El lugar desde donde lees estas palabras.
El dispositivo que utilizas para leerlo.
La luz eléctrica que tienes cada mes para hacer todas las tareas necesarias y de ocio de tu casa, conectando muchos aparatos al mes a la corriente…

La cama en la que duermes, la salud que tienes, la ropa limpia y complementos que te puedes poner y también comprar gracias al trabajo que tienes. La ropa u otros objetos, cuando te hace falta la renuevas o regalas, dando así oportunidad de una segunda vida a eso de lo que te liberas, y para hacer lugar a ropa y cosas nuevas para tu habitación y tu casa.

El agua que haces servir para sus diferentes usos como beber, bañarte o ducharte, regar las plantas, dar de beber y lavar a tu mascota o jugar con el agua en verano.







La familia y amistades y mascotas que tienes, algunos porque te tocó así y otros por elección.

¡Y las lecciones que te dan esas elecciones…!
En positivo o en negativo.

Hay amigos que parecen hermanos perdidos de otras vidas, como si aún conociéndoles de hace unas horas, os conocierais de toda la vida.
Y momentos en las que lleváis meses o años sin veros y cuando volvéis a quedar juntos, aún con que el pasar del tiempo se note en el cuerpo, al charlar es como si sólo llevarais unas horas separados. Pues vuestra amistad y cariño es inquebrantable.







¿Ya pensaste en todas esas cosas que tienes y das por sentado?

Ahora que en algunos países ya hace frío y más que hará,
¿te detuviste a parar la riqueza que tienes sólo por tener una cama con mantas calientes, ropa, comida, luz e internet, familia, amigos y mascotas que te quieren y se preocupan por ti? ¿Qué les importas con todo su corazón?

¿Agradecer por otro día de salud antes de poner los pies en el suelo al despertarte o agradecer el día que tuviste antes de ir a dormir?

Habrá casos y casos de familias…. Pero piensa en esas personas que aún no siendo familia de sangre te aman como si lo fuerais.

¿Ya agradeciste por ellos?

¿Y por ti mismo?
¿Por ti misma?







¿Te agradeciste tus esfuerzos y metas logradas?
Aquello que tanto querías por fin apareció o se dio en tu vida.

La gente que tanto quieres, la comida que ya está en proceso digestivo, el agua que bebes, la gente de la cual disfrutas su compañía y ellos la tuya.

Revisión de tus pensamientos, emociones y palabras. Lo dicho y lo no dicho.
Escucharse al hablar o el diálogo mental.
¿Fueron cosas bonitas y que te animaban o por el contrario llenas de rabia y rencor?

No dejes que esas emociones y pensamientos densos se te acumulen en el cuerpo.
Libéralo con la escritura, terapia o algo que te permita encontrarte mejor.







Hazlo por ti mismo,
hazlo por ti misma.
Te lo mereces.

Te mereces un cambio de vida a algo mejor y más bonito,
sean cuales sean las circunstancias exteriores.

Y hoy tienes un día más para vivir, de los tantos que ya viviste.

Agradece, pues cada nuevo amanecer es una nueva oportunidad para empezar una página en blanco.

¿Agradeciste por hoy?




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