Bienvenidos a Café Shibe

Cafe Shibe

Dmytro Ritchel. | Ciberperiodista.

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Ambientación. Bowen. Yun. Registro.



  • Cove.


    Tal cual fue mencionado antes, el departamento donde vive Dmytro es pequeño, a pesar de contar con dos "níveles", y está justo en frente de uno de los restaurantes más reconocidos de toda la ciudad, hablamos de "Bon Appétit". El nivel inferior corresponde al área común, como una cocina, nevera y un microondas. Para una persona que no es muy partidaria de cocinar, pues no está demás tener aquellos implementos. De todas formas son básicos para vivir, y junto a esto a menos de un metro se encuentra la sala de estar, un sofá con a facilidad de convertirse en cama en caso de que llegue algún invitado, una pequeña mesa de centro donde normalmente está la laptop con la que trabaja, y delante una repisa con un televisor de 32 pulgadas, más que suficiente, y sí, si tiene Netflix. Al costado unas escaleras que llevan al segundo nivel, que es, por decirlo de alguna manera, el dormitorio. Cuenta con una cama de dos plazas y una mesa de noche, frente a ella tan solo un cuadro, y por allí cerca, un armario donde guarda su ropa. Junto a la cama hay una puerta corrediza que deja ver un ventanal. Los colores del departamento en general son de tonalidades grisáceas y blancas, puede verse reflejado en las paredes y en ciertos muebles; además de adornarlos con un poco de azul.​

    ¡Lo olvidaba! Junto a su cama cuenta con un colchón para animales grandes, normalmente es Yun quien duerme ahí. Bowen suele dormir con Dmytro en su cama, o sino en el sofá.​








  • The King.

    Nombre: Bowen.​

    Apodos: Bou. | Niño. | Obeso.​
    Edad: 2.5 Años.​
    Personalidad: Bowen es el perro más afectuoso de Dmytro, suele estar pegado como chicle a su dueño, tanto como para meterse en su cama y dormir allí como si fuera suya. Originalmente el colchón donde duerme Yun era suyo, pero nunca lo usó, haciendo que la hembra desarrollará un vínculo con el objeto. Es un animal muy dócil y carismático, no está entrenado, pero sabe unos trucos que usa a su conveniencia, como dar la "patita" cuando ha hecho algo malo, o echarse en el suelo como "muerto" para obtener comida. Suele ser cariñoso con todos los invitados que llegan a casa, incluso toma confianza con mucha facilidad. Gusta aullar mucho, sobretodo cuando ve a alguien dormido en el sofá, en la cama no, en el sofá. Además de tener un juego muy común con Yun y Dmy, donde cuando el dueño empieza a aullar, los canes deben secundarlo. Odia con su alma las croquetas para perro, y adora la comida húmeda, como caldos o patés, además de tener un amor por el pollito desmenuzado, sobretodo si viene de un gallo táctico (?.​

    Historia: Tras la independización de Dmytro, buscó un compañero para no vivir completamente solo; y ante su frustrada ilusión de tener una mascota, fue lo primero que puso en su lista. Una conocida sabía de alguien que estaba dando en adopción una camada de esta raza, Dmytro no dudó y lo consiguió. Que aunque fuera muy difícil al principio dadas las travesuras, y su poco control de sistema digestivo, pudieron acoplarse bien. A pesar de ser un perro adulto, aún se comporta como un cahorro la gran parte del tiempo.​



  • The Queen.



    Nombre: Yun.​

    Apodo: Yuni. | Niña. | Burguesa.​

    Edad: 1.5 Años.​

    Personalidad: Yun es la menor de la "manada", y también la más consentida, a pesar de no ser un chicle como Bowen. En su mayoría es una Husky fuerte de carácter, dentro de la casa es la más dominante, haciendo que Bowen se resignara a quedarse con su colchón. Su personalidad la vuelve dominante y territorial, protegiendo firmemente lo que considera "suyo", entre esos, Dmytro y Bowen, tampoco cuenta con entrenamiento, pero es un poco más educada que su contraparte ya que procura no hacer mucho desorden, ni tampoco hace demasiadas travesuras, diferencia total a Bou. Su reacción ante los extraños es algo arisca, no le gusta que se entrometan en su hogar, por lo que ladra y aulla mucho cuando la puerta suena y no es un olor conocido. Es algo difícil ganarse su confianza, aunque con unos trozos de carne todo es posible. También juega con Dmytro y Bowen sobre los aullidos, aunque los suyos son más agudos y más parecidos a lo de un lobo de verdad, ya que los Bou parecen gritos, y los de Dmytro una versión barata de los de Bou. La comida procesada es su favorita, y a diferencia del anterior, ella come demasiadas croquetas, y suplementos alimenticios, desafortunadamente no es como Bowen comiendo comida "humana", simplemente la deja de lado cuando algo no le gusta.​

    Historia: No, no es pariente sanguíneo de Bowen, ella llegó un año después de que el Malamute llegara al departamento. Cuando Dmytro la encontró estaba dentro de una jaula, en una de las ferias de adopción. Al parecer Dmytro a veces tenía que salir de casa, y el macho hacía desastres en su ausencia, por lo que había dos posibilidades, o impedía las travesuras de Bou, o se le unía y destrozaban más cosas. Para fortuna de Dmytro el carácter dominante y firme pudo "domar" a la bestia. Parece que en la perrera donde estaba le habían enseñado ciertas cosas, como donde ir al baño, o no tomar la comida de su amo. Eso es algo que Dmytro agredece mucho recordando a su otro perro.​



  • ¿Visitantes?

    ~Aquí irán los afortunados de haber visitado el hogar de Yun, sí, de Yun. Porque Dmytro solo paga la renta, y Bowen es su empleado.

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La noche anterior había sido algo larga, había sucedido algo "relevante" a última hora, y su jefe pidió una historia flash a la 1 am, que con la ventaja del internet, las noticias no pueden pasar desapercibidas, y "Shibeverse" tampoco; tuvo que encender su laptop y empezar a escribir un artículo a esa hora para publicarlo de la forma rápida posible. De todas formas, el teñido no era alguien muy veloz cuando estaba somnoliento, por lo que demoró al menos unas dos horas. Pero retomando el punto inicial; el despertador hacía su característico ruido, estaba junto a la cama en aquella mesa de noche. Ritchel trató de apagarlo, pero al mínimo contacto del despertador, su compañero de cama se despertó. Un aullido mal elaborado alarmó a todos en el departamento. Dmy se sentó de golpe y con un leve golpe en el lomo al mayor de su perro logró callarlo; Yun, la burguesa, tan solo gruñó un poco antes de volverse a acomodar en su pequeño colchón. Bowen al sentir a su dueño se puso boca arriba esperando una caricia en su estómago, el teñido y lo hizo, seguido de eso se dirigió al baño. Bajó las escaleras deslizándose por el barandal, lo dormido no le quitaba lo impulsivo.
El baño se encontraba como una pequeña habitación entre la sala y la cocina, era sencillo, lo básico y un espejo para sus momentos de vanidad. Tan solo desacomodó un poco su cabello -peinarse era para débiles-, tomó unos jeans y una camisa de cuadros blancos con negro.
—Ustedes dos, paren.— al parecer Bowen y Yun peleaban por uno de sus juguetes, eso era para demostrar quien dominaba en la casa, y también para jugar un rato. Donner tan solo se dirigió a la cocina y tomó un saco de croquetas para ponerles a ambos, debía salir a hacer un par de cosas hoy, y no tendría mucho tiempo para cocinar algo, de hecho hasta debería desayunar en el camino. —Lo siento Bowen, cuando regrese quizás te cocine algo mejor...— se disculpó mientras tomaba una chaqueta por si de pronto llovía.
El macho gruñó, mientras observaba como la hembra comía sin compasión, y que tras un par de minutos terminó, mirando a Bowen y su plato.

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Ritchel tomó lo único que se llevó de casa de sus padres, su bicicleta. Salió del edificio -sí, es complicado bajar con una de esas-, y aunque sabía que podría desayunar sin problema en el restaurante frente a su departamento, había leído un poco sobre una cafetería que no quedaba necesariamente lejos, solo esperaba no encontrarse con algo fuera de lo normal.
 

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La puerta del departamento se abrió, evidenciando al teñido con un par de bolsas en sus manos. Tras su pasada por aquella cafetería, únicamente había podido arreglar su problema con el proveedor de internet. Era como si todo se pusiera en su contra cuando buscaba realizar alguna otra cosa, al llegar escuchó como sus dos mascotas empezaban a aullar y moverse de un lado a otro. Dmy sonrió y puso las fundas en su pequeño mesón un momento, para empezar a acariciarlos un poco.​
—Bien... Veo que no has hecho mucho desastre— reconoció observando el departamento, mientras le daba una caricia al macho, y más veterano de ambos canes.—Buen trabajo Bou~— acarició un poco su cabeza mientras de su bolsillo sacaba un dulce que había comprado en el camino. Lo levantó un poco, y el Malamute por inercia se sentó en el suelo, a la espera de que el dulce cayera en su hocico, para poder saborearlo.—Hoy te lo ganaste.— con una sonrisa lo dejó caer, complaciendo a su primer compañero.
Yun, quien no había bajado del dormitorio, sino que tan solo había secundado al ladrido de Bowen, decidió bajar con su clásica elegancia y sentarse frente de Dmytro para ser acariciada. Ritchel no se negó y le dio una caricia tras las orejas, el lugar favorito de la husky. El chico con algo de cansancio llegó al sofá y se recostó un momento, a pesar de no haber hecho casi nada, terminó siendo un día algo cansado. Echó un suspiro al aire, y cuando estaba por encender la tv, se dio cuenta que un par de correas caían bajo sus pies, llevó sus manos al rostro y reconoció su error. No podía relajarse hasta tener darles su paseo diario a Bou y Yun. —Deberían aprender a salir solos. — refunfuñó tomando las correas y colocándolas en los collares de ambos.
Tomó sus auriculares para escuchar algo de música mientras caminaba, normalmente en el Green Park hay mucha gente, y evitar el ruido de la multitud es algo que el peligris quería por sobre todo. Aunque yendo casi de noche, quien sabe, y hasta no sería innecesario... Pero pues, nunca está demás escuchar algo de música.
 
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