando ojos, sin notar la expresión que tenía el gato calicó en esos momentos, pero rápidamente Haru, dándose cuenta de lo que estaba haciendo por impulso, se apartó rápidamente, y muy sonrojado por la vergüenza de haber hecho le dijo: -Tu espacio personal, lo siento muchísimo. Pasando del agradecimiento a las disculpas rápidamente.

-No, no te preocupes por ello Haru jeje… me da gusto verte tan animado ahora. Le respondió Hikari al zorrito pequeño, tratando de sonreírle con calma mientras se rascaba la mejilla con un dedo, pero no pudiendo evitar que por dentro, su corazón de felino bombeara sangre a una gran velocidad, riéndose levemente a final y con algo de incomodidad, dejando a Haru haciendo lo mismo también, y sin tener nada que decirse después, dejándolos a los dos solos en ese enorme lugar, completamente callados e inundados por un silencio incómodo.

-Bueno… Dijo Hikari rompiendo el hielo del silencio. –Hasta aquí llego el recorrido, espero te haya gustado todo.

-Sí, mucho, me gusto todo, ahora veo a esta escuela completamente diferente a como la veía esta mañana, realmente… muchas gracias… por ello. Le volvió a agradecer el zorrito al gato en frente suyo, con mucha pena, y está controlándose para no volver a abrazarle de improviso.

-No fue nada. Le respondió Hikari solamente con eso, volviendo a quedar todo en completo silencio. –Creo que ya es hora de despedirnos, yo… tengo algunas cosas más que hacer. Dijo al gato calicó.

-Sí, de hecho yo ya debería irme antes de que se preocupen en casa. Le respondió Haru.

-Bueno… Dijeron ambos al unísono y sin saber que más hacer, solamente finalizaron con un: -Adiós. Y con eso dicho y hecho, cada quien se fue por su lado, con Haru yéndose del hacia fuera del gimnasio dándole la espalda a Hikari, y dejando a este último dentro, quien solamente se despedía de el con su mano, y dando un suspiro de lastima al final al mismo tiempo que bajaba su mirada, debido a que como no supo que más decirle arruino lo que pudo haber sido una linda despedida.

Mientras tanto, una vez afuera del lugar, Haru, quien se alejaba cada vez más, dispuesto a irse a su casa, pero aunque su primer día de escuela termino mejor de como lo había imaginado en un principio, el cómo finalizo con Hikari lo tenía muy pensativo. –“Porque tuve que abrazarlo así de la nada? Seguramente ahora piensa que soy raro, o algo peor…” Se decía el zorro rojo así mismo en sus pensamientos, castigándose, y pensando que su súper héroe seguramente a partir de ahora lo vería con otros ojos, quizás unos de extrañado, o unos que lo vieran con una mirada de: “oh hola anormal”.

-“Y esa despedida que tuvimos…” Pensó Haru otro poco, recordando ese “hola” y “adiós”, los cuales fueron muy simples, aguados y aburridos, totalmente diferentes a lo que debería ser una buena despedida con el que te salvo la vida varias veces durante el día, el zorro rojo se sentía culpable, creyendo que si no hubiese abrazado de sorpresa a Hikari, las cosas hubieran terminado diferente, quizás mucho mejor, fue ese mismo momento, que de detuvo en medio del camino, teniendo el gimnasio unos metros todavía detrás suyo.

-No, no puedo dejar que las cosas terminen así, tengo que arreglarlo de inmediato. Y diciéndose eso, y muy decidido, el zorro rojo dio medio vuelta, y sujetando con fuerza la correa de su mochila con una mano, se puso a correr de vuelta hacia el gimnasio a buscar a Hikari.

-Hikari! Exclamo Haru, entrando una vez más al lugar. –Espera, yo quería disculparme por-¡ Pero rápidamente noto que el gato calicó ya no se encontraba donde lo había dejado.

-No está? Se preguntó Haru así mismo, preocupándose. –Hikari? –Hikari! Comenzó a llamarlo, al mismo tiempo que se ponía a correr y a mirar por todo el lugar, haciendo una vez más eco con su voz, pero no tenía respuesta alguna de parte de su héroe felino.

-Tal vez ya se fue a casa… Dijo el zorro rojo, quien empezaba a desanimarse una vez más, creyendo que ahora si lo había estropeado todo. –Eh? Pero en ese momento, vio como en una esquina del gimnasio había una puerta entreabierta, la cual llamo su atención. –Tal vez este ahí dentro. Dijo Haru, y rápidamente se acercó a dicha puerta.

-Hikari? Pregunto Haru en un tono más bajo, al mismo tiempo que asomaba primero su cabeza, y finalmente se metía dentro de ese cuarto, el cual al verlo, podía notar que se trataba de uno de esos vestidores de los que le habían platicado antes en el campo, donde luego de hacer gimnasia, todos se venían a cambiar de ropa y a lavarse el sudor, el lugar tenia casilleros, bancas, sestas de ropa, y en las esquinas estaban las duchas, todas separadas por cubículos en los cuales cabían dos fursonas cuando mucho.

-Mmm… creo que en verdad ya se fue a su casa… Dijo Haru, mas desanimado que antes luego de mirar un poco dentro de ese vestidor, sintiéndose como un tonto por creer que encontraría a Hikari en un sitio así, y sin tener nada más que hacer, solamente sujeto su mochila en su espalda y se dispuso a marcharse del lugar, dándose por vencido. –Mejor me voy, antes de que mis abuelitos ahora si empiecen a…

Pero inesperadamente pudo escuchar algo, como si fuesen unos pasos que se acercaban rápidamente, y eran varios, y rápidamente además de dichas pisadas, también empezaron a escucharse varias voces.

-Oh no! Alguien viene, y que ahora… q-que hago? Se preguntó Haru así mismo, cayendo presa ante el pánico el cual se apoderaba de él, el zorro rojo miraba para todos lados, buscando una salida trasera por la cual escapar antes de que lo vieran y pasara el medio bochorno, pero no encontraba ninguna, parecía estar atrapado en un vestidor sin escapatoria alguna, pero justo en ese instante, su campo de visión logro encontrar algo, un pequeño armario donde tenían guardados varios suministros y artículos de aseo como trapeadores, y para su suerte tenía la puerta abierta, sin pensarlo dos veces, Haru se metió allí dentro y cerró la puerta quedándose encerrado, y justo a tiempo, porque un segundo después de hacer eso, una gran cantidad de furros entraron a los vestidores, todos completamente despreocupados, y sin sospechar para nada que tenían a un zorro escondido muy cerca.

-“En que me metí…?” Se quejó Haru en sus pensamientos, quedándose completamente callado dentro de ese pequeño armario, y mirando con timidez hacia afuera por las pequeñas rendijas que tenía la puerta, notando con un leve sonrojo, a la gran cantidad de furros los cuales empezaban a abrir sus casilleros y a desvestirse empezando por la parte de arriba de sus cuerpos.

-Porque tenemos que tener practica precisamente en nuestro primer día de escuela? –Tu como siempre todo un flojo desde que comenzamos la secundaria. Todas esas cosas podía escuchar el pequeño Haru, quien rápidamente se tapó sus ojos, sintiendo mucha vergüenza, queriendo evitar ver alguna escena “para adultos”, sabiendo que eso sería tanto como ser un fisgón, y si lo pillasen ahora mismo, sin duda le traería cientos de problemas que lo perseguirían hasta su tumba, ya hasta llegaba a imaginarse las burlas de Hayato y Kuro, y miradas de decepción de sus abuelitos, de Kai, de Yuki y sobretodo de Hikari, al mismo tiempo que lo dejaban de lado hasta quedarse completamente solo, igualita a su experiencia que le ocurrió en el campo.

Haru rápidamente respiro hondo antes de caer aún más en el pánico, el cual ya de por si se había apoderado del más del 50% de todo su ser. –“Esta bien Haru, está bien… solamente te tienes que quedar aquí mismo, completamente callado, quieto, y sin abrir los ojos para nada… y cuando todos hayan salido, te escapas sin que nadie te note, y listo, nada paso aquí…” Se dijo así mismo en su mente el zorrito rojo, comenzando a calmarse, y quedándose bien callado dentro de ese armario, y rogándole a los dioses que nadie se acercara a abrirlo, pero justo cuando había recuperado el control, el destino, como si se estuviera burlando de él, le jugo una broma cruel…

-Oye Hikari, dónde estabas? Hablo de pronto uno de los furros, haciendo que Haru, al momento de escucharlo, abriera sus ojos abruptamente.

-“Hikari”!? Y rápidamente el zorro rojo, sorprendido asomo sus ojos una vez más por la rendija, y sin poder creerlo, vio como Hikari, su súper héroe, había entrado y ahora estaba en ese mismo vestidor, saludando tranquilo al resto de los furros que lo acompañaban.

-Disculpa, fui al baño de último momento, pero ya estoy aquí. Dijo solamente eso el gato calicó, quien despreocupadamente se dirigió hacia su casillero para sacar sus cosas que necesitaría, sin sospechar ni por un momento siquiera, que estaba siendo observando por aquel zorrito que lo abrazo con ganas hace unos momentos, hasta dejarlo sonrojado, con su corazón latiendo fuerte y sin palabras.

Y Haru, sonrojado hasta la médula de todo su ser, con sus ojos bien abiertos como dos platos, y mirando la imagen de aquel felino un poco a lo lejos, solamente pudo susurrar:

-Oh… mis… dioses…

-Continuara…


A todos mis menciones, un saludo y espero les haya gustado el tercer capitulo, y todo lo nuevo que le agregue jeje Hasta la próxima publicación y que tengan un buen fin de semana :) ;) :D :p

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Lian~

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Ajajajaja!!! Haru se parece a mí!!! XD yo sabía que ese zorro ocultaba un lado así
 
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