Son una serie de cartas que escribí hace mucho tiempo. No tienen dedicatoria para nadie en especial, pero quisiera compartirlas con ustedes.
April, 3th.
Es primavera otra vez...un año ha hecho pasar el rosario de sus cuentas multicolores, y me ha dejado mas arraigada la idea de que tu no me quieres.
No siento pena de comprenderlo; tu sabes que soy demasiado equilibrado para ver una tragedia en el hecho un poco triste de que no sientas ya por mí otra cosa que una amistad mas o menos intensa.
Siempre he creído más grande y valioso el sentimiento amistoso, que el amor. Por eso no siento desencanto alguno al evocarte, ya que te considero unido a mi existencia por lazos más fuertes que los que ayer nos unieron.
Pienso en ti cuando florecen los rosales, cuando la vida se torna grito en la naturaleza, cuando veo deslizarse apaciblemente las ondas de los ríos. Bien sé que en tus recuerdos no me he muerto, lo adivino en muchos detalles. Me lo dicen las cartas tuyas que me llegan con frecuencia; pero que son una llamada a mi corazón cuando menos lo pienso.
Otra mujer ha recorrido la ruta abierta de tu corazón; no siento celos, porque mi cariño para ti dista mucho de ser lo que fue ayer. Me torno un poco material para escribirte, no me he olvidado que no pasas de ser un niño grande que necesita ser adivinado; a veces quisiera tener frente a mí a la mujer que quieres, para indicarte cuales son los caminos más seguros para llegarte al corazón. Esto te podría probar que en mí se han apagado las hogueras calcinantes de otra...que nada hay en mis arrebatos que un día, y que sólo ha quedado la frase amable en mis labios que nunca has mentido en cuestiones de amor.
Es primavera otra vez...reverdecen los árboles, florecen los rosales y hay nueva vida en la naturaleza. Solamente la pasión que se muere no puede retoñar.
Cuando la existencia agitada forma en mi mente un dédalo de pensamientos, me gusta volver los ojos al pasado y recordar las tardes llenas de paz en que pasabas para mirarme y decirme con los ojos que me amabas ¡Qué lejos están aquellos días, y qué cambiadas nuestras dos almas!
Los dos caminamos por distintos senderos; llevamos a cuestas la pesada alforja del pasado, y cuando lo complicado de la existencia nos hace sentirnos cansados, como nos gusta detenernos en la parada de la evocación, para buscar la sonrisa de ayer frente al gesto de amargura.
Y ya no nos queremos; rato hace que fuimos deshilando madeja que tuvimos un día frente a los maravillosos atardeceres costeros.
Rato hace que rompimos el paralelismo de nuestras vidas, para marchar a la deriva en busca de nuevas emociones. Nada quizás hemos encontrado de lo que soñamos; pero en el camino hemos ido deshojando los ensueños como rosas maduras, y llegará un día en que no tengamos ni un minuto de ilusión para embellecer la jornada.
Y será entonces cuando vivamos en muda consagración al pasado, porque el presente no podrá brindarnos nada...Y seremos como dos puntos luminosos destacados en la ruta oscura; como dos estrellas lejanas en cuya luz habrá fragmentos de lo que fuimos, fuerza latente que permite salvar múltiples obstáculos en la ruta de la vida, para colocarse en un sitio donde las intermitencias de alegría y dolor no afectan ya.
Y pensar como pienso, no quiere decir que me considere una fracasado en achaques del corazón, tú sabes mejor que yo lo orgulloso que soy, pero también no sabes lo que puedo llegar a ser con tal de que me ames otra vez, otra cosa como escribirte esto que quizás jamás me atreva a entregarte; puedo sentir las mismas inquietudes de otros días; pero sin considerar doloroso un desvío de la persona a quien yo amé; parece que a medida que se avanza en la existencia se acoraza mejor para las contingencias, aún para aquellas que nos parecen más desagradables.
No trato, pues, de reanudar lo que el tiempo o el destino desanudaron...El nacimiento de esta primavera me ha traído tu recuerdo, porque hay detalles de nuestra vida emocional, muy pendientes del florecer primaveral; y yo siempre he creído, como el poeta, que “Recordar es vivir”
No deseo que me contestes; basta que leas esta carta y que sepas que en mi corazón sigues ocupando un sitio predilecto. Amigos hoy, como novios ayer....y recuerda que la amistad vale mucho, pero mucho mas que el amor.
April, 3th.
Es primavera otra vez...un año ha hecho pasar el rosario de sus cuentas multicolores, y me ha dejado mas arraigada la idea de que tu no me quieres.
No siento pena de comprenderlo; tu sabes que soy demasiado equilibrado para ver una tragedia en el hecho un poco triste de que no sientas ya por mí otra cosa que una amistad mas o menos intensa.
Siempre he creído más grande y valioso el sentimiento amistoso, que el amor. Por eso no siento desencanto alguno al evocarte, ya que te considero unido a mi existencia por lazos más fuertes que los que ayer nos unieron.
Pienso en ti cuando florecen los rosales, cuando la vida se torna grito en la naturaleza, cuando veo deslizarse apaciblemente las ondas de los ríos. Bien sé que en tus recuerdos no me he muerto, lo adivino en muchos detalles. Me lo dicen las cartas tuyas que me llegan con frecuencia; pero que son una llamada a mi corazón cuando menos lo pienso.
Otra mujer ha recorrido la ruta abierta de tu corazón; no siento celos, porque mi cariño para ti dista mucho de ser lo que fue ayer. Me torno un poco material para escribirte, no me he olvidado que no pasas de ser un niño grande que necesita ser adivinado; a veces quisiera tener frente a mí a la mujer que quieres, para indicarte cuales son los caminos más seguros para llegarte al corazón. Esto te podría probar que en mí se han apagado las hogueras calcinantes de otra...que nada hay en mis arrebatos que un día, y que sólo ha quedado la frase amable en mis labios que nunca has mentido en cuestiones de amor.
Es primavera otra vez...reverdecen los árboles, florecen los rosales y hay nueva vida en la naturaleza. Solamente la pasión que se muere no puede retoñar.
Cuando la existencia agitada forma en mi mente un dédalo de pensamientos, me gusta volver los ojos al pasado y recordar las tardes llenas de paz en que pasabas para mirarme y decirme con los ojos que me amabas ¡Qué lejos están aquellos días, y qué cambiadas nuestras dos almas!
Los dos caminamos por distintos senderos; llevamos a cuestas la pesada alforja del pasado, y cuando lo complicado de la existencia nos hace sentirnos cansados, como nos gusta detenernos en la parada de la evocación, para buscar la sonrisa de ayer frente al gesto de amargura.
Y ya no nos queremos; rato hace que fuimos deshilando madeja que tuvimos un día frente a los maravillosos atardeceres costeros.
Rato hace que rompimos el paralelismo de nuestras vidas, para marchar a la deriva en busca de nuevas emociones. Nada quizás hemos encontrado de lo que soñamos; pero en el camino hemos ido deshojando los ensueños como rosas maduras, y llegará un día en que no tengamos ni un minuto de ilusión para embellecer la jornada.
Y será entonces cuando vivamos en muda consagración al pasado, porque el presente no podrá brindarnos nada...Y seremos como dos puntos luminosos destacados en la ruta oscura; como dos estrellas lejanas en cuya luz habrá fragmentos de lo que fuimos, fuerza latente que permite salvar múltiples obstáculos en la ruta de la vida, para colocarse en un sitio donde las intermitencias de alegría y dolor no afectan ya.
Y pensar como pienso, no quiere decir que me considere una fracasado en achaques del corazón, tú sabes mejor que yo lo orgulloso que soy, pero también no sabes lo que puedo llegar a ser con tal de que me ames otra vez, otra cosa como escribirte esto que quizás jamás me atreva a entregarte; puedo sentir las mismas inquietudes de otros días; pero sin considerar doloroso un desvío de la persona a quien yo amé; parece que a medida que se avanza en la existencia se acoraza mejor para las contingencias, aún para aquellas que nos parecen más desagradables.
No trato, pues, de reanudar lo que el tiempo o el destino desanudaron...El nacimiento de esta primavera me ha traído tu recuerdo, porque hay detalles de nuestra vida emocional, muy pendientes del florecer primaveral; y yo siempre he creído, como el poeta, que “Recordar es vivir”
No deseo que me contestes; basta que leas esta carta y que sepas que en mi corazón sigues ocupando un sitio predilecto. Amigos hoy, como novios ayer....y recuerda que la amistad vale mucho, pero mucho mas que el amor.