Æther
Meister
¡Un saludo!
Después de un repentina inactividad de la cual me siento muy apenado, he decidido idear un pasatiempo de escritura con el cual podrás divertirte y pasar un buen rato si lo deseas.
¿En qué consiste? Pues, como dice el título, continuar el relato. En pocas palabras, les dejaré un comienzo cualquiera que ustedes deben ir extendiendo hasta, finalmente, cerrarlo de la mejor forma. Todos pueden participar y hacer los cambios y giros que deseen; obviamente el contenido sexual explícito no debería ir entre sus líneas y, como es de esperarse, seguir -aunque sea de forma mínima- la historia principal.
Preferiría que sus textos sean de 5 a 10 renglones, además de poder meter todos los elementos que deseen y tengan concordancia con el texto anterior. También cabe destacar que la extensión máxima es 10 partes, por tanto, en la última parte debería trancarse la historia de algún modo. Otra cosa es la participación de cada uno: solo puedes participar una vez, a menos que, por la actividad, se indique lo contrario.
Alguna duda puedes dejarla en este post o mandarla por MP. ¡Estaré feliz de responderla!
En fin, aquí les dejo el comienzo:
Sin embargo, esa noche sería distinta. Cuando mi apartamento quedó bañado en oscuridad, decidí, como siempre, esperar sentada el regreso de la energía. Tras los cristales comencé a observar cómo gotitas de lluvia impactaban en estos para finalmente secarse; había empezado a llover. El sonido de la lluvia apaciguaba mi mente y cuerpo como un relajante masaje.
Pero en ese momento escuché un ruido que provenía de mi cocina. Agucé mis oídos tratando de distinguirlo, pero no lograba dar con lo que era. ¿Acaso era un animal? Quizá un gato o un mapache que se había infiltrado. ¿O simplemente sería algo mal puesto en la cocina? Sí, quizá una pieza de vajilla a punto de fragmentarse al caer con el suelo.
Finalmente decidí pararme a ver qué era. En sumo silencio iba caminando y el ruido se hacía más fuerte. Mis temores aumentaban cuando sentía cómo algo, que no conocía, se acercaba. Así terminé abalanzándome sobre la puerta de madera y giré el picaporte. En ese momento cayó un rayo que iluminó todos los rincones del lugar, todo cuando sentí una mano fría posarse sobre mi pierna izquierda.
Después de un repentina inactividad de la cual me siento muy apenado, he decidido idear un pasatiempo de escritura con el cual podrás divertirte y pasar un buen rato si lo deseas.
¿En qué consiste? Pues, como dice el título, continuar el relato. En pocas palabras, les dejaré un comienzo cualquiera que ustedes deben ir extendiendo hasta, finalmente, cerrarlo de la mejor forma. Todos pueden participar y hacer los cambios y giros que deseen; obviamente el contenido sexual explícito no debería ir entre sus líneas y, como es de esperarse, seguir -aunque sea de forma mínima- la historia principal.
Preferiría que sus textos sean de 5 a 10 renglones, además de poder meter todos los elementos que deseen y tengan concordancia con el texto anterior. También cabe destacar que la extensión máxima es 10 partes, por tanto, en la última parte debería trancarse la historia de algún modo. Otra cosa es la participación de cada uno: solo puedes participar una vez, a menos que, por la actividad, se indique lo contrario.
Alguna duda puedes dejarla en este post o mandarla por MP. ¡Estaré feliz de responderla!
En fin, aquí les dejo el comienzo:
Mirando por el espejo
Cada noche que se cortaba la electricidad, iba a pararme en el espejo. Silenciosa, miraba mi reflejo a oscuras en sus fríos cristales que se teñían por la tenue luz de luna. Me sentaba a veces a leer en suma tranquilidad, otras simplemente a escuchar los sonidos nocturnos cual sinfonía.
Sin embargo, esa noche sería distinta. Cuando mi apartamento quedó bañado en oscuridad, decidí, como siempre, esperar sentada el regreso de la energía. Tras los cristales comencé a observar cómo gotitas de lluvia impactaban en estos para finalmente secarse; había empezado a llover. El sonido de la lluvia apaciguaba mi mente y cuerpo como un relajante masaje.
Pero en ese momento escuché un ruido que provenía de mi cocina. Agucé mis oídos tratando de distinguirlo, pero no lograba dar con lo que era. ¿Acaso era un animal? Quizá un gato o un mapache que se había infiltrado. ¿O simplemente sería algo mal puesto en la cocina? Sí, quizá una pieza de vajilla a punto de fragmentarse al caer con el suelo.
Finalmente decidí pararme a ver qué era. En sumo silencio iba caminando y el ruido se hacía más fuerte. Mis temores aumentaban cuando sentía cómo algo, que no conocía, se acercaba. Así terminé abalanzándome sobre la puerta de madera y giré el picaporte. En ese momento cayó un rayo que iluminó todos los rincones del lugar, todo cuando sentí una mano fría posarse sobre mi pierna izquierda.