Ese día, Rose cumplía 8 días en la cárcel, tiempo en que no volvió a suceder algún altercado, la paz continuaba dentro de Clock Tower Prison.
Ella se encontraba en los límites de la zona femenina de la penitenciaria, a unos pasos de la torre del reloj en el centro, lugar donde estaban las habitaciones de confinamiento solitario. A lo lejos Philip la noto ahí parada, entonces decidió acercarse a la rubia, siendo obvio para él el motivo de que ella estuviera ahí.
—Hoy por la noche se termina el castigo de Diana, espero de verdad que ella aprendiera algo de esto. —Dijo el enmascarado de hierro.
—Y yo de verdad espero hacer las paces con ella cuando eso suceda. —Respondió la rubia, aunque hablando en nombre de la voz en su cabeza.
—
¿En serio crees que perdonare a esa tipa? Je, eres más idiota de lo que pensé. —Se burló Dusa en su mente.
Entonces, Rose notó que Philip se quedaba mirando la torre de reloj, más de lo usual.
—¿Sucede algo?
—¿Eh? —Cayó en cuenta que le hablaban. —Oh, disculpa, solo pensaba en algo del pasado.
—¿Acaso tiene que ver con ese tal Xander Daemon? Pregunto por la forma en que mirabas la torre, puesto que él está encerrado ahí.
—Se debe a que coincidentemente hoy es el aniversario de tres sucesos que sucedieron en diferentes años.
—¿Tres en la misma fecha? —Esa respuesta la tomó por sorpresa.
—El primer suceso fue hace 10 años. Lo que comenzó como algo malo, termino en un gran orgullo para nosotros, la segunda generación de los 4 Héroes de Hero City. —Comenzó a relatar.
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Hace 10 años.
En el área residencial de la clase alta de Hero City existen muchas mansiones, siendo la que más destaca una cuyas paredes son de un pulcro blanco, con un bello jardín y una fuente con una estatua de ángel en su centro.
Dos infantes jugaban muy felices en dicho jardín, hasta que un grito de temor por parte de ellos llamó la atención del dueño de la lujosa residencia. Al llegar donde se encontraban su nieto y la amiga de este, vio la fuente del problema: un joven delincuente de cabello rubio saltó sobre el muro con la intensión de asaltar la mansión.
El hombre mayor comenzó un duelo para así proteger a los niños y la seguridad de su hogar. Al tratar con un rebelde pensó que le sería fácil derrotarlo, pero grande fue su sorpresa al ver como el joven asaltante le seguía el ritmo y sus jugadas lo hacían sudar del nerviosismo. Hacía mucho tiempo que no se esforzaba tanto en enfrentar a un oponente.
Luego de un intenso ir y venir de jugadas, el último turno había llegado, estando un arcángel frente a una mujer con armadura azul y espada.
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—¡Archlord Zerato, destruye a Dragon Horn Hunter y termina con esto!
A la orden, el arcángel embistió con su espada a la matadora de dragones, quien se defendió con su propia arma, más eso no evito que fuera lanzada contra su dueño, chocando ambos contra el muro.
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Del golpe, el asaltante quedó inconsciente y su monstruo de duelo desapareció, cosa que celebraron un Michael de 9 años y una Mizuhime de 8, quienes se resguardaban tras Zerachiel.
—
Qué nivel de duelo tan grande a pesar de ser un rebelde sin formación en una academia de duelos, deberé de hablar con los otros de esto. —Pensó sorprendido el anciano, luego de tan intenso combate.
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—Fue así como Jorge Santos llegó a Clock Tower Prison. Zerachiel Arc, Shiro Hazama, Jack Lee y yo lo discutimos mucho, pero al final terminamos de acuerdo en que yo lo entrenara a la vez que cumplía su condena. Una vez que Jorge salió libre, le dimos una licencia de duelista y él no tardó mucho en convertirse en el subcampeón mundial. —Explicó Philip con orgullo.
—Es increíble, y todo debido a que ustedes decidieron devolver a un joven al camino correcto y apoyarlo. —Dijo Rose, conmovida.
—Por desgracia no todos lograron ver los resultados de esa decisión. —Philip se puso melancólico. —Zerachiel murió seis meses después debido a un agresivo cáncer en el cerebro, tanto que ni siquiera Shiro pudo salvarlo en el quirófano. Él también falleció de un infarto un año después, todavía sin superar su fracaso en esa operación.
Al oír esas palabras, Rose no pudo evitar soltar una lagrima por la forma en que terminaron las vidas de dos de sus alumnos, quienes a pesar del tiempo transcurrido seguía pensando en ellos como los prometedores jóvenes que conoció hace más de 50 años.
—
Y pensar que pude preguntarle todo esto a Shiro mientras aún estaba en la base, pero prefiero oírlo de la boca del propio Philip. No, no lo prefiero así, lo necesito. —Pensó ella.
—
Rose, no has querido contarme de tu historia con este hombre y puedo sentir tu dolor y la nostalgia cuando salen las palabras de su boca ¿En serio, que es lo que te guardas? —Preguntó Dusa, dejándose de bromas por un momento. Compartir cuerpo con Rose y por lo tanto sus sentimientos le haca intrigarse cada vez más en el pasado de ellos dos, un pasado que su compañera de cuerpo se ha reusado a contarle.
—
Philip, pronto dejaras de estar triste, puesto que te reuniré a ti y a Jack con Shiro y Zerachiel. Todo gracias a los planes del amo Edward. —Fue todo lo que recibió Dusa en respuesta.
Philip interpreto esa lagrima como un gestó de empatía de una joven que no tenía mucho de conocerlo, cosa que agradeció con una sonrisa bajo su máscara. Entonces, continuó narrando su relato.
—Perder a dos miembros de la segunda generación fue un duro golpe para la ciudad, pero pudimos conseguir reemplazos dignos. Actualmente el puesto de Shiro en el hospital lo ocupa su alumno, el doctor Tezuka, mientras que el puesto de Zerachiel lo posee su nuera, Jeanne Arc. Ambos no son duelistas, pero hacen un trabajo excepcional en sus respectivos campos.
—Si no es mucho preguntar ¿Tu ya tienes un sucesor en mente?
—Dentro de poco le daré mi puesto a Jorge como el Guardián de Clock Tower Prison. No será un Duelista Verdadero, pero tiene tanta energía como uno, por lo que podrá mantener a este lugar sin esfuerzo, además de que ya sabe cómo son las cosas en esta prisión.
—¿Y qué hay del sucesor del señor Jack Lee?
—Él está en una situación complicada. Ya tiene a alguien en mente, pero dicha persona se niega a aceptarlo.
—¿Por qué alguien no querría ser el nuevo Guardián de Hero City?
—Debido al segundo acontecimiento, el cual sucedió hace 2 años ¿Recuerdas el nombre de quien te dije es el peor prisionero de Clock Tower Prison?
—Xander Daemon, tú me lo contaste ¿Tiene algo que ver en esto?
—Hace 10 años Xander fue el primer duelista rebelde en esta ciudad, y después de su aparición, aumentó el número de rebeldes, como si de alguna manera desconocida él los motivara a hacer actos delictivos, como una especie de “semilla demoniaca”. Pero era alguien no solo difícil de encontrar, puesto que se ocultaba en las alcantarillas de la ciudad, también fue muy difícil su captura, debido a que él llegaba al extremo del asesinato.
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Es mismo día Stella, Mizuhime, Michael y Flint habían acordado reunirse en Bebidas y Motores para divertirse y ver por televisión un duelo en vivo de Elon Foucault, el actual campeón mundial. También celebraban la rápida recuperación de Flint, quien ahora solo necesitaba una muleta para moverse y todavía poseía algunos vendajes, pero en una semana más estaría como nuevo.
¿Por qué celebraban antes de que su amigo terminara su recuperación, aun si solo se trataba de algunos días? Fácil, para Stella cualquier motivo es bueno para beber todos juntos, aprovechando de paso que Mizuhime ya tiene edad legal para consumir alcohol. Myth también, pero como el no soporta siquiera una gota, y aún si lo hiciera, se encontraba en Alsahra con el profesor Champollion, Stella se ofrecía a beber la ración del joven en su lugar.
Una vez terminado el duelo, el canal pasó a cortes comerciales, en los cuales el cuarteto de amigos comenzó a charlar, sentados juntos en una mesa.
—Que buen duelo, es una lástima que Myth no esté con nosotros para verlo. —Dijo Michael, extrañando la presencia de su amigo.
—Pero de seguro ha de pasarlo bien en Alsahra con el profesor. —Contestó Flint, sacando un celular. —Antier publico una foto en su perfil donde iba en un barco sobre el Nilo. —Mostró la foto en su aparato.
—Si, yo también vi la foto. Hoy le mandé un mensaje preguntándole como le va, pero no ha respondido. —Siguió Mizuhime, temiendo que su amigo la dejara en visto.
—No te preocupes por eso. Conociéndolo, no ha de haber revisado sus notificaciones por estar viendo las pirámides y leyendo jeroglíficos, solo él se divierte así. Capaz y ya encontraron una momia dentro de un sarcófago. —Bromeó Stella antes de llevarse una botella a la boca.
En ese preciso instante, el televisor dejó de emitir los comerciales.
—Noticias de última hora. —Dijo una periodista en la pantalla.
—Nos acaban de informar que en el desierto de Alsahra, en plena investigación arqueológica, desaparecieron dos personas. Se trata del célebre historiador y duelista Jaune Champollion, junto al novato duelista Myth Bestiary. —Dijo el otro comentarista, mientras fotos de los rostros de los desaparecidos eran mostradas en la pantalla.
Con solo oír ese par de nombres, Mizuhime, Flint y Michael perdieron el aliento, mientras que Stella escupió su bebida de la impresión.
—Las otras personas que los acompañaban en la excavación se encuentran a salvo. Ellos declararon que los interrumpió en sus labores una fuerte tormenta de arena, la cual era tan densa que por accidente Champollion y Bestiary se separaron del grupo. Al no encontrarlos y sumado al riesgo de perder más compañeros, se vieron forzados a emprender el regreso sin ellos. —Narró la periodista.
—En este momento Almulk Alkhalid, dueño de Industrias Imperio, empresa que acaba de comprarle al gobierno de Alsahra la zona donde ocurrió el incidente, está dando una conferencia de prensa. —Anunció el comentarista, pasando a la transmisión en vivo.
La pantalla ahora mostraba a un joven empresario de cabello blanco y piel morena, quien vestía de gabardina azul y guantes blancos. Detrás de él lo acompañaban muchos de sus socios junto a algunos duelistas que patrocinaba, incluyendo a Alexander, a quien los amigos de Myth reconocieron, pero le restaron importancia, esperando con ansias a lo que el señor Alkahlid tuviera que decir.
—Lamento mucho enterarme de las desapariciones del respetable profesor Champollion y del joven duelista que lo acompañaba. —Declaró Almulk. —La zona en la que se extraviaron es conocida como el Desierto Muerto, donde han ocurrido numerosas desapariciones de gente que intento explorarla, razón por la cual decidí comprarla, para así evitar el paso de la gente y no tener que lamentar perdidas. Por eso mismo mandare un equipo de rescate que no descansara hasta encontrarlos, no permitiremos que se conviertan en las víctimas de esa zona. —Finalizó el comunicado de prensa, volviendo con los periodistas.
—Como recordaran, ya hace una semana un miembro de los Fusion Enforcers atacó en la Facultad de Antropología e Historia de Hero City, y fueron Champollion y Bestiary quienes lo enfrentaron…
Stella apagó el televisor con el control remoto. Seguía sin palabras, igual que todos sus amigos, procesando tan mala noticia. Entonces, Michael sacó su Duel-Gauntlet, usando su función de tablet.
—¿Qué haces? —Preguntó la mecánica.
—Intentaré contactar a Myth.
—¿Cómo piensas hacerlo? —Mizuhime no estaba segura del plan de su amigo.
—Los satélites de Space F proveen de internet a cada región del planeta con excepción de zonas magnéticas naturales como en el centro de Pacifis, y saben que Myth nunca se separa de su Duel-Gauntlet. —Explicó el albino.
—Si Myth y el profesor tuvieran algo para comunicarse, sabes que ya nos hubieran contactado. —Dijo Flint, buscando no sonar duro, pero siendo sincero.
—¡¿Entonces quieres que lo abandonemos y lo demos por muerto?! —Michael intentó levantarse de la silla a la vez que gritaba, pero Mizuhime lo detuvo tomándolo de un brazo.
—¡Eso no es lo que quise decir! —Flint también intento levantarse a pesar de su estado, pero Stella se lo impidió, devolviéndolo a si asiento ejerciendo presión sobre sus hombros.
—¡Chicos, basta! —Pidieron sus amigas.
—Lo siento. — Se disculpó el joven de blanco. —Es que no solo no quiero que perdamos a Myth, sino que es justo en este día que tenía que pasar esto. —Se disculpó, llevándose una mano a la frente.
—Lo sabemos. —Respondieron sus tres amigos a la vez, para su sorpresa.
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Hace 2 años.
Dentro de una sala del juzgado de Hero City se llevaba a cabo un juicio a un duelista rebelde. El juez era un hombre de mediana edad con piel y cabello pálidos, vestido con una toga blanca. Dicho hombre dio la sentencia del criminal para terminar con sus labores del día.
—Lo sentencio a nueve años en Clock Tower Prison, caso cerrado. —Dijo el juez al golpear su martillo contra la mesa y luego de ese acto, los policías se llevaron al delincuente.
El hombre salió de la sala para quitarse la toga que llevaba encima, revelando un elegante traje blanco. Tomó curso hacia la salida, encontrándose de cuando en cuando con otros compañeros de trabajo de los cuales se despedía deseándoles una buena noche y un merecido descanso. Ya a un pasó de salir, abrió su paraguas para cubrirse de la lluvia que caía esa noche durante el tiempo que le tomaba llegar a su auto de lujo. Una vez dentro de este, tomo rumbo hacia el área residencial de la clase alta de Hero City.
Su trayecto tuvo bastante tráfico, cosa normal en una noche como esa, por lo que decidió cambiar un poco su ruta, separándose del carril principal y tomando una calle poco concurrida con la intención de llegar más rápido a su morada. Durante todo el camino escucho relámpagos de forma ocasional, pero le parecía un poco extraño el que cada vez sonaran más cercanos.
—Tal vez solo estoy cansado. —Pensó, sin darle importancia al asunto.
Fue ahí cuando tuvo que frenar su auto de forma brusca, puesto que un rayo cayó a pocos metros frente a él. Cuando la luz del relámpago desapareció, vio que en ese mismo lugar ahora estaba un hombre sobre una D-Wheel y detrás de suyo había la silueta de un ser demoniaco.
—¡No puede ser, es Xander Da...! —No pudo terminar su última oración, puesto que una garra del demonio atravesó tanto el parabrisas como su abdomen, además de darle una severa descarga eléctrica.
Al día siguiente, reunidos en el cementerio de Hero City y vestidos para la ocasión se encontraban Michael, sus amigos y su madre Jeanne Arc, quien era una mujer rubia de mediana edad, pero conservando una apariencia un tanto joven y un semblante elegante. Estaban acompañados del doctor Osamu Tezuka, la directora Moire Ubos, Jesse Tron, el jefe Jack Lee y un reformado Jorge Santos, en cuyo rostro ahora portaba una marca amarilla.
Todo ellos rodeaban un ataúd que estaba siendo enterrado. En la lápida decía:
Raphael Arc
Héroe de Hero City, Tercera Generación
1973-2018
Philip King no podía asistir al entierro debido a su cadena perpetua en su propia prisión, pero había otra persona acompañando a los presentes. Se trataba del sacerdote, un hombre joven con puntiaguda nariz, cabello gris con un mechón cayendo sobre su rostro y una corta barba. Él era Dan Warren, el tercer lugar mundial.
Dan fue invitado al funeral por Jorge al ser un buen amigo suyo. Puede que pocas personas en el mundo practiquen la religión de la extinta Santa Sede, pero Dan se ofreció a llevar a cabo los ritos funerarios del señor Arc debido a que él mismo es dueño de una funeraria, e incluso les dio el ataúd para despedirse por última vez del difunto.
Fueron Jack, Osamu y Jorge los que terminaron echando la tierra para terminar con la sepultura, como una muestra de cariño y dolor de parte de quien lo quería como un miembro de su familia, el respeto de un cercano amigo y alguien que se sentía en deuda con el padre del ahora difunto.
Una vez terminada la sepultura, Jack se acercó a la señora Arc.
—¿Nos permiten un momento? —Preguntó el anciano.
—Si señor. —Respondió Michael, quien se apartó junto a sus amigos.
Una vez separados de los jóvenes, Osamu, Moire y Jesse también se acercaron a Jack y Jeanne.
—Se que es algo apresurado y te mereces un descanso para enfrentar esta situación, pero sin Raphael el juzgado de Hero City no tiene quien lo dirija, y tú eres la más indicada para reemplazarlo, sobre todo en esta crisis de duelistas rebeldes que existe en la ciudad.
—No se preocupe, señor Lee, entiendo bien la situación. Tomare el lugar de mi marido. —Contestó ella con decisión, tratando de retener las lágrimas.
Por su parte, Flint, Stella, Mizuhime y Myth nunca habían visto tan decaído a Michael y era normal, su padre había sido asesinado. Ya todos le habían expresado su pésame y lo acompañaron todo el día, sin separarse de él y le ofrecieron su apoyo, más este no respondía. No sabían que decirle al albino, hasta que Flint tomó la iniciativa.
—Te juro por esta placa que me acaban que vamos a atrapar a ese malnacido. —Aseguró, mostrando en su mano la placa de policía con forma de letra H.
—Es una promesa, entonces. —Finalmente en todo el día, Michael dijo unas palabras.
—Em, disculpen. —Frente a ellos apareció Jorge, mostrando algo de timidez. —Mis condolencias, Michael, tu padre fue un gran hombre al igual que el señor Zerachiel. —Al fin pudo darle su pésame.
—Muchas gracias, Jorge. —Contestó, intentando no sonar grosero. Este no era momento como para comportarse como un niño.
Dicho eso, ambos no intercambiaron más palabras, ninguno sabía que más decirle al otro. Jorge decidió que era momento de irse, por lo que se despidió del joven albino y sus amigos. Fue entonces cuando Dan se acercó a él.
—¿Acaso quieres saber qué tipo de historia tengo con ese chico? —Preguntó el subcampeón mundial, antes de que su amigo pudiera articular una oración. —A pesar del tiempo que ha pasado, nunca he sido de su agrado. Pero es normal, a sus ojos sigo siendo el sucio rebelde que intentó asaltar su hogar.
—Los funerales son cosa de todos los días para mí, y si algo he aprendido, es que sacan a la luz que tipo de relaciones tienen las personas. Si el sigue viéndote así, es porque en el fondo tú mismo sigues sintiéndote como eso, un “sucio rebelde”.
—¿Y cómo no voy a seguir siéndolo? Yo admiraba y seguía los pasos de quien fue el asesino del señor Raphael. —Dijo, con pena e ira a partes iguales.
—Muchas veces me has contado como el señor Philip y los otros miembros de la segunda generación te salvaron, pero déjame decirte que lo que ellos en realidad hicieron fue darte un empujón hacia delante. Tu salvación al final no depende de ellos, depende de ti.
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Un año después.
Luego del homicidio de Raphael Arc, la policía una vez más realizo persecuciones contra Xander Daemon, contando con la ayuda de cazarrecompensas. Flint participó en cada una de ellas, recorriendo las alcantarillas montado en su D-Wheel y acompañado de sus camaradas de la policía, buscando cumplir con la promesa que le hizo a su amigo, más las búsquedas siempre tuvieron resultados infructíferos.
Un día, Jack Lee mandó a llamar a Flint a su oficina.
—A sus órdenes, jefe Lee. —Saludó el vaquero al entrar al despacho de su superior.
—Siéntese, oficial Westwood. —Pidió él, a lo que el joven obedeció. —Como sabe, después del lamentable deceso del señor Arc, he asignado guardias que custodien tanto a la señora Jeane como al joven Michael, con el fin de evitar otro atentado de rebeldes en contra de esa familia. La orden que le ahora doy será que a partir de hoy usted sea quien custodie al joven Arc, puesto que ambos también son buenos amigos.
—Con todo respeto, jefe Lee, preferiría que no me asigne su custodia, puesto que tengo una promesa que cumplir al propio Michael. —Pidió Flint.
—Lo sé, estoy al tanto de su gran participación en las “cacerías” que hemos organizado, pero por desgracia no hemos tenido éxito hasta ahora.
—Pero algún día atraparemos a ese Xander Daemon, y seré yo quien le ponga las esposas. —Interrumpió sin la intención de hacerlo. —Oh, discúlpeme, por favor continúe señor.
—No se preocupe. —Perdonó él. —A lo que voy es a esto. —Sacó un documento del cajón de su escritorio y se lo pasó a Flint, quien lo leyó.
—¿Un permiso de cazarrecompensas? —Se sorprendió al leer el nombre de su amigo en la hoja.
—Cualquiera puede solicitarlo mientras sea mayor de edad, tenga licencia de duelista y no posea antecedentes, por lo que no pude negarle el permiso a Michael el día de ayer que lo solicitó y llenó el formulario.
—El planea ir solo por Xander Daemon, esto es mi culpa. —Flint sintió ira por todavía no cumplir su promesa, pensando que había decepcionado a su amigo. —Entonces acepto la misión, señor.
—Vigile que Michael que no haga nada estúpido, y una última cosa.
—¿Qué cosa?
—No le mencionen esto a mi nieta, si se llega a enterar que Michael es un cazarrecompensas se pondrá histérica.
—¡Si señor! —Afirmó el vaquero con miedo, puesto que una vez ya había visto a su amiga enojada. Parecía ser otra persona, golpeando gente con su sombrilla.
Flint tomó su D-Wheel y salió del DPHC con dirección a Bebidas y Motores, puesto que ese mismo día Michael iría a recoger la D-Wheel que le encargó a Stella construir. Entró al local justo cuando el albino estaba pagándole a su amiga.
—Aquí tienes, 10 mil talentos como acordamos.
—¡Si, dinero! —A la joven le brillaron los ojos, nunca le habían pagado tanto por construir una D-Wheel, entonces vio entrar al vaquero. —Hola Flint ¿Qué te trae por aquí?
—¿No deberías de estar trabajando a esta hora? —Preguntó Michael.
—Es justo lo que hago.
—¿Acaso el señor Lee te puso como inspector de salubridad? Por qué te aclaro que cumplimos con todos los requisitos, nuestro alcohol solo está una parte por millón por debajo del límite máximo permitido de metanol. —Bromeo ella.
—En realidad, vengo porque me asignaron como el nuevo custodio de Michael.
—¿Como? —Se sorprendió él. —
Sabía que el señor Lee haría algo al respecto, pero no creí que llegara a esto. Bueno, al menos espero que no le contara a Mizuhime. No, no lo creo capaz, ella me mataría del coraje si se llega a enterar. —Pensó con molestia y miedo, pero decidió actuar de forma normal.
—¿O sea que ahora serás su niñero? —Preguntó Stella a modo de burla.
—Em, algo así… —Susurró con algo de vergüenza.
—No hay nada de qué avergonzarse, puesto que pueden salir a pasear juntos en sus D-Wheels. —Dijo mientras caminaba hacia su taller, entonces trajo consigo su nuevo invento. —Les presento a la Paladin’s Wing.
Ante ellos mostró una D-Wheel color blanco, en cuya parte posterior poseía un par de alas, dejándolos sorprendidos. Era la primera en su tipo.
—Me tomó mucho esfuerzo, pero al fin pude construir una D-Wheel que pudiera planear en el aire al contar con el suficiente impulso. Es más cara que una convencional, pero es lo bueno de tener un amigo rico que pueda pagarla.
—Es perfecta, la probare justo ahora. —Dijo Michael, montando la motocicleta y conectando su Duel-Gauntlet a ella. La encendió y emprendió marcha.
—¡Oye espérame! —Grito el vaquero, pensando que tal vez su amigo intentaba escapar. Fue hacia su propio vehículo, cuando una mano sujetando su hombro lo detuvo.
—El señor Jack Lee me llamó pidiéndome que le pusiera un GPS a la Paladin’s Wing. Instala esto en tu Horse Bullet y no lo perderás nunca, niñero. —Stella le pasó una USB con el programa de rastreo.
Luego de eso, el castaño salió a toda velocidad y no tardó mucho en alcanzar al albino, situándose a un lado suyo.
—¿Te diviertes en tu D-Wheel? —Preguntó Flint a través de la pantalla de comunicación.
—Cada centavo que gasté valió la pena.
El dúo siguió recorriendo la ciudad de un lado al otro sin rumbo fijo. Pronto llegó el atardecer, el cual vieron mientras iban encima de un puente poco concurrido.
—¿Y en qué momento piensas usar las alas? —Preguntó el vaquero. —No las has abierto en todo el trayecto y pensé que estarías ansioso de usarlas, Stella trabajó mucho para ponérselas.
Su amigo solo sonrió y dijo —Creo que este es buen momento para abrirlas.
Michael tomó impulso a la vez que se desviaba del camino, directo al límite del puente. Presionó un botón y las alas se desplegaron, permitiéndole volar por encima de las aguas, yendo al horizonte donde Flint ya no lo alcanzara con la vista.
El oficial paro en seco de la sorpresa.
—Maldición, solo era una broma, pero se lo tomó en serio. —Dicho eso, encendió la función de GPS para rastrear al albino. —Tiene mucha ventaja y me tomara un tiempo alcanzarlo, solo espero llegar antes de que realice algo estúpido. —Una vez más emprendió la marcha a toda velocidad.
La noche no tardó en caer y el rastreador llevó al castaño a las afueras de la ciudad en sus barrios bajos. En un bar vio la Paladin’s Wing estacionada y escuchó mucho ajetreo dentro del local. Apenas bajó de su vehículo cuando la puerta a unos metros de él se rompió y un sujeto salió volando, cayendo al suelo.
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De la misma puerta ahora salió el joven Arc, acompañado de Warrior of Zera.
—¡Dime donde encontrar a Xander Daemon! —Exigió, a la vez que la punta de la espada de su monstruo de duelo era colocada cerca del cuello del otro sujeto.
—¡Michael, alto ahí!
—¿Flint? —Preguntó el albino, volteando a la dirección de dónde provenía el grito, cosa que también hizo Warrior of Zera.
—¿Qué crees que estás haciendo?
—¿Cómo qué que estoy haciendo? ¡Mi trabajo, ahora soy un caza recompensas y estoy seguro que lo sabes! ¡Por eso el señor Jack Lee te puso a vigilarme! —Gritó, acercándose un poco más a su amigo.
—¡Sabes bien a lo que me refiero! —Respondió, apuntándole con el dedo.
—¡Y tú sabes a la perfección que yo necesito hacer esto!
Luego de esa última frase, Michael y su monstruo voltearon a ver al sospechoso que intentaba interrogar, solo para darse cuenta que ya se había dado a la fuga. El joven estuvo apunto de gritar una maldición, pero entonces Flint puso una mano en su hombro.
—Déjalo ya, te escoltare a tu hogar.
Habiéndose sentido derrotado, al albino no le quedó más opción que obedecer las palabras del oficial. Ambos subieron a sus respectivas motocicletas y emprendieron el rumbo hacia la mansión Arc. Estuvieron un largo rato en silencio, sin saber que decirse, hasta que uno de ellos rompió el hielo.
—De verdad lo lamento. —Se disculpo Michael por el canal de comunicación.
—¿Como?
—Tu bien lo sabes, les doy problemas a todos ustedes: al señor Jack Lee por rechazar ser el nuevo guardián de Hero City, a ti que tienes que vigilarme, a Mizuhime, quien cuando se entere que soy un caza recompensas se pondrá histérica.
—Lo sé, lo sé, pero quien debe de disculparse aquí soy yo. —Discrepó el vaquero. —Te juré por mi placa de policía que yo atraparía a ese malnacido, pero sigo estando tan lejos de encontrarlo como hace un año.
—Se que te esfuerzas mucho en cumplir con tu promesa, has participado en cada una de las búsquedas sin falta, cosa que de verdad aprecio, pero Xander Daemon es un rebelde que no ha podido ser atrapado en nueve años.
—Eso sigue sin responder mi duda ¿Por qué te convertiste en caza recompensas? ¿Acaso ya estas desesperado de que no haya podido cumplir mi juramento?
—Si, estoy desesperado, pero no porque me decepcionaras, sé que no lo harás. Hago todo esto por mi madre puesto que temo por su seguridad, a pesar de ser custodiada por la policía. Ese maldito rebelde ya me quitó a mi padre y al menos quiero ayudar a encontrarlo, pero si me uno a al DPHC el señor Jack Lee me obligara a ser su sucesor y no pienso serlo, no puedo renunciar al deck de mi abuelo.
—Lo comprendo, entonces mañana dejare que me acompañes en la próxima búsqueda que haremos. —Respondió Flint.
—¿En serio? Muchas gracias.
—
Supongo que seguirá con esto de ser caza recompensas hasta que atrapemos a Xander. Además, trabajando junto a policías puede que al fin lo convenza de unirse al DPHC. Se que él no quiere ser el nuevo Guardián de Hero City, pero el señor Lee ya es bastante viejo y necesitamos un reemplazo. A mí me gustaría tomar su lugar, pero no tengo tanto poder como lo tiene Jorge Santos ni soy un Duelista Verdadero, Michael es nuestra única opción. —Pensó Flint con pesar de saber qué buscaba manipular las decisiones de su amigo, aún si fuera por el bien común.
Ambos siguieron su camino de forma tranquila, ahora atravesando un gran terreno baldío, siendo las únicas personas ahí. De repente ambos tuvieron que ir en direcciones opuestas, Flint a la derecha y Michael a la izquierda, puesto que por donde iban a pasar cayó un rayo de forma repentina.
—¿Cómo puede caer un rayo si ni siquiera hay nubes en el cielo? —Preguntó Flint, entonces dirigió la vista a donde iba su amigo, siendo grande su sorpresa al distinguir otra D-Wheel al lado de este.
—Oí por ahí que cierto niño me buscaba. —Dijo con malicia el misterioso hombre.
Michael no podía reaccionar en su sorpresa al encontrarse con esa persona. Era un hombre alto y de cuerpo esbelto, vistiendo pantalón de un blanco como el de un hueso, calzado y guantes negros y una chaqueta de cuero color rojo sangre. Su casco era parecido a un cráneo con dos cuernos y a través del visor se apreciaban dos ojos amarillos expresando una mirada de depredador contemplando a su presa.
—¡Xander Daemon! —Se escuchó el grito de Flint lleno de ira, acercándose a toda velocidad a donde estaban su amigo y el delincuente, levantando mucho polvo tras de sí. —¡Al fin das la cara, malnacido, juro que te atrapare! —Exclamó, encendiendo su Duel-Gauntlet conectado a la Horse Bullet.
—¡No intervengas! —Ordenó el delincuente, entonces otro rayo cayó del cielo y ahora tanto Flint como Michael vieron una silueta oscura parecida a un demonio.
El relámpago alcanzó la D-Wheel del vaquero, estropeándola y provocando que este terminara rodando en el suelo.
—¡Flint! —Reaccionó por fin el albino, preocupado por su amigo. —¡Me las vas a pagar, maldito rebelde!
A lo lejos, el oficial se levantó. La descarga eléctrica que recibió activó la defensa especial de su ropa, que la endurecía por un momento, además de que en ese estado funcionaba también como un aislante. Para su fortuna sus heridas eran leves, pero ahora su D-Wheel estaba destruida y su Duel-Gauntlet estropeado.
—
Los rumores son ciertos, Xander Daemon es un Duelista Verdadero. —Dedujo el vaquero. —
Por fortuna conseguí unas esposas especiales para Duelistas Verdaderos, pero justo tuve que ser yo quien quedara impedido de tener un duelo. —Maldijo su mala suerte, pero ahora lo único que le quedaba por hacer era poner sus esperanzas en su amigo. —¡Tú puedes, caza recompensas Michael Arc!
Las palabras de animo llegaron hasta los oídos del joven, llenándolo de coraje para enfrentar al buscado asesino.
—¡Por mi padre y por Flint te derrotare, Xander Daemon!
—¡Riding Duel! ¡Acceleration!