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Oneshot Brillante estrella electrizante

Skygge

The hate of men will pass, and dictators die.
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Autor: Skygge (original en inglés, también por mi, aquí)
Género: Amistad
Clasificación: Público en general
Personajes: Volkner, Flint, Cyrus




Brillante estrella electrizante
Cuando se trata de Volkner, siempre ha sido cuestión de a quién le preguntes.

Ahora que es un adulto, todos los niños lo aman; pasan tiempo en su gimnasio, maravillándose con pasadizos movedizos y riendo sobre la estática permanente que los deja con cabellos despeinados y ropa electrificada. El resto de la ciudad lo aclama a él y a sus inventos, y ni un alma piensa en quejarse cuando sus experimentos los dejan sin energía o las calles hechas un desastre.

Ahora que es un adulto, ahora que es un Líder de Gimnasio, Volkner puede dar razones para que todos estén contentos con lo que hace.

Cuando Volkner era más chico, la gente tenía que cuestionarlo.

Es un niño pequeño, después de todo, y callado además. No se ríe cuando debe y se rehúsa a mantener contacto visual. Se sienta con un juguete roto en la acera frente a su casa y lo desarma sólo para rearmarlo en un ciclo repetitivo y sin fin.

Para los adultos a su alrededor, se trata de una vista perturbadora y familiar. Ven a Volkner acurrucado sobre circuitos eléctricos que debería ser muy joven para entender, lo ven solo y sin hablar, y no pueden evitar recordar otro niño: uno que es gris y polvoriento y demasiado inteligente para su propio bien. Recuerdan moretones e insultos y tienen que preguntarle a la madre de Volkner si ha pensado en llevarlo con algún doctor que pueda hacer que hable un poco más.

Ahí es cuando se acaban las similitudes más obvias, sin embargo: dos niños con interés en ciencias y electrónica sin una pizca de habilidad social a sus nombres. El niño gris desaparece cuando termina la preparatoria y regresa graduado summa cum laude de la mejor universidad que Sinnoh tiene para ofrecer. Volkner, por otro lado, abandona sus estudios en cuanto completa suficiente educación para recibir un pokémon de la Liga y en su lugar revolotea alrededor de maquinaria demasiado peligrosa para que él esté cerca.

Y ahí está: un hombre con amargura en vez de piel y hambre en sus ojos y furia en su corazón.

Y ahí está: un niño de diez años con ideas demasiado avanzadas para su tiempo y un enano de elekid con miedo a las alturas y una cara que parece incapaz de mostrar una sonrisa.

Meses después, cuando es obvio que Volkner va a salir en un viaje, sus vecinos se acercan a su madre.

—¿Estás segura? —le preguntan—. Está tan distraído todo el tiempo.

Y su madre ya tiene prematuras canas, en su frente se dibujan claras arrugas de constante preocupación, pero aun así sonríe, buscando tranquilizar a todos—. Oh. No, fuimos con una doctora y ella le dio a Volk un eevee de terapia para que le ayude.

(Y cómo fue que Volkner sacó a un jolteon sobreprotector y agresivo de aquel dulce eevee es algo que nadie puede resolver)

Volkner se va, más chico que el niño gris lo hizo, y la ciudad se prepara para los problemas que traerá a su regreso. Se preparan para palabras ególatras y miradas frías e ideas de un nuevo mundo mejor escupidas en sus caras. Se preparan para que Volkner regrese sólo para irse de nuevo, esta vez para siempre.

Pero Volkner regresa con un niño llamado Flint pisándole los talones y una sonrisa despistada en sus labios.

Su madre llora cuando lo ve y Volkner incluso le pregunta si está bien, aunque aún se aleja de su abrazo y mira sus zapatos en lugar de su cara. Aún tiene problemas levantándose de la cama algunos días y aún se rehúsa a comer y aún se ve como si no tuviera suficiente energía para hacer nada más que sentarse ahí y jugar con sus máquinas. Muchas cosas son iguales, pero si algo es seguro es que Flint hace una diferencia.

Flint le habla a Volkner hasta el cansancio y lo anima a que haga lo mismo, incluso si las palabras son mayormente monótonas y sobre procesos de ingeniería que Flint no entendería ni con un diccionario en las manos. A veces, cuando Kid—ahora un poderoso electabuzz—está ayudando a Volkner a conseguir suficiente energía para su nuevo proyecto, Flint libera un magmar y convence a Volkner de tener una batalla con él.

Mientras los niños crecen, Flint rara vez se va de Sunyshore; cuando lo hace, es para ir a Stark Island por asuntos familiares o para retar a la Liga. Otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Volkner empieza a fumar en esos momentos, empieza a encerrarse en su casa o a caminar susurrándose a sí mismo, un destornillador sostenido entre sus labios.

De pronto Volkner parece obtener un montón de huevos pokémon—nadie sabe realmente de dónde—y comienza a pasar tanto tiempo cuidándolos como lo hace entre circuitos eléctricos o intentando reparar la moto vieja que encontró abandonada en un callejón un día.

Nadie está exactamente sorprendido cuando un shinx y pichu bebé aparecen en sus hombros, aunque sí tienen que mirar dos veces cuando esta cosita diminuta se arrastra por sus manos hasta que él explica que es un joltik, un pokémon que le habían enviado desde Unova.

Volkner cría sus pokémon para lo que parece ser un único propósito: derrotar a los pokémon de Flint.

Eventualmente, Flint se hace parte de la Élite Cuatro y Volkner se muda fuera del departamento de su madre. Es alarmante, para la gente de Sunyshore, ver este particular vuelco de acontecimientos. Volkner se vuelve cortante y ligeramente agresivo cuando no está siendo apático y su tiempo se ocupa con su pequeño ejército de pokémon eléctricos o frustrado sobre cables de alta tensión.

Volkner se hace Líder de gimnasio porque Flint no deja de molestarlo hasta que lo hace. Flint regresa a Sunyshore por unos días cada mes e insiste una y otra vez que Volkner debería hacer, por lo menos, el intento. Así que Volkner lo hace. Pelea y pierde contra la Élite Cuatro y después vuelve a hacerlo, y lo hace otra y otra vez hasta que gana. Kid es un electivire para cuando Volkner presenta una aplicación y toma el examen para convertirse en Líder de Gimnasio.

Volkner arrolla con el presente Líder.

Flint lo saca a celebrar y si esos niños no tenían sentido antes, lo tienen ahora. Volkner habla con Flint y es brutalmente honesto sobre todo lo que dice, pero a Flint no parece molestarle en lo absoluto. Parece regocijarse en que Volkner lo llama irresponsable y se toma el hecho de que Volkner cría a sus pokémon específicamente para derrotar a los suyos como el mejor cumplido que haya habido alguna vez.

(Cuando la gente le pregunta por qué, Flint siempre se alza de hombros—. Eh, es amigo mio. Si pone tanto esfuerzo en eso debe creer que soy fuerte, ¿no?)

Por supuesto, Flint no puede quedarse. Es parte de la Élite Cuatro y ahora Volkner es un Líder de Gimnasio, ambos tienen responsabilidades que tienen que atender.

Cuando Flint se va, Volkner no se pone tan mal como antes, pero no deja de ser callado a menos que se trate de algo que tenga que ver con electricidad—tanto de sus máquinas como de sus pokémon—y Sunyshore recuerda sus miedos cuando el pequeño, hostil, colérico niño gris aparece en todos los canales de televisión y el hombre en el que se ha convertido es tan frío y menospreciante como lo era cuando se fue por última vez. Ven como el hombre, Cyrus, habla del mundo, ven la terrible inteligencia que resulta en gente herida, en pokémon heridos; ven que la única persona que intenta detener el fin del mundo es una niña vestida de rosa y mugre, y voltean a ver a su propio Volkner.

Lo ven fumando.

Lo ven a él y a las bolsas bajo sus ojos y la expresión aburrida en su rostro—o peor, no lo ven por días enteros—y les asusta pensar que encaminarán a dos niños por el mismo sendero. Que los genios de Sunyshore siempre estarán destinados a ideas peligrosas y traicioneras consecuencias.

Ven a Cyrus, con su título y su sobresaliente educación. Ven a Volkner, un desertor escolar que no pudo haber sacado nada de la educación tradicional. No pueden ni empezar a comprender, porque todo debería apuntar a resultados opuestos: Cyrus el Líder de Gimnasio, el ingeniero; y Volkner el peligroso cerebro detrás de planes cataclísmicos.

Después ven a Flint, sacando la atención e ideas de Volkner a la luz y piensan que, quizá, pueden entender.
 

Rachel

☆Sweet Dreams☆
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Nunca lei una historia así (mayormente eran de shipps xD) y hace mucho no me detenia a leer una, pero me encanto.
Fue interesante y me dejo algo triste. Muy buen trabajo ♡
 
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